viernes, 2 de diciembre de 2011

Señora, ¿usted concilia en su casa?

No recuerdo muy bien por qué ayer me acordé de este tema y le dí unas pocas vueltas en la cabeza. Y hoy, al calor de una conversación con Mamá sin Complejos en la que ella planteaba la situación de la mujer en casa y en el trabajo (que no ha variado apenas en 10 años), me ha vuelto de nuevo aquella reflexión.

Tengo la sensación, como mucha gente, me parece, que esto de la conciliación es COSA DE MUJERES.  Y eso es claramente lo que opinan nuestros políticos, en lo poco que se dejaron ver el plumero durante la campaña electoral. Ah, eso,  y que todo se soluciona con la escolarización de 0 a 3 años. Representantes de TODO SIGNO POLÍTICO, IZQUIERDA, DERECHA, EN MEDIO Y EXTREMOS. Todo el mundo asume que las que tenemos más interés en conciliar somos nosotras, porque, de manera natural, nos preocupamos más por el bienestar de nuestros hijos y nuestras familias. ¿¿¿¿¿Qué?????? ¿Y nos quedamos tan anchos? ¿A los hombres no les preocupan sus hijos ni sus familias? Apañados vamos, entonces.

Si en una familia, sólo un miembro está interesado en conciliar, no conciliarán jamás. Y eso está fuera del alcance de lo que pudiera lograr ningún político, ni ninguna ley. Si a un hombre no le importa lo que ocurra con el desarrollo personal de pareja y de sus hijos, perdónenme la expresión, pero es para mandarle a la mierda. Contemplo que las voces que se alzan demandando medidas para mejorar la situación son cada vez más numerosas… sí: pero casi todas SOMOS MUJERES. ¿Dónde están los hombres que quieren conciliar? Aunque no participen en foros o redes sociales, ¿concilian en su casa? Porque se puede hacer mucho por la conciliación antes de que lleguen medidas políticas. EL REPARTO DEL CUIDADO DE LOS HIJOS Y LAS TAREAS DOMÉSTICAS ES CONCILIAR. Si en tu casa esto no es equilibrado, ningún político va a venir a equilibrártelo jamás. Si pides conciliación a tus políticos, piensa: ¿se la pides también a tu pareja? ¿O asumes RESIGNADAMENTE que es cosa tuya? ¿Pides conciliación Y ASUMES, RESIGNADAMENTE, UNA DOBLE JORNADA??? Eso es, cuando menos, paradójico, amiga. Y soy consciente de que muchas mujeres piden cosas a ‘los políticos’ que deberían empezar por pedir en sus propias casas. Haciendo cambiar de mentalidad a sus parejas. Sí, señoras, esto es así. Cuando aún somos una parejita de novios, ahí es el momento de poner los cimientos de la conciliación. Cuando queda claro PARA LOS DOS que mi tiempo y mis opciones son IGUAL DE IMPORTANTES QUE LAS TUYAS. Cuando el trabajo de ambos, remunerado o no, es IGUAL DE IMPORTANTE. Cuando EL CUIDADO DE LOS HIJOS ES IGUAL DE IMPORTANTE PARA LOS DOS. Cuando no existe el chantaje de ‘yo trabajo fuera, así que los niños y la casa pa tí’. Si admitimos esto sin luchar contra ello, y luego pedimos conciliación a ‘los políticos’, estamos cayendo en la hipocresía. Estamos pidiendo que alguien venga a solucionarnos un marrón que nosotras no podemos, o no nos atrevemos a atajar. Y es nuestra responsabilidad como mujeres que quieren que cambie todo este sistema de mierda, el hacerlo. EXIGIR CONCILIACIÓN DENTRO DE NUESTRA PROPIA CASA. No tener miedo a la crisis de pareja que sobrevenga cuando DEJEMOS DE ASUMIR LA DOBLE JORNADA. Estoy hartísima de escuchar ‘es que él es así, y fíjate, ya no va a cambiar’ (¿¿¿¿¿QUÉ????? dejámelo a mi y verás si cambia),  ‘si, cuando me enfado porque ya estoy muerta de cansancio me promete que va a hacer tal y pascual, pero nada, le dura dos días’ y argumentos por el estilo que todos conocemos. ¿Realmente merece la pena compartir nuestra vida con una persona así? Muchas mujeres están convencidas de que sus maridos, aunque son unos perros, las quieren. Y yo lo siento, pero estoy convencida de que no. Un hombre que falta así al respeto a su mujer Y A SUS HIJOS (si los tienen), SÓLO SE QUIERE A SÍ MISMO. Te comprará regalos, te follará bien de vez en cuando, lo que tú quieras: pero no te quiere.

No. Si tu pareja no hace ni el huevo por conciliar dentro de tu casa, o no te quiere, o desde luego no te quiere lo suficiente. Y ahí cada una tenemos que ser sinceras con nosotras mismas, y pensar que la responsabilidad de vivir toda una vida así, y obligar a nuestros hijos a que la vivan así, finalmente ES NUESTRA. Nosotras decidimos, por supuesto.Y tendríamos que darnos cuenta de que hay modelos familiares en los que, sencillamente, es mejor no caer. Incluso a riesgo de lo más temido: quedarse sola. Mejor sola que mal conciliada.