No me puedo quitar esta tonadilla de la cabeza, y aún en mi caos, sé que debe ser por algo. Me quiere decir algo, y en un momento u otro caeré del guindo…
Estuve hablando de ella con mi amiga Amaya. I finally found someone, de Barbara Streisand y Bryan Adams, fue la canción que abrió el baile de nuestra boda. No era ‘nuestra canción’, porque creo que el papá de Mateo la desconocía hasta que yo se la mostré. No fue una lenta que nos enamoró en ninguna discoteca (si es que eso ocurre ya en algún sitio! :)). En realidad era mi canción, la canción con la que le soñaba a él, mucho tiempo antes de conocernos.
Fue parte de la banda sonora de mi tiempo en Minnesota. Cómo me gustaba escucharla cuando recorría el barrio colindante al colegio, los domingos soleados, cuando iba a pasear con la excusa de comprar cualquier chuchería. Era libre y feliz, un momento verdaderamente dulce de mi vida. Viajando por el mundo, conociendo otras personas, otras realidades, aprendiendo tantas cosas… era muy feliz disfrutando de mi ‘soltería’ y mi independencia, como no estaba atada a nada, podía entrar y salir, ir y venir sin mayor preocupación. Estaba empezando a aceptar que quizá mi camino por la vida habría de ser así, en un coche monoplaza. Cada vez me parecía más que quizá no existía un compañero de vida para mi. Siempre he pensado que no pedía gran cosa, pero no la encontraba por ninguna parte. Algunos me ‘sugirieron’ que era demasiado exigente. Y que iba a ser complicado que encontrase un hombre que aguantara mi carácter y compartiera mis ideas. (Ante esto, aún me siguen dando ganas de reirme, porque aunque tengo mi carácter, como espero que todo el mundo, no veía el impedimento por ninguna parte…) Pero tenía claro que ni mi carácter era tan insoportable ni mis ideas tan disparatadas ni difíciles de comprender. La vida me presentaría un candidato a la altura, o no me resignaría con un ‘segundo premio’. Cuanto más miraba a mi alrededor, más me daba cuenta de que efectivamente, muchísimo mejor sola que mal (o mediocremente) acompañada. Pero cuando escuchaba aquella canción, soñaba con que fuera posible, que sí existiera… ah, Por fin encontré a alguien…
Volvamos al presente. El día que hablo de esta canción con mi amiga, ponen en la tele ‘Orgullo y prejuicio’. Vaya por adelantado que Jane Austen no es santo de mi devoción, no lo son sus libros y por ende tampoco las películas basadas en sus libros. Pero la escena (interpretada por Keira Knightley y Matthew Mcfadyen) en la que Elizabeth y William ceden a sí mismos y se besan por primera vez, me llegó al alma. Muchas escenas de besos en la mayoría de las películas son insulsas y parte del previsible final muchachitabuenasequedaconelmuchachitobueno. En esta escena
me pareció que se miraban así, como diciendo, ‘Dios, por fin te encontré, pensé que no existías…’. Es el momento en que dos almas gemelas, al fin, se re-conocen, se encuentran. Hay como un suspiro de alivio, de alegría, de decirse a uno mismo ‘yo sabía que tenías que estar en alguna parte’, y ‘¿¿¿¿dónde coño te habías metido??? llevo toda mi vida buscándote!’ XDDDD
En un escenario muchísimo menos glamuroso, más típica del cutrelux de las pelis de Almodóvar, así me sentí yo cuando el papá de Mateo me besó por primera vez. Me daban ganas de salir al balcón de aquella calle Edison y gritar, ‘¿Lo veis?¿Lo veis? No estaba loca!!!! Existe!! Existe, está aquí conmigo, acaba de besarme, y aunque me amarrárais con cuerdas al suelo, no podríais evitar que me sienta levitar a más de un metro del mismo :)))))’
Ha llovido mucho desde entonces. Las almas gemelas también discuten, tienen crisis, se rehacen, el mundo exterior les afecta… pero todo es sobrellevable cuando miras al otro, en el peor de los enfados, y sigues pensando que no os equivocásteis. Sigues pensando que no podrías ser más feliz con nadie más. (Ya estoy moqueando… qué carácter ni qué carácter, si soy una blandita, estoy hecha de magdalena pura!)
Sigues pensando qué suerte que por fin encontré a ese alguien…
Te comprendo, mi canción es You´re my sunshine por Aretha Franklin, (otra version de Bikini Cabado es lo más).
ResponderEliminarY me alegro que encontraras la llave para tu cerradura; yo después de 5 años aún siento mariposas en el estomago cuando mi marido me besa.
Creo que somos afortunadas.
O tal vez no nos conformamos y seguimos buscando buscando hasta que apareció ÉL.
Me has emocionado¡¡¡me alegro que tengas a tu lado a tu alma gemela.
ResponderEliminarSólo me falta un Mateo corriendo por el pasillo... pero eso también se andará, lo bueno se hace esperar. ¿A que sí?
ResponderEliminarSí Leia, lo bueno muchas veces se hace esperar.
ResponderEliminarCaro, jope, me has emocionado. Yo creo que somos muy afortunados quienes hemos encontrado a LA persona. Siempre me asombro de lo difícil que es algo que pudiera parecer tan obvio, porque al final casi todo el mundo se empareja; pero es una gran suerte.
Caro, cuanto más te leo más me doy cuenta que nos parecemos mucho.
ResponderEliminarMe ha emocionado mucho cómo has contado tu historia. La he leído al ritmo de la guitarra de Santana... y créeme se me han puesto los pelos como escarpias.
Entiendo perfectamente lo que dices, durante un tiempo yo también pensé que navegaría sola, y que MI alma gemela era producto de mi imaginación. Pero mira tu que me equivoqué.
La había encontrado ya, pero la había dejado escapar. 4 años después, una casualidad nos unió de nuevo, y cuando le vi supe que era él pero que no me había dado cuenta. Él tenía pareja, pero lo dejó todo y empezamos nuestra andadura, hoy 11 años después han habido muchas peleas, muchos desacuerdos, pero también mucho amor, mucho apoyo, mucha complicidad, y un amor muy grande. Y sí, cuando me besa sé que´no dejaría a nadie más que lo hiciera.
POr dios, que bonito lo que has escrito!!! Y lo ha leido el papá de Mateo. Seguro que le has emocionado tanto o más que a nosotras. No hay mejor cosa que la vida con amor.
ResponderEliminarenhorabuena por disfrutar de él!!!
Muchos besos.
Yo venía a invitarte al sorteo de mi blog y me voy con la lagrimilla en el ojo!!
Gracias a todas por vuestros comentarios!! :)
ResponderEliminarComo ya he dicho antes, estoy encantada de saber que hay tanta gente con la suerte de haber encontrado su otra parte verdaderamente :))))) además, es la base indispensable para formar una familia... qué distinto crecer con unos padres siempre que se unieron Dios sabe por qué, a hacerlo con unos padres enamorados. Si vosotras mismas venís de padres de uno o de otro estilo, seguro que sabéis a qué me refiero.
Jajajajaja Leia! Mateo ya correo por el pasillo! XDDDD
Hala, Nonin, no tenía ni idea, espera que me paso por allí ;)
Pues tengo entendido que tus padres se conocieron por el año 1974, una subia por la Avenida del Llano y el otro bajaba, un dia tu padre volvió la cabeza y por lo que vio, hasta el día de hoy,besos para Mateo.
ResponderEliminar:))))))))))
ResponderEliminar(Y menos mal! besos de Mateo para vosotros ;))
Ay, no había leído esto, Caro, qué bien escrito, en el límite exacto sin llegar a la cursilería, jajajaja...
ResponderEliminarMe ha encantado!!!
Yo también me siento así, cada vez que huelo, beso y abrazo a mi compañero, el inmenso placer me dice que no estaba equivocada.
Besos!!!