jueves, 11 de octubre de 2012

“Un culete independiente”. Antes fue Dodot, ahora la editorial SM

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La violencia es algo que puede verse o no verse. Puede ser invisible, e incluso aceptada, y afortunadamente también puede pasar a ser visible y firmemente rechazada.

Esta ‘visibilización’ y ‘rechazo’, tengo la sensación de que va ocurriendo por colectivos y por etapas.  Aunque sigan quedando rastros de ella por doquier. Porque es como los piojos, o cualquier infección mal curada, que cuando te das cuenta salta por otro rincón. Se prohibió la esclavitud y el maltrato de un hombre sobre otro hombre; se concedió la ‘libertad’, pero se obligó a la gente de otros colores a vivir confinados en parcelas donde no resultasen amenazantes; se prohibió el castigo físico en las escuelas, pero no se ha podido erradicar la violencia en las aulas, ni más tarde en la calle. Los maestros tienen prohibido pegar, pero no los policías (de rabiosa actualidad). La violencia machista hasta hace cuatro días no existía, existía el “mi marido me pega lo normal”, el “si le pegó / la mató, por algo sería” y lindezas por el estilo que cualquiera de mis contemporáneos entenderá de sobra.

Pero la única violencia que sigue pasando inadvertida, invisible, apenas denunciada ni perseguida, y más aún, DEFENDIDA por muchos sectores de nuestra sociedad, es la violencia hacia los niños.
Los niños son ciudadanos de 3ª (cuando tienen mucha suerte). A menudo son concebidos y desde entonces ya se les trata como objetos de decoración. Algo que quedará bien con tal ropita, y en esta habitación, y en este colegio. Cuando creemos que un hijo es algo de nuestra propiedad, ya le estamos cosificando. Y nos estamos atribuyendo derechos sobre ellos que no tenemos. Sé que hay gente a la que le sonará fatal, pero nuestros hijos NO SON NUESTROS. Vienen de nosotros, pero no son nuestra posesión. Ni nosotros pertenecemos a nuestros padres, ni ellos a los suyos.  Los hijos son personas que vienen a nuestra vida para que les acompañemos de la mejor manera posible en su crecer. No vienen a cumplir nuestros sueños, ni a parecerse a nosotros, ni a ser nuestros miniyos. Y en ese ‘acompañar su crecer’, la violencia debería estar totalmente prohibida. Desde luego la violencia física, pero igualmente la verbal, la psicológica, la emocional… la semilla de la violencia está en nuestra primera edad. Y hay muchas formas de sembrarla. Desde la negligencia (abandono emocional en todas las formas imaginables), hasta el maltrato físico. Lo siento, no estoy en la línea tan de moda de ‘criminalizar’ a los niños. No estoy de acuerdo, ni con expertos ni con profanos, que se dirijan a los niños como monstruos, o tiranos, o terroristas. Me parece lo más del fascismo adultocéntrico. Si los niños SE HACEN monstruos o tiranos, siempre hay que poner la lupa en dónde y cómo se crió. Sí, hay que poner la lupa sobre los padres. Dejemos de una jodida vez de tirar balones fuera. Los niños, por su naturaleza, por su vitalidad… pueden ser más o menos movidos, más o menos inquietos, más o menos traviesos, o aventureros… pero eso no los hace ni monstruos ni tiranos. Los monstruos y los tiranos SE HACEN de otra forma…

Y por favor, que nadie me hable de obediencia. No creo en la obediencia. Así que con eso ya lo he dicho todo. Claro, yo a veces también quiero que mi hijo quiera hacer las mismas cosas que yo quiero que haga, pero no espero que me rinda ‘obediencia ciega’, la verdad. Ni a mi, ni a nadie.

Mucha gente, aún hoy, aún gente de mi edad, aún incluso gente más joven que yo, cree que ‘un cachete a tiempo’ es válido para EDUCAR. Para mí, los golpes, el más liviano, sólo sirven para embrutecer. Para crear odio, y para crear inquina. Los golpes duelen, e incluso el que menos duele, HUMILLA. Hacen sentir inferior a quien los recibe, y no enseñan nada. Bueno, sí, enseñan que el más fuerte se los puede dar al más débil, y enseña a crecer rápido para poder defenderse, o devolvérselos a alguien. El golpe es un recurso del que se ha quedado sin recursos, más aún cuando a quien pegas es más débil que tú. Que parece una premisa incontestable, excepto que se trate de tus hijos. No se debe pegar a un adulto más débil que tú (una vieja, un discapacitado). Pero un niño es diferente. Si es tu hijo, no le estás pegando, le estás educando, claro…

A mi se me ha ido muy poco la mano, excepto algún toque en el pañal, y algún manotazo en las manos. De los que me he arrepentido desde el segundo en que los propiné. Y de los que tengo la absoluta certeza que detrás estaba mi falta de recursos ante la situación que creara mi hijo (o lo que yo llevaba encima). Que además nunca jamás han sido cosas graves (lo que tampoco sería atenuante) en forma alguna. Y por los cuales siempre le he pedido perdón a mi hijo, y he intentado explicarle por qué la situación se me ha ido de las manos. Yo no soy Gandhi. Soy un ser humano con sus circunstancias. Pero yo elijo ‘cortar’ con la semilla de la violencia. Elijo no seguir justificándola. Elijo esforzarme en buscar otras vías.

Todo este runrun anterior sirve para contextualizar su porqué mismo. Hace algo más de una semana, me encontré por recomendación de una amiga con la página ‘Caricias en cuentos’, que parece ser el proyecto de una profesora de primaria para el fomento de la lectura. Y en ella me topé con este cuento, “Un culete independiente”. Cuando lo leí, me quedé petrificada. No podía salir de mi asombro. Me pareció atroz. Me pareció atroz que un cuento infantil, recomendado a partir de la tiernísima edad de 3 años, estuviese ahí, para ser instrumento de justificación y normalización de la violencia hacia los niños por parte de sus padres.  Sin pincháis en los enlaces, podréis leerlo vosotros mismos.

Claro, a la gente que sigue estando a favor del ‘una buena ostia a tiempo quita muchos problemas’, este libro le resultará gracioso, y hasta educativo. No es mi caso. Y siendo así, decidí dirigirme a su editorial, nada más y nada menos que la afamada y omnipresente en escuelas y estanterías infantiles SM. Lo hice en su muro de facebook, y el que quiera puede leerla aquí. La repitieron en la página web de dicho libro, ante la avalancha de comentarios. Y no ha hecho más que encender más aún los ánimos. Pues como se puede ver, ellos no ven ningún problema en el libro. Creen que es ‘una oportunidad para el diálogo’, y yo me meo de la risa (si es que me dieran ganas de reírme, que no me dan). En la página de Caricias en Cuentos se puede ver un ejemplo de la ‘actividad complementaria’ para hacer con el libro, y a ver si alguien ve alguna oportunidad para nada. Usa un relato cruel, que intenta pasar por humorístico, para enseñar a los niños los colores y las partes del cuerpo. Fin. ¿Dónde está el diálogo????

(Nota previa a la publicación de este post: cundo estaba buscando la página para linkearla, acabo de darme cuenta de que su autora la ha borrado. Si pincháis, veréis que la página ya no existe. Podéis verlo aquí)

He intentado ponerme en contacto con la autora de la página donde lo descubrí, como ya he dicho, ‘Caricias en Cuentos’ (Caricias en cuentos, y recomienda un libro donde se pega a un niño, no deja de parecer bastante incongruente). Pero debe estar muy ocupada, porque le dejé un comentario que, ni ha publicado, ni ha contestado (lo que ha hecho es hacer desaparecer el post entero sobre el libro. Y doy fe de que ayer aún estaba ahí). También me dirigí a ‘Un libro por la paz’, proyecto de otro centro educativo español, cuyo genial propósito de recoger libros para niños que no tienen fácil acceso a ellos, se ve empañado por la recomendación de este esperpento, además en boca de uno de sus jóvenes lectores. Podéis verlo aquí. Ahí tuve problemas para dejar el comentario en la página, no me dejaba, y les escribí un correo. Que de momento, tampoco ha contestado nadie.

Hasta donde he podido saber, esta lectura es parte del plan de estudios en las clases de primaria de algunos colegios. Es una lectura obligatoria, en muchos casos. Y que en muchos casos se les ha leído a una edad mucho más temprana que en primaria. Tanto, que hay madres que a raíz de enterarse de esto, han descubierto ‘de qué demonios hablaban los niños’ acerca de un tal César y su culo (pues eran tan pequeños que aún no sabían ni reproducir lo que les habían leído…).

Creo que esto no debe quedar impune, la verdad. Yo puedo entender que el libro fue publicado antes de que en nuestro código civil se prohibiera a los padres utilizar la fuerza física para castigar a sus hijos. Pero a la editorial parece no importarle demasiado. Y creo que como sociedad que quiere (o debería querer) ser menos violenta, deberíamos andar los pasos para que así fuera. Si gritamos y pegamos a los niños, no hace falta que sean palizas, ellos gritarán y pegarán. Porque es lo que NOSOTROS les estamos enseñando. Y si no lo hacen, muchas veces no será porque no tengan ganas, sino porque temerán el castigo, y así reprimirán su rabia, y sabe dios cómo la expresarán. No les estaremos enseñando a solucionar los conflictos, a hablar, a ponerse en el lugar del otro.

Si a alguien le enoja el tema lo suficiente, le ruego que haga algo. Lo que sea. Aportar su comentario o su protesta, lo que se le ocurra. Yo pienso seguir haciendo ruido. Lo siguiente que voy a hacer es poner esto en conocimiento del colegio de mi hijo, para saber si está en su plan de estudios, y para conocer el sentir de los docentes al respecto. Y por supuesto voy a elegir muchas otras editoriales infantiles maravillosas que sí ponen cuidado en elegir los valores que transmiten en sus cuentos.

Desde aquí quiero volver a dar las gracias a todas las personas que han contribuído dejando su sentir en las redes sociales, la página de SM, y diversos foros y grupos. Y a otros bloguer@s, como:

-Ramón Soler, “El culete independiente. Pedagogía negra en acción”
- La doctora Pastelina, en “Una cara independiente”
- Armando Bastida, en “Un culete independiente: cómo asustar a un niño con amenazas de ‘calentarle’ el culo si no obedece”
-Can-Men, en “Críticas al cuento ‘Un culete independiente’ de la editorial SM por apología del azote infantil”
- el hilo de Crianza Natural: http://crianzanatural.com/forum/forum_posts.asp?TID=178768&PID=2951470#2951470

Podéis dejar comentarios en:
-el muro de Facebook de la editorial: https://www.facebook.com/LiteraturaInfantilyJuvenilSM/posts/286015458165754?notif_t=like
-en la página oficial del libro en la página de SM: http://www.literaturasm.com/catalogo_General.html?libro=ES22791&idCat=172

Y donde cada uno crea…

Imagen: http://es.paperblog.com/maltrato-infantil-circulo-vicioso-1424902/

Edito para corregir (15/10/2012): la autora del blog, Maribel Martínez, borró el post sobre "Un culete independiente", puso otro cuento, y en su primer comentario ella misma ha dejado estas palabras:

"ELIMINADO EL CUENTO "Un culete independiente"
Escribo en otro libro sobre la publicación del libro citado ya que al eliminar la entrada no puedo hablar en la misma. He recibido un comentario sobre dicho libro que me ha dado una visión desde la que yo no lo enfoqué y como creo que tiene toda la razón del mundo he decidido eliminarlo del blog. GRACIAS POR VUESTROS COMENTARIOS!!!"

Te dí las gracias en tu blog, Maribel, y vuelvo a dártelas aquí. Rectificar es de lo más sabio que sabemos hacer. No esperaría menos de una persona con sensibilidad que trabaje con niños :)