miércoles, 25 de noviembre de 2009

25 de noviembre: día internacional contra la violencia machista

 

Hay quien dice 'de género'. ¿De qué genero? Yo prefiero seguir llamándola MACHISTA. Sin eufemismos.

Con lo de violencia de género ya hay quien ha saltado que se refiere a la violencia de un género contra otro, y que también hay violencia de mujeres hacia hombres. Yayayayayaya... ya sé que hay mujeres que maltratan a hombres, lo que me parece igual de mezquino y punible. PERO NO COMPARABLE. Ni en frecuencia, ni en consecuencias, ni en número de víctimas. Es un recurso muy manido eso de intentar dar la vuelta a la tortilla (eso, y recurrir a lo de las denuncias falsas... y no sigo por ahí, porque me enciendo)

Violencia machista es la que ejerce un hombre sobre una mujer por el hecho de sentirse superior el primero a la segunda, o por el hecho de que el primero encuentre inferior a la segunda. Lo mismo me da. Y obviamente, lo más grave son los golpes y las agresiones sexuales. Pero no hay que olvidar los insultos, los malos modos (anda, cállate ya, qué coño vas a saber tú de esto, que eres tonta perdía... que te calles ya y pongas la comida de una puta vez), los celos (iba a añadir 'patológicos', pero lo considero innecesario), el control (¿dónde has estado hasta ahora? ¿quién te ha llamado? con esa ropa no sales de casa. Dame tu móvil)...

Lo más grave es que mucha gente sigue pensando que estos dos últimos, los celos y el control, son signos de lo mucho que ama una persona. Lo he oído muchas veces, pero nunca me lo he creído. Si veo a mi pareja tonteando con otra no voy a tener celos, lo que haré es indignarme, porque me parecería una falta de respeto por su parte. Una persona que quiere a otra NO necesita 'darle celos'. Esas relaciones son patológicas. Los hay que argumentan que 'es para darle vidilla a la relación'. Sin comentarios. Bueno no, qué coño sin comentarios: si así es como consideran que se 'da vidilla' a una relación... van apañados.

En esto aún estoy muy desesperanzada, porque creo que las cosas no avanzan. Pueden sacar todas las leyes y las medidas que quieran, pero es muy difícil ir por delante de la sociedad. Desde luego que están bien para poner su justo castigo (ojalá lo fuera... justo, digo), pero como en casi todo, lo mejor es la prevención. Sería mucho mejor que, en vez de que entraran más maltratadores en la cárcel, hubiera menos hombres con necesidad de maltratar a una mujer. Que hubiera más mujeres con una autoestima y reconocimiento de su dignidad tal que JAMÁS permitieran ni lo más mínimo, para empezar. Hay muchíiiiiiiiisimo trabajo que hacer aún en la educación de las nuevas generaciones. Pero es un trabajo dificilísimo, porque eso sigue estando en el ámbito de lo más íntimo. De poco sirve que por decreto en las escuelas se inculquen valores de igualdad si en casa no se ve eso... felizmente, en algún caso, algún niño o niña se dará cuenta de que lo que vive no es lo normal, ni lo bueno, y hará por cambiarlo. Pero es muy difícil, porque el modelo para todo son/somos los padres. Y que actualmente haya un número creciente de violencia machista entre menores es lo que más me apena, porque me doy cuenta de que nada cambia.

Hoy es el día internacional: dediquemos un momento a pensar en todas las mujeres que están siendo víctimas en estos momentos. En las que lo han sido y, afortunadamente, consiguieron escapar. En las que conocemos y las que no. En cómo podemos ayudarlas, en descubrir si están en semejante situación (ellas no lo van pregonando). En las que han muerto, y ya no están, y en muchas que estando vivas no salen de su infierno particular. Muchas estoy segura de que preferirían estar muertas, acabar ya con todo de una vez. Podemos encontrarlas donde menos nos esperamos, no penséis que son cosas que les pasan a los demás, que se ven en la tele. Pasan muy cerca, y como familia, grupo de amigos, sociedad en general, debemos estar alerta. No sólo hoy. Todos los días.

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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Qué paciencia hay que tener...

Para muchas cosas, pero hoy he visto un caso loable de mayor paciencia que la del supuesto Job en una cajera de supermercado.

Ella no me conoce de nada, aunque me ve casi todos los días porque me atiende muchas mañanas cuando voy a comprar el pan con el terremoto. Y hoy este post va para ella porque me ha dejado a cuadros...

Situación: tres personas por delante de nosotros, con cestas poco llenas... estoy entretenida mirando a Mateo y convenciéndole de que no se coma la bolsa del pan, y empiezo a oir un run run... miro, y la señora a la que están cobrando, empieza a liarla porque ofendidísima le dice a la cajera que por qué ya no dan bolsas, que las dan en todos los supermercados (yo ya empiezo en el interior de mi cabeza 'Señoraaaaa! que no ve usté la tele o qué???BOLSA CACA!). Con paciencia, ella le explica acerca de la campaña de Carrefour, que ya se lleva avisando un tiempo, etc. ¿Necesita bolsa?, le pregunta. 'Pues claro, rica, no querrás que lo lleve en la mano, no?'. Cuando le dice que las hay de 5 cts y de 25, por supuesto la Elena Salgado de la tercera edad le dice que una de 5 cts, que son unos miserias todos... y sigue refunfuñando por lo bajinis. El señor que está detrás de ella, para su suerte esta mañana, está sordo como una tapia, y también parece un poco en su mundo. Total que no se da cuenta, ni él ni la arpía, y la chica le pasa la compra de los dos. ¡Nueve euros, nueve euros, como van a ser estas dos cosas nueve euros, por Dios, si es que no queréis más que robar! a estas alturas el siguiente señor (no el sordo) y el que va detrás de mí ya se han dado cuenta de la situación, y unos ríen y otros mascullan que se largue ya, que tenemos prisa. 'Porque esto no es mío, no es mío, no lo ves??' El sordo sigue a lo suyo, la chica anula la cuenta y vuelve a pasarlo todo otra vez. La otra no le quería devolver la bolsa, porque pensaba que se la iban a cobrar dos veces... 'Bueno, y méteme la compra en la bolsa, que en eso va tu obligación!' con unos aires de marquesa de su barrio ... Y la chica con una educación, un saber estar, un no perder los nervios, 'Pues no, señora, no está en mi obligación, pero no obstante yo se lo meto', mientras la otra seguía la retahíla de que son todos unos ladrones y que tal y que cual... ninguno veíamos ya el momento de que se largara por la puerta... Cuando por fin le dice la cantidad de lo suyo, 3, o1 euros, le espeta '¿Seguro? mucho me parece eso a mí pa' lo que llevo' 'Mire señora, no quiere el ticket? Aquí lo tiene,esto más esto es esto', Coño, que lo calcula una máquina, cabrona, vete ya para tu casa! Diosssssssss! Yo lo estaba pasando francamente mal por la chiquilla, me veía en su puesto y tirándome al cuello de semejante esperpenta...

No pude por menos y se lo dije: 'Lo que hay que aguantar, hija mía...'. Y a pesar de que todos nos congraciamos con ella, no creáis que se le ocurrió soltar ni un improperio contra la arpía en ningún momento. Sonrió.

Mucha gente se queja del trato de algunas cajeras... en especial, de una cadena de supermercados concreta, que joer, a veces parece que en la selección de personal piden a propósito ser choni y no haber acabado la ESO... pero yo creo que la mayoría tienen MUCHO MÉRITO. Un trabajo con un horario super esclavo, gran parte del cual tienen que estar de pie, y aguantando chorras y maleducados  (y algún que otro mangui!) por cuatro perras... tendrían que hacerles un monumento!

Una reivindicación: oigan, señores, que ser educado no cuesta un duro, por favor!! y tanto que se quejan de que los jóvenes de ahora no respetan, no tienen modales... los peores ejemplos de malos modos y falta de educación las he visto casi siempre en personas mayores. 'Venerables' ancianit@s, que con eso de que son viejos, joer, parece que hay que tragar con todo lo que se les ocurra, y no puede ser!

Sonia (sé que te llamas Sonia porque lo he oído a tus compañeras y lo pone en mi ticket...): me quito el sombrero.

viernes, 6 de noviembre de 2009

"De una madre a su hija"

Hace tiempo que vi este vídeo en el blog de Crianza y Confianza, y quería rescatarlo para mostrarlo también aquí.

Quizá no se aplique a todas nuestras circunstancias, pero estoy segura de que muchas nos veremos reflejadas. Madres, hijas, abuelas... es muy hermoso. Yo no puedo dejar de llorar cada vez que lo veo.

Y te lo dedico a ti, mamá. Somos distintas en algunas cosas... fruto de la época y las circunstancias en que hemos vivido... pero he aprendido de ti a ser madre. Y espero que me perdones las muchas veces que, por ignorancia, no he reconocido tu valor o agradecido tu dedicación.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Manifiesto 'Más tiempo con los hijos'

Para adherirte al Manifiesto: Envía nombre, apellidos, profesión/actividad y lugar de residencia a: mastiempoconloshijos@gmail.com
MANIFIESTO
DOS AÑOS DE MATERNIDAD/PATERNIDAD GARANTIZADOS POR LOS PODERES PÚBLICOS

Desde hace más de un siglo se conoce la gran importancia que supone para toda la vida del niño y del futuro adulto disponer a su lado, desde el nacimiento y durante los primeros años de la vida, de una o dos figuras de vinculación suficientemente próximas y suficientemente estables en el tiempo. Con los conocimientos científicos actuales resulta evidente que, antes de los tres-cuatro años, es mejor evitar la institucionalización de los bebés y de los niños, si no existen graves motivos para ello. Estas afirmaciones están basadas en:

a) Las investigaciones de los últimos 50 años sobre la vinculación del niño pequeño a sus cuidadores, como base de su salud mental y de su autonomía posteriores. La figura de apego provee, en los primeros años, la seguridad básica esencial para poder explorar el mundo y en esta seguridad básica se sustenta la capacidad de relacionarse con los demás de modo sano y de aprender.

b) Las investigaciones de las últimas décadas sobre la relación entre el vínculo con el cuidador y el desarrollo de las estructuras neurológicas del cerebro que nos muestran, por ejemplo, que el desarrollo del cerebro depende de la calidad de la crianza.

c) Los efectos negativos probados de la institucionalización parcial o total sobre la evolución infantil.

Hoy sabemos que el niño necesita ser cuidado por personas suficientemente constantes en el tiempo, que establezcan con él un vínculo emocional intenso. Esto es lo que le permite desarrollar una vinculación segura y estas condiciones las reúnen, especialmente, los padres. Sólo mediante la continuidad y la constancia en el tiempo, niño y adulto pueden llegar a conocerse, demandar y recibir respuestas adecuadas, realistas y coherentes y, por tanto, estructurantes.

Hoy en día, con la legítima integración de la mujer a la formación y al trabajo remunerado, cada vez más globalizada, existe la indudable necesidad de conciliar el cuidado de los hijos con el trabajo de los padres. Eso significa atender al derecho de los hijos a unos cuidados adecuados para alcanzar un desarrollo personal y mental saludable, así como atender a los derechos de los padres a su propio desarrollo personal y profesional -- lo cual, entre otras cosas, debe suponer unos ingresos familiares al menos suficientes para el crecimiento y la integración social de niños y familias.

Sabemos que la procreación, además de ser un deseo de los padres, es también una necesidad social. John Bowlby, un experto en estos temas, decía que "la energía que el hombre y la mujer dedican a la producción de bienes materiales aparece cuantificada en todos nuestros índices económicos. Pero la energía que el hombre y la mujer dedican a la producción, en sus propios hogares, de niños felices, sanos y seguros de sí mismos, no cuenta para nada en ninguna estadística. Hemos creado un mundo trastornado".

Las políticas educativas que pretenden arreglar el fracaso escolar con más horas de institución a cualquier edad, transmiten o incluso inculcan a los padres la creencia errónea de que hay que "socializar" a los bebés a los pocos meses; que asistir muchas horas a la escuela es mejor que los cuidados que ellos mismos pueden brindar, y que los padres deben trabajar más y esforzarse laboralmente aún más para poder pagar muchas actividades extraescolares en aras de supuestas mejorías en la formación de sus hijos.

Se invierten fondos y recursos en más plazas de guarderías (escuelas infantiles) y, después, en más plazas de aulas de refuerzo para niños con fracaso escolar; en más equipos de salud mental infanto-juvenil; en más hospitales de día; en más psicofármacos para la infancia; en más servicios hospitalarios para niños y adultos con problemas, etc. Sin embargo, se está ayudando poco a los padres, a nivel económico y laboral, a que mantengan un tiempo para estar con sus hijos, para realizar actividades con ellos, fomentando así una adecuada evolución personal y social. Es decir, su salud mental. Éstas son las verdaderas medidas preventivas. Y por eso resultan mucho más rentables económica, social, emocionalmente y en otros muchos sentidos.

Son sólo algunas de las principales razones por las cuales la sociedad debe contribuir a la crianza de sus jóvenes continuadores. Para ello, resulta fundamental que se comprometa con una verdadera conciliación de la vida laboral y familiar, ayudando a los padres que decidan cuidar personalmente a sus hijos a que tengan el tiempo para ello. En ese sentido, algunos países escandinavos, cuyos niños, por cierto, quedaron en los primeros puestos del último informe PISA (2006) sobre resultados educativos, van muy por delante de nosotros. Consideramos que las políticas educativas y de crianza deben tener en cuenta los conocimientos emanados de las importantes investigaciones llevadas a cabo en las últimas décadas, como se ha hecho en esos países.Los padres y los bebés de nuestras sociedades se merecen la posibilidad de que, si las madres y padres quieren, puedan ser ellos los principales cuidadores de sus hijos, al menos durante los dos primeros años. Sobre todo, teniendo en cuenta que, con los niveles actuales de natalidad, eso sólo ocurrirá una o dos veces en la vida.
CONSCIENTES de esas necesidades de los niños, de las madres y de los padres de nuestra cultura,PROFESIONALES de la psicología, la psiquiatría, la enfermería, el trabajo social, la sanidad en general y otras disciplinas conexas, interesados en la salud mental de la población, hemos puesto en marcha una campaña de sensibilización y apoyo CON EL FIN DE SOLICITAR a las instancias legislativas y ejecutivas de nuestro Estado:

-Prolongar hasta los dos años el tiempo de cuidado compartido por maternidad/paternidad con protección pública para todos aquellos padres que deseen ocuparse personalmente de sus hijos. Sobre todo, porque se trata de un sistema de cuidados más personalizado y, desde el punto de vista social, más económico y eficiente.
Son necesidades que hoy nos parecen urgentes en los países industrializados, tanto para un aumento de la felicidad de padres e hijos, como para preservar y aumentar la salud mental de las poblaciones. De ahí la reivindicación fundamental que deseamos difundir con esta campaña

-DOS AÑOS DE MATERNIDAD/PATERNIDAD GARANTIZADOS POR LOS PODERES PÚBLICOS.“LA SALUD DE LOS NIÑOS HA DE SER LO PRIMERO”, como muy bien afirma la Oficina Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

ANEXO:

GUARDERIAS Y ESCUELAS INFANTILES PARA TODOS LOS QUE LAS NECESITEN.
Conscientes de que, de todos modos, hay momentos o situaciones en las cuales los padres pueden necesitar llevar a sus hijos a escuelas infantiles, consideramos que estas instituciones requieren de unas condiciones mínimas necesarias para desarrollar adecuadamente sus servicios, por lo que consideramos imprescindible, en estos casos:

-que las guarderías y escuelas infantiles, para los padres que las necesiten, cuenten con personal y recursos suficientes y bien formados, en especial en los tres primeros años de la vida del niño; también, con espacios y educadores particularmente constantes y estables, para que puedan respetarse y atender las necesidades de los niños.

-que haya una proporción adecuada de personal especializado por cada bebé. En ese sentido, las tasas normalmente aceptadas son de una persona por cada 3 ó 4 bebés; para los niños de más de 2 años, una persona para cada 5 ó 6 niños.

-que los recursos sean accesibles para todos y gratuitos en el caso de familias más desfavorecidas.

-que estén orientadas a fomentar la presencia de los padres y madres en la vida de los niños, con horarios adaptados a las necesidades de las familias.

Grupo Promotor
Demetrio Casado, Doctor en Farmacia, Director del Seminario de Intervención y Políticas Sociales (SIPOSO), Madrid.
Ana Pavón, Psicóloga de La Unidad de Salud Mental de Benidorm (Alicante).
Purificación Sierra, Profesora Titular de Psicología Evolutiva de la UNED.
Jorge L Tizón, Psiquiatra, Psicólogo y Neurólogo. Director del Equipo de Prevención en Salud Mental- EAPPP del Institut Català de la Salut en Barcelona y profesor de la Universidad Ramon Llull. Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Internacional.
Eulàlia Torras, Doctora en Medicina y Cirugía. Psiquiatra y psicoanalista de niños y adolescentes. Presidenta de la Fundació Eulàlia Torras de Beà Institut de Psiquiatria-Psicologia del Nen i de l'Adolescent. Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Internacional.
Mercedes Valcarce, Profesora Titular de Psicología Evolutiva de la Universidad Complutense. Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Internacional.

A 15 de Septiembre de 2009.

Mi cuerpo, mi vida

 Hoy quiero dedicar este post a dos mujeres sabias y valientes, a las que he tenido suerte de 'conocer' y que con sus palabras sencillas me han ayudado estos días más de lo que ellas imaginan. La temática no tiene que ver con ellas, pero quiero expresarles mi agradecimiento. Gracias, Ile, gracias, Mimita.

Cuando comencé la lectura de 'Mujeres que corren con los lobos' imaginaba que no iba a ser un libro más... es unMujer Salvaje ba lectura ardua, en la cual tengo que hacer varias paradas para reflexionar sobre las cosas de las que habla. Marco, subrayo, sopeso, recuerdo, me sorprendo, enlazo, reconozco... y sonrío ante la idea de que el viaje hacia el 'reencuentro' con la Mujer Salvaje es uno sin retorno. No hay billete de vuelta ;)

Muchos de los temas que toca me inspiran a escribir algo más sobre ello, pero hoy me voy a detener en el capítulo 7: "El júbilo del cuerpo: La carne salvaje". ¿Por qué? Yo que sé por qué... porque he vivido media vida esclava de mis complejos, y eso es suficiente. Voy a poner las cartas sobre la mesa.

Vivimos en una época y una sociedad en la que somos esclavos de nuestra imagen exterior (en otras sociedades, en nuestra misma época, esto no pasa; pero ¿en qué sociedades?¿acaso conocemos alguna que no sea la nuestra?). La razón no la sé, sólo propongo mis teorías. La principal es que nuestra imagen exterior es más fácil de modelar para el gusto ajeno-aún requiriendo mucho esfuerzo y a menudo, dinero- que la imagen interior. Es más fácil adelgazar 20 kilos, 'suavizar' el gancho de tu nariz, operar tus tetas, deshacerse de una 'horrible!' celulitis,  hacer brazos en el gimnasio... que ser buena persona. Ser una buena persona es una tarea terriblemente complicada.

'Carolina, es que lo uno no quita lo otro!', dirá alguno... sí, claro, si yo tampoco argumento lo contrario. Cuidar de que nuestro cuerpo sea armonioso es una obligación. Pero mi idea de lo armonioso no debe schwarzeneggercasar mucho con lo que se cree en general. Los kilos que se pierden 'a traición' de nosotros mismos vuelven duplicados tarde o temprano, las 'hermosas' tetas de plástico a los 30 lucen 'bárbaras' (nunca mejor dicho) a los 60, los musculitos que tantas horas de gimnasio nos costaron nos pueden dejar  como al bueno del abuelo Schwarzenegger (Dios, qué grima...)... vamos, que el tiempo, sabiamente, se encarga de hacer los ajustes pertinentes...

Hoy en día (y vuelvo a repetir, en nuestra sociedad) los hombres también han caído víctimas de esta falacia, afortunados ellos en el pasado, que parecían estar libres. Supongo que sencillamente, son un 'nicho comercial' muy abundante que estaba sin explotar. Pero las mujeres somos las que hemos sufrido y sufrimos esta lacra desde hace tiempo. Y otra vez, '¿Por qué?' supongo que porque todos necesitamos sentirnos admirados. Sobre todo, y durante una parte de nuestras vidas, por el sexo opuesto. Al fin y al cabo es lo que nos va a permitir reproducirnos (o otros fines afines...). Y supongo que creemos necesitar tener las cualidades que el otro va a admirar. Casi todas las mujeres creemos que los hombres buscan la belleza en las mujeres. Que estemos buenas. Lo gracioso es que esto, aparte de no ser siempre así, lo que unos y otros entienden por bello no podría ser más diferente.

Nos enseñan desde pequeñas la frivolidad de que, para tener novio, hay que estar guapas. Cuando todas mis amigas empezaban a tener novio(s) allá en el siglo pasado, yo nunca lo tuve. Conclusión: no debía ser muy guapa. Y así lo consideré durante mucho tiempo. Y no sólo lo consideré yo: la sociedad en la que vivía, de una forma u otra (de muchas formas!), me daba la razón. Me sobraban kilos, no era nada fashion vistiendo, era poco femenina (¿¿¿???).... )poco femenina en el sentido de que no me gustaba maquillarme ni pasar el día con el secador en la mano haciéndome peinados nuevos... porque femineidad ya me sobraba entonces). Yo misma me despreciaba, y 'coincidió' que fue una época donde disfruté al máximo de mis amistades masculinas. Allí no tenía que competir con nadie. Prefería pensar que era uno de ellos. Iba como el Patito Feo, dando tumbos, alejándome de mi verdadera especie...

Un día tuve una 'especie de novio' que me dejó por fea. Así me lo dijo. Le avergonzaba que sus amigos le vieran conmigo. Creían que era poca cosa para él. Y entonces se acabó mi ingenuidad (a Dios gracias!!). Me dí cuenta de lo ridículo que es resignarse a que otro te 'quiera' en función de tu imagen exterior. Yo tenía muchísimo que ofrecer, y claramente, no estaba al alcance de cualquier cegato. Confié en mi imagen interior, y comencé a darme cuenta verdaderamente de lo que valía. Y de que sólo lo compartiría con la persona que supiera verlo, si es que semejante persona existía. ¿Qué te parece? La fea se volvió hasta exigente, qué cojones tiene. Encima se pone chula...

Aquellos fueron los años mágicos en que la Loba empezaba ya a susurrarme... me puso a alguna hembra vieja y sabia por el camino, y empezó a llevarme por aquí y por allí... cuando más distraída estaba, me encontré con alguien que supo ver ... y seguía aprendiendo.

Aún así, sigo viviendo en la misma sociedad. Como soy mucho más humana que divina (de la muerte), a menudo tengo sentimientos ambivalentes acerca de mi propio cuerpo. Muchas 'alienadas' consiguen hacerme sentir mal con su propia alienación... todo el día hablando de dietas, de qué comes, de cuántos kilos han perdido, de cuántos ha ganado no se quién (de los propios no se habla jamás!), de qué talla tan grande, buf, qué mal, blablabla ... a veces durante un minuto (o un día, o varios, seré gilipollas) caigo en la trampa. Pero allí, en la oscuridad de la trampa, me toco las tetas, estas tetas grandes y poco elegantes, coño, y se me llenan las manos, y me siento taaaaan bien... tetas que han gozado y hecho gozar, que han alimentado y espero que lo sigan haciendo, que ojalá no enfermen nunca... y me da igual que no sean perfectas. Me apoyo en mis caderas anchas, que tanto han bailado, disfrutado haciendo el amor, sufrido pariendo, gozando albergando vida... y me siento dichosa. La Venus de Willendorf que hay en mí se descojona y con las uñas, arrastrándose, sale de la trampa, y se ríe, bajito, y se compadece, de tanta pobre alienada.

Yo no sabría estar 'a dieta'. No creo en las dietas. Creo en 'la dieta'. Para mí comer sano no es comer sólo lechuga y manzanas. Yo disfruto con la comida, a veces hasta puntos obscenos, soy muy exagerada. Me gusta escogerla, elaborarla y comérmela, y ver cómo los demás disfrutan comiendo también. Lo mismo unas judías verdes con tomate que un tiramisú casero. Creo que mi hijo ha heredado esto de mí, porque el entusiasmo que pone cuando ve acercarse la comida es digno de un top ten del youtube. Por eso me siento muy a disgusto comiendo en un entorno en el que a las mujeres (y a las que están gorditas, más) se les sirve deliberada y cruelmente una ración más pequeña (tú ya tienes bastante, que estás muy gorda). En el que sólo se ofrece repetir a los hombres (o siempre a los hombres primero). En el que parece que la que menos come se va a llevar un premio. Tiranía e hipocresía entre las que deberían ser aliadas. Pero muchas mujeres no saben ser si no es comparándose continuamente con otra a la que puedan hacer de menos para ellas sentirse más...

No hubo un tiempo en mi vida en que lo pasara peor que en mis primeros meses de embarazo, porque lo vomitaba TODO. Hasta el Caribán. El olor de la comida, de los sofritos, los anuncios de comida! todo me daba arcadas. Le cogí hasta miedo a comer, evitaba comer para ver si así vomitaba menos. Pero daba igual. Y aún recuerdo cuando pasó aquella época.... AAAAAAH! :) Y me pude comer un peazo de gofre de esos de la feria, lleno de nata y chocolate, sin devolverlo a la madre Tierra. Diooooooos... y el primer kebab... después de haber vagado mucho más de 40 días por aquel desierto, recuperaba mi apetito y el placerrrrrrr de comer. La gente que no sepa lo que es esto pensará que estoy loca de atar :)

Para acabar con tanto escabroso dato autobiográfico, transcribo dos párrafos del capítulo (por no transcribir el capítulo entero...):

"Los severos comentarios acerca de la aceptabilidad del cuerpo crean una nación de altas muchachas encorvadas, mujeres bajitas sobre zancos, mujeres voluminosas vestidas como de luto, mujeres muy delgadas empeñadas en hincharse como víboras y toda una serie de mujeres disfrazadas. Destruir la cohesión instintiva de una mujer con su cuerpo natural la priva de su confianza, la induce a preguntarse si es o no una buena persona, a basar el valor que ella misma se atribuye no en quién es sino en lo que parece. La obliga a emplear su energía en preocuparse por la cantidad de alimento que ha comido o las lecturas de la báscula y las medidas de la cinta métrica. La obliga a preocuparse y colorea todo lo que hace, planifica y espera. En el mundo instintivo es impensable que una mujer viva preocupada de esta manera por su aspecto".

"Una mujer no puede conseguir que la cultura adquiera más conciencia diciéndole:"Cambia". Pero puede cambiar su propia actitud hacia sí misma y hacer que las proyecciones despectivas le resbalen. Eso se consigue recuperando el propio cuerpo, conservando la alegría del cuerpo natural, rechazando la conocida quimera según la cual la felicidad sólo se otorga a quienes poseen una cierta configuración o edad, actuando con decisión y de inmediato recuperando la vida y viviéndola a tope. Esta dinámica de autoaceptación y autoestima son los medios con los cuales se pueden empezar a cambiar las actitudes de la cultura".

Imágenes:

http://elquecorreconlobos.blogspot.com/2009/04/cantando-sobre-los-huesos.html

http://www.taringa.net/posts/imagenes/858300/El-schwarzenegger-de-hoy.html