Publicado originalmente el 22 de Marzo de 2010, en 20minutos.es.
- Defensor de la crianza natural, anima a que uno de los progenitores se quede en casa cuidando a los niños.
- Acaba de publicar un nuevo libro, 'Tu pediatra y tú'.
ARANCHA SERRANO. 22.03.2010 - 13.58 h
Muchas madres me envidian. Carlos González me recibe para comer con él, publica un nuevo libro, 'Tu pediatra y tú' (Planeta) y tengo la oportunidad de conocer de una forma distendida a este gran abanderado de la crianza natural, el colecho (dormir en la cama con los hijos) y la lactancia materna, firme opositor del método del Dr. Estivill y su método para dormir a los bebés. Es más alto y más delgado de lo que parece en las fotografías. Y hay mucho más…
¿Se debe buscar a un pediatra acorde con la ideas de los padres, o cualquier pediatra es válido?
Cualquier pediatra es válido, el problema es que pedimos a los pediatras cosas que no son de su ámbito. Un pediatra es una persona que ha estudiado el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de los niños. Pero nos empeñamos en preguntarle cosas que no están relacionadas con su salud: si hay que cogerle en brazos o no, dónde tiene que dormir, qué hacer si no come.
¿Hay un exceso de información de cómo ser padres?
El exceso de información nunca es malo, lo malo es la desinformación o la información incorrecta. Por eso escribí el libro Bésame mucho, porque había leído libros sobre la crianza de los hijos que no me gustaban nada y pensé en escribir sobre lo contrario para que al menos los padres tengan dónde elegir. Me daba pena y rabia ver a tantos padres cuyo su deseo era atender a su hijo pero que no se atrevían a hacerlo porque algún experto había dicho que eso estaba mal. Durante miles de años, los padres han criado a sus hijos sin libros. Creo que los padres tienen buenos instintos, nunca he oído decir a una madre que diga: “yo lo dejaría llorar, pero como dicen que va a coger un trauma psicológico hago en esfuerzo y lo cojo, qué remedio”. En cambio sí me han dicho lo contrario: “Yo lo cogería en brazos, pero como dicen que se malacostumbra, no lo cojo”. Y pocas madres me dicen: “gracias a sus libros he aprendido cosas que no sabía”. Lo que me suelen decir es: “gracias a sus libros he recuperado la confianza en mí misma de ver que aquello que quería hacer no está mal como me decían”. Cuando un niño llora, lo normal es querer consolarlo, no se te ocurre dejarlo llorar; la gente que lo hace, lo hace en contra de su voluntad porque se lo han dicho. Y no digo que haya que meter al niño en la cama, sino que hacerlo no es malo.
¿Y el que no lo mete en la cama hace mal?
No, cada padre tiene que elegir lo que mejor le funcione.
¿Cree que existe una guerra de bandos respecto a la forma de criar a los hijos?
No, cada familia tiene que buscar y elegir lo que mejor le vaya, y tiene que saber que tiene libertad para elegir, que no solo hay una opción posible. Si dejas a tu niño en la cunita en su habitación y te va bien, estupendo. Pero si lo dejas y no se duerme, y llora, no un poquito, sino media hora, es que algo no va bien. Y si lo quieres dejar llorar y hacerle eso a tu hijo, tú verás si así puedes dormir.
Respecto al colecho, ¿qué ocurre entonces cuando se tienen hijos muy seguidos, o si es un parto múltiple?
Pues meter a toda la familia en la cama. Si tienes tres de golpe y se despiertan cada hora y media, pero no a la vez sino cuando ellos quieran, y conoces un método mejor que metértelos en la cama, por favor, dímelo.
¿Qué es lo que más preocupa a los padres?
La comida y el sueño, pero no sé hasta qué punto son modas. No creo recordar que antes de que saliera el libro de Estivill alguna madre me preguntara por el sueño de su hijo. Creadas las expectativas, se crean los problemas.
¿Ha debatido con Estivill?
Una vez, en un programa de radio, por teléfono. Resultó un poco confuso porque dijo que básicamente estaba de acuerdo conmigo. Y le dije: "Hombre, no diga eso, que los oyentes se van a liar, no estamos de acuerdo en nada".
¿En casa del herrero, cuchillo de palo?
No es que yo haya criado a mis hijos conforme a las teorías de mis libros, sino al revés, he escrito esos libros conforme a mi experiencia criando a mis hijos. Aunque supongo que podría haber mejorado la experiencia de los primeros meses de mi primer hijo (risas). Los primeros hijos están para hacer prácticas.
¿Qué significa para usted ser padre?
Es la cosa más importante que puedes hacer en la vida, al menos yo estoy seguro de que nunca haré en mi vida nada más importante.
¿Qué se necesita para criar a un hijo?
Tiempo y cariño. Cualquier animal cría a sus hijos y hasta cierto punto depende del instinto. Lo que no puede ser es que estar con tu hijo sea "una pérdida de tiempo". A un hijo no se le quiere por el hecho de que sea tu hijo, sino porque pasas mucho tiempo a su lado y te 'enamoras' de él. Entonces sabes qué hacer sin necesidad de leer ningún libro (ahora que no me oyen las editoriales).
Pero muchas madres no disponen de tiempo. ¿Es un mito la conciliación laboral?
Soluciones mágicas no existen: no puedes estar en dos sitios a la vez. Y a nuestras abuelas por lo menos las dejaban ir a trabajar con su hijo, como siguen haciendo muchas mujeres en el mundo, que llevan al niño atado a la espalda. En esta sociedad, aunque hay empleos que se podrían hacer con un niño en brazos, como una taquillera o una empleada de Hacienda, no se permite; está mal visto.
¿La culpa es de la sociedad?
También tenemos que admitir nuestra parte de culpa. Mi madre no trabajaba y mi padre ganaba poco. Jamás tuvimos coche y casi nunca nos fuimos de vacaciones -como mucho podíamos coger el autobús e ir a la playa a Castelldefels- pero yo sabía que mi madre siempre estaba en casa para cuidarme si me ponía enfermo. Tienes que plantearte cuáles son tus prioridades en la vida.
¿No cree que antes la gente ganaba más, proporcionalmente?
No, creo que la gente gastaba menos.
¿Entonces, el progenitor que no se queda en casa con su hijo es porque no quiere?
A ver, en este momento hay cuatro millones de parados en España, y casi nadie se muere de hambre. Mientras estás pagando la hipoteca con dos sueldos da la impresión de que no podrías vivir de otra manera. Pero de pronto uno de los dos se queda en paro y te das cuenta de que sigues viviendo. Muchas familias que se han quedado en paro los dos también siguen adelante.
¿Es cuestión de buscar las mañas?
Es cuestión de prioridades. Está claro que sin un piso no puedes vivir, pero sí se puede vivir sin un coche o sin vacaciones. Lo que sugiero a los padres es que si deciden cogerse una reducción de jornada, que no lo vean como pérdida de ingresos, sino como un gasto. Es decir, el dinero sirve para comprar cosas -el coche, unas vacaciones en las Seychelles, tres meses de estar con tu hijo-; sólo tienes que decidir en qué te lo gastas.
¿Somos mejores padres de lo que fueron nuestros padres?
Hay mucha costumbre de decir que todos los padres son buenos padres, y eso es mentira. Hay malos tratos… Se puede decir que la inmensa mayoría intentan ser buenos padres pero no todos lo consiguen. Yo me crié en una época profundamente feminista: tenía la absoluta convicción de que los hombres éramos muy brutos. Y me hizo mucha ilusión cuando leí el libro de una norteamericana, Susan Allport, sobre la crianza de distintos animales que extrapolaba al hombre. Y comentaba que, si bien es cierto que antes había otra división del trabajo entre hombre y mujer y que los hombres no llevaban a los niños en brazos ni les cambiaban los pañales, eso no quiere decir que se desentendieran de ellos.
¿La liberación de la mujer ha sido un engaño?
Los libros que hablan de la liberación de la mujer los han escrito mujeres periodistas, mujeres escritoras, abogadas… mujeres que trabajan y se realizan. Nadie se realiza fregando escaleras, ni metiendo sardinas en una lata, o atendiendo en un supermercado. Eso de la realización con el trabajo es un mito creado por gente que tiene muy buenos trabajos. El trabajo no sirve para realizarse, sino para pagar facturas, te realizas con otras cosas. Incluso yo, que tengo un buen trabajo, no me realizo ni como pediatra ni escribiendo libros, yo me realizo como padre y como persona. Hemos llegado al absurdo de que la mujer que se queda en casa es una maruja, mientras que la mujer que friega la casa de otra es una mujer realizada. ¡Si es fregar igual! Me da la impresión de que a la mujer se le ha engañado con eso. La mayoría de los trabajadores lo que quiere es dejar de trabajar; mira qué cara se les ha puesto cuando han dicho que iban a alargar la edad de jubilación.
Muchos de nuestros padres nos criaron en la creencia de que era mejor dejar llorar al niño hasta que se calmaba solo. ¿Cree que eso puede crear un trauma? ¿Está nuestra generación traumatizada?
Eso es algo típico de los años 70, fue una época terrible. Los médicos te decían que por nada del mundo te podías meter al niño en la cama, que jamás podías cogerlo en brazos. Dudo mucho que tus abuelos hicieran eso con tus padres. Respecto a si eso crearía un trauma en los niños, no lo sé ni me importa. Se habla mucho de que si se hace esto o lo otro le va a crear al niño un trauma para toda la vida, y eso crea absurdos lógicos. Hay gente que dice que hasta nacer es un trauma. Una cosa es segura: todo lo que te ocurre influye en tu vida posterior.
¿Cree que a los niños que se les protege demasiado se les hace dependientes o inseguros?
Eso es una mentira tan obvia… La actual generación de jóvenes se criaron en las guarderías, se quedaban en el comedor del colegio, se iban de colonias, hacían actividades extraescolares… y ¿a qué edad se van de casa? Para la mayoría de las madres resulta doloroso separarse de su hijo. Si haces todos los esfuerzos y sacrificios para que sean independientes y al final la independencia es una cuestión meramente económica -y no hay mayor independencia que el irse de casa-, para qué perder el dinero y el tiempo en educarlos "como se debería". Disfruta educándolos como tú quieras.
Hay quien opina que a los niños les benefician las rutinas, ¿qué opina?
Supongo que habrá de todo: niños que estén más cómodos haciendo rutinas y otros que no. Los míos me daba la impresión de que no; no parecía importarles si un día no les bañaba a una hora concreta, más bien lo contrario, les divertía hacer cosas diferentes.
¿Por qué hay tanta disparidad de criterios respecto a la alimentación?
No hay ninguna base científica para decir una cosa u otra, por eso cada cual se lo inventa. Los organismos serios hacen recomendaciones generales, jamás nadie que sea serio te va a decir que le des 50 gramos de carne o la fruta a las cinco de la tarde.
¿Qué le diría a alguien que acaba de ser padre/madre?
Enhorabuena, que lo coja mucho en brazos y que le de muchos besitos.
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Tengo esta entrevista en la cabeza desde que varias amigas me invitaron a leerla la semana pasada. Y llevo todos estos días queriendo decir algo sobre ella y no encontraba el hueco. Vamos a ver si hoy es el día.
Sobre todo quería decir algo porque me han sorprendido un poco las reacciones a las palabras de este hombre. Supongo que si él las ha visto también se habrá sorprendido mucho, porque lo más fino de lo que le tratan es de machista. Aunque eso no es sólo a raíz de esta entrevista, sino, yo creo, por ser un icono (masculino) de la defensa de la lactancia materna (esa que esclaviza a las mujeres modernas).
Creo que Carlos González quería decir esto mismo, y como podéis ver, se habla de ‘uno de los progenitores’, no de la madre. Como defensor de la lactancia materna, por supuesto, mientras esta dura apoyará que sea fundamentalmente la madre la que dedique más tiempo a la crianza. Pero una vez superado ese tiempo (y esto puede ocurrir a los 3 meses como a los 3 años, por poner un ejemplo) no me parece que él se siga empeñando en que ‘todo es cosa de la madre’. Y yo desde luego, en eso estoy de acuerdo.
En los comentarios siguientes a la noticia y en diversos foros he visto que le ponían de vuelta y media por ‘criticar’ la ‘liberación’ de la mujer, y yo creo que esto ocurre siempre que se tocan temas políticamente incorrectos. Yo también critico la ‘liberación’, la que va entre comillas. La liberación verdadera, cómo podría criticarla?
Critico la ‘liberación’ que supone el creer que, efectivamente, el trabajo es sinónimo de realización. Esto no es así no sólo para la mujer, sino que para el hombre tampoco. Hay personas, hombres y mujeres, que tienen la suerte de realizarse (parcialmente) gracias a sus trabajos. Pero una (yo creo) gran mayoría de la Humanidad no se realiza como persona a través de la actividad repetitiva y mal pagada que realiza. Muchos trabajan porque es necesario para comer, no porque les encante lo que hacen. La ‘liberación’, a las mujeres, sólo nos ha cambiado de amo: del marido, al sistema capitalista. Y este amo nuevo puede ser aún más tirano que el antiguo.
Yo ya me he posicionado en esta salita mía y todo el mundo conoce mi postura. Yo sí creo que el trabajo debe dignificar a la persona, que se siente bien consiguiendo los frutos para ser lo más autónomo posible. Hombres y mujeres. Pero el trabajo nunca debería estar por encima de nuestra vida privada, y mucho menos aún cuando fundamos una familia. Como mujer, me apena que otras congéneres no puedan disfrutar de su maternidad por la obligación, real o sentida, de volver a la vida productiva cuanto antes. He oído argumentos como que ‘la mujer debe procurarse los medios para ser siempre independiente del hombre’, y me suena a miedo, y a revanchismo. Los hombres también deberían procurarse los mismos medios, y lo hacen, de forma histórica, y cuando se encuentran en la situación de ‘depender’ económicamente de sus mujeres también sufren. Es triste, pero de cara a la sociedad, ‘valemos’ lo que vale nuestro sueldo. El dinero, de nuevo, lo puede todo. Hasta la relación de poder en una pareja, que ya es triste. Y ahí voy, aunque dispersamente: muchas mujeres no ‘bajan el ritmo’ cuando son madres no por miedo a dejar de realizarse (que ya no lo hacían antes tampoco) sino por perder su ‘status’ dentro de la propia pareja. Imaginamos que, como hemos visto en mujeres de otros tiempo, si no ganamos dinero, estaremos en una posición de desventaja. De tener que pedir. De no sentir que tenemos el mismo derecho a utilizarlo que quien lo gana. NO VALEMOS LO MISMO. Una mujer ha de ser independiente económicamente SIEMPRE, porque no se sabe qué puede pasar con su pareja en un futuro (inmediato o no). Y a mi ese razonamiento me parece tristísimo. Estamos poniéndonos en la sospecha de que cualquier pareja, la nuestra incluída, se puede ir a la mierda, y que nos veamos en la ruina. Basado en algo real, por supuesto, no digo que no. Pero ¿no sería mejor buscar una pareja equilibrada, en la que la cantidad de dinero que cada uno ingrese, dé igual?
Porque sí, amig@s: hay hombres que no se sienten más por ganar dinero y que sus mujeres no lo hagan, que perciben que lo que entra en casa a través de su trabajo remunerado vale lo mismo que el del no remunerado de sus parejas, sea este temporal o continuo, y mujeres que, como yo, nunca se sentirán inferiores por no ganar dinero. Yo no siento que viva en inferioridad de condiciones. Yo no ‘pido permiso’ a mi marido para gastar. Soy la reina de mi casa. Y si hubiera querido seguir trabajando habría tenido su apoyo tanto como cuando decidí no hacerlo durante un tiempo.
No estoy de acuerdo con educar ‘a las niñas’ en que tienen que ser independientes económicamente siempre del hombre. Eso me parece educarlas en el miedo de que los hombres son todos malísimos y todos pueden verse tentados de dejarlas ‘en la estacada’ cuando menos se lo piensen. Con el tiempo me he dado cuenta de que sería mucho mejor educar tanto a niñas como a niños en el verdadero valor del dinero. En que lo que vale una persona no se mide en monedas, se pueden dar muchas situaciones en la vida de una persona, hombre o mujer, en que pueden verse sin la posibilidad de ejercer un trabajo remunerado, y no por ello han se sentirse ‘menos’ personas ni en desigualdad de derechos con respecto a sus parejas. Bueno, ni con respecto a sus parejas ni respecto a nadie.
Yo creo que ni Carlos González, ni esta humilde servidora, ni muchas otras personas que creen nuestros hijos merecen, al igual que nosotros, disfrutar de más tiempo para dedicarnos, piensen que ello sea por medio de que la mujer (y sólo la mujer) esté en casa toda la vida y dedicándose a cambiar pañales, barrer, fregar, poner la casa bonita e irse de compras y tomar cafés. Pero al final, cada uno lee en las palabras de otro lo que quiere entender. Y si creemos que ataca nuestras creencias (o lo que hacemos aunque no creamos en ello), pues nos ofuscamos.
Seguro que me quedan más cosas por decir, pero esto se hace largo y aburrido y quiero ver si me da tiempo a ir a comprar las primeras torrijas de la temporada :)
Me quedo con la última pregunta de la entrevista:
“¿Qué le diría a alguien que acaba de ser padre/madre?
Enhorabuena, que lo coja mucho en brazos y que le de muchos besitos.”