miércoles, 27 de enero de 2010

"Nada nuevo bajo el sol" y otras melancolías :)

Víctor Manuel es muy especial para mi. Me recuerda a mi tierra, y a mi infancia, pues es parte de la banda sonora de aquella época. Algunos recuerdos muy nítidos, y otros como bruma de trasfondo de la vida.

Me es muy difícil decidir qué canción de Víctor es mi favorita, hay tantas, entre las nuevas y las viejas... pero ésta es una de las que nunca puedo escuchar sin que se me llenen los ojos de lágrimas :) no por triste... no sé. Por emotiva, supongo. Por lo que me recuerda, por lo que me sugiere, por el rincón del corazón que me araña.

Y desde antes de ser mamá, 'Si nos llegaran los niños' también me gustaba mucho. Abajo transcribo la letra, es que me encanta...

"Si nos llegaran los niños
con un manual de instrucciones
para saber cómo abrirlos
cuántos secretos esconden
que alguien no diga y lo firme
que es suficiente el cariño
que no es cierto que venimos
con el destino ya escrito.

Siempre se comete algún error fatal
y lo peor de todo es que no sabes cuál

Si nos llegaran los niños
con un manual de instrucciones
para culpar a los otros
de todos nuestros errores
dónde examinan de padre
sin que dejes de ser hijo
por qué todo el mundo piensa
que el asunto es tan sencillo.

 ESTRIBILLO

Si trajeran remitente
y pudieran devolverse
si los dejaran a prueba
durante un tiempo prudente
Si ellos pudieran dejarnos
cuando somos un fracaso
se llenarían las calles
de padres abandonados.

ESTRIBILLO

Si nos llegaran los niños
con un manual de instrucciones
cómo hacer si no es querido
dónde hallar explicaciones
cómo cambiarle los genes
si te sale un delincuente
y en qué punto se le implanta
el gen de la buena suerte.

ESTRIBILLO"

Y rebuscando en Goear.com, me he encontrado con esta deliciosa nana de Víctor que no conocía. "Duerme, neñín"  :) :) :)

martes, 26 de enero de 2010

Cogiendo el toro por los cuernos

"Sólo una loca pondría en peligro su vida y la de su bebé teniendo a su hijo en casa!".  Esta opinión está muy extendida en nuestra sociedad. Pero la realidad es que hay un movimiento de personas, pequeño pero creciente, que quiere vivir la experiencia de ser padres y de que sus hijos nazcan de una forma diferente a la que conocemos en nuestros días y en nuestra sociedad. Fundamentalmente, con respeto y sin violencia hacia ninguno de los protagonistas.

También va extendiéndose (pero muuuuuuuy lentamente) esta idea de respeto y no violencia en el parto hospitalario. Otros países de nuestro entorno, como Holanda o Inglaterra, dan fe de ello. Amén de pioneros equipos (públicos y privados) en algunas de nuestras comunidades autónomas. Pero aún son muy escasos, y desde luego no todos podemos acceder a ellos porque sí.

Yo no soy nada partidaria de estas cosas de filmar partos, y cesáreas mucho menos, pero bueno, la contra es que si nadie lo hiciera, no tendríamos testimonios como éste. Ayer tuve la ocasión de ver este vídeo gracias a Almadedoula (gracias otra vez, Erika). En él vemos a una mujer que, harta de darse contra el mismo muro siempre, decide salirse del caminito. Me he tomado la libertad de traducir la carta (si alguien ve algún error grave, por favor, que me lo diga), que para mi, lo dice todo. El audio también está en inglés, pero creo que es bastante intuitivo. Son 14 minutos, pero de veras que vale la pena.

"16 de enero de 2007

Estimado doctor ***,

Puesta a elegir entre la cirugía y el parto en casa, elegí el parto en casa porque era la mejor de las dos opciones. Hoy, después de su muy demorada oferta de PVDC (parto vaginal después de cesárea) en su hospital, elijo el parto en casa porque es la mejor de todas las opciones.

Sé que el mejor lugar para el nacimiento de mi bebé es en casa, a pesar de las cicatrices de mi útero. He tenido en cuenta mis riesgos y sé que estoy sana, mi bebé está sana, y nuestras posibilidades de una ruptura son muy bajas. No me considero un caso "de alto riesgo", como usted aparentemente cree, y mi matrona está de acuerdo conmigo. Ella ha asistido más de 1000 nacimientos, 300 de los cuales eran PVDCs (algunos después de cuatro cesáreas!). Ella nunca ha visto una ruptura. Estoy segura de que ella y yo sabremos si mi bebé y mi cuerpo progresan bien durante un parto natural. Su equipamiento, sus conocimientos y su relación personal conmigo y mi bebé hacen que esté bien preparada para saber si  alguno de nosotros está sufriendo suficientemente a tiempo como para trasladarme al hospital en el momento adecuado. Sé que estoy en buenas manos.

Necesito estar rodeada de personas que sean pacientes con mi cuerpo, mi bebé y nuestro progreso dentro de un parto natural. Y lo que es más importante, necesito estar rodeada de personas que crean en mi. Conozco el tipo de restricciones que habría conmigo en un hospital. Usted y otro doctor más en mi consulta inicial me las presentaron claramente. La ACOG (Congreso Americano de Ginecólogos y Obstetras) le requiere a usted pedir varias cosas con las que no puedo estar de acuerdo. Sé que tengo el derecho a negarme a esas "peticiones", pero no creo que el conflicto continuo con la plantilla del hospital me proporcionara la mejor oportunidad para tener un PVDC. Incluso si hubiera otro doctor en la zona que quisiera permitirme un "intento de parto", no creo que haya un hospital que nos diera ni a mi ni a mi bebé lo que necesitamos para traerla a este mundo de forma natural.

He intentado hacer esto dos veces, y dos veces mis hijas han sido extraídas quirúrgicamente de mi cuerpo de forma innecesaria. Con mi primer parto, la "falta de progreso" sin presencia de sufrimiento fetal o materno no era una razón para un nacimiento quirúrgico. Con mi segundo embarazo, mi médico no quería permitirme intentar un PVDC simplemente porque mi bebé parecía grande. Tengo la gran sospecha de que este nacimiento habría acabado de la misma manera si me hubiera puesto en manos del hospital y un obstetra "hubiera puesto en riesgo su carrera por mi" (como la enfermera de matronas de su consulta me dijo tan honestamente).

Gracias por sus esfuerzos con mi caso. Sé que de todos los médicos en su consulta, usted era el más comprensivo y que trabajó mucho para ayudarme al final. Espero que encuentre más mujeres como yo en el futuro: mujeres que estén bien informadas de sus opciones, los riesgos que estas conllevan, y que tomen responsabilidad de su salud, de sus partos y estén dispuestas a luchar por lo que creen que está bien para sus bebés.

Cuando encuentre a estas mujeres, espero que usted y sus colegas tomen sus convicciones en serio desde el principio. Espero que usted amarre cualquier sentimiento personal o restricción de la ACOG en cuanto a cómo las mujeres "deberían" dar a luz a sus bebés, y que no las obligue a luchar (durante su embarazo o su parto) por traer a sus hijos a este mundo de la manera que ellas saben que es la mejor.

Atentamente, Alexandra Orchard."

Para mi, todo se resume en que cuando no encontramos opciones hospitalarias que respeten nuestras convicciones de hacer las cosas "un poquito diferentes" (y como la OMS lleva recomendando desde hace 10 años -ver entrada anterior-), muchas mujeres se ven "obligadas" a parir en sus casas. No están locas, no son suicidas, y sí quieren lo mejor para sus hijos... saben que correrán algún riesgo pero LO ACEPTAN (ellas y sus parejas, no le cargan el muerto a nadie), igual que lo aceptarían en un hospital. Pero saben que en los centros sanitarios no se van a respetar sus deseos, y es de sobra conocido lo que ocurre con "las listillas" que se les ocurre presentar un plan de parto en la maternidad de un hospital cualquiera...

Aunque también entiendo que la postura de muchos sanitarios aún sea reticente. Como dije al principio, este movimiento es aún muy minoritario, y el público en general, muchas mujeres, lo único que esperan de sus partos que sean rápidos, limpios, indoloros y que no haya ningún problema, o de lo contrario, se cargan al médico. No hay conciencia de que cada uno ha de tomar su parte de responsabilidad. Y así, claro, pocos profesionales están dispuestos a "mojarse".

Tienen que cambiar aún tantas cosas...

viernes, 22 de enero de 2010

¿Utopía? No, son principios que dictó la OMS hacia el parto natural en los hospitales hace 9 años!!!!!!

Guia esencial para el cuidado antenatal, perinatal y postparto. Año 2001.

Chalmers B, Mangiaterra V, Porter R.
WHO principles of perinatal care: the essential antenatal, perinatal, and postpartum care course. Birth 2001; 28: 202-207.

Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y meta-análisis de estudios controlados sugieren que se continúa practicando en el mundo un cuidado perinatal y uso de tecnología inapropiados, a pesar que existe aceptación generalizada acerca de principios de cuidado basados en las evidencias.
Por este motivo, han sido identificados una serie de principios acerca del cuidado perinatal y se han desarrollado materiales educativos para facilitar la implementación de los mismos por parte de la Oficina Regional de la OMS en Europa.
La Oficina Regional de la OMS para Europa recientemente desarrolló un Taller de Cuidado Perinatal en el cual se propusieron 10 principios que deberían ser considerados en el cuidado perinatal en el futuro. Estos principios fueron ratificados luego en una reunión de la Oficina Regional de la OMS para Europa y sus estados miembros (Segunda Reunión de Puntos Focales para la Salud Reproductiva/Salud de las Mujeres y los Niños en la Región Europea).
Los diez principios del Cuidado Perinatal que la OMS señaló en la reunión fueron:

El cuidado del embarazo y parto normales debe:

  1. Ser no medicalizado, lo que significa que el cuidado fundamental debe ser provisto utlizando un set mínimo de intervenciones que sean necesarias y se debe aplicar la menor tecnología posible.
  2. Ser basado en el uso de tecnología apropiada, lo que se define como un conjunto de acciones que incluye métodos, procedimientos, tecnología, equipamiento y otras herramientas, todas aplicadas a resolver un problema específico. Este principio está dirigido a reducir el uso excesivo de tecnología o la aplicación de tecnología sofisticada o compleja cuando procedimientos más simples pueden ser suficientes o aún ser superiores.
  3. Ser basado en las evidencias, lo que significa avalado por la mejor evidencia científica disponible, y por estudios controlados aleatorizados cuando sea posible y apropiado.
  4. Ser regionalizado y basado en un sistema eficiente de referencia de centros de cuidado primario a niveles de cuidado terciarios.
  5. Ser multidisplinario, con la participación de profesionales de la salud como parteras, obstetras, neonatólogos, enfermeras, educadores del parto y de la maternidad, y cientistas sociales.
  6. Ser integral y debe tener en cuenta las necesidades intelectuales, emocionales, sociales y culturales de las mujeres, sus niños y familias y no solamente un cuidado biológico.
  7. Estar centrado en las familias y debe ser dirigido hacia las necesidades no solo de la mujer y su hijo sino de su pareja.
  8. Ser apropiado teniendo en cuenta las diferentes pautas culturales para permitir y lograr sus objetivos.
  9. Tener en cuenta la toma de decisión de las mujeres.
  10. Respetar la privacidad, la dignidad y la confidencialidad de las mujeres.

Estos principios aseguran fuertemente la protección, la promoción y el soporte necesario para lograr un cuidado perinatal efectivo. Estos están siendo incorporados en los materiales técnicos así como también en las herramientas de monitorización y evaluación de la Oficina Regional Europea de la OMS.


Formas de cuidado que deberían ser abandonadas

  • No permitir a las mujeres que tomen decisiones acerca de su cuidado.
  • Participar a los médicos en la atención de todas las mujeres.
  • Insistir en el confinamiento institucional universal
  • Dejar a las madres sin atención durante el trabajo de parto.
  • Rasurado de rutina.
  • Enema rutinario.
  • Monitoreo fetal electrónico rutinario sin determinación de pH en cuero cabelludo
  • Restricción de la posición materna durante el trabajo de parto
  • Episiotomía rutinaria
  • Repetir la cesárea en forma rutinaria luego de cesárea anterior.
  • Inducción del parto en forma rutinaria antes de las 42 semanas.
  • Uso de sedantes /tranquilizantes de rutina
  • Uso rutinario de guantes y mascarillas en las unidades de cuidados del recién nacido
  • Separar a las madres de sus hijos cuando estos se encuentran en buen estado de salud.
  • Administración de agua/glucosa en forma rutinaria a los niños amamantados.
  • Lactancia con restricciones.
  • Distribución sin cargo de muestras de fórmulas lácteas.
  • Prohibir las visitas de los familiares.

    Formas de cuidado que reducen los resultados adversos del nacimiento

  • Proveer apoyo sicosocial a las mujeres.
  • Contacto madre-hijo irrestricto.
  • Escaso beneficio de una tasa de cesárea superior al 7%.
  • Posición levantada durante el trabajo de parto.

    Prácticas en el Control prenatal recomendadas para el personal de salud que realiza control prenatal

    Nutrición

  • Recibir ácido fólico antes del embarazo y durante el primer trimestre
  • Suplementación con Fe solamente si éste está indicado, sabiendo que un nivel de hierro más bajo considerado habitualmente como indicador de anemia, es fisiológico durante el embarazo
  • Abandonar las evaluaciones tradicionales perinatales con score de riesgo, ya que las mismas no pueden predecir quiénes desarrollarán complicaciones. En lugar de esto, observar a las mujeres que no se encuentren en riesgo, permaneciendo vigilantes en todo momento ante cualquier signo fuera de lo normal. Una clasificación de "riesgo" debe ser flexible y abierta a ser revisada.

    Atención médica

  • Reducir el número recomendado de consultas prenatales para las mujeres con embarazos normales con el fin de disminuir el exceso de medicación y de hospitalización.
  • Reducir el uso rutinario de exámenes ecográficos durante el embarazo a solamente "con indicación" o a una ecografía (alrededor de las 18 semanas) si se prefiere.
  • Minimizar la cantidad de pruebas de tamizaje durante las consultas. Exámenes de sangre, presión arterial y exámenes de orina para pesquisar proteinuria son esenciales además de la medición de la altura uterina. Los demás estudios deben realizarse solamente si están indicados.
  • Entender la sensibilidad y especificidad de cualquier prueba diagnóstica utilizada. No indicar pruebas que no tengan indicación clínica clara.

    Cuidado psicosocial

  • Proveer preparación durante el embarazo, parto y para la paternidad. Brindar adecuada preparación e información como parte del cuidado. Incluir compañías que la mujer elija en esta preparación. Reconocer que los padres tienen necesidades propias como individuos y no solamente como compañeros o acompañantes de la pareja.
  • Evaluar factores de riesgo psicosociales potenciales que puedan influir en la mujer y su familia. Es útil utilizar una escala como la Escala ALPHA para estos fines.
  • Proveer a las madres de la historia clínica de su embarazo y parto. Las madres guardan estos documentos para asegurarse que los mismos van a estar disponibles siempre que los necesiten.
  • Brindar a las mujeres información basada en evidencias científicas, y estimular su participación en las decisiones acerca de su cuidado.
  • No sentirse obligados, en ningún momento del embarazo o el nacimiento, a brindar cuidados que no estuvieran basados en evidencias científicas, aunque éstos cumplieran con los intereses de la madre y el niño, y fueran requeridos por la mujer o su familia.
  • Ofrecer un enfoque individualizado acerca de la atención en todo momento.
  • Alentar el desarrollo de protocolos locales de atención.

    Alimentación del Niño

  • Estimular la lactancia materna como el mejor método para alimentar al niño. No recomendar ninguna preparación para las mamas, ya que ésta no es efectiva.

    Recomendaciones para la Atención Intraparto Primer estadio

  • Uso del partograma para registrar y monitorear el progreso del trabajo de parto. Limitar los exámenes vaginales para evaluar el progreso realizándolos cada 4 horas en trabajos de parto normales y cada 2 horas cuando se llegue a la línea de alerta del partograma.
  • Minimizar la cantidad de intervenciones durante el trabajo de parto; particularmente evitar la introducción de cualquier dispositivo dentro de la vagina. Estimular una política de "manos libres".
  • Abandonar el uso de rasurado y enema.
  • Estimular la deambulación durante el trabajo de parto.
  • Usar el estetoscopio fetal para monitorear la frecuencia cardíaca fetal.
  • No restringir líquidos durante el trabajo de parto, y permitir que las mujeres con trabajos de parto que progresan normalmente, ingerir comidas livianas si las necesitan.

    Apoyo psicosocial

  • Proveer cuidado permanente durante el trabajo de parto y no dejar a la mujer sola.
  • Estimular la presencia de una persona que la mujer elija para que la acompañe durante el trabajo de parto y el parto. Proveer "doulas" (acompañantes entrenados) en el caso de ausencia de una persona, y estimular su presencia además de la presencia de la familia, si la mujer lo requiriera. Notar que los padres no siempre son la compañía adecuada para apoyar a sus parejas, y que ellos también pueden beneficiarse de recibir un apoyo adecuado.
  • Usar un sistema rotativo de parteras para facilitar el trabajo en los momentos de mayor actividad.
  • Respetar la privacidad de las mujeres y su dignidad en todo momento durante el embarazo, el parto y el post parto.
  • Ser sensible a las necesidades culturales y las expectativas de las mujeres y sus familias.

    Período expulsivo

  • Usar una posición levantada si la mujer lo elige durante el parto. Evitar el uso de la posición supina para el parto, y particularmente la posición de litotomía (con las piernas levantadas). Abandonar las camas de parto tradicionales para los partos normales. Usar una cama standard si se elige una cama para el parto.
  • No realizar episiotomía de rutina (o perineotomía o incisión mediana).
  • No suturar rutinariamente los desgarros o los cortes menores: las pequeñas heridas pueden usualmente cicatrizar solas. Suturar cuando esté indicado.
  • No realizar exámenes del cuello después del parto en forma rutinaria excepto que exista evidencia de hemorragia.
  • Las tasas de cesárea deben ser entre 5% y 15% en cualquier institución, dependiendo del nivel de atención.
  • Usar la tecnología más sencilla disponible en lugar de técnicas sofisticadas si esta tecnología está apoyada por evidencia fuerte acerca de su utilidad.
  • Usar el método de Misgav Ladach (Starr) para la cesárea cuando sea posible.
  • No aumentar los costos en cuidados que no sean esenciales; una compañía para brindar apoyo durante el trabajo de parto es esencial, no un lujo. Los costos de cuidados que no son necesarios (por ejemplo, televisión en las habitaciones) pueden ser cubiertos por la iniciativa privada.

    Manejo del dolor

  • Evitar el uso de medicación durante el trabajo de parto. Para el manejo del dolor se deben usar preferiblemente métodos no farmacológicos, como la deambulación, el cambio de posición, masajes, relajación, respiración, acupuntura, y otros.
  • Evitar la analgesia epidural como un método de rutina para calmar el dolor. Preferir la anestesia espinal/epidural a la anestesia general en la cesárea.

    Recomendaciones para establecer un buen contacto madre - hijo

    Nacimiento:

  • Ubicar al bebé sobre el abdomen de la madre y secarlo inmediatamente. Animar a que la madre participe. Quitar esa toalla y tapar a la madre y al niño con una segunda toalla que se encuentre seca. Mantener la cabeza del bebé tapada para minimizar la pérdida del calor.
  • Cortar el cordón una vez que hayan cesado las pulsaciones del mismo mientras el bebé se encuentra con su madre, siempre y cuando no exista una hemorragia significativa.
  • Incentivar el cuidado materno piel a piel con su bebé durante al menos las primeras dos horas después del parto, así como todo lo que sea posible durante el postparto inmediato y posteriormente.

    Promover el amamantamiento:

  • Incentivar la alimentación al niño cuando el mismo esté dando señales de que está listo para recibirla, mostrando salivación, movimientos orales, llevándose las manos a la boca y moviéndose hacia el pecho materno. No forzar la alimentación hasta que el bebé no esté listo.
  • No separar al bebé de su madre en las primeras horas después del parto. Intentar realizar todos los exámenes necesarios para el recién nacido normal en la cama de la madre, en lugar de utilizar una mesa examinadora apartada.
  • Retrasar la realización de los exámenes que no sean necesarios. Realizar los exámenes con la madre y el niño juntos; demorar la hora del baño por 6 horas o más.
  • Demorar la profilaxis de la conjuntivitis gonocóccica, para evitar que el contacto visual madre - hijo se vea alterado. Luego del nacimiento buscar los momentos apropiados, para dar la vitamina K, BCG y realizar la profilaxis de la conjuntivitis gonocóccica contra la gonorrea. (en aquellas instituciones donde esté indicado).

    Recomendaciones para los cuidados postparto

    Promover el contacto madre - hijo y el amamantamiento:

  • Seguir las guías de la Iniciativa del Hospital Amigo del Niño para la alimentación infantil: incentive la exclusividad del amamantamiento a demanda desde el nacimiento y evite cualquier suplemento para el bebé que contenga agua, glucosa, o sustitutos de leche materna.
  • Ofrecer el alojamiento conjunto para todas la madres y bebés las 24 horas del día.
  • Incentivar el contacto piel a piel durante la estadía postparto en el hospital.

    Apoyo psicosocial.

  • Permitir la libre visita de los miembros de la familia que la mujer elija durante el postparto.
  • Es ideal ofrecer comodidades para que un miembro de la familia pueda acompañar a la madre durante la noche.

    Alta

  • Utilizar un criterio flexible en cuanto al momento del alta: permitir que la mujeres juzguen cuando es el momento para volver a su hogar.
  • Asegurarse que exista una situación familiar adecuada y sostenedora luego del alta, si ésta no existiera realizar los arreglos necesarios para un seguimiento intensivo.
  • Facilitar contactos en la comunidad y fuentes de soporte local para todas las mujeres.
  • Incorporar las percepciones de las mujeres y sus parejas acerca de los cuidados, como parte de un procedimiento estándar para el cuidado efectivo y apropiado.

    Planificación Familiar

  • Asegurarse de brindar consejos acerca de la planificación familiar antes del alta.

    Bibliografía

    1.Appropriate technology for birth.
    World Health Organization. Lancet 1985; ii:436-437.

    2.Having a Baby in Europe.
    World Health Organization. Copenhagen: Author, 1985.

    3.Effective Care in Pregnancy and Childbirth.
    Chalmers I, Enkin M, Keirse M.Oxford: Oxford University Press, 1989.

    4.Appropriate technology for birth revisited.
    Chalmers B. Br J Obstet Gynaecol 1992; 99: 709-710.

    5.Workshop on Perinatal Care Preceedings.
    World Health Organization. Venice, 16-18 April. Conpenhagen: Autor, 1998.

    6.Second Meeting of Focal Points of reproductive Health/Health of Women and Children in the European Region.
    World Health Organization. 11-13 May, 1998, Copenagen.

    7.Essential Antenatal, Perinatal and Post Partum Care- Course. Chalmers B, Porter R, Sheratt D, Peat A, Tucker C. Copenagen, World Health Organization Regional Office for Europe, 1999.

    8.Essential Newborn Care and Breastfeeding.
    Tamburlini G, Uxa F, Drogovich D, Semanova G, eds. Copenagen, World Health Organization, 1997.

    9.A guide to effective Care in Pregnancy and Childbirth.
    Enkin M, Keirse M, Renfrew M, Neilson J. Oxford: Oxford University Press, 1996.

    10.Antenatal psychosocial risk facto
    Wilson LM, Reid AAJ. Midmer DK, et al. rs associated with adverse postpartum outcomes. CMJA1996;154; 785-799.

    11.A reference Guide for Providers: The Alpha Assesment Form. 2nd.
    Midmer DK, Biringer A, Caroll JC, et al. Ed. Toronto: Department of Family and Community Medicine, University of Toronto, 1996.

    Organización Mundial de la Salud

  • (tomado de http://www.holistika.net/parto_natural/oms/principios_de_organizacion_mundial_de_la_salud_oms_acerca_del_cuidado_perinatal.asp)

    martes, 19 de enero de 2010

    "El peso simbólico del dinero"

    Este es el segundo artículo de la revista de "El mundo de tu bebé" del mes pasado que quería traer al blog. No podría firmarlo nadie más que una eminencia como es Laura Gutman.

    (las imágenes, las negritas y los resaltes en color son míos)

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    EL PESO SIMBÓLICO DEL DINERO

    Laura Gutman. Psicoterapeuta especializada en la atención a madres y padres de niños pequeños. Autora de La maternidad y el encuentro con la propia sombra (RBA Integral)

    -Cuando sólo cuidamos de nuestros hijos, un cambio sutil opera en nosotras: aunque percibamos un sueldo, no nos sentimos libres para gastarlo-

    Las mujeres tenemos cada vez mayor entrenamiento para circular en el ámbito público: estudiamos, trabajamos, ganamos dinero, administramos nuestros bienes, ahorramos, invertimos, a veces ayudamos económicamente a nuestros padres mientrMujer-y-dinero-broches-copia_th_3as intentamos aprender a convertirnos en personas cada vez más autónomas e independientes. Estas valiosas experiencias a veces operan a favor de la confianza en nuestros propios recursos, pero, al mismo tiempo, actúan en detrimento de la tranquilidad en relación a los recursos que otros pueden generar o disponer para nuestro confort.

    Desde esa posición, nos emparejamos: con nuestro trabajo a cuestas, nuestra posición social, las obligaciones laborales, nuestra independencia económica y nuestra libertad. A veces, nuestra pareja también dispone de recursos materiales suficientes; sin embargo, no hacemos uso de ellos. Es lógico, ya que las mujeres modernas tenemos grabado a fuego el sometimiento del que hemos sido testigos, sufrido por nuestras madres, abuelas y antepasadas que han pagado con la totalidad de sus vidas un poco de comodidad y resguardo. Hoy en día, la mayoría de las mujeres que trabajamos preferimos cuidar nuestra autonomía para no depender de nadie ni pagar precios desproporcionados. Generalmente, logramos funcionar en un equilibrio aceptable. Hasta que nace nuestro primer hijo.

    Durante el embarazo hemos acomodado las cosas, fieles a nuestra eficacia y previsión. Suponemos que nos tomaremos cuatro meses de baja por maternidad. Si somos trabajadoras autónomas, creemos que resolviendo la mayor parte del trabajo en el hogar, podremos continuar con nuestras actividades, acostumbradas a la prolijidad y al rigor. Imaginamos que la vida cambiará un poco, pero no tanto. No se nos ocurre hacer nuevos acuerdos con nosotras mismas ni con nuestra pareja, simplemente porque no encontramos ningún inconveniente.

    Por otra parte, no estamos dispuestas a perder la tan anhelada autonomía ni la administración del dinero ganado por nuestros propios medios. Es decir, durante el embarazo no modificamos el modo en que ganamos ni el modo en el que administramos el dinero.

    Un asunto emocional

    Sin embargo, una vez que el niño ha nacido, misteriosamente, extraviamos la lucidez intelectual. Nos sorprende que, habiendo sido tan puntuales, perdamos la noción del tiempo. Por otra parte, nos resulta imposible organizarnos con el bebé; no hay horarios, nuestro hijo no duerme nunca, no encontramos una hora completa para nuestros asuntos, y si por casualidad disponemos de ese tiempo, necesitamos comer, darnos una ducha o leer los titulares del periódico para recordar en qué época vivimos. Aunque percibimos el dinero de la baja maternal, que nos corresponde legalmente, sentimos que si no generamos ese dinero, no tenemos el derecho a gastarlo a voluntad. Y lo más llamativo es que, a veces, nuestra pareja, que se ha convertido en padre pero que puede regresar a su oficina o a su actividad en las mismas condiciones que antes, no tiene registro de estas sutilezas, porque nosotras mismas no alcanzamos a percibirlas.

    No nos atrevemos a utilizar el dinero ganado por el varón como si fuera propio. En ocasiones, al varón tampoco se le ocurre dejar más dinero al alcance de la mano, sencillamente porque jamás percibió necesidad alguna por nuestra parte. Es decir, independientemente del dinero disponible que haya en el seno de la pareja, las mujeres vivimos restricciones y carencias económicas mientras nos dedicamos a nuestro bebé. Éste es un asunto emocional. No tiene que ver con la cantidad de dinero que haya o no en nuestra cuenta del banco. Opera de un modo extraño, en relación a la sensación de no ser productivas. Estamos maternando a un niño muy pequeño y eso absorbe toda nuestra energía disponible. No tenemos cuerpo ni cabeza ni tiempo, ni capacidad para regresar prontamente al trabajo, ni para tomar decisiones del mundo concreto. Observamos atónitas cómo viran nuestros intereses personales, mientras tratamos de acomodarnos a una nueva realidad que, sorprendentemente, resulta ser muy distinta de lo que habíamos planeado con anterioridad.

    En estas circunstancias, ¿qué podemos hacer? ¿Es lógico que suframos restricciones porque momentáneamente no estamos trabajando? ¿Nos damos cuenta de que estamos pagando un precio altísimo por sostener nuestra antigua autonomía? ¿Toleraremos ser cobijadas y acompañadas por el varón, incluso económicamente? ¿Soportaremos disfrutar del dinero de la baja maternal mientras no generamos dinero? ¿Seremos capaces de prolongar el tiempo de permanencia con el bebé sin percibir paga alguna?

    Llegados a este punto, hoy en día hay dos situaciones nuevas que eclosionan cuando nace un bebé:

    * Las parejas que han funcionado históricamente gracias a los recursos generados por la mujer: el hombre gana poco o nada. En este caso, si la mujer puérpera no trabaja, la economía familiar se deteriora.

    * Las parejas en las que ambos ganamos dinero, pero mantenemos economías separadas.

    En el primer caso, el varón está acostumbrado a esperar, y las mujeres estamos acostumbradas a resolver. Es muy complejo pretender cambiar una dinámica instalada desde hace mucho tiempo. Difícilmente modificaremos los roles acordados inconscientemente desde la constitución del vínculo afectivo. Lamentablemente, las mujeres nos encontramos con "el problema" una vez el hijo de ambos ha nacido. A veces, el hombre abandona el hogar porque ya no encuentra cobijo y resguardo de nuestra parte. Y nos guste o no, ése había sido el acuerdo básico de convivencia. El hombre se siente abandonado. Nosotras nos sentimos abandonadas. El sufrimiento es inmenso para todos.

    Reconducir la situación

    ¿Que puede hacerse en estos casos? Lo ideal sería comprender la lógica del emparejamiento desde el inicio, sin pretender grandes cambios y aceptando los beneficios ocultos que esos acuerdos nos habían otorgado. Es posible que hoy, con el niño en brazos, esos beneficios ya no existan, por eso estamos en crisis. No será imposible revertir la situación, pero será menester que ambos nos miremos honestamente e inventemos una manera posible de apoyarnos. Es evidente que le toca hacerse cargo de la economía en mayor medida, si tiene la madurez necesaria para hacerse responsable de la cría junto a la madre.

    En el segundo caso también habrá que hacer nuevos acuerdos. Dinero hay. Lo que no hay es costumbre de compartir. Tampoco hay entrenamiento para confiar en que elovemoneyl otro pueda proveer sin que quedemos prisioneras de sus caprichos. Con frecuencia, el varón no registra nuestras "nuevas" necesidades porque, sencillamente, nunca antes las hemos manifestado. Posiblemente, nosotras mismas tampoco las tomemos en cuenta. En todo caso, lo ideal sería que el varón se hiciera cargo económicamente de nuestras necesidades y las de la criatura. Nosotras también comemos, viajamos, tenemos necesidades personales y merecemos usar con la misma libertad el dinero disponible, porque estamos ocupándonos momentáneamente -de forma exclusiva- del hijo de ambos. Ahora bien, esto también requiere que revisemos nuestros antiguos acuerdos y que conversemos sobre las opciones que tenemos para cambiar las cosas. Porque con un bebé en casa, nada funciona como antes.

    El manejo del dinero no es un tema menor. Al contrario, es una manifestación directa de nuestros funcionamientos primarios trasladados al comportamiento adulto en la sociedad. El dinero nos remite a historias personales de sometimiento, restricciones, poder, altruismo, egoísmo, malos entendidos, temores e inseguridades.

    El dinero opera simbólicamente y funciona también como moneda de cambio afectivo. Para las mujeres es indispensable pensar e intercambiar con otras mujeres -y con los hombres- las trabas y dificultades que aparecen en la gestión del dinero. Tomemos en cuenta que, en términos históricos, las mujeres tenemos acceso a la administración del dinero desde hace muy poco tiempo. Por este motivo, es pertinente que nos ocupemos seriamente de este asunto, ya sea para ganarlo, administrarlo, compartirlo, usufructuarlo, invertirlo o gozarlo. Entonces quizá podamos legar a nuestros hijos una relación con el dinero y los recursos materiales más libres. El dinero también puede constituirse en un buen maestro para nosotras.

    Quién se hace cargo de los niños

    Decidir quién cuida a los niños según el criterio de quién gana más o menos dinero en la pareja es un asunto controvertido. Porque la medida no debería ser sólo cuánto dinero circula, sino quién está más preparado emocionalmente para sostener la jornada completa junto a los niños más pequeños.

    Por este motivo, estas decisiones deberían ser evaluadas con tranquilidad, teniendo en cuenta la realidad emocional y económica de cada miembro de la pareja. No sólo llevados por la fantasía de lo que nos gustaría que sucediera, sino por lo que la realidad nos muestra. La prioridad debería ser siempre la satisfacción de las necesidades básicas de los niños pequeños.

    Medir el valor del maternaje

    En nuestra sociedad de consumo, cada actividad tiene un precio. Ahora bien, la actividad de cuidar, cobijar, permanecer, ayudar, traducir, alimentar, consolar y proteger a la cría no lo tiene. Es lógico. Está ligada al amor materno, que es altruista por definición. Sin embargo, como todos necesitamos comer, cuidarnos y acceder a un confort básico, es importante hacer cuentas imaginarias para establecer acuerdos dentro de una comunidad o dentro de una familia. Las mujeres que nos convertimos en madres necesitamos recibir una compensación comunitaria -que puede no tener forma de dinero-, dentro de un intercambio que sea beneficioso para todos.

    La crianza y las tareas del hogar

    * Es frecuente que, al tomar la decisión de abandonar nuestro trabajo para criar a los niños, sintamos que entonces tenemos que asumir la totalidad de las tareas domésticas porque "no hacemos nada y no aportamos dinero". FALSO.

    * Criar niños es una cosa. Realizar los trabajos de limpieza y orden en la casa es otra. Simplemente suceden en el mismo ámbito, lo que nos lleva a confundir ambas actividades.

    * Esta confusión nos comporta malestar, baja autoestima y desconcierto. Si nos hundimos en lo doméstico, posiblemente el niño quede más relegado que cuando trabajábamos.

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    Este artículo hizo que se me saltaran las lágrimas. Por fin veía plasmado sobre el papel creencias, inquietudes, reivindicaciones... que pensaba que sólo eran locuras mías. Alguien más tenía el valor de decir que está bien que una mujer, en el tiempo de cría de sus hijos pequeños, delegue la responsabilidad económica en el varón, sin tener que perder por ello autonomía, valía, autoestima, ni estar pagándose un billete de ida sin vuelta al ostracismo.

    Cuando yo era más joven, desde todo el orgullo interno que poseía, pensaba y decía en voz alta que la situación económica ideal de una pareja era que ambos trabajaran siempre, tuvieran un fondo común para los gastos comunes y preservaran intacto el resto para cada uno, y así nadie tendría que rendir cuentas ante el otro, o 'pedir permiso' para gastar, y podría hacer de su capa un sayo. Cuando me paraba a pensar sobre situaciones como la maternidad, o alguien me lo sugería, no sabía muy bien qué argumentar, y seguramente creía que una baja de maternidad y una vuelta a la normalidad eran lo 'esperable'. Al fin y al cabo es lo que hace todo el mundo, no? (pero no, no es lo que hace todo el mundo...). Cuando pensaba un poco más a fondo sobre ello, me daba cuenta de que lo más probable es que, el día de mañana, me gustaría estar el mayor tiempo posible con mis hijos pequeños, pero... entonces tendría que depender de un hombre (uno que todavía no conocía...)... y mis 'principios feministas' aborrecían semejante pensamiento.

    Y conocí al que hoy es mi marido. Y mi manera de pensar con respecto al dinero cambió bastante, desde luego. O quizás no cambió, sino que se quitó la careta y se atrevió a reconocer lo que siempre había sabido... esto ya lo conté en "Sí, mi marido me mantiene (pero sólo si voy muy borracha)". Ahora mismo yo no gano dinero, pero estoy haciendo una gran inversión. En tiempo y en sentimientos. En el crecimiento de mi hijo, en el mío personal y en el de mi marido. Y él me hace sentir verdaderamente que ésto es un equilibrio. En este momento, él proporciona unas cosas al equipo y yo otras, las compartimos, y todas tienen igual valor. Él disfruta sabiendo que con el fruto de su trabajo nos da para vivir los tres sin precariedades (incluso algún capricho), y para vivir yo una situación que me hace feliz, y creemos que a nuestro hijo también. Yo disfruto sintiéndome libre de hacer lo que quiero verdaderamente :) y desde luego, no sintiéndome 'mantenida'. Él nunca me haría sentir menos con respecto al dinero porque, precisamente, quien lo tiene a la mano, siempre soy yo. No necesito pedírselo, y propongo y dispongo a mi entender. Nunca he sido ni caprichosa ni despilfarradora, por lo que cualquier cosa en lo que me lo quiera gastar, para él, bien gastada está. Me riñe por racanear conmigo misma, y siempre me anima a comprarme esas tonterías que yo a veces no me concedo. NO necesito ganar dinero para sentirme en igualdad de condiciones. Cuando lo he hecho antes, y cuando lo vuelva a hacer, tampoco cambiará nada :)

    Hace tantos años, no habría imaginado esto ni en mis mejores sueños :)

    Imágenes:

    http://www.mujeresycia.com/?x=nota/10147/1/tu-independencia-economica-hablemos-de-dinero

    http://www.blogigo.de/Amorydinero/Los-problemas-que-causa-el-dinero-en-la-pareja/1/

    viernes, 15 de enero de 2010

    "Orgullosas de ser madres"

    Diciembre ha sido un mes de emociones intensas... como me ha recordado Elsa Punset, las emociones son todas necesarias, las que nos parecen positivas y las que no. Y me ha puesto en contacto con un gran abanico de ellas.  Aquí quiero destacar las positivas, y algunas tuvieron que ver con muchas lecturas. Entre ellas, y sobre todo, el número 1 de la revista Criar (de allá por 2008) y el número de diciembre de 'El mundo de tu bebé'.

    De esta última, dos artículos llamaron poderosamente mi atención, y uno de ellos es éste: "Orgullosas de ser madres", y me gustaría transcribirlo para aquellos que no tenéis la revista. Aquí está.

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    ORGULLOSAS DE SER MADRES

    Tener un bebé es una de las grandes transiciones de la vida para las que no hay un ensayo previo. Ser conscientes de esta dificultad nos puede ayudar a valorar cada uno de nuestros logros.

    (Texto extraído y adaptado de Lo que hacen las madres. Sobre todo cuando parece que no hacen nada. Naomi Stadlen (Ediciones Urano))

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    La mayoría de la gente está de acuerdo en que ser madre es un trabajo muy duro. Pero ¿cuál es exactamente el trabajo de una madre? En esto hay menos acuerdo. La gente parece pensar que cuidar a un bebé no tiene nada que ver con el trabajo que ser supone que debe hacer una madre.

    Por ejemplo, imagina a una madre que está enjuagando la ropa de su bebé. Sabe que su hijo está dormido pero que puede despertarse en cualquier momento. Efectivamente, unos minutos después el niño empieza a llorar, así que la madre se seca las manos y va rápidamente a cogerlo. Parece que está alterado, así que lo acuna un rato. Luego se pregunta si ha tenido un mal sueño y empieza a cantar una cancioncilla que le gusta y suele animarlo. ¿Cuál de estas actividades es su trabajo?

    La mayoría de la gente diría que al enjuagar la ropa está trabajando, mientras que al coger a sus bebé tiene que dejar de trabajar. Las madres suelen hablar de una dolorosa sensación de "fracaso" en esos momentos en los que, si prestásemos más atención, nos daríamos cuenta de que están cuidando a sus hijos. Lo contrario también es cierto. Cuando una madre está ocupada con tareas domésticas concretas y visibles, pero de carácter secundario respecto a sus obligaciones maternales, es muy probable que tanto ella como otras personas digan que está  "consiguiendo hacer su trabajo".

    Hoy en día una madre puede sentirse muy sola. La mayoría de la gente no es consciente de lo que hace. Esto no se debe a que la maternidad haya cambiado. Los elementos esenciales de la maternidad parecen ser invariables. Pero el mundo que rodea a una madre está cambiando siempre. Sin embargo, las madres no pueden retirarse a un vacío social. Ser madre es tanto un papel privado como social. Cada madre construye un puente que conecta a su hijo con la sociedad que  todos compartimos. Si es un buen puente, su hijo podrá utilizarlo para acceder al mundo exterior. Ese puente está basado en su relación mutua. Si se puede relacionar bien con su hijo, éste tendrá la oportunidad de convertirse en una persona que se relacionará bien con nosotros. El conjunto de nuestra sociedad depende de cómo se relacione cada madre con su hijo. Ése es su trabajo maternal.

    A la mayoría de las madres les preocupa mucha que la gente que las rodea apruebe a sus hijos. La respuesta más despreocupada de otra persona puede afectar a una madre durante todo el día. Pero ¿cómo puede comunicar la gente sus reacciones de una manera responsable si no se da cuenta de lo que hace una madre cuando está cuidando a su hijo? No es que no les importe. La mayoría de la gente tiene una opinión muy clara sobre cómo hay que educar a los niños. Pero cuando ven a una madre sentada tranquilamente con su bebé, no pueden ver nada concreto. No es la idea que tiene la mayoría de la gente del trabajo de una madre.

    Esta falta de comprensión es más evidente si pensamos en un niño un poco mayor. Por ejemplo, podemos observar a una madre con su hijo en un supermercado. La madre está relacionándose con él de varias maneras a la vez. Le está inculcando el comportamiento que considera apropiado para un niño de su edad en un lugar público. También le está demostrando cómo debe comportarse en un supermercado al decirle que no se tiran las cosas de las estanterías y que no se llena la cesta con todo lo que hay a mano, sino que se eligen los productos y se paga por ellos. Le está demostrando sus valores personales al comprar, por ejemplo, calculando precios, o dando prioridad a la rapidez y demostrándole cómo se relaciona con los empleados. No le está enseñando en un sentido estricto, sino compartiendo su mundo con él, y esto es agotador. Todo le cuesta el doble de tiempo,y tiene que desviar su atención continuamente del mundo adulto de las compras al mundo infantil de su pequeño acompañante. Si hay algún malentendido, tendrá que mediar entre estos dos mundos.

    Pero ahora llegamos a la falta de comprensión. Si preguntamos a la madre del supermercado qué está haciendo, casi con toda certeza respondería: "la compra". Si preguntásemos a otros compradores y empleados qué creen que está haciendo la madre, la mayor parte diría: "la compra". Sin embargo, la madre está haciendo dos trabajos, no sólo uno. El segundo es un trabajo silencioso que se deriva del primero. No tiene un nombre específico. Cuando un niño comienza a ir a la escuela, los profesores hablan de la importancia de la 'socialización'. Sin embargo, cuando una madre esta socializando a su hijo de forma gradual y haciendo muchas más cosas, no se le tiene en cuenta, porque todo el mundo cree que simplemente está "de compras".

    Si la actividad de la madre se limita a "comprar", entonces la compañía de su hijo parece un impedimento. La obliga a ir más lenta y le impide hacer las cosas con su eficacia habitual. Pero si reconocemos que todo esto forma parte de su trabajo, podríamos redefinir su tarea como "cuidar y comprar". Eso daría a su hijo una posición legítima en sus acciones. También explicaría por qué una madre puede estar tan cansada e irritable después de ir de compras. Dos trabajos son más duros que uno. Y le resulta aún más duro si ignora el segundo y cree que sólo ha realizado el primero. En vez de estar satisfecha por haber combinado dos trabajos razonablemente bien, por lo general acaba enfadada consigo misma por hacer uno aparentemente mal.

    Cuando la madre y el hijo llegan a casa, suele haber otros ejemplos de esta falta de comprensión. Al sacar las compras, la madre ve el resultado de sus esfuerzos. Pero al mirar al hijo, no observa un gran cambio. Ha intentado ser paciente con él, pero parece cansado y enfadado, y es posible que tenga hambre. ¿De qué ha servido todo su esfuerzo maternal? Como se lamentaba una madre: "cuando estás trabajando, sabes qué has hecho durante el día. Has hecho tantas llamadas de teléfono, has escrito tantas cartas y tienes algo para demostrarlo. Pero cuando lo miro después de estar trabajando todo el día, pienso: ¿Dónde está la diferencia?¿Dónde ha ido todo mi esfuerzo maternal?

    No ha desaparecido, pero es difícil de reconocer. Está ahí, enfrente de ella. Es posible que su hijo esté enfadado; en este caso puede ser porque lo ha cuidado bien. No está enfadado con ella, sino para ella. La diferencia es crucial, pero fácil de malinterpretar. Un niño enfadado confía en su madre y espera algo de ella. Le pide más que a otras personas porque ella está cerca de él y parece comprenderlo. Normalmente está seguro de que su madre se lo arreglará todo. "Un bebé que llora mucho puede hacerlo porque tiene una estrecha relación con la madre", señalaban dos perspicaces investigadores de un hospital de Londres. Pero esto va en contra de una suposición cultural muy extendida según la cual si un bebé llora y un niño se enfada es porque hay una mala relación. Por lo tanto, desgraciadamente, la mayoría de las madres no se toman como un cumplido que sus hijos lloren o se enfaden. El enfado de los niños, que muchas veces puede indicar cuánto confían en sus madres, se suele malinterpretar como una prueba de fracaso maternal.

    Los bebés no suelen confirmar que las madres hacen las cosas bien. A una madre le tranquilizaría que su hijo le dijera de vez en cuando: ¡Anímate, mamá! Te estás relacionando muy bien conmigo." Pero los bebés no pueden hacer esto. Una madre puede sentirse muy sola e incomprendida durante esas primeras semanas (...)

    Una desorientación intensa

     Las frases que más repiten las madres son "no hago nada" y "no consigo hacer nada". Así es como describen su experiencia. Deberíamos escuchar atentamente y preguntarnos qué significa "no hacer nada". Antes se suponía que era la ausencia de "hacer algo". Pero al escuchar lo que dicen las madres, parece que es una experiencia en sí misma. (...)

    Cuando una madre considera su forma de utilizar el tiempo como "no hacer nada" es incapaz de ver lo que  hace como parte de un cambio deseable y significativo. Como no ve ningún cambio, puede pensar que la acción (o inacción) maternal de estar con su bebé no tiene ningún valor.

    Esto contrasta con la opinión popular de que las madres siempre están ocupadas. Una "madre ocupada" es casi un cliché. Este término sugiere una gran cantidad de acciones útiles y visibles. Pero la vida con un bebé durante los seis primeros meses puede 2007082932bebe_t no ser activa en absoluto. Normalmente es lenta. Por ejemplo, una madre no puede apretar un botón de aceleración cuando está dando el pecho a su hijo. Mama, se para, la mira a la cara durante un rato, sigue mamando, cierra los ojos y se adormece, pero se despierta enseguida para seguir mamando si ella se mueve. ¿Ocupada? Incluso su mente parece ir más lenta. Más tarde es posible que esté un rato ocupada limpiando, ordenando y llamando por teléfono. Pero esas acciones están menos relacionadas con el hecho de ser madre. Tienen más que ver con cuidar la casa, al resto de la familia y a ella misma.

    Todo este tiempo está con su bebé. Es esa relación invisible la que hace que le parezca que "no hace nada". En vez de ocuparse con una larga lista de tareas, está reduciendo el ritmo de su vida para adaptarse al de su bebé. Para cualquier persona acostumbrada a la velocidad de la vida urbana, el contraste es enorme. También tiene que renunciar de algún modo a su conciencia activa y acceder a algo más simple y antiguo para acercarse al mundo de su bebé. No es fácil. Sin embargo, ahí está la clave de la relación trascendental entre los dos. Lejos de no hacer nada, está haciéndolo todo.

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    Equilicuá, que se decía en mis tiempos... SER MADRE Y SER AMA DE CASA SON DOS COSAS DIFERENTES, OIGA!!!!!!!

    SER MADRE: cuidar de los hijos

    SER AMA DE CASA: cuidar de la casa.

    ES-TANQUE: agua para patos.

    Yo tenía este run-run desde siempre... cuando nació Mateo, muchas mujeres me decían, "Hay que ver, pobrecita, es que con lo llorón que es, todo el día en brazos, no tendrás tiempo de hacer nada!!". Con "nada" no se referían (que hubiera estado bien) ni a bañarse, ni a leer, ni a ver la tele, o a tocarme la pochocha sin más. Se referían a mis 'obligacionesmarujilesdenuevamadrequeademásnovaatrabajarfueradecasa'. Léase: hacer la comida, barrer, fregar, limpiar el polvo, hacer las camas, poner lavadoras, planchar, etc.  Yo, ya lo he dicho en más ocasiones, nunca he sido muy buena maruja. No me disgustan las faenas de la casa, algunas incluso me gustan, pero no soy muy exigente. No lo era antes, y ahora mucho menos. Y recuerdo que pensaba "pues sí, no tengo tiempo de hacer nada". Y ya entonces, aunque fue mi época 'fuera de mi cuerpo', no estaba en sintonía con lo que ellas me decían. Porque aunque aún no me había dado cuenta, efectivamente, mi orden de prioridades iba a ser primero mi hijo, luego yo, y por último la marujidad. Desde luego, para las 'buenas madres de toda la vida' eso sólo significa que, poniendo como excusa a mi hijo, soy una auténtica guarra.

    Bienvenidas seáis todas con una mopa para el polvo... :P o mejor, traeros dos, que os van a hacer falta.

    Imágenes:

    http://www.istockphoto.com/file_closeup/illustrations-vectors/6743798-busy-mother-and-children.php?id=6743798

    http://www.elconfidencial.com/cache/2007/08/30/18_acunar_brazo_derecho_signo_estres_segun.html

    miércoles, 13 de enero de 2010

    Un acto de amor bellísimo y desinterado

    Dar algo a alguien que lo necesita a cambio de nada es algo que hacer sentir muy, muy bien a quien lo hace. Creo que eso es lo que hace adictiva la donación altruista :)

    Yo sólo soy donante de sangre, por el momento. Y cuando voy a donar, me siento, no sé como explicar, como un día de Reyes. Saber que un acto tan simple como sentarte un ratito en el hospital y que con una extracción de tu sangre se puede ayudar tanto a alguien que lo necesite, da un subidón bestial. A lo mejor es porque te hace sentir útil. O por lo bello que es querer ayudar con tu cuerpo a alguien que no conoces de nada.

    Igual de bello y mucho más valiente es la donación de médula, o de un órgano cuando aún estás vivo, generalmente a un familiar. Se me pone el vello de punta... y que tu familia respete tu deseo de querer donar tus órganos cuando faltes, o que lo tengan que decidir ellos en un momento tan duro, qué se puede decir... hay tantos testimonios de padres, madres, esposos, que saben que partes de sus seres queridos ayudan a seguir viviendo a otras personas...

    Hoy he leídff3214fea6367110a891b94bbc6df0abuniqueidcmcimage1o este precioso relato en el blog de Lactabia. Cumple un añito como donante de leche materna. Sólo de pensarlo, se me saltan las lágrimas. Pero de alegría. GRACIAS A TODAS LAS MAMÁS QUE HACÉIS UN REGALO TAN BELLO, NO HAY PALABRAS PARA DESCRIBIROS. Y ojalá que cunda el ejemplo, que se abran más bancos por toda España y por todo el mundo, que todos los bebés que la necesiten, y en especial los más frágiles, tengan acceso a este regalo en el futuro.

    "Mi primer año como donante de leche"

    Publicado originalmente en Teteando

    Estas Navidades cuando fuimos a Madrid a pasar allí las fiestas llevamos biberones al 12 de octubre, ya he cumplido un año como donante de leche materna y la pena es la distancia que hay y que no tengan servicio de recogida porque de ser así hubiera donado mucho más que los 80 biberones de 125ml que he donado hasta ahora…..

    Esta vez nos enseñaron las instalaciones y aunque mi idea inicial era hacer una especie de reportaje con fotografías incluidas una vez dentro y viendo las incubadoras nos dio tanto apuro que ni siquiera preguntamos si podíamos hacer fotos ya que nos parecía invadir la intimidad de esos bebes y de esos padres y más en esas fechas tan señaladas .

    Pero muy amablemente nos enseñaron las salas y nos explicaron para que se usaba cada sala…

    Lo primero que encuentras al llegar es una acogedora sala de espera con una luz tenue, con taquillas donde los padres pueden dejar todas las cosas que traen (abrigos, bolsos…etc) para ir lo mas cómodos posibles, allí hay una mesa pequeña con sillas para los hermanitos de los bebes ingresados que pueden visitarlos todos los domingos, tienen un servicio de préstamo de libros , y varios carteles con fotos de bebes que una vez estuvieron allí ingresados pero que que ya son bebes y niños sanos un pequeño empujón para los papas demostrándoles así que de todo se sale y pueden superar ese bache.

    Hay unos grifos donde antes de entrar hay que lavarse las manos y los brazos, la higiene es muy importante en este caso ya que se trata de bebes muy pequeños y cualquier bacteria podría causarles serios problemas.

    Esta la sala de observación donde dejan a los bebes que necesitan ser observados por algún motivo, no necesariamente han de ser prematuros, pueden ser bebes que han necesitado alguna medicación, bebes que han nacido por cesárea por algún motivo y su mama está en recuperación, si la cesárea es programada intentan que el bebe este junto a su mama desde el primer momento pero si es una cesárea de urgencias los mantienen separados el tiempo estrictamente necesario.

    La sala de cuidados intensivos (bebes de hasta 1500 gramoso recién nacidos muy graves) tiene capacidad para acoger a 20 incubadoras (separada en dos salas) cada incubadora tiene un sillón cerca donde los papas pueden estar el tiempo que quieran, tienen acceso libre durante las 24 horas del día, cerca hay sacaleches para que las mamas se puedan sacar la leche observando a sus bebes y en cuanto el estado de los pequeños lo permite practican el método canguro o piel con piel (ponen al bebe en el pecho del papa o de la mama).

    Las incubadoras se encuentran en un ambiente tranquilo, con una luz tenue, tapadas con mantas para evitar el exceso de luz exterior y con muy poco ruido, excepto el sonido de las maquinas que controlan su estado.

    Y por último esta la sala de cuidados intermedios, donde están los bebes menos graves o convalecientes de sus enfermedades previas y es donde terminan de mejorar para poder volver a casa esta la sala esta mas iluminada, ya que necesitan cuidados menos especiales.

    Intentan por todos los medios ayudar a las mamas para que la lactancia tenga éxito, las ayudan a ponerse al bebe al pecho, las enseñan a sacarse leche y siempre es primero su leche la que se les administra, si por algún motivo, como que están tomando medicación incompatible o no tienen leche, su leche no se la pueden dar les dan leche del banco, cuando hay muchas reservas todos los bebes que la necesitan reciben leche materna, si hay pocas reservas tienen que priorizar y los primeros en tomar leche materna son los bebes mas pequeños y débiles.

    A las mamas que tienen a los bebes ingresados no les permiten ser donantes mientras que sus hijos estén allí, por si en algún momento recayeran y necesitaran de su leche, pero una vez dados de alta pueden ser donantes de leche y muchas de ellas lo son.

    Por desgracia el banco de leche no siempre tiene las reservas suficientes como para poder darles a todos los bebes leche materna, así que una vez os pido que las mamas que estáis lactando y deseéis haceros donantes de leche no dudéis en poneros en contacto con el hospital, es un pequeñísimo esfuerzo que una mama puede hacer y puede salvar muchas vidas de muchos bebes.

    Gracias al equipo de neonatología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, por enseñarnos las instalaciones y explicarnos su trabajo, por el cariño que muestran hacia esos bebes y por lo bien que nos tratan cada vez que vamos.

    Más info: ¿Quién y cómo se puede ser donante de leche materna?

    Imagen:

    http://www.serpadres.es/bebe/especial-lactancia-materna

    "El trabajo es un obstáculo para la maternidad, no al contrario"

    Isabel Aler, socióloga: «El trabajo es un obstáculo para la maternidad, no al contrario»
    Las «madres insumisas» confían en el saber de sus cuerpos para parir y criar, se enfrentan al sistema sanitario y asumen prioridades
    INÉS GALLASTEGUI/GRANADA
    SOCIÓLOGA. Isabel Aler, ayer en Granada. / JUAN ORTIZ

    La profesora titular de Sociología de la Universidad de Sevilla Isabel Aler (Barcelona, 1960) pronunció ayer en el auditorio de la Caja Rural la conferencia 'Maternidad e insumisión', invitada por el grupo de apoyo a la lactancia materna Mamilactancia. Aler explicó qué es el movimiento de «madres insumisas», «minoritario pero altamente motivado». Se trata, señaló, de mujeres que confían en la sabiduría de sus cuerpos para «concebir, gestar, parir y criar a sus hijos»; se enfrentan a los dictámenes del sistema sanitario sobre «cómo debe ser una madre adecuada»; se organizan para compartir su experiencia con otras madres; y, ante un mercado de trabajo que considera la maternidad como «un obstáculo», deciden que lo que es un obstáculo para una maternidad consciente es el mercado de trabajo, y asumen «prioridades vitales».
    La socióloga explicó que en España la maternidad es «un hecho social crítico». «En los últimos treinta años ha habido una disminución drástica de las tasas de maternidad en un 50% y un aumento drástico del intervencionismo tecnológico en los procesos de concepción, gestación, parto y crianza de las criaturas». En ese contexto, dijo, muchas mujeres se han rebelado frente al modelo patriarcal de madre «resignada, sumisa, desautorizada, cargada de trabajo...». A su juicio, el feminismo actual, cuya lucha tanto ha contribuido a poner los pilares de una maternidad elegida y no impuesta, está ahora «un poco parado» ante el hallazgo de que ser madre no sólo no supone un lastre, sino que es una vía fundamental para la liberación de las mujeres y motor de cambio social.
    Del miedo al deseo
    Aler expuso una serie de «co-razones» -una palabra acuñada por ella misma con la que que designa algo así como motivos tanto racionales como emocionales- para hacer el viaje «de la maternidad patriarcal a la maternidad alternativa». Algunas mujeres han pasado «del miedo al deseo de ser madres» y han asumido el protagonismo en un proceso, de la concepción a la crianza, donde exigen ser «respetadas y no negadas». Están pasando «de la desconfianza a la confianza en la sabiduría corporal», frente a una sanidad tecnologizada que contempla el embarazo y el parto como si fueran ajenos al cuerpo femenino. Y transitan del «entreguismo» al «enfrentamiento selectivo» con el sistema sanitario, que a veces actúa «en alianza con los intereses del mercado», por ejemplo en el tema de la lactancia materna.
    Por otro lado, las «insumisas» están creando «espacios sociales cualificados», como los «grupos de ayuda madre a madre, que se movilizan social y políticamente para la recuperación del parto y de las formas de crianza natural».
    Aler rechazó la consideración de la maternidad como «un obstáculo para la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo», ya que obvia que la maternidad es «la matriz de las relaciones sociales». «El mercado de trabajo, tal como está -androcéntrico y precario- es un obstáculo para la labor más importante, que es la reproducción de la vida». Así, muchas mujeres trabajadoras deciden prolongar su baja maternal y «hacer malabarismos para dar prioridad a su momento de crianza, con muchas renuncias».
    Hacerse la sueca
    Eso no significa que no sigan reclamando al Estado la ampliación del permiso por maternidad y la implantación de un salario básico «para las madres que se dedican a la crianza, que es un trabajo ímprobo». Hoy por hoy, resaltó, el mejor modelo es el sueco: frente a las 16 semanas de baja que disfrutan las españolas, las suecas tienen un año de permiso retribuido, con opción a otro año más sin salario pero con reserva del puesto de trabajo. Aunque juzgó «fenomenal» que se amplíe el permiso paternal, Aler opinó que el padre puede ayudar, pero no sustituir a la madre en esos primeros días de vida. La dependencia del niño hacia el cuerpo materno, recordó, dura nueve meses dentro y nueve fuera.

    igallastegui@ideal.es

    lunes, 11 de enero de 2010

    ¿Seguro que no nos conocemos de algo...?

    Era un día de noviembre, no recuerdo cuál. La mañana estaba fresca, lo típico de aquí. Llevaba ya una hora esperando para entrar a mi cita. No me llamaban. Salió una pareja, parecían contentos, reían con nerviosismo:

    'Hala, un niño!! ¿Ves? Ya me temía yo que iba a ser un niño', decía ella sonriendo.

    'Bueno, mujer, qué mas da, no? el caso es que esté sanito...', le replicaba él, con tono de saber que su pareja había guardado la esperanza de que fuera una niña hasta el final.

    'Pues claro que sí! pero jo, es que yo no he cuidado nunca un pichita, yo sólo se cuidar chochetes. ¿Qué voy a hacer yo con un pichita??', respondió ella, haciendo pucheros en broma.

    'Verás cuando se enteren, vamos a llamarles'. Supongo que hablarían de los abuelos, estaban emocionados. Seguían esperando a la puerta de la consulta, esperando la ecografía y los resultados para llevarle al ginecólogo. La veía acariciarse la barriga, sonriendo en silencio, pensando seguramente en su 'pichita'. Me recordó viejos tiempos, y no pude por menos que acercarme a hablar con ella.

    '¿Qué tal? Así que, es un niño, no? enhorabuena'. 'Gracias', me dijo, 'sí, es un niño'. 'Parece que tenías ganas de que fuera una niña, no?' 'Sí, bueno, la tontería, ya sabes... pero siempre he sabido que era un niño', me dijo riéndose. 'Es MI chico'.

    Le conté que yo también tenía un niño, y estaba esperando el segundo, yo también iba 'a descubrir' si era niño o niña esta vez. Y tras darme la enhorabuena ella también, ella me preguntó que cómo había ido la primera vez.

    'Bueno, ... bien', le dije. Con un tono de esos de voyadecirbienporqueparaquédecirotracosa y una sonrisa ladeada, que delataban la ambivalencia de mi respuesta. Lo que provocó que, claro, ella me preguntara '¿Y eso?'.

    'Noooo, vaya...bien! buf, estamos como locos, es un niño genial, entiéndeme. Es sólo que era el primero, y ya sabes, con los primeros...'. Caí en que no sabía si era también 'su primero' o no. Por allí no veía ningún niño, pero era un hospital, claro.

    'Sí, eso me temo yo', me dijo, confirmando mis sospechas.' Me parece que no sé muy bien lo que me espera. Todo el mundo tiene miedo al parto, pero a mi me asusta más lo que vendrá después. Qué habrías cambiado tú?'.

    Me sorprendió la pregunta. Nadie me la había hecho hasta entonces, y me la estaba formulando una completa desconocida. Quizá por ese 'anonimato', me atreví a contestarle.

    'Pues... muchas cosas... Para empezar, me habría preocupado menos por muchas tonterías, y más de lo verdaderamente importante. Como es el primero, y lo deseas tanto, te nubla un poco la razón, y todo lo que tienes en la cabeza es que si esta cuna, que si este  modelo de carro, que a ver si tiene todo el ajuar que necesita... me tendría que haber preocupado más de procurarme el mejor parto/nacimiento posible... haberme preparado conscientemente de la importancia de esa tarea, ayudar a mi hijo a venir a este mundo de la forma más amable posible. Tendría que haber investigado más sobre la lactancia materna. Tuve en mis manos 'Un regalo para toda la vida', y pensé, que bueno, ya habría tiempo de leerlo cuando naciera mi hijo, si me hacía falta. Ignorando que lo que hacía verdadera falta es que lo leyera antes de que naciera (eso, y muchas cosas más). Porque una vez que nace tu hijo, tu mundo da un vuelco y es nulo el tiempo que vas a tener para leer. Así, cuando me preguntaban que si daría el pecho, contestaba, inocente e ignorantemente 'sí, claro, SI PUEDO...'. Pensé que, bueno, como era el primero, pues podía probar a hacer las cosas como las hace la mayoría de la gente, no? no cuentan cosas tan malas... sin contar con que, la mayoría de la gente, no cuenta casi nada, y de lo poco que cuenta no te suele contar la verdad (Dios sabe por qué...no pregunto, afirmo). Sabía que existían otras alternativas, gente que hacía las cosas de otra manera... pero no me atreví. Pagué cara mi ingenuidad.'

    'Y cuando la lactancia fracasó, practicamente desde el principio -una cosa va con la siguiente-, no pedí ayuda a nadie. O peor, la pedí donde no sabían dármela, y no recurrí a donde debía. Sabía de un par de grupos de lactancia, pero se reunían cada quince dias o así, y yo me preguntaba a mí misma que si tenía problemas en un día distinto, qué iba a hacer, quién iba a querer ayudarme... sin caer en la cuenta de que detrás de aquellos teléfonos de contacto probablemente había varias madres amigas dispuestas a ayudarme donde fuera, y cuando fuera. Juzgué sin conocer, y salí perdiendo. Ojalá que no sea tu caso, y todo vaya rodado, pero si desgraciadamente fuera así, no seas boba, pide ayuda, que el que ofrece su ayuda está ahí para eso.'

    'Además, ahora ya no permitiré que cualquier 'expertill@' u opinólogo me diga lo que tengo que hacer o dejar de hacer con mis hijos... lo que pasa es que con el primero es muy difícil hacer oídos sordos porque verdaderamente parece que todo el mundo sabe más que tú. Lo cual no suele ser cierto, y aunque lo fuera, ellos no conocen a tu hijo, y TÚ sí. Y cuando me viera sobrepasada por las circunstancias, pediría ayuda. Lo malo es que esto sí que es objetivo: o la tienes, o no la tienes. En este mundo en el que vivimos, no hay mucha gente dispuesta a ayudar, y la que lo está, muy a menudo no tiene tiempo o no vive cerca de ti. Hoy sé que merece la pena incluso pagarla.'

    Me estaba escuchando muy atenta, con los ojos muy abiertos. Caí en la cuenta 'Ay, perdona hija, seguro que te he agobiado contándote todo esto... no me he dado cuenta. Lo siento'.

    No. Qué va. Ojalá te hubiera encontrado antes, en aquel pasillo. Ojalá me hubieras contado todo esto. Quizá no hubiera cambiado nada, quizá hubiera vuelto a tropezar en la misma piedra. Pero eso ya no lo sabremos. Estoy segura de que yo te conozco de algo...

    ¿El 'Knut' o San Antón?

    knut Qué graciosos estos suecos... en nuestros incansables paseos navideños por España, tuvimos la oportunidad de acabar una mañana en un Ikea, y ahí fue donde vi, antes que en los anuncios, la idea del Knut. Se acaba la navidad, ¡deshagámonos de estos trastos!

    Y eso es lo que me haría falta, debería ser un poco más sueca (más alta, más rubia, más estilizada)... (aunque puestos a pedir deseos, preferiría ser capaz de 'hacerme la sueca' más a menudo y muy profundamente. Especialmente en navidad...)

    No me lo toméis a mal, por favor. Me gusta la navidad. O más bien la 'idea de la navidad'. Porque la navidad real, con sus compromisos ineludibles, sus empachos, y la búsqueda del regalo más apropiado, me agota. Desde luego lo más positivo de esta última ha sido el hecho de ser la primera con mi hijo. Mateo salvó la navidad, no podía ser de otra forma. Si me agobiaba, ahí estaba él, para recordarme las cuatro cosas que importan únicamente. Y contemplar su sorpresa al ver los regalos por abrir, emocionarse con algún juguete, emocionarse aún más con la caja de algún juguete... besarle al entrar el nuevo año, pues se despertó justo antes de las campanadas :) ... llevarle a la cabalgata de los Reyes magos. No cabe duda que las mejores navidades siempre son cuando hay niños pequeños alrededor. E incluso las peores, son más llevaderas.

    Pero bueno, ya ha pasado y ya pasó... yo sigo arrastrando un lastre en mi cabeza, como cuando vuelves de la romería y sigues oyendo a la banda a lo lejos seguir tocando por el pueblo. Y creo que necesito un 'knut' :) deshacerme ya de todo lo que huele a navidad. Pero tengo puesto el árbol, el nacimiento, y regalos aún apilados esperando encontrar su lugar en esta selva. Un Feliz Navidad de silicona pegado en el espejo de la entrada. Muchas felicitaciones de navidad que, gracias a la  'rapidez' de Vistaprint, llegaron horas antes de la nochebuena, y aún siguen ssananton1in enviar. Pensar en todo ello me da una pereza horrible, y aquí aparece la  sombra de San Antón. Porque, de toda la vida de Dios, se ha dicho, no? que hasta San Antón, Pascuas son. Y me digo, bah, total... aún me queda una semana para deshacerme de todo esto. Pero corro el riesgo de que llegue San Antón, y sigamos en las mismas otros quince días... en fin.

    Pero no, en serio, hay que hacerlo ya, y a otra cosa, mariposa. Que ha empezado un año nuevo y no podemos ir desperdiciando el tiempo desde ya.

    Por cierto, feliz año nuevo a tod@s. Ojalá sea un gran año.

    Imágenes:

    http://www.sparhandy.de/blog/knut-filmwettbewerb/

    http://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/23003429/helvia/bitacora/index.cgi?wIdPub=35