lunes, 21 de febrero de 2011

Pese a lo que te pueda parecer, sí, me gusta hacer ejercicio

La semana pasada fue una semana muy especial por muchos y variados motivos, pero en el post de hoy sólo me voy a centrar en uno: he comenzado a practicar danza del vientre :)

Llevaba varios años anhelando hacerlo, pero unas veces no tenía tiempo, y en otras el precio era exageradamente caro… pero nada llega antes ni después, sino en el justo momento :) AHORA.

Cuando era pequeña, era una niña muy poco activa. O esa es la visión que me he creído (me han hecho creer) de mi misma. Me encantaba leer, escribir, dibujar, jugar con mis muñecas… pero por supuesto que me gustaba andar en bici, y hacía muchas excursioncillas con los amigos. Recuerdo me encantaban el tenis y el badminton, hacíamos unos torneos increíbles, grandes y peques, en el patio. Pero no me gustaban nada los deportes de equipo, ni fútbol, ni baloncesto, ni voley ni nada eso. Y odiaba las clases de gimnasia del cole con toda mi alma. Que generalmente consistían en hacernos correr hasta reventar mientras que el listo de profe de turno estaba sentado viendo las moscas o leyendo el periódico. Y yo odiaba, y odio, correr. Siempre iba de las últimas. No contenta con tener que escuchar el graciosísimo ‘venga, que te pesa el culo'! , desarrollé bien pronto unas tetas que casi nadie tenía, con su correspondiente incomodidad y vergüenza. Forcé la máquina todo lo que pude, exploté hasta el infinito un dolor de espalda (supongo que el normal del crecimiento) para conseguir una exención. Y la conseguí. Me sentía contenta y feliz de no tener que seguir aguantando la tortura y la incoherencia de una mal llamada ‘educación  física’. Pero aquello afianzó mi idea de que yo NO VALÍA para hacer ejercicio. Durante muchísimos años pensé que era una seta, y una vaga. Hasta que llegué a la universidad.

Animada por una de mis mejores amigas, me apunté a aerobic, y descubrí que me encantaba hacer ejercicio. Me gustaba el beneficio físico que me reportaba, sobre todo. Lo ágil que me sentía, lo bien que dormía, lo mucho más animada que estaba :) y a partir de ahí, también hice bailes de salón durante un tiempo, íbamos a clases gratis de bailes latinos… y cuando estuve en EEUU, me apunté a baile irlandés desde que llegué, y era un ejercicio extenuante pero bellísimo, que me encanta (como imaginaréis, soy fan absoluta de Riverdance). Siempre he adorado bailar, lo que sea. También hice más bailes de salón, afroaerobic (que era super divertido y cañerísimo!), y aquaerobic (la mejor variante de fitness que he probado nunca). Cuando no estaba en clases, generalmente estaba en la piscina o en el gimnasio. Volví sin un gramo de más de allí, y eso que comía como una bestia :) y seguí haciendo aerobic de forma regular. Sólo lo dejé durante una temporada que trabajaba mañana y tarde y nunca tenía tiempo ni ganas.

Desde que nació Mateo he estado echando de menos tener una ‘rutina’ de ejercicio físico, pues casi hasta entonces, la había tenido. Cuando pasó lo peor del embarazo no comencé ninguna actividad ‘especial para embarazadas’. Me planteé el yoga, y de hecho probé una clase. Pero no era la clase que esperaba para una embarazada, y un oportuno catarro y una oportuna lumbalgia me ‘ayudaron’ a no volver. Eso sí, me pegaba unas palizas tremendas andando. Anduve lo que  no está en los escritos. Vivía en una ciudad de la que se puede disfrutar a pie, y lo hacía. Excepto a la compra grande semanal, iba andando a todos lados, y me encantaba. La vecinas se reían, y cuando me veían salir o llegar, me decían que no había niño más ‘paseao’ sin haber nacido todavía :)

Cuando nació Mateo, todo se complicó un poco más. Porque, como ya he explicado en alguna ocasión, después de los primeros quince días empezó a odiar el carrito a muerte, y nosotros aún ni sabíamos lo que era un portabebé. Cuando los descubrimos, y más aún, descubrimos que por supuesto, no era un ingenio para llevarle/calmarle por casa, sino que era un buen sustituto del carrito, volvimos a disfrutar de la calle. Pero ya ni con silla ni con portabebés los paseos eran ni lo largos ni lo contundentes que habían sido hasta entonces, y yo empezaba a notar que perdía fuelle. Hacer ejercicio en casa sola siempre me había parecido altamente ‘desmotivante’, y aunque tenemos bici estática, yo la había usado más por obligación que por devoción. Tampoco veía claro el momento, pues mi hijo necesitaba de nosotros constantemente, no dormía mucho durante el día y no tenía quien se encargara un ratito de él. A excepción de su padre, cuando volvía de trabajar. Y entonces a mi también me apetecía estar con él, y salir aunque fuera a dar un paseíto chico, mucho más que subirme a una bici que no va a ninguna parte :( …

En este tiempo, mi cuerpo ha ganado kilos, debido a la falta de lactancia y de actividad de física. Podría haberme matado de hambre o probar mil y una dietas inútiles, ya que no estaba lactando, pero no es mi estilo. Lo más importante, es que he perdido agilidad. El porteo me ha proporcionado bastante resistencia en los músculos de las piernas y la espalda, pero no se le puede pedir más. Todo mi cuerpo clamaba por una actividad física habitual. Y ahora resulta que nos mudamos a un barrio, a una ciudad, donde veo con horror que dependo para todo del coche o del autobús… menudo mosqueo. Hasta que la visión del extenso carril bici me hace retomar la querida idea de tener una bici de paseo, una de esas preciosas bicis urbanas clásicas. El IMG_3835 papá de Mateo ya hace casi tres años que va al trabajo en bici, y aquí también puede. Quizá no está todo perdido con este cambio. Y hace un mes, como regalo de reyes, adquirimos a Negrita, mi nueva Orbea de color chocolate. Que tiene una cesta, un timbre chulísimo y una sillita para Mateo. Y desde entonces, todos los días que el tiempo lo permite, por las tardes salimos con ella: a hacer recados, a tomar café, a conocer otras partes de la ciudad. Me trae recuerdos de aquellos meses que vivimos en Cambridge, cuando no teníamos coche, e íbamos con nuestras bicicletillas de segunda mano a todas partes (menudas compracas que nos hacíamos en el Tesco!) :)))))))

Y por último, un deseo lanzado al Universo, como diría otra gran amiga mía, viene respondido. Mi prima me dice que en el gimnasio del barrio hay un grupito de danza del vientre. Y me veo empezando a aprender el baile de todos los bailes. El baile más femenino y sensual que existe. Coincide en el tiempo con la lectura de este libro (Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer) y con la participación en un estudio sobre el útero, que implica concienciación de la existencia de este órgano y su relajación, y por ende, de todo ‘el área circundante’ :) y siento que es el momento adecuado para aprender/practicar este baile. Mi niño tiene casi dos añitos, y puedo despegarme un poquito más de él. Su padre está encantado de que encuentre ‘este momento/espacio’ solo para mi, porque sabe lo mucho que lo necesito. También es el momento de mi vida en que ya no lo hago por el interés de resultar atractiva a otro, como si hiciera un striptease. El momento de mi vida en que lo hago para mi, sólo rodeada de otras mujeres, lejos de la vista de los demás, disfrutando yo sola de toda esa sensualidad. Enfrentándome a un espejo que me devuelve una imagen que no es la ‘prototípica’ de una bailarina (y que esta danza no exige), pero que ahora acepto más fácilmente y amo. Soy yo. Esa soy yo :) esa yo mucho más madura, y más sabia, que comprende cosas que hace diez años sólo sospechaba. Empiezo a vivir para mi, y lo que yo creo de mi, y no lo que piensen los demás. Y es tan liberador…. :)

Porque aún a día de hoy, a la gente le cuesta creer que me gusta hacer ejercicio. Guiándose, como en la última ocasión, estos días, sola y únicamente en mi aspecto físico. Si no tienes pinta de atleta, si no estás delgado y fibroso, todo el mundo asume que eres una ‘couch potato’. Y esto me ha llevado a que yo misma he llevado durante años esa ‘asunción’ sobre mí durante años. Me ha hecho pensar de nuevo en las etiquetas que arrastramos, y el mucho mal que nos hacen. De nuevo he pensado cuántos niños y niñas a día de hoy seguirán pensando que ‘no valen’ porque no responden al patrón físico, o no les gustan las actividades ‘prototipo’, y pasarán años sin descubrir el beneficio de practicar una actividad por esa limitación impuesta desde fuera y desde dentro. Ojalá sepamos romper esas cadenas, para nosotros, y la de los pequeños que nos rodean.

Aquí os dejo una foto que me he encontrado de mujeres reales (y de niños!!!) que se benefician de este EJERCICIO :))))))))

danza-del-vientre-embarazadas

Imagen:

http://pequebebes.com/danza-del-vientre-para-embarazadas/

lunes, 14 de febrero de 2011

Lo tienen todo, excepto a sus padres

Hoy, en Elpais.com. Lo penoso es que mucha gente leerá esto y no se verá reflejada ‘No, no, esta no es la situación en mi casa…’. ¿¿Estás seguro?? El orden de prioridades en nuestra sociedad es de pena. Y lamentarse de que ‘el mundo es así, yo no puedo hacer otra cosa’ es entendible en muchísimas situaciones desesperadas, pero que no son la mayoría ni mucho menos. Y sí, por supuesto, que individualmente cada uno de nosotros podría poner su granito de arena para cambiarlo. Pero en el fondo quizá no nos apetezca tanto tampoco. Si algo te parece injusto ¿por qué no haces lo que esté en tu mano para cambiarlo, en vez de quedarte ahí lloriqueando y echándole la culpa a otros? Ya lo sé: lo segundo es más fácil y más cómodo.

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“Crecer sin ver apenas a los progenitores multiplica los problemas de la adolescencia - Menores de familias acomodadas ingresan en internados y centros tutelados por la poca dedicación a los hijos

JOAQUINA PRADES 14/02/2011

Lo tienen todo menos lo imprescindible. Casas confortables, padres con profesiones de éxito, toda la tecnología casera disponible en el mercado, ropa de marca, dinero para gastos, caprichos... Pero les falta algo. Los adolescentes urbanos procedentes de familias de clase media y media alta empiezan a llenar las consultas de psicólogos y pediatras sociales aquejados del mal de la soledad. Han crecido casi por su cuenta, a cargo de cuidadoras ajenas a la familia, y sus padres, ocupados a tiempo completo en mantener el estatus social, carecen del tiempo que ellos demandan. Las consecuencias suelen ser perversas: trastornos de conducta, agresividad, enfrentamientos constantes con los padres... Y también una tendencia al aislamiento preocupante. Tanto, que algunos adolescentes han empezado ya a ser catalogados en situación de riesgo y enviados temporalmente a pisos tutelados por la Administración.

Es una circunstancia insólita, porque este tipo de centros -con capacidad para alrededor de media docena de chicos y chicas adolescentes, asistidos por psicólogos y trabajadores sociales- han estado habitados hasta ahora exclusivamente por chavales de familias desestructuradas, aquellas en las que los progenitores están en prisión, o enfermos sin medios de subsistencia, parados sin futuro y toxicómanos en el amplio sentido de la palabra, la mayoría alcohólicos. Ahora, sin embargo, empiezan a compartir habitación con adolescentes ricos a quienes nadie hubiera imaginado bajo la tutela de los servicios sociales de las comunidades autónomas. El nexo entre unos y otros es el desamparo.

En algunos casos los padres delegan el problema en la Administración; en otros, se sigue optando por el internado, dependiendo de su pertenencia a la escala baja o alta de la clase media. Según los expertos, ambas fórmulas de alejamiento del menor conflictivo del hogar se da cada vez con más frecuencia y aflora a edades más tempranas.

Estas conductas antisociales ¿obedecen a una venganza de los adolescentes contra los progenitores por haberles sometido a un semiabandono de hecho? ¿O es su manera de protegerse del desvalimiento propio de los años más confusos de la existencia? ¿Se recuperan socialmente estos chicos difíciles y solitarios?

"La víctima siempre es el menor", asegura Blanca Betes, responsable de la clínica madrileña Psiceduca, especializada en trastornos de la adolescencia. "Son situaciones difíciles que se pueden tratar con bastantes garantías de éxito si aún no han entrado en la adolescencia. Después es peor. Cuanto más se aplaza el problema menos solución hay. Son terapias largas, con un coste económico en ocasiones elevado y que requieren tiempo. Lo primero no es problema, casi siempre llegan a la consulta familias bien situadas. Lo difícil es el tiempo. Viajan mucho, están liadísimos. Alegan que no pueden y les creemos, porque llevamos un tren de vida frenético del que es muy difícil bajarse".

Pero se paga un precio alto por ello. El menor se enmaraña aún más en la espiral del conflicto y la desesperanza. Los padres se muestran derrotados y lamentan la desgracia de tener un hijo así.

El primer contacto con los profesionales proviene habitualmente de la madre. Aunque ambos progenitores trabajen, sigue siendo ella la que busca tiempo para recurrir a la ayuda de los expertos. El lamento inicial tiene un patrón común, según Blanca Betes: "Mi hijo es un desastre, no va a clase, suspende todo. Está agresivo, nos insulta y hasta nos pega. Vivimos en el infierno". Los padres siempre echan la culpa a los hijos. Se sienten víctimas de una injusticia: han dado todo por ellos y solo reciben disgustos. A medida que avanza la terapia, asoma el sentimiento de culpa. Al final, asumen que, efectivamente, le han dado todo, excepto su tiempo. Y no es un detalle menor.

Con más de una década de experiencia, Blanca Betes ha aprendido a traducir el lenguaje de los adolescentes: "Iros a la mierda", dirigido a los padres significa "estoy muy solo. No me queréis. No me cuidáis. Tenedme en cuenta; incluidme en vuestras vidas".

"Muy a mi pesar", añade la directora de Psiceduca, "en ocasiones los chicos están dispuestos a cambiar si sus padres también lo hacen, porque se sienten muy desgraciados. Pero la falta de tiempo de los mayores lo estropea todo. Un caso reciente mío concluyó con el internamiento del chaval en un colegio de élite de Suiza, porque a sus padres les resultaba imposible acudir a terapia".

A partir del alejamiento, bien sea en un piso tutelado o en un internado de lujo, el vínculo emocional corre serio peligro, según los expertos. "El internado es percibido por el menor como 'no solo me has abandonado, sino que me alejas de tu vida". La reacción típica es cerrarse aún más en su grupo de amigos y mostrarse insultante y agresivo con la familia.

Algunos profesionales califican el desinterés de hecho de los padres como malos tratos. Lo denominan "negligencia por omisión del deber" y es causa de privación de la patria potestad. En España hay 35.000 menores tutelados por las Administraciones, aunque no es posible obtener datos sobre cuántos de ellos corresponden a la omisión del deber paterno. Arturo Canalda, defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, apunta la causa principal de la ausencia de estadísticas fiables: "Cada autonomía dispone de un sistema propio de calificación del abandono, y lo que en algunas es desamparo en otras es riesgo, y viceversa. Ninguna tiene la obligación de actualizar y especificar los datos, así que trabajamos un poco a ciegas, fiándonos del instinto y la experiencia".

El pediatra social del hospital Infantil Niño Jesús de Madrid Jesús García alertó a los senadores que consensuaron las líneas maestras de la futura reforma de la ley de adopción nacional de que "un padre sociópata no es solo quien abandona, maltrata o abusa sexualmente de sus hijos, sino quien hace omisión del deber de paternidad". Y reveló que la negligencia es la segunda causa de maltrato de la Comunidad de Madrid. Fruto de esta actitud, señala, "son los trastornos emocionales graves derivados de un abandono de hecho".

Cuenta este pediatra, que además preside la Asociación Madrileña para la Prevención del Maltrato Infantil: "Una madre, una profesional de mucho éxito, vino a mi consulta en demanda de ansiolíticos para su hijo porque mandaba 1.000 mensajes de móvil diarios. Sí, 1.000. Fui a ver su casa y su habitación era la cabina del Voyager: home cinema, mp3, iPhone, Mp4, Wii, consolas... todo. Sin embargo, era uno de los niños más desamparados que he visto. Sus trastornos eran una llamada desesperada de atención dirigida a los padres, a los que prácticamente no veía". Tras una terapia dura y prolongada, el caso empieza a arreglarse y el muchacho se está también recuperando de lo que los pediatras denominan ya "la sordera del MP3", que daña la capacidad auditiva, y la "artritis metacarpofalángica" de su mano derecha, resentida por tanto sms.

Otra pareja que pasó recientemente por su departamento en el Niño Jesús no pudo resolver el problema y perdió definitivamente la custodia por omisión del deber paterno. Eran dos ejecutivos veganos [vegetarianos estrictos] cuyo hijo presentaba encefalopatía grave por carencia de vitamina B12 y ácido fólico, "con unos retrasos mentales tremendos".

Este y los otros menores que han pasado por la misma causa a disposición de los servicios de protección de la Comunidad de Madrid padecen "encefalopatía hipóxico isquémica", lo que les convierte en dependientes de por vida. "A veces, el peor problema de los niños son los padres", concluye el pediatra, que combate con energía la teoría que surgió en los años sesenta -y aún sigue vigente en determinados ambientes- de que es mejor dedicar a los niños "tiempo cualitativo", es decir, poco tiempo pero proveniente de progenitores realizados, como se denominaba antes, que "tiempo cuantitativo": muchas horas, pero de madres presuntamente amargadas por su condición obligada de amas de casa. "Ni cuantitativo ni cualitativo", ataja el doctor García. "Los niños necesitan tiempo a secas".

En este contexto, ¿no se estará estigmatizando a este tipo de padres señalándoles con el dedo acusador? ¿No remueve esta situación el incómodo sentimiento de que triunfar en el trabajo implica descuidar a la familia? O su reverso: niños esmeradamente cuidados, ascensos imposibles, sobre todo en el caso de la mujer. ¿Siguen los estereotipos vigentes?

"Como en todo, hay que buscar el equilibrio. Pero en las actuales circunstancias no es fácil", comenta Jesús Poveda, psiquiatra de la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en patologías de la adolescencia. "Los dos son a la vez culpables y víctimas. La educación de los hijos es su responsabilidad, pero si no se sabe o no se puede hacer mejor, el conflicto está asegurado". Muchos de estos padres son víctimas, a su vez, de la educación errónea que ellos mismos recibieron, y reproducen modelos difíciles de digerir para los jóvenes de la era digital.

"Antes los adolescentes tenían más fácil vivir lo que los psiquiatras llamamos 'factor de pertenencia' a través de la familia extensa y los amigos del barrio. Pero hoy eso rara vez lo tienen, y como el mundo real les resulta hostil buscan su pertenencia en el virtual. Vemos que tienen 500 amigos en Tuenti y ninguno en el barrio. No sirve".

A los padres, señala este psiquiatra, hay que ayudarles a distinguir lo necesario de lo urgente. "Cuando suena la alarma de la extrema gravedad -por ejemplo, un intento de suicidio por parte del menor- se apresuran a cambiar el horario laboral o buscan otro trabajo que les permita estar por la tarde con los hijos. Le han visto las orejas al lobo".

Jesús Palacios, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, no culpa ni exime a nadie. Solo destaca que "hay una curva ascendente de padres de clase media alta cuyos trabajos resultan tan absorbentes que no han prestado la atención debida a los hijos. Cuando eso se junta a los problemas de la adolescencia, ya han perdido el control de la situación familiar". En tales circunstancias, primero intentan que los educadores y los psicólogos remedien el problema. "Al final, ellos mismos piden a la Administración que se haga cargo de los hijos", añade Palacios.

El juez de menores de Granada Emilio Calatayud asegura: "El perfil del adolescente que agrede a sus padres o delinque a través de Internet o del móvil es de clase social acomodada, que lo ha tenido todo en el aspecto material y ha crecido solo, sin nadie con autoridad para marcar límites".

Este juez se hizo popular por dictar sentencias en las que colocaba al menor en el lugar de la víctima o su entorno. Si un chico apedreaba los cristales del instituto, la pena consistía en limpiarlos durante unos meses; si agredía a un compañero más débil, le obligaba a convivir con discapacitados; si había conducido borracho, a ayudar a los tetrapléjicos. Así ha conseguido éxitos en la reinserción de menores, pero ahora asegura sentirse algo desbordado por chavales agresivos con el entorno familiar y ciberdelincuentes reincidentes. Chicos que son separados temporalmente de sus padres y enviados a pisos tutelados. Al mismo tiempo, y si se cuenta con medios, se intenta que los progenitores cambien sus prioridades: sus hijos por delante del éxito profesional. "Más no podemos hacer".”

nios_solos

Imagen: (la pongo yo, no es del artículo en Elpais.com)

http://www.omnia.com.mx/noticias/cuenta-la-sspe-con-programa-de-atencion-ninos-solos-en-casa/

viernes, 11 de febrero de 2011

Facebook y las tetas

(de Elperiodico.com)

“INFRACCIÓN DE LAS NORMAS DE USO

Facebook cierra la cuenta de una psicóloga infantil por una foto de lactancia

Los abogados de la chilena Leslie Power estudian emprender acciones legales

Miércoles, 9 de febrero del 2011 - 20:08h

La red social Facebook ha cancelado la cuenta de una psicóloga infantil chilena, Leslie Power, de 37 años, por publicar en su perfil una foto en la que aparece amamantando a su bebé de tres meses, según informa el diario La Tercera.

75337_470175428327_776718327_5376869_3520093_n Power explicó que, antes del cierre de la cuenta, recibió un mensaje de Facebook para informarle de que la imagen era ofensiva y violaba las condiciones de uso.

La profesional respondió con la petición de que su caso fuera revisado, y la red social le contestó que pronto se pondría en contacto con ella y que, mientras tanto, leyera las normas de la web.

La psicóloga ha destacado que las condiciones de Facebook solo restringen la publicación de "desnudos", y ha subrayado que utilizaba la cuenta para fines laborales. "Ahí publicaba noticias e investigaciones en relación a estudios de neurociencia y lactancia", ha declarado.

Power, que trabaja como psicóloga clínica desde hace más de 14 años y es experta en desarrollo infantil, ha denunciado que sabe de otras mujeres de todo el mundo que están sufriendo censura en la red social con sus fotos de lactancia.

"Esto es una censura, pero lo más terrible aún es que es una censura a la crianza, a la entrega y al amor", ha manifestado al diario chileno la profesional, cuyos abogados están estudiando el caso por si procede emprender acciones legales.

La misma imagen, en Twitter

Power ha publicado la misma imagen en su perfil de Twitter, sin que haya tenido el menor problema. Su cuenta en este servicio muestra numerosos tuiteos de respaldo frente a la decisión de Facebook.”

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Ejemplo de la hipocresía, la doble moral, y la mojigatería más increíble.

Muchos estos días han pretendido defender a Facebook y eximirle de responsabilidad (quizá tan preocupados como todos los que he visto defiendo a Dodot), afirmando que muchos nos hemos tomado esto como una conspiranción de Facebook contra la lactancia materna. Lamento decepcionarles: no es así. Yo no veo ninguna conspiración, pero sí veo mucho agilipollamiento. ‘No, es que son las normas de Facebook, si no te convienen, no te abras una cuenta’ (por favor, nótese el retintín y la retranca con la que repito estas palabras). Las normas de Facebook hablan de DESNUDOS, y yo no veo a nadie desnudo por ninguna parte. En las fotos de Facebook que he visto de madres dando el pecho (y he visto muchísimas), se ve menos que en algunas instántaneas de esas bochornosas de pedo en el botellón que tantos ‘Me gusta’ reciben (y tampoco quiero que las quiten, allá cada usuaria).‘Es que no es Facebook, son los que ven la foto y la denuncian a Facebook’. Me da igual, bobos los que denuncian (hay que tener la mente muy sucia y muy poco que hacer en todo el día), Y BOBO EL RESPONSABLE DE FACEBOOK QUE DA PASO A ESA DENUNCIA, Y DECIDE BORRAR EL PERFIL DE ESA PERSONA.

Con mucha alegría, ayer recibimos la noticia de que a Leslie le ha sido restaurada su cuenta. Y ahora viene mi siguiente pregunta, ¿qué hay de todas esas madres lactantes que sufrieron su misma suerte, y Facebook no les ha devuelto su perfil? La mayoría de casos que conozco son estadounidenses y canadienses. De nuevo, no parece haber política clara, porque a unas sí se las han devuelto, y a otras no. Y algo me hace temer que a las que se les ha devuelto es gracias a la insistente denuncia de los hechos, y a que la noticia llegara a los medios generalistas. Emma Kwasnica, o el grupo de apoyo a la lactancia The Leaky Boob lo consiguieron, pero muchas otras no.

¿Dónde está su congruencia y su coherencia, señores responsables de Facebook?

Durante toda la semana ha habido un gran apoyo en la red maternal bloguera y feisbukera, y para este fin de semana concretamente hay organizado un evento: Facebook lactante-Breastfeeding Facebook al que se puede sumar todo el que quiera, y en el que se nos propone cambiar nuestra foto de perfil por una de una madre lactando, que puede ser un animal, un cuadro o tú misma o de tu mujer si eres un hombre.

Ya está bien de que se asocie la lactancia con algo sucio, por favor. Cuanto tenemos que madurar todavía…

lunes, 7 de febrero de 2011

Sí, pero NO

Vale, muy bien. Menudo revuelo el viernes. Con todo ello, se consiguió que Dodot retirara su artículo sobre los castigos físicos y pidiera disculpas públicamente en su página web (aquí). El esfuerzo de muchas madres (y muchos padres) comprometidos consiguió hacer la suficiente presión. Entraron en escena Save the Children y la oficina del Defensor del Menor. La cosa se ponía calentita. La posibilidad de ser acusado de hacer apología de violencia contra un menor debe estar bastante clara.

Sin duda, he de cambiar el logo. Porque Dodot, tan generosamente, se ha retractado de ese artículo que deja al albedrío de los padres si pegar o no pegar a sus hijos, da consejos para ‘hacerlo bien’ y sugiere consenso entre los miembros de la familia y con el servicio.  Se han retractado en España, que en el resto de países del mundo, donde son conocidos como Pampers, el artículo en inglés sigue ahí. ¿Pues no que había sido un error?????

Aún así, yo sigo en mi boicot a Dodot.

Cuando el otro día dije muy alegremente que habían borrado todos los artículos de su sección de Información, lo dije, eso, muy alegremente. Supongo que la ‘tiraron abajo’ para poder sacar el artículo. Horas más tarde vi cómo había vuelto todo, excepto el artículo de Suzanne Dixon. TODO. Cuando digo todo, quiero decir cosas como estas:

- En la sección de Sueño, un artículo empieza con lo que ellos denominan una ‘pregunta frecuente’. Tengo un hijo de nueve meses que se niega a dormir toda la noche. Si lo dejamos llorar, vomita. Estamos agotados tratando de hacerlo dormir por la noche. ¿Qué podemos hacer?”

Mi primera apreciación: qué padre es tan estúpido que piensa que un bebé de 9 meses SE NIEGA a dormir toda la noche? y cuál es tan (no encuentro el calificativo) que lo deja llorar hasta que vomita?. Fin de mi apreciación personal.

Respuesta de Dodot:

“Ningún bebé de nueve meses duerme durante toda la noche. Ni él ni ningún otro ser humano. El sueño normal es interrumpido por despertares periódicos. Tu hijo no ha aprendido a volver a quedarse dormido por sí solo después de estos despertares normales y previsibles, de manera que despierta a todos para que le ayuden a dormir nuevamente.

  • Puedes ayudarle a aprender nuevos hábitos, acostándolo en la cama de noche cuando está soñoliento pero aún despierto.
  • Déjale un peluche o una mantita para que se reconforte, deje luces tenues, dale unas palmaditas y salga de la habitación.
  • Cuando se despierte, dale unos cinco o diez minutos para que se tranquilice.
  • Si llora mucho, entre suavemente, vuelve a acomodar la ropa de cama alrededor de su cuerpo, dale unas palmaditas hasta que esté relativamente tranquilo y vete nuevamente.
  • Si está llorando hasta el punto de llegar a vomitar, eso no le hará daño, pero le está diciendo que está agotado emocionalmente y tienes que darle un poco de apoyo en ese momento. Tu presencia silenciosa, una palmadita y algunas palabras de apoyo le ayudarán.
  • Luego puede volver a aprender su propia rutina para la hora de dormir a fin de calmarse.
  • Prolonga el intervalo antes de regresar a verlo en uno o dos minutos cada vez.
  • No lo cojas en brazos, no lo alimentes, no le hables, no lo mezas ni le hagas reír.
  • Evita cambiarle el pañal. Utiliza un pañal de alta absorción durante la noche.
  • Transmítele de cualquier forma el mensaje de que es hora de dormir y que él puede hacerlo por sí solo.

La parte más difícil para los padres es la separación necesaria si quieren que su hijo duerma solo. Si no puedes hacer el tipo de cosas que hemos indicado aquí, es probable que sea hora de que busques posibles "fantasmas" en tu propio pasado, los que hacen que le sea tan difícil dejar que el niño se duerma por sí solo.

Lee los artículos sobre el sueño en esta web, donde se analiza el control del sueño en la infancia.”

¿Soy yo, o darle unas palmaditas para que se calme a tu hijo después de que haya vomitado después de tanto llorar ES una forma de maltrato? La gente no se entera. Que sí, oigan, que maltratar no es sólo pegar!!!!!! Pero claro, si a la mayoría de la población aún le parece que la torta a tiempo ‘tampoco está tan mal’, pues esto ni te digo.

Y los fantasmas se los mandaría yo a buscar al imbécil que escribió esa sandez. ¿Qué fantasmas? ¿Acaso los de los niños que fuimos, que nos hartamos de llorar solos, lejos de nuestras madres, mientras ellas complacían a papá, o hacían caso (a favor, o en contra, de su voluntad) cuando sus madres y suegras les decían que no se preocuparan, que llorar no era malo, que ensancha los pulmones? ¿A esos fantasmas y a esos niños se refiere? Pues quizá tenga usted razón: yo no quiero lo mismo para mis hijos. Prefiero que mis hijos sepan desde el primer día de vida que merecen tanto (o más) de mi atención y mi cariño de día como de noche, lo mismo que otro adulto.

Y aquí viene otra perla (de muchas, muchas más):

-“Durante toda la semana pasada, mi bebé de tres meses durmió sin problemas la noche entera. Esta semana, se ha despertado durante la noche más que nunca antes ¿Está pasando por un período de crecer rápido o es que tiene hambre por la noche? Come justo antes de la hora de dormir, así que estoy bastante segura de que se acuesta satisfecho”

¿DE VERDAD HAY MADRES DE BEBÉS DE TRES MESES QUE CREAN QUE CON LO QUE COME/MAMA SU BEBÉ DE TRES MESES EN LA ÚLTIMA TOMA DEL DÍA TIENE SUFICIENTE PARA TIRAR TODA UNA NOCHE???? LAS TOMAS NOCTURNAS, TANTO DE PECHO COMO DE BIBERÓN, LLEGAN HASTA EL AÑO Y MÁS!!!!

“Me parece que está pasando por un período de crecimiento rápido, así que lo más probable es que tenga hambre. Eso es algo muy común en los bebés de tres meses. Si le amamantas, su necesidad de más alimento hará aumentar la cantidad de leche que produces para que se ajuste a lo que él necesita.

La tranquilidad de la semana pasada fue algo muy poco común. Los bebés pequeños como el tuyo casi nunca duermen toda la noche. Espera algunos minutos después de que se ponga a llorar para ver si se vuelve a dormir, pero no dejes que se ponga histérico. Aliméntalo cuando llore de hambre. Durante el día, descansa un poco para que no te falte energía.

Consulta la información en dodot.com acerca del sueño a los 4 meses para obtener más información sobre cómo actuar con los problemas del sueño a esta edad.”

Sí, espérame sentado, que te voy a ir a consultar bastante.

“Espera algunos minutos después de que se ponga a llorar para ver si se vuelve a dormir, pero no dejes que se ponga histérico.”¿Cuántos minutos son ‘algunos minutos’? ¿Sabéis cuánto tarda un bebé de tres meses en ponerse histérico? El que escribió esto, os aseguro que no.

Y yo vuelvo a insistir: estos otros artículos, al contrario que el del castigo físico, NO ESTÁN FIRMADOS. Pero, el contenido de toda esta sección, vuelvo a repetir, está avalado por el Instituto Dexeus de Barcelona, donde curiosamente, y seguro que a nadie le cae de sorpresa, el Dr, Eduard Estivill, pediatra y neurofisiólogo, autor del libro ‘Duérmete niño’ (más conocido como Método Estivill) es jefe del Departamento de Neurofisiología- Clínica del Sueño (ver aquí).

A mi me casan todos los cabos. Y repito: me niego a seguir utilizando una marca ‘avalada’ por ‘el método Estivill’. Hasta aquí hemos llegado.

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Imagen:

http://es.paperblog.com/un-puesto-de-honor-para-las-madres-adoptivas-323150/

viernes, 4 de febrero de 2011

Dodot.com te enseña a ‘disciplinar’ a tus hijos

Artículo encontrado en la sección de Información de la página de Dodot:

El castigo físico ( http://www.dodot.es/articulos/-/info/details/content.30927/los-castigos-fisicos/)

No lo voy a reproducir aquí. Este artículo está firmado por una pediatra norteamericana, y en la parte superior nos informan de que los ‘Contenidos están avalados por: Instituto Universitario Dexeus de Barcelona’. Está claro, ¿no?

Pues bien, la ley española (en su Código Civil) sí que es muy clara con respecto a este tema. Desde 2007, en España ESTÁ PROHIBIDO castigar físicamente a los niños.

Para quien no se haya  enterado:

“TÍTULO VII.
DE LAS RELACIONES PATERNO-FILIALES

CAPÍTULO PRIMERO.
DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 154. 

Los hijos no emancipados están bajo la potestad de los padres.

La patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y psicológica.

Esta potestad comprende los siguientes deberes y facultades:

  1. Velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral.

  2. Representarlos y administrar sus bienes.

Si los hijos tuvieren suficiente juicio deberán ser oídos siempre antes de adoptar decisiones que les afecten.

Los padres podrán, en el ejercicio de su potestad, recabar el auxilio de la autoridad.”

(http://noticias.juridicas.com/base_datos/Privado/cc.l1t7.html)

En la antigua redacción del Código Civil, había una frase más: “Los padres o tutores podrán también corregir a los menores razonable y moderadamente.” Que es la que fue eliminada en la reforma. En la violencia no hay nada de razonable.

Me consta que este tema aún es un debate candente entre la población, porque mucha gente sigue sin entenderlo. Sigue sin ver que pegar a un niño es tan grave como pegar a cualquier adulto. Y a los que defendemos esto, se nos tacha de padres ‘blanditos’ y de que vamos a formar tiranos que luego nos pegaran a nosotros. Yo ante esto sólo tengo que decir: ARRIEROS SOMOS. Como dijo ayer una buena amiga mía, los niños devuelven a la sociedad lo que la sociedad primero les da a ellos.

Y esta no es la única forma en la que desde Dodot.com se nos enseña a ‘disciplinar’ a nuestros hijos. Desde luego, no cabe duda de que es la más grave. Pero atentos a lo que se dice en el siguiente artículo respecto al sueño de un bebé de 9 meses:

http://www.dodot.es/preguntas-frecuentes/-/info/details/content.26602/como-ayudar-a-nuestro-hijo-de-9-meses-a-dormir-toda-la-noche/

“No lo cojas en brazos, no lo alimentes, no le hables, no lo mezas ni le hagas reír.”

Lo de que no le hagas reir no lo veo por ninguna parte, la verdad: si a las 4 de la mañana estás intentando volver a dormir a tu niño no creo que haya  muchas ganas de hacerle cosquillas ni de contarle chistes. Pero y eso de NO LO COJAS EN BRAZOS, NO LO ALIMENTES, NO LE HABLES, NO LO MEZAS?????  A estas alturas yo creo que a nadie se le escapa quién está detrás de este ‘método’ aunque no lo firme.

Enhorabuena, Dodot. Habéis conseguido que haya un montón de padres cabreados que no salen de su estupefacción leyendo tantas sandeces juntas. Y desde luego un flaco favor a vosotros mismos desde un punto de vista comercial. Hasta ahora he sido usuaria, pero me temo que os he comprado el último paquete de pañales.