viernes, 30 de julio de 2010

Ausencia

He estado unos días fuera, que no de vacaciones... y aunque me las he apañado para conectarme de vez en cuando (no lo tenía muy fácil) y he podido seguir al día de lo que han escrito mis blogger@s favorit@s , no podía contestaros, porque el cretino del ordenador que tenía a mano me vetó el acceso a gmail y a yahoo. Así que ni podía comentar, ni podía escribir esta entrada.

Ya estoy en casa.

jueves, 15 de julio de 2010

Tiempo de besos

Tres besos dan vueltas en mi cabeza estos días…

El más importante y más dulce, el primer beso de mi hijo :) el día de la madre me hizo una especie de actuación estelar, pero aquello fue un más chasqueo casual de labios mientras yo ponía la mejilla (eso sí, muy aplaudido por titas, abuelas y bisabuela). Este, hace dos días, queda inaugurado como ‘primer beso a mamá’. Fue además, un momentazo. Yo me había agachado para sacarle de la silla y andar un poco por la calle antes de volver a casa, y cuando estaba enfrente de él, me agarró la cara con sus manitas, practicó un par de besos al aire, y me plantó el de verdad en todos los morros. Nenas, agarraos, que en unos años este donjuán estará haciendo estragos! xD

Y tienen mucho valor, porque por ahora no ha salido muy besucón, los reparte muy contados. Su padre recibió el mismo honor ayer por la tarde :) hala, uno para cada uno, y ya vais servidos hasta Dios sabe cuándo.

El segundo es anecdótico, es el beso de la semana (bueno, de la semana pasada!), el beso del que Telecinco tendrá todo el copyright, imagino, el de Iker y Sara. Y sé que no soy la única: la gente en la calle, en Facebook, en la blogosfera… lo sigue flipando. ¿Qué tuvo ese beso? Hay gente que piensa que viene a poner la guinda, pues si el fútbol es una de las pasiones de nuestro país, el cotilleo es la siguiente. Bueno, yo, que ni me apasiono por el fútbol ni por el cotilleo, he de decir que me emociona por otros motivos.

Adoro los besos. Me encanta besar y ser besada. Me gusta ver a la gente besarse. Soy una adicta. Y el beso de Iker y Sara, a parte de ser un beso entre dos famosos, para mi era un beso de verdad en oposición a un beso de ficción. Un beso de verdad, entre personas que tienen una relación real, pero televisado. En el cine, los besos han de estar muy bien hechos y haber mucha química real entre los actores para que no parezca un fiasco, y un final previsible. Este beso de la vida real tiene su propio diálogo, hay una conversación entre líneas, un hablar por hablar en el que los ojos de uno denotan que están deseando comerse al otro. Que al final dice, ah, déjate de tonterías y ven aquí… creo que hay más mujeres que envidian a Sara por cómo fue mirada que por cómo fue besada. Yo entre ellas. Yo soy una yonqui de esas miradas. Así que ser testigo de una me resulto muy pero que muy agradable :)

Esas miradas, furtivas o sostenidas, a escasos centímetros de la cara del otro, especialmente en las primeras veces o en las ocasiones prohibidas. Lo siento, lo siento, no puedo evitarlo, te voy a tener que besar… y que salga el sol por donde quiera :)

El maravilloso, eterno instante que ocurre entre esa mirada y que los labios se encuentren… cuando se encuentran. A veces no lo hacen. A veces hay algo que lo impide. Y las bocas se repliegan sin luchar, como ejércitos atemorizados ante la inmensidad del momento. Aquí rindo un tributo a Sabina, cuando dice que los besos que más duelen son los que  no se han dado.

Y luego nos acostumbramos. Todos los besos no pueden tener esa intensidad en la mirada, sería ridículo e inviable, a la par que agotador xD pero cuando los vemos, a algunos no les gusta en absoluto, les parece una auténtica ñoñería; a otros les harán soñar (yo quiero que sea así cuando llegue!),y a algunos otros nos dan nostalgia. Como me pasa a mi con las barriguitas, no se puede estar permanentemente embarazada! (jajajaja ni espero que Dios lo permitiera) pero recordar ‘aquel tiempo’ es dulce. Recordar esa mirada, también.

El tercer beso es un guión dormido.

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Imagen: http://vanerwin.com/2007/11/baby-kisses.html

martes, 13 de julio de 2010

Debate: ¿las tetas son alimento de los niños o entretenimiento de los adultos?

Para mi, la respuesta es muy fácil: las dos.

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Pero me temo que para mucha, mucha gente, no es tan fácil  verlo así. Esta reflexión llega tras la lectura de varios  de artículos. Ayer por la mañana leía, gracias a un enlace de Mother’s Utopia en The Week el siguiente titulo: “Pechos: tan sexuales como maternales”.  Hacía referencia a una polémica ‘periodística’ reciente en Reino Unido. El pasado 10 de julio, la revista británica Mother & Baby publicaba  ‘I formula fed so what?’ (Yo dí biberón, y qué?), de Kathryn Blundell. Aquí, supuestamente, la autora se jacta de haber alimentado a su bebé con biberón por razones como “no me apetecía”, o querer tener su cuerpo de nuevo, que sus tetas tengan la oportunidad de no colgarle por encima del estómago, y además de todo esto, porque sus tetas son bolsas de diversión (no sé una manera mejor de traducir ‘fun bags’), parte de su sexualidad, así que ve un “poco asqueroso” ver a su bebé prenderse donde antes ha estado un amante.

Una de las muchísimas contestaciones que ha tenido este artículo de la sra. Blundell ha sido “Does a lover really have first claim on breasts?”, de Rowan Pelling, en el Daily Telegraph.(Yo vendría a traducirlo como ‘De veras un amante tiene prevalencia para reclamar unos pechos (como suyos, imagino)?”  Y por favor, si alguien puede mejorarlo, que me lo sugiera, que ya sé que es muy mejorable). El subtítulo resume: los cuerpos de las mujeres han llegado a asociarse de tal manera con el sexo que ahora una revista de maternidad ha calificado de ‘asquerosa’ la lactancia materna. Y plantea la situación de cómo una cultura tan mediatizada por la pornografía como es la nuestra, sólo es capaz de ver sexo en unos pechos de mujer, ignorando o despreciando por asqueroso que la misma parte del cuerpo pueda servir de alimento para un bebé humano. Y lo peor es que esa sociedad asocia el sexo con algo ‘sucio’, porque si no, ¿dónde coño está el problema?

Yo juro que no acabo de entenderlo. Que los pechos son parte del atractivo sexual y y del propio placer femenino es, sencillamente, indiscutible. Y que los pechos sirven para amamantar crías es igual de indiscutible. Y no veo lo asqueroso por ninguna parte en que el mismo pezón sea chupado por el amante que por el bebé. A mi, lejos de producirme rechazo, esa ambivalencia siempre me resultado muy grata. Para mi, la lactancia, como el embarazo y el parto, forman parte de todo mi ciclo reproductivo y sexual. Y por supuesto, el sexo no me parece nada ‘sucio’ de ninguna forma. Si la lactancia materna es asquerosa porque el amante y bebé chupan el mismo pezón, entonces el parto vaginal qué es? Dios mío, un bebé tiene que salir por donde antes ha entrado (generalmente muuuuuuchas veces) una *****! Venga ya, hombre. ¿Y el sexo durante el embarazo? Supongo que esta pava ni lo cataría, claro, con ese concepto de la ‘asquerosidad’.

No me sorprende, de cualquier forma. A mi personalmente no me ocurrió nunca, pero sé de amigas y conocidas que se han llevado unas cuantas miradas de desaprobación, y comentarios insultantes (como llamarlas DEPRAVADAS, en pleno s. XXI) por dar el pecho en un espacio público. Fumar no está mal visto, pero sacarse una teta para dar de comer a un niño sí… es que se me hincha la vena al más puro estilo Patiño… ¿Que la gente no sabe, que la teta de madre es TETA SANTA??? :) Sigo diciendo que la suciedad y la depravación está en la mente y los ojos (que generalmente se salen de las órbitas) del que observa.

Y si sólo fuera el prejuicio de la ‘asquerosidad’… pero es que esta mujer reúne todos juntos tantos topicazos que es que es imposible. Quiere darle una oportunidad a sus tetas de no colgar alrededor de su estómago … ¡¿hello?! las tetas no se caen por dar de mamar, amiga mía… se caen, en general, por la injusta acción de la gravedad, y si las tienes grandes, probablemente no apunten al cielo desde años antes siquiera de que te quedes preñada. Las tetas se estropean desde que te quedas embarazada, puesto que ya empiezan entonces a aumentar de tamaño preparándose para la lactancia. Así que, si no aguantas la idea de que se te pongan como bombonas de butano para volver después a su estado normal dejándote de regalo alguna estría o descolgamiento, es sencillo: no te quedes embarazada siquiera. Jo, es que después de 9 meses de negación, quiero recuperar mi cuerpo y beberme una copa de vino… de veras creo que una mujer tan egocéntrica que, cuando alberga una nueva vida, tiene tantas cuitas sobre su propio cuerpo, no debería pasar por esa ‘tortura’.

No sé muy bien cómo va la realidad (¿lo creemos las mujeres porque es lo que los hombres piensan de verdad?¿o es lo que nosotras creemos que piensan?), pero se dice que si no nos cuidamos, corremos el riesgo (ay, qué miedo) de dejar de parecer atractivas ante nuestras parejas. Y yo sigo pensando que muy mierda tiene que ser tu pareja si dejas de atraerle porque tu cuerpo se transforma en el transcurso de la(s)maternidad(es), producto, imagino yo, en mi ingenuidad, de un proyecto común de familia (que nada tiene que ver con estropearse por dejadez y negligencia contra el propio cuerpo). Yo no creo que las mujeres se pongan feas a partir de ser madres (creencia muy extendida). Yo no soy un buen ejemplo, pero el resto de madres que conozco, especialmente de mi edad y algo mayores, con uno y varios hijos, están guapísimas. No solamente son, sino que lo están. No son Barbies de gimnasio diario, y las tetas no les apuntan al cielo. Y algunas, como decía una compi feisbuquera, no sólo no aguantarían(mos) la prueba de sujetar un lápiz con un pecho, sino que muchas podrían(mos) sostener toda la enciclopedia británica. No van a ser portadas de Interviú, ni ganas que tienen. Pero que son capaces de levantar ‘piedras’ por allá donde pasan, no me cabe ninguna duda.

Lamentarse de que tu marido te deja por otra más joven y tersa porque tú después de que hayan pasado 20 años y tres hijos ‘ya no estás como antes’ es de idiotas. No, hija, no te lamentes ni por los 20 años, ni por tus hijos, ni por tu cuerpo: laméntate de lo tonta que fuiste al elegir semejante capullo como pareja y padre de tus hijos.

A modo de conclusión, y por concluir, porque en estos temas me toco las palmas y me conozco, diré que mi experiencia con la lactancia materna fue para mi gusto demasiado corta y demasiado insuficiente, pero superando el disgusto porque no fuera como debió ser, la disfruté muchísimo. Nunca sentí esa dicotomía entre ‘biberón/chupete natural’ y ‘bolsa de diversión’. Después del dolor inicial típico de los primeros días, apenas si tuve una grietecilla, y afortunadamente nunca supe lo que es una obstrucción o una mastitis. Y aunque era una riña constante entre la teta y el biberón (que acabó ganando el biberón por goleada)y la angustia por ver que las cosas no funcionaban como debían, el momento de las tomas llegó a ser, pasado el ‘susto’ inicial, en uno de los mejores momentos del día. Cuando mi hijo no rechazaba mi pecho (en favor de la súper tetina) y se alimentaba de mi, me sentía como una diosa del Olimpo. Y no sé cómo describirlo, pero me sentía muy sexual, me sentía más que mujer, hembra. Creo que debe haber muchas más mujeres por ahí que sienten lo mismo o parecido, pero no se atreven a ir pregonándolo por ahí porque parece que la lactancia materna es una cosa pura, con musiquita celestial, entre algodones, y que por supuesto qué va a tener eso de sexual! Pero es que no es sexual de sentir deseo carnal hacia el hijo, por Dios, es sexual de relativo al sexo. Con el sexo yo creé este ser, con el sexo lo parí, y con el sexo lo alimento. Y recuerdo que mi momento preferido solía ser el de la toma de la siesta, tumbada con mi hijo a un lado, y mi marido al otro, abrazándome. Cuántas veces pensé que si moría en un instante como ese sólo podía ir directa al cielo… :)

Ay, las tetas… qué asunto tan delicado y controvertido. Seguramente, como he dicho antes, yo no soy un buen ejemplo para hablar de esto, porque con este ‘cuerpoescombro’ que tengo, quizá es más fácil aceptar que la vida curte. Si hubiera tenido un cuerpo bonito y unas tetas de escándalo, a lo mejor me hubiera dado pena ‘perderlos’. Así que otra cosa más que agradecer: cuando nada se tiene, nada se pierde.

jueves, 8 de julio de 2010

En los putos mundos de Yupi…

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Ahí es donde yo pensaba que vivía, y muchos creen que vivo. Y después de escribir esto, más que lo van a pensar.

Hace ya un tiempo que, a pesar de haber sido muy combativa ideológicamente, en muchos frentes, me doy cuenta de que muchas cosas han perdido sentido para mi. Tengo un cacao en la cabeza que no sé si es que unas lo han perdido o es que las verdaderamente importantes lo han recobrado (siempre lo han tenido).

Siempre me había considerado una persona progresista, avanzada, de izquierdas… y estas etiquetas, como alguna camiseta de otro verano, se me están quedando muy pequeñas.

No me convence la sociedad en la que vivo. No me convencen las personas que nos gobiernan. Ni las que podrían hacerlo en un futuro. Creo firmemente que cada partido político persigue unos intereses que no son los del pueblo que los elige. Nos echamos unos encima de otros como perros de presa, cada uno con los colores preceptivos, ante su mirada seguro divertida, la misma que la de los que apuestan en las peleas de perros, o de gallos, y luego se van todos de borrachera juntos.

De los políticos de derechas no espero nada. Y de los que se llaman de izquierdas, ya, tampoco. No me envíen al mejor propangandista que tengan, que no me va a convencer.  Ya imagino que los políticos de derechas por supuesto que no, pero los políticos de izquierdas, ¿querrían vivir en un mundo sin dinero? ¿Acaso son capaces ni siquiera de imaginarlo?

Yo querría vivir en un mundo sin dinero. Y poder comer a gusto cada día, sin que me remuerda la conciencia, sabiendo que millones de personas se mueren de hambre. Quisiera que nadie me aplacara la conciencia diciéndome que es que ‘el mundo es así’. ¿Sí? Pues vaya una mierda de mundo. Y eso lo pienso yo, que no me muero de hambre (todavía). La madre que no tiene agua potable ni nada que comer o dar de comer en kilómetros a la redonda imagino que también debe pensar que es un asco de mundo, y ella lo hará con razón.

Toda la culpa no es mía, pero parte sí, porque yo formo parte de ESTE sistema.

El dinero nos pervierte de formas que no podemos (y algunos no se atreven) ni a imaginar. Hoy en día, en nuestra sociedad, nadie es quien verdaderamente es: la gente ES en base a lo que se dedica y a cuánto dinero le dan a cambio de esa dedicación. Mucha gente dice que se realiza trabajando. Lo cual es verdad para todos aquellos que se dediquen a su verdadera vocación. El resto, eligió su profesión pensando en cuál podría ganar más dinero. No lo que le gustaba, no lo que iba con sus ideas… sino lo que le proporcionaría un mejor ‘status’. Cuántas veces habremos dicho/oído: “no estudies eso, que no sirve para nada, no tiene ninguna salida”. ¿Salida a dónde? A ganar dinero. Da igual que te condene a pasar el resto de tu vida productiva en una cochambre de puesto (eso sí, ganando buenas cifras), soñando con lo que tú querías ser… Ah, se me olvidaba, cómo no, el porcentaje más numeroso: el que no elige su profesión. La profesión lo elige a él porque, sencillamente, no hay más cojones. ¿Qué no te gusta, y además es a cambio de un sueldo de mierda y un horario y un contrato penoso? Tú mismo. Detrás de ti hay 500 haciendo cola… y tienes que comer. En el mejor de los casos, sólo tú. En el peor, eres padre de familia, o tienes alguno de tus padres en casa, o tienes a varios hijos o nietos a tu cargo. Ka-ching. Es el sonido del dinero.

Una amiga me recordó ayer que ‘El trabajo os hace libres’ era una atrevida mueca jocosa que pendía a la entrada de algún campo de exterminio nazi. El trabajo no sé si te hace libre, pero el dinero que te dan a cambio sí te hace esclavo.

Muchos nos prostituimos, sólo que no todos utilizamos nuestro sexo para ello… a veces tengo la sensación de que somos perros mendigando pan. Un pan que es de todos. Pero que sólo tienen unos pocos, y nos lo dan en miguitas, observando cómo nos despellejamos unos a otros por conseguir más que el de al lado. Creemos vivir en libertad, y que  sólo con nuestro trabajo y nuestro esfuerzo podemos salir adelante. Menuda panda de pardillos.

¿Alguna vez has imaginado un mundo sin dinero? ¿Te gustaría la idea? ¿O te molesta que piensen que eres un comunista, un utópico, un iluminado, un friki, un perroflauta, un antisistema envidioso porque no puede alcanzar el life-style  de la élite?

Hace unos días descubrí, a través de El Blog Alternativo, este proyecto: The Venus Project. Si a lo anterior has contestado sí, sí y no, quizá te sorprenda/divierta/acojone que haya gente dándole vueltas a esto. Dan una conferencia benéfica el sábado 10 de Julio en Valencia. No en un teatrillo de comedias, ni en un freak show, sino en el  salón de Actos del Paraninfo de la Universidad Politécnica de Valencia. Y en streaming en Universo vivo.

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Imagen:

http://www.elblogalternativo.com/2010/07/05/el-proyecto-venus-en-espana-%c2%bfque-preguntas-tienes-tu/#comment-23863

http://zerocarbonista.com/wp-content/uploads/2009/04/without-money.jpg

jueves, 1 de julio de 2010

“La luna en ti”

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“The Moon Inside you”. Este es el título en inglés de un documental muy reciente, estrenado en nuestro país en abril-mayo de este año. La ficha técnica (y mucho más) la podéis encontrar en su página web del mismo nombre.

Varias amigas me la habían recomendado desde su preestreno, y aun no había ocasión de verla, pero me viene muy bien para ofrecérosla después del taller de la primera sangre de Erika.

La peguita para el público general español es que creo que aún no está doblada. Vienen subtítulos en inglés cuando hablan todos los colaboradores que no hablan en inglés (o sea, que cuando hablan en inglés, no hay subtítulos). Pero hay mucho subtitulado, porque la narradora habla en eslovaco, la niña Dominika también, y hablan también varias españolas.

La vi acompañada de mi hermana más pequeña, que tiene casi 15 años y ya vive también “la luna dentro de ella” :) y de mi marido. Y a ese gran público creo que ha de llegar: no sólo a las mujeres que hace años que tenemos la menstruación, sino también a la juventud en general y a los hombres. Sirve para descubrir cosas, crear debate, sorprenderse y reírse. En lo artístico, yo no tengo mucha idea, pero me resultó muy bonita, muy plástica, armoniosa, no sé muy bien cómo describirla. Dura 74 minutos, pero se nos hizo cortísimo. Podéis pinchar en la dirección de abajo para poder verlo online:

http://www.cultureunplugged.com/play/2369

Y de veras que creo que abrirá debates, internos y externos, en aquellos que la vean. Especialmente en muchas mujeres que no piensan en sus menstruaciones más allá de ‘esa cosa insoportable que tengo que sufrir mes tras mes, ojalá me la pudiera quitar de encima’… creo que es fruto de nuestro desconocimiento, al igual que en otras esferas de cosas que sólo nos ocurren a nosotras, como los embarazos y los partos. Todo es un incordio, todo es un dolor, ojalá no tuviéramos que soportarlo, qué suerte tienen los hombres… Por qué no mejor detenernos a pensar el por qué  de esas molestias (si es que las tienes), por qué no se les busca remedio más allá de los antiinflamatorios/analgésicos, por qué nadie se ha molestado mucho en investigar sus causas, por qué hay que ocultar que  sentimos molestias por la menstruación (si es que las sentimos) haciéndonos las fuertes, por qué consentimos/animamos que los demás nos digan ‘estás insoportable, seguro que estás con la regla’, y les damos la razón; por qué no nos permitimos ni nos permiten soltar el acelerador cuando estamos en esos días, cuando nuestro cuerpo nos lo pide… ¿A qué tenemos miedo? ¿A parecer débiles y pusilánimes mujercitas? ¿Tenemos que demostrar que somos como los hombres, y que para nosotras cualquier día es igual a otro? (y para ellos tampoco es así, pero a ver quién es el menos machote y se atreve a quejarse…)

Ignoramos tanto sobre nuestros propios cuerpos que nos pasamos la vida pisoteándolos.

Y hablando de pisotear, no os estropeo el verlo sin anticiparlo, pero si alguien ve el reportaje, y llega hasta cuando habla un médico (sí, un médico!) brasileño, por favor, que me diga lo que opina de lo que dice/hace.

Finalmente,  aprovecho la ocasión para recomendar de nuevo el uso de la copa menstrual. Además de por la absoluta comodidad y limpieza, que no da ni el mejor tampón, por el gusto de ver y comprobar. Cuánta sangre expulso verdaderamente, cómo es, a qué huele… no huele como las apestosas compresas. Huele a sangre, a hierro, … lo mismo que cuando sangras por cualquier otra parte de tu cuerpo. No necesito saber a qué coño huelen las nubes…