Los pasados 7 y 8 de mayo, el Colegio de Enfermería de Salamanca organizó unas jornadas muy interesantes sobre el parto natural (se puede ver el programa aquí). Antes de nada quería agradecerles, y en especial al comité organizador, la idea y la puesta en marcha, porque las ideas necesitan convertirse en palabras, y las palabras ser lanzadas al aire, discutidas y compartidas.
A pesar de ser unas jornadas dirigidas a profesionales sanitarios, pude asistir junto a mis compañeras de Leche Mágica, pues se presentaba el grupo en las jornadas y fuimos bienvenidas como oyentes. Cuando supe que las jornadas sólo iban a ser para profesionales, con mi habitual genio, me indigné muchísimo. ¡Pero si las principales interesadas en que los partos mejoren somos las mujeres de a pie! ¿Por qué no pueden compartir los conocimientos con el público en general? Bueno, pues en este caso, porque no. Porque efectivamente era una transmisión de conocimientos entre profesionales. La idea sería que estos conocimientos fueran transmitidos al público general a través del sistema sanitario por estos mismos profesionales.
No pude estar en la conferencia inaugural, pero sí llegué a la primera mesa redonda. Esta estaba a cargo de dos ginecólogos, el doctor Juan Luis Lanchares y el doctor Longinos Aceituno, y una matrona del hospital universitario de Salamanca, Engracia Guinaldo. Como oyente, no tenía acceso a la documentación, pero tomé varias notas de cosas que vi y escuché. De la intervención del doctor Lanchares, me quedé con la importancia que tiene un partograma bien hecho y bien interpretado, y con dos frases que llamaron muchísimo mi atención. Una, sobre el uso de oxitocina a discreción, era “¿Por qué voy a fustigar un caballo que cabalga bien?”, y otra, con respecto a la rotura artificial rutinaria de bolsa, era “La bolsa es el casco del motorista”. Según el doctor, hay varias cosas que no deberían admitirse, como inducir sin indicación verdaderamente justificada (no valen ni la prisa/impaciencia de la parturienta ni del profesional, ni que ‘ya lleva dos días en planta’, por poner dos ejemplos); no debería admitirse el no respetar la fase latente de parto, iniciando los tratamientos con oxitocina demasiado temprano (pues lo general es que cause hiperdinamias uterinas); tampoco debería admitirse el no informar a las parturientas de los procedimientos que se les hacen, más allá de decirles ‘te voy a hacer esto, o te voy a hacer lo otro’; ni diagnosticar incorrectamente (supongo que dentro de lo posible dentro de los conocimientos que debe tener cada profesional). Me llamó mucho la atención su opinión sobre la analgesia epidural, y es que está demostrado que su uso suele ‘ralentizar’ los partos, y los hace más candidatos a una mayor instrumentalización de los mismos. No lo digo yo (que también lo creo, y aún así, accedí a usarla), no lo dice ningún hippie alternativo super fan del ‘todo natural’: lo dice un catedrático en obstetricia y ginecología. También apuntó cuándo la evolución de un partograma puede dar las pistas acerca de una hipodinamia del parto, momento a partir del cual sí está justificado intervenir. Y también apuntó las nociones de cómo ha de ser la administración de oxitocina. Que según como yo lo entendí, y lo transcribo con lenguaje de la calle, sería poco a poco, respetando períodos de observación para ver si tiene efecto o hay que subir las dosis, y no empezar ‘a chorro’, porque lo único que provoca es la nada deseable hiperestimulación del útero (con sus negativas consecuencias para madres y para bebés). Según el doctor, uno de los absurdos más grandes que se pueden dar en una actuación en paritorio es hiperestimular con oxitocina (por pasarse) y tener que frenar después esa estimulación con tocolíticos. Acerca de los MIR, comentó que hoy en día no están bien entrenados debido a la menor motivación de sus instructores para enseñar, y a una mala formación en fisiología obstétrica. Y para acabar, dos ideas que ya había escuchado antes de otros profesionales: nunca hay que obligar a pujar antes de que haya dilatación completa (de mi cosecha, añadiría que después tampoco, pero no soy quién), y que la maniobra de Kristeller es un ANATEMA OBSTÉTRICO. Es bien sabido que entre sus posibles consecuencias están la lesión de los bebés, la rotura de útero y la rotura de vagina. Y de nuevo no, no lo digo yo, lo dice el mismo catedrático de obstetricia y ginecología de antes.
Del doctor Aceituno me gustó la presentación de datos y resultados del hospital donde trabaja, el de Huércal-Overa, en Almería, del que ya había oído hablar en otras ocasiones (como ejemplo de ‘mejores prácticas, y más respetuosas’ que la media conocida). También un análisis que presentó acerca de las causas del descenso en la morbimortalidad materna e infantil en España, en el que junto a los innegables avances científicos de la medicina, tenían igual peso las mejoras sociales (como una mayor higiene generalizada, o el acceso de la mujer a la educación), y en cualquier caso lo más acusado de ese descenso había ocurrido previo a la aparición de los grandes hospitales como el de La Paz en Madrid.
De Engracia Guinaldo me gustó su espíritu. Un espíritu de rebeldía empeñado en hacer las cosas ‘de otra manera’ que me temo que muy a menudo no es bien recibido ni entendido por sus propios compañeros de servicio, y no digamos ya por parte de unos usuarios que frecuentemente no saben de qué va la cosa. Creo que fue un poco exagerada cuando proponía prohibir la entrada a paritorio a los acompañantes de las futuras madres, pero entiendo su razonamiento. Entiendo que haya muchos maridos, y muchas abuelas, que lo único que hacen es estorbar, a sus mujeres/hijas, y al personal médico. Que no están preparados, ni en cuanto a conocimientos básicos del proceso, ni emocionalmente. Como después dijo el doctor Lanchares, las mujeres necesitan a sus acompañantes porque, como yo digo, el hospital es un ambiente hostil para una parturienta. No conoces a quien te va a atender. No confías en las personas que están allí (por mucho que te esfuerces en confiar en que son profesionales, saben lo que hacen y deberían estar por hacer todo el bien posible) Por eso es necesaria una presencia conocida, aunque a lo mejor te haga flaco favor a la hora de la verdad.
Por problemas de incompatibilidad de horarios entre la maternidad y el trabajo (en este caso de mi marido, que es el único que me podía dar relevo para asistir a estos eventos que tanto disfruto), me perdí la primera ponencia de la tarde, “Implementación de protocolos de parto natural en la apertura de un hospital público”, a cargo de L.Ignacio García Ventura, supervisor de la unidad de paritorio del hospital Infanta Leonor de Madrid (y que seguro que fue harto interesante). A la siguiente ponencia del viernes por la tarde, que ofrecía María Sierras Mata, matrona del hospital Nuestra Señora de Sonsoles, en Ávila, acerca de la importancia del contacto piel a piel… llegué cuando estaban ya aplaudiendo y despidiéndose… :( corrí mucho, confié en que al más puro estilo español, la pausa para el café se alargara un poco y… me fallaron los cálculos. A casa otra vez.
El sábado por la mañana me levanté bien tempranito, dispuesta a estar allí la primera, y hasta el último segundo :) desayuné y me preparé con la ilusión de la que va al cole por primera vez. Caminaba sola por la calle, en el fresquito de la mañana, sonriendo para mis adentros. Dejaba a mis chicos un ratito (durmiendo casi todo el rato jajajjajaajja) para hacer ‘esas cosas raras que tanto le gustan a mamá’, juntarse con otras personas y escuchar y hablar de temas muy interesantes. Primera ponencia: Anabel García Carabantes, matrona y secretaria de la asociación Nacer en Casa, sobre el parto domiciliario. Me gustó que, como matrona, recordase a las matronas en el público que tienen formación y titulación que las capacita para hacerse cargo del cuidado de embarazo, parto y postparto sin tener que estar ‘a la sombra de nadie’ (que no sin ayuda de nadie) cuando se dan las condiciones necesarias (principalmente, la ausencia de patologías graves de mamás y bebés). Como digo, me falta la documentación, pero ella sí señaló dónde se encuentran los marcos legales que describen las capacidades de una matrona, y que la permiten ejercer como un sanitario autónomo. De su charla sólo tomé un apunte, y fue el recordatorio de que (y esto tengo que investigarlo despacio y desarrollarlo en otro post) en la Ley del Paciente se especifica que entre las responsabilidades del paciente están el BUSCAR INFORMACIÓN, Y TOMAR DECISIONES (se entiende, decisiones informadas). Tengo la impresión de que, en una gran mayoría de los casos, los usuarios de la salud, nos ‘dejamos en manos’ de los profesionales, y sí, hay que dejar hacer al que sabe más que uno, pero hasta un punto. Y buscar información no significa tener que estudiar medicina, ni conformarse con lo que uno encuentra en el primer resultado del Google. Buscar información es preguntar a tu médico, enfermera o matrona, y que te expliquen bien lo que no te queda claro. Y que si eso no es posible o no es suficiente, busques información FIABLE en otras fuentes, como internet o bibliográficas, y demandes una segunda opinión (o más) de otros profesionales. Y a partir de una BUENA información, tomes una decisión. Una decisión que nunca estará exenta de error. Ya no somos una población mayormente analfabeta, y es más, vamos camino de ser la población española con el nivel de estudios superiores más alto de la historia. Si sabemos leer, y tenemos capacidad de raciocinio, sólo eso ya nos autoriza a tener una opinión, que por supuesto, nunca puede estar por encima de un especialista en una materia, pero debe contar. Mi análisis es que la gente prefiere que otros decidan por ellos, especialmente en lo que obstetricia refiere, para que en caso de error, poder echarle la culpa a otra persona. Como me dijo hace muy poco una buena amiga: SABER IMPLICA RESPONSABILIDAD.
Parir en casa no es una moda, ni es para todo el mundo, tienen que darse unas condiciones y se ha de estar muy preparado y consciente. Pero es seguro, y sin duda, recomendable.
Durante la pausa para el café tuvimos la oportunidad de saludar a Anabel, pero como para con todos los ponentes, éramos tantas las personas que queríamos hablar con ellos, que no daba tiempo a tener una buena charla en condiciones… es la peguita que tienen las jornadas de cualquier clase…
Después habló la doctora Concha de Alba, neonatóloga de hospital 12 de octubre de Madrid. Su ponencia se titulaba “Lactancia materna, algo más que leche”. Y vaya que si lo es. La leche materna es un producto increíble en general, pero para los recién nacidos prematuros, es mucho más increíble aún. Y de nuevo, no es algo de hippies, ni de marcianos, ni simplemente algo de sentido común (que lo es, y aplastante) si no que la evidencia científica, a través de muchos estudios, lo demuestra con una rotundidad que no deja lugar al relativismo. En el 12 de octubre están muy concienciados de esto, y dan ejemplo al resto del país con su banco de leche materna y su insistencia en el contacto piel con piel desde el nacimiento. Esos bancos de leche tendrían que estar tan extendidos como los de sangre, o que al menos hubiera uno por cada unidad de neonatología. La doctora de Alba recalcó la importancia de que el parto sea un proceso lo más natural y respetado posible para que el éxito de la lactancia no se vea comprometido. Algo que yo creo y comparto a pies juntillas, porque si bien hay casos de lactancias exitosas después de partos horribles y cesáreas, para mi, en esto, A lleva a B, que lleva a C. Y si estropeas la A, lo pones mucho más difícil en la B, y compras muchísimas papeletas para joder la C… varias de las que estábamos allí de oyentes asistimos (bastante sorprendidas) a la interpelación de una matrona que cuestionaba que el uso de la epidural interfiriera con la lactancia, puesto que en su hospital (no sé si el clínico o la Santísima Trinidad), el uso de la epidural era casi el de la totalidad de las parturientas, y decía que la tasa de éxito en la lactancia era del (creo recordar) 98%. Lo que nos hizo soltar un instintivo JA! a las madres del grupo de lactancia que allí nos encontrábamos, que supusimos que ese 98% se referiría a las 48 horas de media que uno permanece en el hospital después de parir, porque esas cifras desde luego no se corresponden con la realidad, ni siquiera de las madres que amamantan sólo hasta los 3 primeros meses (se hayan o no se hayan puesto epidural).
Y a continuación, Patricia presentó Leche Mágica a los participantes. Mostrando la página web, donde nos ponemos en contacto, donde nos consultamos dudas fuera de las reuniones, nos proponemos cosas, y reflexionamos. Los profesionales de la obstetricia (y pediatría) han de estar concienciados de la gran importancia de la lactancia materna, y en la medida de lo posible, estar formados en ella para poder ayudar a las madres en cuanto se tropiezan con los primeros problemas, tan frecuentes por otra parte, y que ante la ‘aparente’ falta de solución (la tienen, pero a menudo no se sabe dar con ella), provoca el abandono temprano (y no deseado, a menudo) de la misma. Han de estar concienciados y formados, pero además pueden y deben contar con los grupos de apoyo a la lactancia como Leche Mágica, porque aunque desgraciadamente nadie en el grupo ostenta aún el título de consultora de lactancia, hay madres con suficiente experiencia y que se han formado de manera muy autodidacta pero eficiente como para poder dar solución a muchos de esos problemas, y la lucidez para derivarlos a especialistas si ello es necesario. Los grupos de apoyo están formados por madres, son relaciones de igual a igual, y pueden ofrecer el tipo de consuelo y ayuda que toda mujer necesita llegado el caso. Que muy a menudo suele ser nada más (y nada menos) que confianza en sí misma, comprensión y palabras de aliento, y que le recuerden que está haciendo lo correcto. Afortunadamente, y como Patricia comentó, en el grupo también contamos con pediatras y matronas que nos 0frecen su visión profesional de cada asunto.
Las jornadas tuvieron por título : “Parto natural. Una realidad”. Pero lo cierto es que aún estamos muy lejos de esa realidad. Al menos, aquí en Salamanca. Los cambios se contemplan con mucha reticencia, por todos los lados, tanto por el sanitario como por el del público. Me chocó saber, el sábado, que el jefe del departamento de obstetricia y ginecología en el Clínico era el doctor Lanchares. Me chocó, porque las cosas que le había oído y que tanto me gustaron tengo la sensación, por mi experiencia y lo que he oído de otras madres, de que se llevan a la realidad poco o nada en ese hospital (ni en los demás, vaya). Salvo que tengas suerte y caigas en manos de unos pocos profesionales que sí están interesados en hacer las cosas no sólo diferentes, sino MEJOR. A riesgo, estoy segura, de llamadas de atención de superiores y recelos de sus propios compañeros. ¿Cuál es, entonces, la verdadera línea que se sigue allí? Vale, creemos que la epidural tiene efectos adversos en el parto, ¿y cuáles son sus alternativas para el manejo del dolor? Creemos que ciertas manipulaciones rutinarias molestan y son innecesarias, y entonces ¿por qué se siguen haciendo rasurados y poniendo enemas? ¿Por qué la monitorización fetal continua, y no en ventanas, cuando todo marcha bien? ¿Por qué la prohibición de beber y comer cuando el síndrome por aspiración es tan raro y sólo afecta cuando hay anestesia general, y no epidural? Y le doy a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César. Porque estoy de acuerdo con los profesionales que se quejaban de que una gran parte del servicio estaba ocupado con pacientes prodrómicas. O sea, las que a la primera contracción se van para el hospital. Y eso es un fallo en la educación prenatal, tanto en la que se debe recibir a través del sistema como en la que una misma debería molestarse por obtener. Si no hay problemas mayores, como que se rompa la bolsa y pasen X horas, o líquido teñido, tensión alta, o contracciones seguidísimas y rítmicas, donde mejor está una mujer pasando esas contracciones primeras es EN SU CASA. Donde puede caminar, sentarse, dormir si le apetece y puede, comer, beber y hacer una vida normal hasta que decida trasladarse al hospital porque cambien esas circunstancias y se acerque el momento. Poner a los sanitarios contra la espada y la pared para que te ingresen (cuando ellos tampoco lo consideran necesario) es exponerte a una mayor intervención posible de tu parto. Cosa que a muchas encantará, porque lo que quieren es que todo acabe cuanto antes y enterarse de lo menos posible. De nuevo, fallo en la educación prenatal.
(El asistir a este encuentro me supuso un peaje emocional tremendo (tremendo no es negativo :)). Creo que mis otros cisnes saben de lo que hablo, como dice Ana Isabel, las lágrimas se pueden compartir de formas muy diferentes (y a veces, como en esta ocasión, incluso bellas). Así que agradezco de nuevo la posibilidad que me han dado de acumular más conocimiento, tanto de cosas como de personas, y sólo espero que den su fruto, que cada uno de los que asistimos podamos ser útiles cada uno desde nuestro humilde puesto para poner una losita más en el camino del cambio. Creo fielmente en las palabras del doctor Odent cuando dice que la forma en la que nacemos determina el mundo en el que vivimos. Hagámoslo lo mejor posible.)
Imagen:
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Caro, gracias por compartir con tanto detalle. No tengo que imaginar tu emoción asistiendo a las jornadas ya que a mi me sucedió lo mismo cuando Michel Odent pasó por Granada.
ResponderEliminarLo que siempre ha sabido tu instinto de madre-mujer en boca de quien se supone que "sabe".
El cambio se dará, estoy segura, poco poco pero se dará.
De nuevo Gracias por compartir
Ni me enteré ni habría podido ir, pero casi, casi como si lo hubiera hecho. Mil gracias por el post.
ResponderEliminarUf, Dara, cómo me gustaría a mi también escuchar al doctor Odent... da un curso super interesante en Madrid dentro de dos semanas, pero se me sale del presupuesto :S ( y respecto a tu blog, que sepas que tengo chiquicientas ventanas abiertas con tus últimas entradas esperando contestarte, me gustan todas -yo empecé con el papá de Mateo un Beltane, hace ya 7 años XDDDDD)
ResponderEliminarGracias a vosotras por el interés! :)
¡Qué bien! Como si hubiera podido asistir. Gracias.
ResponderEliminarmama de mateo, me encanto como escribiste todo esto, dando un punto de vista, datos realistas, etc sin intencion de ofender a nadie, ni de hacer mal a nadie, y mucho menos de creerte un guru total en parto y lactancia. Realmente, genial, porqe es de las pocas veces que leo algo de este tema sin sentir que se trata de una persona radical con mas ganas de parir en su casa que de tener un niño sano, a veces hay gente que escribe cosas que dan miedo leer, porque esta lleno de gente ingenua que si leen que "nunca va a pasar nada por este en casa"o "siempre un parto va bien" pueden terminar teniendo problemas. Me alegro de ver que hay gente que explica las cosas de forma respetuosa hacia el lector inocente o sin ningun conocimiento, sin tantas pasiones mezcladas sino con sabiduria.
ResponderEliminarAdmin, difícilmente podría yo plantearme ser un gurú de nada! precisamente yo, que tanto he errado en todo... lo único que me mueve es compartir conocimientos y experiencias personales por si a alguien le puede servir de algo (yo misma incluída) :)
ResponderEliminarY gracias por decirme que no me ves 'radical' ;) yo tampoco me veo, pero hay mucha gente que sí...
Querida Mamá de Mateo:
ResponderEliminarMe gustaría decirte que encontrar tu blog y comentarios ha sido un gran descubrimiento. Te agradezco muchísimo esa forma de escribir con tanta lucidez, sabiduría y buen humor.
Vivo en Salamanca y estoy embarazada de 7 meses, a penas acabo de enterarme de todos esos horrores que se cometen en los hospitales contra nosotras y nuestros hijos. Dado el problema y como no quiero verme litigando con todo el personal sanitario durante el parto, estoy buscando un hospital donde dar a luz de forma natural y si es posible en el agua.
Si sabes de alguno, te agradecería mucho que me informaras. Por favor, sigue escribiendo.... Un abrazo,
cristinasoprano@hotmail.com
Hola mamá de Mateo,
ResponderEliminarnos gustaría verte por el grupo recién creado; lo mismo ya sabes de su existencia...
http://partorespetadosalamanca.blogspot.com.es/
Hola mamá de Mateo. Hace meses que he encontrado este blog y me encanta tu información y tu perspectiva de la vida como mama. Vivo en Salamanca desde hace poco tiempo y estoy embarazada. Queria tener un parto respetado y lo mas natural posible. Incluso me planteo hacerlo en casa pero me falta información para decidir. Necesito saber si en el clínico me respetarán estas decisiones diciéndolo al principio y ya, no me gustaría estar durante el parto preocupada de todo lo que me intenten poner en gotero o de cada accion nueva que hagan conmigo, de hecho hay cosas que aun se me escapan a mis conocimientos, no sé si hay algun ginécologx que practique el parto natural. No se si me dejarán moverme o tener a mi bebe en cuclillas, o como yo quiera. Tampoco sé si en el hospital santisima trinidad me lo permitirán o si hay algún centro donde pueda acceder a una bañera para parir. Necesito saber con quien podría ponerme en contacto para aclarar tantíiisimas dudas que me surgen.
ResponderEliminarUn saludo y muchiiisimas gracias por compartir tantos conocimientos sobre este tema.
Ojala hay alguien que me pueda ayudar.
Hola soy una chika que quiere saber si alguna salmantina a tenido s su bebé el en clínico de Salamanca. Y preguntar si a sido respetada en la forma de dar a luz de su bebé.y si también le respetan a que el padre del bebé este en todo el proceso y cada momento del parto sin que lo echen fuera como si no pintará nada.,cosa que me molesta.me gustaría información gracias y un saludo
ResponderEliminarSoy la chika de antes de Salamanca,también preguntar que si en el clínico no te respetan el parto,en que clínica u hospital de Salamanca respetan lo que quieres y deseas en tu parto,como el dar a luz tu sola o en el agua o bien como tu quieras.
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