viernes, 18 de diciembre de 2009

Regalarnos la navidad

Aquí os dejo un estupendo artículo que encontré en "El mundo de tu bebé", nº 200. Aprovecho para decir que me parece una muy buena revista, y es una pena que no sea la que mayoritariamente regalan con la canastilla...

Los resaltados en negrita son míos.

Por Inma Marín

Presidenta de IPA España (Asoc. Int. Por el Derecho de Niños y Niñas a Jugar) Directora de Marinva, consultoría especializada en educación, comunicación y formación a través del juego.

-Vestirnos de Reyes Magos o Papá Noel y preparar la noche más mágica del año puede convertirse en un fabuloso proyecto familiar-

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En nuestras cada vez más ajetreadas vidas, llenas de responsabilidades a cumplir: comidas familiares, felicitaciones a enviar y, sobre todo, la compra de regalos a amigos, familia, y especialmente a nuestros hijos, sobrinos, ahijados. Los juguetes están estos meses a la orden del día de nuestras conversaciones. La televisión emite continuamente anuncios, los escaparates están llenos a rebosar, recibimos numerosos catálogos en casa… sin olvidar que nuestros niños y niñas, en cuanto aprenden a señalar –y no digamos a hablar- piden, piden y piden.

En este momento, se hace necesario recordar -¡por nuestra higiene mental!- que jugar, la actividad principal de la infancia, es ante todo una actitud vital que trasciende la compra de juguetes. Ese punto de partida nos ayudará muchísimo por una sencilla razón: nos quitará la presión de comprar, comprar y comprar, para recordarnos que el mejor juguete que podemos regalar a nuestros hijos somos nosotros. Y que si afrontamos estos días con humor, alegría y sentido común, no sólo nos divertiremos, sino que conseguiremos unos excelentes aprendizajes.

El primero de ellos: el juego es una necesidad. Son las ganas de saber, imaginar, explorar. Esas ganas se nutren significativamente de deseo, ilusión, sueños. Y para desear algo hay que sentir, necesariamente, su carencia. En esta línea, no es necesario que los Reyes Magos traigan todo lo que piden, aunque aquello que traigan sí debe convertirse en algo significativo.

Lo sabemos: en este torbellino de celebraciones es fácil acabar haciendo multitud de regalos como muestra de cariño y dedicación. Sin embargo, debemos considerar que los padres excesivamente generosos desconciertan a los niños. Si convenimos que educar no es sólo acompañar, sino también corregir y contrariar (y contrariarse), observamos que en estas fechas, a menudo, renunciamos a la vocación de intentar que los niños se esfuercen y caemos en la trampa de bajar la guardia.

Vivir estas fiestas con emoción, alegría y como un espacio privilegiado de conocimiento mutuo, complicidad y diversión es más sencillo de lo que creemos. Empecemos con una buena carta repleta de deseos.

Desear con el corazón

Imagina por un momento una carta que empieza con un Quiero.... Posiblemente será un tipo de lista de las compra, llena de cosas: una moto, un tren, una muñeca. Es un punto de partida que nos centra en nosotros mismos. Ahora cambia el encabezamiento por Deseo.... Ante nosotros se abre un mundo  evocador: deseo estar más rato  con mis padres, ver a los abuelos más a menudo, cenar pizza todos los viernes... Incluso podemos expresar los deseos materiales de otra forma: deseo una muñeca para poderla cuidar y querer.

Otro aspecto que podemos incorporar para disfrutar de las fiestas es vivir la visita de los Reyes Magos como un proyecto familiar. Eso significa que toda la familia está implicada y que, por lo tanto, todos participamos de la decisión de qué les pedimos, qué les explicamos, qué encontrarán en nuestra casa.... Que todos lo vivimos de una manera única y especial.

Tras esta arranque, ya podemos pensar en la carta. Antes de empezar a escribirla, nos puede ayudar hablar con los niños  de los Reyes  de Oriente o de Papá Noel, explicarles sus historias como un cuento y hacerles reparar en la magia que supone que, en una sola noche, puedan llegar a las casas de todos los niños y niñas del  mundo. Eso favorecerá que entiendan por qué debemos esforzarnos en facilitarles la tarea, y que seguro que les resultará imposible traer todo lo que deseamos.

Debemos ayudar a nuestros hijos a decidir qué pedir y a qué renunciar. Y lo maravilloso que puede resultar pedir también para los demás. Ahora bien, los Reyes agradecerán cartas no muy largas, así que más vale poner lo más deseado lo primero, ya que si acaban trayendo dos o tres cosas, ¡seguro que aciertan! Por otra parte, si como adultos, dentro de la idea de vivir estas fiestas como un proyecto familiar, también escribimos nuestra carta, compartimos con los niños nuestra coherencia, ya que comprobarán que tampoco pedimos muchas cosas y nos conformamos con lo que finalmente nos traen los Reyes Magos. Además, dispondremos de una oportunidad única para compartir ilusiones y deseos.

Magia sobre el papel

A los Reyes y a Papá Noel les gusta que les expliquemos cosas. Estaría bien que les escribiéramos con buena letra, procurando no cometer faltas ni hacer borrones, facilitando así la lectura a Sus Majestades. Mientras lo hacemos, estaremos educándoles en valores tan fundamentales como la generosidad o  la preocupación por los demás, y también por el cuidado por los detalles y el trabajo bien hecho.

Cuando llegue el momento de escoger los juguetes -que no será lo único que pidamos-, nos resultará de gran ayuda ver de vez en cuando los anuncios de televisión con ellos, mirar los catálogos, comparar, ir a tiendas especializadas a ver los juguetes que les gustan... y a descubrir otros que no aparecen en los catálogos y que no nos enseñan en la televisión. Los niños sólo pueden pedir aquellos juguetes que conocen y si su única fuente de información es la televisión y los catálogos, su carta podrá ser larga, pero seguramente también muy limitada.

Regio sentido común

Cartas en ristre, llega el momento de ejercer nuestro papel como Reyes Magos con todos los honores y responsabilidad. Los criterios que nos pueden ayudar a la hora de escoger son:

- cada niño tiene unas necesidades lúdicas y psicopedagógicas distintas y hay que conocerlas. Que un juguete nos guste a nosotros no vale, ni tampoco pensar que a todos los niños de la misma edad les gusta lo mismo.

- hay que escoger según su edad y capacidad física y psicológica.

-el juguete debe estimular cualquier aspecto del desarrollo: motriz, cognitivo-afectivo y social. Conviene escoger juguetes que no limiten las posibilidades de juego.

- No debemos creer que sólo son buenos los juguetes que duran muchos años, ni pensar que los únicos o mejores juguetes son los que se pueden comprar: ningún juguete en sí mismo garantiza el juego. Es bueno facilitar que creen sus propios juguetes: cajas que se conviertan en coches o camitas para las muñecas, pinzas de la ropa convertidas en personajes...

- Escogeremos los que cumplan la normativa CE (una etiqueta lo indica), que certifica que son seguros. Además, tienen que llevar las instrucciones, como mínimo, en castellano.

- Convendrá asegurarnos de que la calidad del juguete no se refiere sólo a la durabilidad del material, sino también a que cumplan la finalidad para la cual han sido creados.

- Los niños actúan muchas veces influenciados por la televisión y lo que tienen sus amigos. Es necesario observar de todos los juguetes que pide cuál le hace más ilusión y por qué.

- Hay que evitar los juguetes que fomentan valores negativos, pero hacerlo con la complicidad del niño. Si prohibimos taxativamente, corremos el riesgo de provocar el efecto contrario.  A menudo, somos los adultos los que convertimos un juguete en sexista cuando lo ofrecemos a una niña y lo prohibimos a un niño.(nota mía: qué razón tiene...)

- Aprovechemos el asesoramiento que podemos recibir de ludotecas y tiendas especializadas. No siempre las cajas de los juguetes dan toda la información que deseamos.

Cuidar los preparativos

La carta ya está enviada. La espera - que no el agobio- se vive con emoción. Es el momento de preparar la casa para la llegada de Sus Majestades y de nuevos compañeros de juego. Los pequeños tienen vacaciones y, por lo tanto, disponen de tiempo para poner a punto su habitación: ¡un túnel de lavado para los coches y una sesión de peluquería-compartida por toda la familia- para los muñecos no vendría nada mal! Además, es una buena idea para preparar una buena bienvenida a los Reyes, a los que podemos dejarles un dibujo o una corona, además de comida y bebida para que se repongan del viaje y de una noche muy intensa. Son sólo pequeñas acciones que fomentan en los niños una mayor ilusión y valoración de los regalos recibidos, basándolos en la magia vivida y en su pequeño esfuerzo personal. Y, tal vez, si lo hacemos, los Reyes nos dejen constancia de que han leído nuestra carta y que nos conocen bien. Y tal vez, sólo tal vez, sería fantástico, que los Reyes nos contesten, nos feliciten por los esfuerzos, nos animen a seguir creciendo, nos alerten de aquello que debemos mejorar. A todos y cada uno de los miembros de la familia, por supuesto, no sólo a los pequeños de la casa. Recibir una carta dirigida a todos, con unas líneas para cada uno, sin duda sería un impacto que nos dejaría un recuerdo imborrable.

Una noche extraordinaria

Quedan pocas horas. Los pequeños, a la cama muy pronto - no vaya a ser que los Reyes Magos los encuentren despiertos y pasen de largo-. Una vez todo esté en silencio, a disfrutar de un gran momento para los padres. Adornar el salón, esconder los regalos, envolverlos, prepararlos con mimo e ilusión, como nos hubiera gustado a nosotros. Si los niños están profundamente dormidos, darles un beso con maquillaje dorado o rociarlos levemente de purpurina puede crear un efecto mágico que dé más luz si cabe a la mañana más especial del año. Y con el trabajo bien hecho, y antes de ir a dormir, unos minutos de relax dando buena cuenta de los turrones y brindando con cava. ¡Y es que somos unos excelentes Reyes Magos!

El amanecer deslumbrante

Llega el gran momento. Los Reyes han pasado por nuestra casa y ésta amanece llena de luz e ilusión. En primer lugar, si Sus Majestades han contestado a nuestra carta, la leeremos en voz alta y la agradeceremos.

La entrega de regalos puede ser una simple acción de desenvolver un paquete tras otro, o la podemos convertir en una aventura fascinante que haga de todo el proceso un juego apasionante, algo especial, feliz y significativo. Las ilusiones y el cariño no son proporcionales al número de regalos, sino más bien, a la forma en cómo se ofrecen y se reciben.

Abrámoslos de uno en uno y aceptémoslos con curiosidad, alegría y agradecimiento. Sólo así dejarán atrás su condición de "objeto" y recuperarán el valor emocional y cultural que poseen. Podemos incluir en todo este ritual el aprecio por las cajas, los lazos, los papeles de envolver regalos o los adornos, que también tienen su valor.

Combinemos todo ello con un desayuno especial, una buena taza de chocolate caliente, dulces navideños... Andemos en pijama, sin prisas, si es lo que nos apetece. Fotografiémonos con nuestros regalos. Regalémonos tiempo y dedicación, pues eso es lo que quedará impregnado en el recuerdo de nuestros pequeños y será una inyección de felicidad para todos.

Gestionando la abundancia

Nadie quiere perderse la oportunidad de regalar; a todos nos gusta hacerlo. Pero esta manera de ser puede tener una consecuencia ineludible: una gran cantidad de regalos que debemos gestionar. El pacto previo con la familia extensa habrá sido uno de los momentos cruciales, así como convenir entre todos qué es lo mejor para los niños como personas responsables de su educación que somos. (otra nota mía: esto me parece importantíííísimo!!!)

Podemos plantearnos tranquilamente valorar y agradecer los regalos, y guardar algunos para disfrutarlos y redescubrirlos más adelante. También podemos optar por dejar alguno de ellos en casa de los abuelos o tíos, de manera que cuando vayamos a visitarles los encontremos y podamos jugar con ellos. En cualquier caso, si eso es lo que nos ocurre, debemos buscar y pactar soluciones creativas e ingeniosas, siempre desde el sentido comùn y el buen humor y, en la medida que la edad de los niños lo permita, en complicidad con ellos.

Unas fiestas para recordar y compartir

* Aquellos juguetes que tanto deseamos cuando éramos pequeños no tienen por qué ser deseados por nuestros hijos. ¿Por qué no nos regalamos nuestro propio juego o juguete y lo compartimos con ellos? disfrutaremos más.

* Antes de ir a comprar deberíamos respondernos a tres preguntas: qué necesitan, qué desean y qué tienen... sin olvidar que los juguetes se regalan, no se imponen.

* Esforcémonos en no confundir el precio del regalo con su valor. El precio es la parte económica y su valor es la parte moral, emocional, afectiva y lúdica. Una pelota sencilla, una varita mágica o un casco de bomberos pueden ser de un enorme valor para un niño o niña.

* Regalemos con moderación. No tiremos la casa por la ventana ni les convirtamos en niños hiperregalados. Si regalamos continuamente cosas a nuestros hijos, no tendrán defensas para cuando no puedan conseguir aquello que quieran.

* No olvidemos que el mejor regalo que podemos ofrecerles, el más deseado por las criaturas, es, sin duda, nuestro tiempo. Dediquémosles mucho y de calidad. Disfrutemos de ello y con ellos. Aprenderán muchas cosas valiosas, y nosotros también.

Disfrutar sin caer en el exceso

Hay que ir con cuidado con la superabundancia de juguetes y, en cambio, fomentar la variedad. Gestionar un gran número de estímulos en forma de regalos no siempre es fácil. Nos ayudará:

* Explicar por qué queremos ese juguete, qué haremos con él, con quién jugaremos, dónde jugaremos. A parte de ayudarnos a pensar bien lo que escogemos, nos "agotaremos" antes de escribir y tendremos suficiente con un número reducido de regalos.

* Si escribimos las cartas entre toda la familia, podemos llevar a cabo alianzas que minimicen el número de regalos -pues el mismo aparece en varias cartas-. Además, los regalos conjuntos acostumbran a ser muy bien recibidos por los Reyes, por lo que tenemos muchas más posibilidades de que nos lo traigan.

* También podemos pedir complementos de un regalo. Por ejemplo, si los Reyes traen la bici, diferentes miembros de la familia pueden traer los accesorios: un casco, ropa adecuada, las protecciones...

* Combina regalos "físicos" con regalos "intangibles" en forma de tiempo para compartir, espectáculos, una cena en un restaurante que al niño le entusiasme, un canguro con su tío favorito...

Imágenes:

http://marivi24.wordpress.com/2008/12/22/692/

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Hay algo que me chirría...

Como con otros asuntos, esto me lleva chirriando muchos años... y curiosamente es ahora cuando todas mis contradicciones florecen.

El proyecto de la nueva ley del aborto sigue adelante, con toda su polémica. Entre qué es pecado y qué no, si te excomulgo o no por defenderlo o denostarlo, la libertad de las chicas de 16 años de abortar sin que se enteren en su casa... y en un tema tan importante, hablar desde las convicciones políticas o religiosas no tiene ningún sentido.  La vida no sabe de esas cosas...

La manifestación pro-vida del 17 de octubre  me chirrió. Me 12383348157854 chirrió horrores. Y no porque no esté de acuerdo: YO TAMBIÉN ESTOY A FAVOR DE LA VIDA. Pero no me gusta que detrás de su defensa estén determinadas confesiones religiosas ni la política. De nuevo, nos pueden las etiquetas: si eres de derechas o cristiano (y mucho más si eres las dos cosas) tienes que estar en contra del aborto. Si te consideras de izquierdas, tienes que estar absolutamente a favor o arriesgarte a pasar por un 'fachón encubierto' (sobre todo si eres cristiano). Curiosamente, muchos de los primeros coquetean con la idea de que la pena de muerte no es tan mala. Y los segundos la aborrecen, por supuesto. Es todo tristísimo.

Yo no estoy a favor del aborto, pero creo que tiene que existir una situación legal y condiciones adecuadas para hacerlo. Porque hay muchas y muy variadas circunstancias que no todos llegamos a imaginar, y porque si, en último caso consideramos que es un hecho tan abominable, no lo hacemos nosotros, lo hacen otros, y allá cada cual con su cuerpo y su conciencia.

Los supuestos que teníamos hasta ahora a mí me parecían bien, y amparaban esas situaciones extremas en las que yo creo que muchas mujeres no desean ser madres (y a las que nunca me atrevería a juzgar, ni creo que nadie debiera hacerlo).  Hay muchas mujeres que, incluso en esas situaciones, deciden seguir adelante, especialmente en el caso de malformaciones graves del feto. Pero hay casos durísimos sin llegar a ser malformaciones incompatibles con la vida en los que es muy difícil ponerse. ¿Qué vida le espera a esa criatura? ¿Y a nosotros como padres? ¿Podremos proporcionarle todos los cuidados que necesite? ¿el Estado nos ayudará a cuidar de un gran dependiente? es más fácil hablar que ponerseimagen_campana_amo_laura_mtv en el lugar del que lo sufre. Y lo sangrante de muchos diagnósticos es que llegan tardísimo. Ponerse en plan SÍ A LA VIDA, que si cada niño es una alegría, y perlas más del  estilo 'amo a Laura' es fácil cuando pensamos que esperamos a un niño sano y en unas condiciones de vida más o menos decentes. Pero yo quisiera saber si el entusiasmo de tanta Laura y su fe tan cacareada (otros también somos creyentes, aunque no hayamos ido a prestigiosos colegios privados de monjas) les ayudarían si se vieran en semejante trance. Y sé bien que, a algunos, su fe, sin ser cacareada, les ayuda a pasar por cosas que creen que tienen que pasar porque está en el Plan que Dios tiene para ellos. Eso también hay que respetarlo.

Mi problema está con el aborto libre. Que yo asocio (quizás erróneamente y siendo muy reduccionista) a 'no me viene bien ser madre ahora'. Porque tengo 16 años. Porque conozco al padre sólo del polvo que echamos y ya. Porque adiós mi carrera profesional. Porque muchas otras cosas. Y en estos 'supuestos', siempre me pregunto lo mismo: '¿Y eso no deberías haberlo pensado antes?'

Tengo yo la sensación, y lo mismo es que soy una carca, una antigua y una conservadora de mierda... que cuando uno tiene relaciones sexuales debería ser lo suficientemente responsable para saber que no es un juego. El sexo es divertido, pero no es un juego.  Si hay un fallo en la anticoncepción o no hay siquiera anticoncepción, las papeletas están echadas para que venga un nuevo ser a la vida (amén de asquerosas e incómodas enfermedades de transmisión sexual). Así funciona. La vida se abre paso, y no entiende que sólo tengas X años (factor cultural), que a las empresas no les gusten las mujeres en edad fértil, que te lo montes con cualquiera cuando vas pedo, que no seas capaz de convencer a tu novio de que se ponga condón (ya os vale, a los dos), o que llevéis saliendo x tiempo y aún no estéis independizados. Las celulitas se encuentra y bam! otra persona más en camino. Y entonces vienen los lloros. Es que no puedo, es que me jodo la vida, es que es que es que. Y ahí viene la disyuntiva: te la jodes tú, o se la jodes al que viene. Y como todavía es diminuto, y no puede hablar ni le oímos quejarse, pues... que se joda él.

Mi opinión (tan discutible como la de cualquiera) es que la mayoría de la gente NO  es sexualmente responsable, independientemente de la edad que tenga. Disfrutar del sexo no es lo mismo que follar por follar. No es lo mismo hacerlo con una persona a la que quieres y que te quiere que con un desconocido (de pedo o no) o alguien a quien pagas. No es lo mismo hacerlo cuando ya tienes la cabeza amueblada que cuando eres un puto crío. No es lo  mismo tomar precauciones que no tomarlas. La cosa se ha trivializado hasta asquear. Da la sensación de que es super divertido acostarse con cualquiera (y por supuesto, con cuantos más mejor, las chicas también, vamos! que ya no somos tan 'estrechas' como antes!). Vivimos en el carnaval del todo vale en el sexo. Y el que no lo comparte, es un anticuado. Como yo.

Y como anticuada que soy, creo que los animalitos que somos no deberíamos tener sexo con capacidad de reproducción (por supuesto aquí no entra el onanismo, propio y compartido, claro) hasta que no seamos responsables para asumir los 'fallos' en la diversión. Ay, Carolina, entonces no molas tanto como los de 'Física y Química'... qué pena, no molo nada de nada, tía.

He oído últimamente el argumento de que el aborto libre está bien, porque libra a muchas mujeres de tener que pasar por la humillación de decir que su embarazo les provoca un problema psicológico tal que no pueden seguir adelante. Y de que un médico tenga que certificarlo. A pesar de no tener tal problema (la que no lo tenga). Y oye, pues tienen razón: era una hipocresía bastante idiota. Supongo que era un certificado con casi tanta 'validez' como los psicotécnicos que te hacen para sacarte y renovar el carnet de conducir. Un puro trámite, vamos, como se ha demostrado en más de un reportaje con cámara oculta.

A mi, la verdad, sólo me gustaría que se proporcionara más información a las mujeres acerca de lo que verdaderamente es un aborto, y que con la información verídica en la mano pudieran decidir. No quiero que se prohíba, ni que las mujeres que lo hagan o los médicos puedan ser objeto de persecución judicial. Sólo que se sepa claramente lo que es, y las consecuencias que acarrea. Para el ser humano por nacer, y para la mujer que le da alojo. No me gusta la intención (y menos aún que los cobraran!) de los 'muñequitos Aído' de la manifa, pero sí me gustaría que las mujeres de cualquier edad reproductiva supieran la forma que tiene un bebé (odio la palabra feto) de 14 semanas. O de 13, 0 de 12, o incluso de 8. No es muy difícil. Yo recomiendo 'En el vientre materno', el documental de National Geographic. Después de eso es difícil seguir argumentando que un bebé de esas semanas es sólo 'un amasijo informe de celulillas', o que 'aún no parece humano'... antes de la información que proporcionaban los ultrasonidos podíamos tragar, pero ahora ya no cuela.

(Esto vendría a reflejar más o menos lo que abulta un nanito de 14 semanas...

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De acuerdo, no sale muy favorecido en la eco 3D, pero a mí no me parece ni un pollo ni un mono... será el amor de madre, que nubla la vista y la razón...)

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¿Y por qué? Pues porque alguno/a puede pensar que es una 'simple operación' y ya está. Similar a que te quiten una verruga, o un tumorcillo. Un peso que te quitas de encima en un momento.  Y yo no he pasado personalmente por ese trance, pero conozco algunas mujeres que sí... Y unas parecen haberlo asumido perfectamente (nunca jamás he hablado más del tema con ellas, ni me han dicho cómo se han sentido después) y a otras las marcó de por vida. Nunca han podido olvidar ese niño que no conocieron por 'voluntad propia'.

Estas ideas siempre han estado en el fondo de mi, y supongo que mucho más desde que soy madre. Ya no puedo ver nada en la vida con los mismos ojos, y especialmente nada que tenga que ver con la maternidad. Y supongo que es más fácil y alegre hablar de abortos, derecho y libertades cuando no se ha sido madre (o se ha estado embarazada alguna vez) que cuando lo has sido. Antes de ser madre, como mujer y como feminista, me importaban principalmente mis derechos como mujer. Después de serlo, me siguen importando, pero me he dado cuenta de que me parecen más importantes los derechos de los niños, que son infinitamente más indefensos y que no pueden luchar por ellos en este mundo de adultos egocéntricos.

Y nada... supongo que con este discurso, sufriré el síndrome Bono-Gallardón: ser un 'incomprendido' y 'de poco fiar' en el (supuesto) propio bando... en fin. Cosas de estar entre la rica y variada pluralidad que hay entre el blanco y el negro...

Imágenes:

http://blogs.lavozlibre.com/religion/tag/aborto/

http://lavoltaalmon.wordpress.com/2009/03/

http://espanol.babycenter.com/pregnancy/desarrollo_fetal/14_semanas/

lunes, 14 de diciembre de 2009

Partos con menos bisturí

obstetrica
(El País Digital, 11 diciembre 2009)
En España se realizan más cesáreas de las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud. La forma de parir depende más de los protocolos hospitalarios que de las necesidades de las mujeres. Pero la situación está cambiando

MARTA ESPAR 11/12/2009

Usted está embarazada. A punto de salir de cuentas. Piensa dar a luz en el hospital más cercano a su lugar de residencia. Es lógico: está convencida de que la asistencia al parto es parecida en todos los centros. Pero no es así. En España, un hospital público puede tener una tasa de cesáreas 3,5 veces mayor que otro situado a menos de 100 kilómetros de distancia. Algunos hospitales terciarios, que son los que concentran más casos de parturientas de riesgo, tienen cifras más bajas que muchas clínicas privadas o centros comarcales. Y la probabilidad de que salga del paritorio con una molesta episiotomía incisión en el periné, aunque su parto sea normal, también puede reducirse casi a la mitad según el centro.

Otros aspectos difíciles de medir, pero también decisivos para la futura salud de madre e hijo, como la participación de la mujer, la calidad del vínculo con el bebé o la instauración de la lactancia materna, pueden variar según las prácticas que establezcan los diferentes protocolos hospitalarios.

Un informe reciente del Atlas de Variaciones en la Práctica Médica en el Sistema Nacional de Salud (Atlas VPM), un proyecto con financiación pública que establece indicadores de calidad asistencial, ha analizado todas las altas hospitalarias por parto producidas en los hospitales públicos de 13 comunidades autónomas durante los años 2003-2005. Sus autores concluyen que no son la edad ni el riesgo obstétrico de las pacientes las razones que explican semejante variabilidad en las tasas de cesáreas, sino las diferencias en los estilos de la práctica clínica de los profesionales que intervienen en la asistencia al parto. El coordinador científico del Atlas VPM, Enrique Bernal, explica que al excluir -entre otras- las tres indicaciones mayoritarias para practicar una cesárea, que son que el niño venga de nalgas, la cesárea previa y la distocia -parto anormal-, sigue existiendo un porcentaje de cesáreas del 15%.

Según el documento, algunas variables, como el mayor número de obstetras en la plantilla, el nivel tecnológico del centro -tener una UCI neonatal- o el menor nivel socioeconómico del área geográfica, influyeron en que la tasa fuera mayor. Las preferencias de las mujeres tampoco pueden explicar semejante variación, advierte Bernal, también director de la unidad de investigación en servicios sanitarios del Instituto Aragonés en Ciencias de la Salud (IACS), "porque, por ley estadística, es de esperar que en poblaciones suficientemente grandes sus preferencias se distribuyan aleatoriamente".

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya estableció a finales de los años ochenta que un porcentaje mayor del 15% es poco justificable. Sin embargo, en España los números se mantienen en una media de entre el 22,2%, en los hospitales públicos, y el 36,6%, en los privados, según los datos más recientes (de 2005). Revisar semejantes cifras es posible, como demuestra un proyecto piloto dirigido desde el hospital de Manacor, en Mallorca, que está consiguiendo adecuar los números a la evidencia científica.

Su impulsor, el jefe del servicio de obstetricia y ginecología del hospital de Manacor, Andrés Calvo, insiste en que "lo esencial no es hallarse por debajo de una cifra mágica de cesáreas, sino hacerlo bien y no practicar más cesáreas de las necesarias". Su estrategia ya dio buenos resultados en las islas Baleares entre los años 2003 y 2005, y desde abril del 2009 se está iniciando en otros seis hospitales de la Península. Para Calvo, una de las claves es que este protocolo "sea asumido por todo el equipo profesional y exista un buen seguimiento".

Desde que el Ministerio de Sanidad impulsara la Estrategia de Atención al Parto Normal (EAPN), aprobada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) en 2007, una red de formadores está extendiendo por todo el país las recomendaciones de la OMS y la literatura científica. Así, en la mayoría de los partos en mujeres de bajo riesgo (casi el 90% de los casos), algunas prácticas, como la monitorización continua del latido fetal, que impide la libertad de movimientos de la parturienta, o la rotura de la bolsa y la inducción por oxitocina, que aceleran artificialmente las contracciones y pueden producir efectos secundarios, están siendo sustituidas por otras más respetuosas con el proceso fisiológico.

Como la auscultación intermitente o el tratamiento alternativo del dolor, con bañeras de agua caliente, inyecciones de agua destilada o analgesia epidural a dosis más bajas, que permitan andar. Los efectos de este cambio sobre las tasas de cesáreas, partos instrumentados y episiotomías están siendo espectaculares en algunos centros públicos tan dispares -tanto en volumen de pacientes como en situación geográfica- como los de Cruces (Bilbao) y Las Palmas (Canarias), y en otros comarcales como los de Alcañiz (Aragón), Vila-real (Castellón) y Huércal-Overa y Úbeda, en Andalucía.

La obstetra Pilar de la Cueva, coordinadora de la EAPN y directora del programa formativo para profesionales, admite que este cambio implica mayor ratio de matronas por mujer, pero tiene muchas contrapartidas económicas porque reduce días de estancia, uso de quirófano, material e inversión en aparatología, y sobre todo disminuye la tasa de morbimortalidad de madre y recién nacido. "Además, existe toda una serie de efectos secundarios de la cesárea que no se registran, como las secuelas respiratorias a corto y largo plazo en el bebé o el malestar psicológico y las secuelas físicas en las madres", añade De la Cueva.

Sigue vigente en la sociedad la creencia errónea de que siempre es más segura que un parto vaginal. ¿Por qué? "La creencia en la bondad de una atención medicalizada de los partos normales está muy arraigada en la sociedad, no sólo entre los profesionales", aclara Charo Quintana, obstetra, ex consejera de Sanidad del Gobierno de Cantabria. "Le estamos atribuyendo al parto tecnológico toda la reducción alcanzada en la morbimortalidad materna y perinatal, cuando, en realidad, se debe a la mejora en el estado de salud de las mujeres, de sus condiciones de vida y de la atención prenatal, la disminución del número de partos y la utilización de la tecnología adecuada para los de riesgo", continúa.

Quintana es coordinadora científica de la Guía de práctica clínica sobre la atención al parto normal en el SNS que va a editar el Ministerio en los próximos meses. La guía es la primera elaborada, además de por un equipo de expertos (obstetras, comadronas, pediatras y anestesistas), por usuarias representadas por la asociación El parto es Nuestro. El documento va a promover cuidados ajustados a las circunstancias de parto de cada mujer y al respeto de su autonomía. "No se está abogando por volver a los partos de antaño, ni a los partos y nacimientos sin atención profesional", insiste Quintana. "Todo lo contrario, ahora disponemos de un conocimiento sobre la fisiología del parto que no teníamos antes. Estamos en condiciones de atenderlos mejor que nunca, vigilando estrechamente cualquier alteración e interviniendo sólo si es necesario y con las actuaciones más adecuadas".

Cada día hay más mujeres que así lo experimentan en su propia carne. Isabel Martínez es una de ellas. Vive en Jaén, pero parió a su hijo Pablo a finales de setiembre en el hospital San Juan de la Cruz de Úbeda, a 50 kilómetros de distancia de su casa. Dio a luz sin grandes lujos, en una habitación interior sin ventana, donde, sin embargo, se sintió "como si estuviera en casa". Estuvo horas paseando por los pasillos, se dio una ducha de vez en cuando y le controlaron el latido del corazón de su hijo de forma intermitente con un monitor "a ventanas" -unos 20 minutos cada hora-. Sintió dolor, pero no quiso la epidural. Sólo recuerda comodidad, alivio. Cuando Pablo nació, el matrón se lo puso encima del pecho por debajo del camisón, piel con piel, como indican los libros. No se desgarró ni le hicieron ningún corte. A las pocas horas ya se levantaba, y el niño se agarró al pecho enseguida.

El caso de Isabel está dejando de ser una excepción en Andalucía. Con un Proyecto de Humanización de la Atención Perinatal (PHAPA) que contempla las preferencias de la mujer en aspectos como el acompañamiento o la posición en el parto, buena parte de los hospitales públicos de esta comunidad autónoma está actualizando sus protocolos para convertir el parto de Isabel en un acontecimiento cada vez más generalizado en las mujeres de bajo riesgo.

Para saber más

Organización Mundial de la Salud

http://www.who.int/making_pregnancy_safer/publications/en/index.html

Estrategia de atención al parto normal. Ministerio de Sanidad y Consumo

http://www.msc.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/estrategiaPartoEnero2008.pdf

Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME)

http://www.federacion-matronas.org/ipn/

Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO)

http://www.sego.es/Content/pdf/20080117_recomendacion_al_parto.pdf

Asociación El Parto es Nuestro

http://www.elpartoesnuestro.es/

http://www.quenoosseparen.info/

Plataforma pro Derechos del Nacimiento

http://www.pangea.org/pdn/plataforma

La OMS considera que más de un 15% de cesáreas no es justificable. En España vamos por el 22% en los centros públicos y el 36% en los privados.

Se está empezando a sustituir la oxitocina por tratamientos alternativos del dolor en casos de bajo riesgo

Derecho a ser informadas y a elegir

Muchas son las mujeres que, después de haberse sometido a un parto inducido con oxitocina, descubren atónitas los riesgos a los que se expusieron ellas y sus bebés.

Nadie les informó de que esta hormona sintética acelera las contracciones y multiplica su dolor de forma exponencial, hasta el punto de requerir enseguida de la analgesia epidural, cuya administración, a su vez, aumenta el riesgo de parto instrumentado, por ejemplo. Las preguntas se suceden unas a otras: ¿tienen las parturientas derecho a negarse a una intervención de este tipo?, ¿hasta qué punto y cómo deben ser informadas al respecto?

La Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, garantiza el derecho de cualquier usuaria a recibir información adecuada que la ayude a tomar decisiones, a elegir libremente entre las distintas alternativas disponibles y a que se respete su voluntad en las decisiones que tome sobre su propia salud y su propio cuerpo.

"En muchos hospitales españoles se están infringiendo a diario estos derechos", explica Francisca Fernández, asesora jurídica de la asociación El parto es Nuestro.

Para empezar, insiste la abogada, las mujeres no pueden decidir, porque no se les informa adecuadamente sobre "la finalidad, la naturaleza, los riesgos y las alternativas" de las intervenciones a las que son sometidas, tal y como exige la legislación vigente.

Su capacidad para elegir entre distintas opciones sólo está limitada por la disponibilidad de medios e instrumental y la buena praxis. "Rechazar el tratamiento prescrito en un protocolo nunca debería dar lugar al alta forzosa cuando existan métodos alternativos", añade Fernández.

La intimidad y la dignidad son otros aspectos protegidos, especialmente sensibles en la asistencia al parto. "En Inglaterra, cuando una mujer está dando a luz en una sala, se cierran las puertas, y el que quiera entrar, aparte de tener una buena justificación, debe llamar a la puerta", explica Fernández.

En muchos paritorios españoles, en cambio, se asisten partos instrumentados con la puerta abierta y varios médicos residentes observando.

Con este proceder de finalidad docente se puede violar la intimidad física y moral de la usuaria, pero también su dignidad, ya que las leyes y tratados internacionales sobre bioética y derechos humanos sitúan "la dignidad del ser humano por encima del interés exclusivo de la sociedad o la ciencia", insiste esta abogada, especialista en bioética.

(Fin de la noticia)

Añado. porque creo que viene muy al caso, el último poema de mi amiga Merche Escursell en su blog (Kebuscas):

NO NOS COMPLIQUÉIS LAS VIDAS!!

Ayer me vino esta frase
a la cabeza:
complicarse la vida
y no pude evitar
trasladarla al nacimiento
sabiendo que en este tema
tantas trabas!
nos están poniendo...
Veo muchos elementos
que no voy a enumerar...
trabajan y trabajan...
complicando la vida!
Aquí suele empezar todo:
el bebé llama a la mamá
y le avisa:
estoy llegando,
prepárate, dentro de poco
te estaré abrazando...
Entonces...
unas horas más tarde
y habitualmente en un hospital
en nombre de
"los adelantos de hoy en día"
en vez de ayudarnos
de pronto... sentimos
que nos complican las vidas,
y lo digo en plural...
porque es un bebé y su mamá...
Qué sería de mi sin el diccionario!
he buscado complicar y he leído:
hacer difícil o más difícil algo
en este caso: un parto!!
¿Te parece
que tengo razón?
¿Cómo lo ves? ¿Alguna vez
lo has pensado?
Supongo que ni te lo has planteado
tantas veces ya lo has hecho...
y encima
casi nadie se ha quejado...
Seguro que está muy bien
que hago muy bien mi trabajo
cuando llega fin de mes...
nunca he sido castigado
También duermes por las noches?
Todas, todas... de un tirón?
Tu conciencia está tranquila?
Aún así... creo yo
que no estaría de más
una reflexión
sobre si lo hacéis o no...
lo de complicar las vidas
¡digo yo!
¡No nos compliquéis las vidas!
recuerda lo digo en plural...
ya que hay un bebé y su mamá...
Al sumar... no falla... dos vidas...

Imagen:

http://kebuskas.blogspot.com/

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Mi boda

Me he acordado de ella a raíz del último post, y del comentario de mi amiga Alejandra. Gracias, Ale.

Que el día que se casa uno es de los más especiales de tu vida es algo compartido por muchísima gente. Lo que ya no es tan compartido son los motivos por los que uno siente que eso fue especial, y aquí hay casi tantos motivos como personas. Quiero creer que para mucha gente sea especial porque es el día simbólico en que unen sus vidas, supuestamente para siempre, con la persona que creen que es el compañero ideal para compartir lo que queda de camino. Tanto para quienes optan por una ceremonia civil como para los que lo hacen de manera religiosa.

Mi teoría es que no hace falta NADA para casarse. NADA. Más allá de rellenar unos formularios y querer hacerlo. Durante estos tiempos de 'crisis' he escuchado en la caja tonta a muchas parejas argumentar que posponen el casarse por la crisis. Porque no hay dinero. Y ahí es cuando yo pienso que no deben tener muchas ganas de casarse. Lo que tienen es ganas de boda. O más bien, de bodorrio. Ellos, o sus familias, que esto ya sabemos todos cómo funciona...

Para huir  de esta presión, hay gente que se casa en secreto, o en el lugar más recóndito imaginado para evitarse la 'presencia masiva de público indeseado'.  Qué gente más valiente, sigo pensando. Muchos me han dicho que soy una asocial, pero yo sigo pasmándome ante la idea de las concentra-bodas de 400 y 500 personas. Y pensar que los ciento y pico de la mía ya me parecían una manifestación... No comparto que una boda sea un 'evento social'. Para mí es un evento familiar e ÍNTIMO. O así debería ser. Vuelvo a repetir: para mi gusto.

Mi ideal de boda es reunir a tus mejores amigos y a tus familiares más queridos/cercanos (no a todos!) para presenciar tu unión, y luego celebrarlo como mejor le guste a uno. Fin. Como los que se casan son los novios, entiendo que ellos deciden a quién se invita y cómo se celebra. Desde tomar unos pinchos, hasta un desayuno, una comida en el campo o en su restaurante favorito. Y si se hace esto último, jamás mencionar la palabra 'boda'. Porque enseguida te sacan la sable-lista de menús y ya te puedes ir preparando... además, los restaurante y hoteles especializados en este tipo de eventos ya contemplan que no haya menos de 200 invitados, so penalización de cobrarte aún más caro cada menú. Así que los restaurantes y la familia extensa se alían, unos para que invites y los otros para ser invitados...

Lo único y lo más importante que recuerdo de mi boda fue la ceremonia. Nos casamos por la iglesia, felizmente, porque encontramos a Juan. Amigo y diácono (en ese orden). Un hombre de Dios casado y con tres hijos. Le conocí en las bodas de plata de mis suegros, y desde entonces supe que si alguna vez me casaba, tendría que oficiar él. No creía en una boda convencional por la iglesia, con un sacerdote sermoneandome sobre una vida matrimonial de la que claramente no sabe nada. Y Juan nos proporcionó un espacio bellísimo, físico y espiritual, para hacerlo realidad. Mucha gente envidiaría nuestro 'cursillo prematrimonial' :)  también recuerdo que pudimos elegir una ceremonia sin eucaristía (me parecía bastante extraño confesarnos y comulgar después de años sin hacerlo. Y en mi caso, especialmente, porque no creo en la confesión ante un sacerdote); buscamos las lecturas con cuidado, eligiendo las que más nos gustaban y nos parecían significativas; pudimos leernos una especie de votos escritos por nosotros antes del ritual de consentimiento; nos aceptó llevar unas 'velas de la unidad' que Azucena y Domingo nos habían regalado; nos invitó a todos a participar en la ceremonia. Consiguió que yo, como creyente un tanto 'outsider' en la iglesia, pudiera sentir la presencia de Dios en mi boda, que por supuesto deseaba. Pero hubiera preferido casarme sólo civilmente antes que pasar por la hipocresía de una 'boda eclesiástica convencional'.

En nuestra boda no hubo muchas cosas. No hubo coche de época ni coche de caballos, ni fotógrafo, ni cámara oficial. No hubo tríos, ni cuartetos, ni coros, ni nada. Al final me compré un vestido de novia convencional porque me 'dejé llevar', pero tampoco entraba dentro de mis planes. No fuimos de viaje de novios a República Dominicana, ni a Tailandia, ni a la Riviera Maya... nos fuimos una semana a unas casas cueva de Granada. Qué felicidad poder decir que nos sobraba TODO. Nos teníamos el uno al otro y la ilusión del paso que estábamos dando. Borrachos de trascendencia. Sabiendo que lo más importante, ya lo habíamos hecho aquel día a las 7 de la tarde.

Para que hubiera sido perfecto, sólo habría sido necesario que hubiera sido más íntimo. Y el precio de traicionarse a uno mismo frente a las 'convenciones sociales' es muy alto en la propia conciencia. El que haya pasado por ello sabe perfectamente a qué me refiero... encontrarse al final que tu boda ha sido otro producto mercantilista más, con sus sobres, con su dinero, es triste. Al menos para mí sí lo fue. No es que no agradezca que la gente fuera generosa (algunos demasiado :)), pero yo no quería dinero. Quería otra cosa que parece comprender demasiada poca gente...

Pero ya está. Como antes dije, lo único y lo más importante que recuerdo del día de mi boda es la ceremonia. Y que, entre tanto gentío, estaban los 'incondicionales'. Los 'invitados originales'.Esas personas que te acompañan por la vida, te enriquecen, te sostienen, y por los que tú haces lo mismo por ellos y o lo que te pidan. Las nociones de amistad y familia no están muy claras (como dice uno que yo me sé, 'it's not only blood bonds that link you to all the members of your family' :)). Estaban allí, a ratos sonriendo, a ratos riendo, algún ratillo con la lágrima... alegrándose sinceramente, compartiendo, celebrando.

Eso es, en suma, una boda.

viernes, 4 de diciembre de 2009

De crucifijos y belenes o por qué es mejor siempre sumar que restar

Tengo desde hace mucho la sensación de que vivimos en un país que gusta de la gresca y la polémica. Esto parte de los politicuchos que tenemos y se contagia a la mayoría de la población. Ellos azuzan, y nosotros nos ladramos unos a otros a favor de sus (espúreos) intereses. Un circo, vamos.

No sé si lo hacen a propósito, o por coincidir con las fiestas navideñas, que surgen estas polémicas idiotas acerca de la religión, las tradiciones, la (in)tolerancia. O porque realmente, desde los que nos gobiernan (incluidos por supuesto los que opositan, en gobierno central y autonómicos) no tienen nada más productivo sobre lo que discutir. Como no hay cosas que arreglar...

Hace poco leí en el mensaje de una amiga "la espiritualidad une, las religiones dividen". Y no puedo estar más de acuerdo.

Conviene aclarar que yo soy creyente (sí, sí, ya sé que lo he dicho en más ocasiones. Es por quien no me haya leído antes). Bautizada cristiana, apenas practicante. Porque encuentro mucha paradoja e hipocresía en la jerarquía católica. También en partes de su doctrina. Creo en Dios, pero no me gusta ponerle nombre, porque me gusta creer que creo en el mismo Dios que muchas otras personas de otras confesiones. Así que he cogido lo que más me gusta de la confesión en la que he crecido y lo demás lo he aparcado. Hay quien me tachará de aprovechada: me importa lo que se puede imaginar. O sea, una mierda.

Y entre esas cosas que he escogido que me gustan, entran muchos factores culturales. Conocer el hecho religioso en el que me han educado me ha ayudado a comprender muchas cosas sobre el mundo que me rodea. Cuidado, no la doctrina. Sino el hecho religioso. Qué es cristianismo, cuál es su origen, cuál ha sido su evolución. Su influencia en las personas, en la manera de relacionarse, en el ideal de familia (para bueno y para malo). Sus muchos valores positivos... que para mí se resumen todos en 'amar al prójimo como a uno mismo'. Lo feo del cristianismo (y del catolicismo, que es lo que yo conozco) viene fundamentalmente de sus instituciones y su burocracia. Casi siempre junto a las riquezas y a los poderosos, con escasas pero brillantes excepciones.

Como el tema de las religiones me ha interesado siempre, sé que la mayoría (por no decir todas) las fiestas cristianas no son originales. Tienen su origen en religiones previas al cristianismo a las que hubo que poner 'un traje nuevo'. Más decente. Menos pagano. Por eso sé que detrás de la sombría fiesta de Todos los Santos, festival de mercantilismo floral en los cementerios españoles, tiene detrás el Samaín. Detrás del nacimiento de Jesús, está el solsticio de invierno. Detrás del de San Juan Bautista, el de verano, y así muchas más...

Pero al tema de la navidad. A mí la navidad me gusta. Como  época, las recuerdo mejores, peores, y aún peores. Pero me gusta. Y fuera de ningún aspecto religioso, para mí la navidad es el nacimiento de un niño muy especial, con una gran misión (no beas-belen2son todos así?) y el nacimiento de una familia. Me conmueve imaginar a una pareja buscando un refugio donde parir, y a esa mujer recogiendo su milagro sola, en un establo. Que la gente vaya a conocerlo y hacerle regalos. Esa es la estampa feliz que debería ocurrir en cualquier familia...

La navidad se vive en familia, y por eso hay mucha gente a la que le resulta triste, o está deseando que acabe. Ya no tienen a nadie, o viven enfadados perpetuamente y esta época les hiere. También es triste para la gente con menos recursos porque la hemos mercantilizado tan obscenamente que si no tenemos dinero para empacharnos de comida o hacer regalos estupendos, la navidad no vale nada. No me canso de repetirlo: aunque nuestro nivel de vida sea cada vez mejor, cada día somos más pobres y más tristes. En el lema de OTRO MUNDO ES POSIBLE, por supuesto, OTRA NAVIDAD ES POSIBLE.

En estas polémicas idiotas, como decía al principio, de si crucifijos sí, crucifijos no, que quiten los belenes de las escuelas, llamar a las vacafamilia musulmana de melilla aid2ciones de navidad 'vacaciones de invierno' y a las de Semana Santa 'de primavera' EN NOMBRE DE LA TOLERANCIA Y EL LAICISMO me parecen RIDÍCULAS. Por supuesto tan  ridículas como los que se rasgan las vestiduras porque una niña vaya con chador al colegio. Ahí voy yo con lo de que si no sería mejor sumar que restar. hanukkah1206_400-742978En vez de suprimir las celebraciones de la navidad cristiana, y ante la situación cada vez más evidente de otras confesiones religiosas entre nosotros...¿por qué no las juntamos? Que los niños musulmanes explicaran la fiesta del cordero, por ejemplo, o el  ramadán. Los niños africanos, el kwanzaa, los pocos judíos que hay, el hkwanzaaanukka. Compartir la riqueza cultural de cada religión, coño. ¿Tan difícil es esto? La respuesta sólo sería afirmativa para los fanáticos. De cualquiera de ellas. Y para los ateos fanáticos también.

 

Y como también leí en otro mensaje de mi misma amiga, una cita que no es suya, 'no se puede obligar a nadie a creer, pero tampoco se le puede obligar a no creer'. Yo lo veo clarísimo.

Se nos llena la boca diciendo que somos TOLERANTES... ya.

Imágenes:

http://www.courier-journal.com/blogs/vel16/2007_12_01_archive.html

http://www.officialkwanzaawebsite.org/index.shtml

http://www.webislam.com/?idn=4326

http://www.huelvaholidays.es/beas-un-belen-viviente.xhtml

miércoles, 25 de noviembre de 2009

25 de noviembre: día internacional contra la violencia machista

 

Hay quien dice 'de género'. ¿De qué genero? Yo prefiero seguir llamándola MACHISTA. Sin eufemismos.

Con lo de violencia de género ya hay quien ha saltado que se refiere a la violencia de un género contra otro, y que también hay violencia de mujeres hacia hombres. Yayayayayaya... ya sé que hay mujeres que maltratan a hombres, lo que me parece igual de mezquino y punible. PERO NO COMPARABLE. Ni en frecuencia, ni en consecuencias, ni en número de víctimas. Es un recurso muy manido eso de intentar dar la vuelta a la tortilla (eso, y recurrir a lo de las denuncias falsas... y no sigo por ahí, porque me enciendo)

Violencia machista es la que ejerce un hombre sobre una mujer por el hecho de sentirse superior el primero a la segunda, o por el hecho de que el primero encuentre inferior a la segunda. Lo mismo me da. Y obviamente, lo más grave son los golpes y las agresiones sexuales. Pero no hay que olvidar los insultos, los malos modos (anda, cállate ya, qué coño vas a saber tú de esto, que eres tonta perdía... que te calles ya y pongas la comida de una puta vez), los celos (iba a añadir 'patológicos', pero lo considero innecesario), el control (¿dónde has estado hasta ahora? ¿quién te ha llamado? con esa ropa no sales de casa. Dame tu móvil)...

Lo más grave es que mucha gente sigue pensando que estos dos últimos, los celos y el control, son signos de lo mucho que ama una persona. Lo he oído muchas veces, pero nunca me lo he creído. Si veo a mi pareja tonteando con otra no voy a tener celos, lo que haré es indignarme, porque me parecería una falta de respeto por su parte. Una persona que quiere a otra NO necesita 'darle celos'. Esas relaciones son patológicas. Los hay que argumentan que 'es para darle vidilla a la relación'. Sin comentarios. Bueno no, qué coño sin comentarios: si así es como consideran que se 'da vidilla' a una relación... van apañados.

En esto aún estoy muy desesperanzada, porque creo que las cosas no avanzan. Pueden sacar todas las leyes y las medidas que quieran, pero es muy difícil ir por delante de la sociedad. Desde luego que están bien para poner su justo castigo (ojalá lo fuera... justo, digo), pero como en casi todo, lo mejor es la prevención. Sería mucho mejor que, en vez de que entraran más maltratadores en la cárcel, hubiera menos hombres con necesidad de maltratar a una mujer. Que hubiera más mujeres con una autoestima y reconocimiento de su dignidad tal que JAMÁS permitieran ni lo más mínimo, para empezar. Hay muchíiiiiiiiisimo trabajo que hacer aún en la educación de las nuevas generaciones. Pero es un trabajo dificilísimo, porque eso sigue estando en el ámbito de lo más íntimo. De poco sirve que por decreto en las escuelas se inculquen valores de igualdad si en casa no se ve eso... felizmente, en algún caso, algún niño o niña se dará cuenta de que lo que vive no es lo normal, ni lo bueno, y hará por cambiarlo. Pero es muy difícil, porque el modelo para todo son/somos los padres. Y que actualmente haya un número creciente de violencia machista entre menores es lo que más me apena, porque me doy cuenta de que nada cambia.

Hoy es el día internacional: dediquemos un momento a pensar en todas las mujeres que están siendo víctimas en estos momentos. En las que lo han sido y, afortunadamente, consiguieron escapar. En las que conocemos y las que no. En cómo podemos ayudarlas, en descubrir si están en semejante situación (ellas no lo van pregonando). En las que han muerto, y ya no están, y en muchas que estando vivas no salen de su infierno particular. Muchas estoy segura de que preferirían estar muertas, acabar ya con todo de una vez. Podemos encontrarlas donde menos nos esperamos, no penséis que son cosas que les pasan a los demás, que se ven en la tele. Pasan muy cerca, y como familia, grupo de amigos, sociedad en general, debemos estar alerta. No sólo hoy. Todos los días.

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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Qué paciencia hay que tener...

Para muchas cosas, pero hoy he visto un caso loable de mayor paciencia que la del supuesto Job en una cajera de supermercado.

Ella no me conoce de nada, aunque me ve casi todos los días porque me atiende muchas mañanas cuando voy a comprar el pan con el terremoto. Y hoy este post va para ella porque me ha dejado a cuadros...

Situación: tres personas por delante de nosotros, con cestas poco llenas... estoy entretenida mirando a Mateo y convenciéndole de que no se coma la bolsa del pan, y empiezo a oir un run run... miro, y la señora a la que están cobrando, empieza a liarla porque ofendidísima le dice a la cajera que por qué ya no dan bolsas, que las dan en todos los supermercados (yo ya empiezo en el interior de mi cabeza 'Señoraaaaa! que no ve usté la tele o qué???BOLSA CACA!). Con paciencia, ella le explica acerca de la campaña de Carrefour, que ya se lleva avisando un tiempo, etc. ¿Necesita bolsa?, le pregunta. 'Pues claro, rica, no querrás que lo lleve en la mano, no?'. Cuando le dice que las hay de 5 cts y de 25, por supuesto la Elena Salgado de la tercera edad le dice que una de 5 cts, que son unos miserias todos... y sigue refunfuñando por lo bajinis. El señor que está detrás de ella, para su suerte esta mañana, está sordo como una tapia, y también parece un poco en su mundo. Total que no se da cuenta, ni él ni la arpía, y la chica le pasa la compra de los dos. ¡Nueve euros, nueve euros, como van a ser estas dos cosas nueve euros, por Dios, si es que no queréis más que robar! a estas alturas el siguiente señor (no el sordo) y el que va detrás de mí ya se han dado cuenta de la situación, y unos ríen y otros mascullan que se largue ya, que tenemos prisa. 'Porque esto no es mío, no es mío, no lo ves??' El sordo sigue a lo suyo, la chica anula la cuenta y vuelve a pasarlo todo otra vez. La otra no le quería devolver la bolsa, porque pensaba que se la iban a cobrar dos veces... 'Bueno, y méteme la compra en la bolsa, que en eso va tu obligación!' con unos aires de marquesa de su barrio ... Y la chica con una educación, un saber estar, un no perder los nervios, 'Pues no, señora, no está en mi obligación, pero no obstante yo se lo meto', mientras la otra seguía la retahíla de que son todos unos ladrones y que tal y que cual... ninguno veíamos ya el momento de que se largara por la puerta... Cuando por fin le dice la cantidad de lo suyo, 3, o1 euros, le espeta '¿Seguro? mucho me parece eso a mí pa' lo que llevo' 'Mire señora, no quiere el ticket? Aquí lo tiene,esto más esto es esto', Coño, que lo calcula una máquina, cabrona, vete ya para tu casa! Diosssssssss! Yo lo estaba pasando francamente mal por la chiquilla, me veía en su puesto y tirándome al cuello de semejante esperpenta...

No pude por menos y se lo dije: 'Lo que hay que aguantar, hija mía...'. Y a pesar de que todos nos congraciamos con ella, no creáis que se le ocurrió soltar ni un improperio contra la arpía en ningún momento. Sonrió.

Mucha gente se queja del trato de algunas cajeras... en especial, de una cadena de supermercados concreta, que joer, a veces parece que en la selección de personal piden a propósito ser choni y no haber acabado la ESO... pero yo creo que la mayoría tienen MUCHO MÉRITO. Un trabajo con un horario super esclavo, gran parte del cual tienen que estar de pie, y aguantando chorras y maleducados  (y algún que otro mangui!) por cuatro perras... tendrían que hacerles un monumento!

Una reivindicación: oigan, señores, que ser educado no cuesta un duro, por favor!! y tanto que se quejan de que los jóvenes de ahora no respetan, no tienen modales... los peores ejemplos de malos modos y falta de educación las he visto casi siempre en personas mayores. 'Venerables' ancianit@s, que con eso de que son viejos, joer, parece que hay que tragar con todo lo que se les ocurra, y no puede ser!

Sonia (sé que te llamas Sonia porque lo he oído a tus compañeras y lo pone en mi ticket...): me quito el sombrero.

viernes, 6 de noviembre de 2009

"De una madre a su hija"

Hace tiempo que vi este vídeo en el blog de Crianza y Confianza, y quería rescatarlo para mostrarlo también aquí.

Quizá no se aplique a todas nuestras circunstancias, pero estoy segura de que muchas nos veremos reflejadas. Madres, hijas, abuelas... es muy hermoso. Yo no puedo dejar de llorar cada vez que lo veo.

Y te lo dedico a ti, mamá. Somos distintas en algunas cosas... fruto de la época y las circunstancias en que hemos vivido... pero he aprendido de ti a ser madre. Y espero que me perdones las muchas veces que, por ignorancia, no he reconocido tu valor o agradecido tu dedicación.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Manifiesto 'Más tiempo con los hijos'

Para adherirte al Manifiesto: Envía nombre, apellidos, profesión/actividad y lugar de residencia a: mastiempoconloshijos@gmail.com
MANIFIESTO
DOS AÑOS DE MATERNIDAD/PATERNIDAD GARANTIZADOS POR LOS PODERES PÚBLICOS

Desde hace más de un siglo se conoce la gran importancia que supone para toda la vida del niño y del futuro adulto disponer a su lado, desde el nacimiento y durante los primeros años de la vida, de una o dos figuras de vinculación suficientemente próximas y suficientemente estables en el tiempo. Con los conocimientos científicos actuales resulta evidente que, antes de los tres-cuatro años, es mejor evitar la institucionalización de los bebés y de los niños, si no existen graves motivos para ello. Estas afirmaciones están basadas en:

a) Las investigaciones de los últimos 50 años sobre la vinculación del niño pequeño a sus cuidadores, como base de su salud mental y de su autonomía posteriores. La figura de apego provee, en los primeros años, la seguridad básica esencial para poder explorar el mundo y en esta seguridad básica se sustenta la capacidad de relacionarse con los demás de modo sano y de aprender.

b) Las investigaciones de las últimas décadas sobre la relación entre el vínculo con el cuidador y el desarrollo de las estructuras neurológicas del cerebro que nos muestran, por ejemplo, que el desarrollo del cerebro depende de la calidad de la crianza.

c) Los efectos negativos probados de la institucionalización parcial o total sobre la evolución infantil.

Hoy sabemos que el niño necesita ser cuidado por personas suficientemente constantes en el tiempo, que establezcan con él un vínculo emocional intenso. Esto es lo que le permite desarrollar una vinculación segura y estas condiciones las reúnen, especialmente, los padres. Sólo mediante la continuidad y la constancia en el tiempo, niño y adulto pueden llegar a conocerse, demandar y recibir respuestas adecuadas, realistas y coherentes y, por tanto, estructurantes.

Hoy en día, con la legítima integración de la mujer a la formación y al trabajo remunerado, cada vez más globalizada, existe la indudable necesidad de conciliar el cuidado de los hijos con el trabajo de los padres. Eso significa atender al derecho de los hijos a unos cuidados adecuados para alcanzar un desarrollo personal y mental saludable, así como atender a los derechos de los padres a su propio desarrollo personal y profesional -- lo cual, entre otras cosas, debe suponer unos ingresos familiares al menos suficientes para el crecimiento y la integración social de niños y familias.

Sabemos que la procreación, además de ser un deseo de los padres, es también una necesidad social. John Bowlby, un experto en estos temas, decía que "la energía que el hombre y la mujer dedican a la producción de bienes materiales aparece cuantificada en todos nuestros índices económicos. Pero la energía que el hombre y la mujer dedican a la producción, en sus propios hogares, de niños felices, sanos y seguros de sí mismos, no cuenta para nada en ninguna estadística. Hemos creado un mundo trastornado".

Las políticas educativas que pretenden arreglar el fracaso escolar con más horas de institución a cualquier edad, transmiten o incluso inculcan a los padres la creencia errónea de que hay que "socializar" a los bebés a los pocos meses; que asistir muchas horas a la escuela es mejor que los cuidados que ellos mismos pueden brindar, y que los padres deben trabajar más y esforzarse laboralmente aún más para poder pagar muchas actividades extraescolares en aras de supuestas mejorías en la formación de sus hijos.

Se invierten fondos y recursos en más plazas de guarderías (escuelas infantiles) y, después, en más plazas de aulas de refuerzo para niños con fracaso escolar; en más equipos de salud mental infanto-juvenil; en más hospitales de día; en más psicofármacos para la infancia; en más servicios hospitalarios para niños y adultos con problemas, etc. Sin embargo, se está ayudando poco a los padres, a nivel económico y laboral, a que mantengan un tiempo para estar con sus hijos, para realizar actividades con ellos, fomentando así una adecuada evolución personal y social. Es decir, su salud mental. Éstas son las verdaderas medidas preventivas. Y por eso resultan mucho más rentables económica, social, emocionalmente y en otros muchos sentidos.

Son sólo algunas de las principales razones por las cuales la sociedad debe contribuir a la crianza de sus jóvenes continuadores. Para ello, resulta fundamental que se comprometa con una verdadera conciliación de la vida laboral y familiar, ayudando a los padres que decidan cuidar personalmente a sus hijos a que tengan el tiempo para ello. En ese sentido, algunos países escandinavos, cuyos niños, por cierto, quedaron en los primeros puestos del último informe PISA (2006) sobre resultados educativos, van muy por delante de nosotros. Consideramos que las políticas educativas y de crianza deben tener en cuenta los conocimientos emanados de las importantes investigaciones llevadas a cabo en las últimas décadas, como se ha hecho en esos países.Los padres y los bebés de nuestras sociedades se merecen la posibilidad de que, si las madres y padres quieren, puedan ser ellos los principales cuidadores de sus hijos, al menos durante los dos primeros años. Sobre todo, teniendo en cuenta que, con los niveles actuales de natalidad, eso sólo ocurrirá una o dos veces en la vida.
CONSCIENTES de esas necesidades de los niños, de las madres y de los padres de nuestra cultura,PROFESIONALES de la psicología, la psiquiatría, la enfermería, el trabajo social, la sanidad en general y otras disciplinas conexas, interesados en la salud mental de la población, hemos puesto en marcha una campaña de sensibilización y apoyo CON EL FIN DE SOLICITAR a las instancias legislativas y ejecutivas de nuestro Estado:

-Prolongar hasta los dos años el tiempo de cuidado compartido por maternidad/paternidad con protección pública para todos aquellos padres que deseen ocuparse personalmente de sus hijos. Sobre todo, porque se trata de un sistema de cuidados más personalizado y, desde el punto de vista social, más económico y eficiente.
Son necesidades que hoy nos parecen urgentes en los países industrializados, tanto para un aumento de la felicidad de padres e hijos, como para preservar y aumentar la salud mental de las poblaciones. De ahí la reivindicación fundamental que deseamos difundir con esta campaña

-DOS AÑOS DE MATERNIDAD/PATERNIDAD GARANTIZADOS POR LOS PODERES PÚBLICOS.“LA SALUD DE LOS NIÑOS HA DE SER LO PRIMERO”, como muy bien afirma la Oficina Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

ANEXO:

GUARDERIAS Y ESCUELAS INFANTILES PARA TODOS LOS QUE LAS NECESITEN.
Conscientes de que, de todos modos, hay momentos o situaciones en las cuales los padres pueden necesitar llevar a sus hijos a escuelas infantiles, consideramos que estas instituciones requieren de unas condiciones mínimas necesarias para desarrollar adecuadamente sus servicios, por lo que consideramos imprescindible, en estos casos:

-que las guarderías y escuelas infantiles, para los padres que las necesiten, cuenten con personal y recursos suficientes y bien formados, en especial en los tres primeros años de la vida del niño; también, con espacios y educadores particularmente constantes y estables, para que puedan respetarse y atender las necesidades de los niños.

-que haya una proporción adecuada de personal especializado por cada bebé. En ese sentido, las tasas normalmente aceptadas son de una persona por cada 3 ó 4 bebés; para los niños de más de 2 años, una persona para cada 5 ó 6 niños.

-que los recursos sean accesibles para todos y gratuitos en el caso de familias más desfavorecidas.

-que estén orientadas a fomentar la presencia de los padres y madres en la vida de los niños, con horarios adaptados a las necesidades de las familias.

Grupo Promotor
Demetrio Casado, Doctor en Farmacia, Director del Seminario de Intervención y Políticas Sociales (SIPOSO), Madrid.
Ana Pavón, Psicóloga de La Unidad de Salud Mental de Benidorm (Alicante).
Purificación Sierra, Profesora Titular de Psicología Evolutiva de la UNED.
Jorge L Tizón, Psiquiatra, Psicólogo y Neurólogo. Director del Equipo de Prevención en Salud Mental- EAPPP del Institut Català de la Salut en Barcelona y profesor de la Universidad Ramon Llull. Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Internacional.
Eulàlia Torras, Doctora en Medicina y Cirugía. Psiquiatra y psicoanalista de niños y adolescentes. Presidenta de la Fundació Eulàlia Torras de Beà Institut de Psiquiatria-Psicologia del Nen i de l'Adolescent. Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Internacional.
Mercedes Valcarce, Profesora Titular de Psicología Evolutiva de la Universidad Complutense. Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Internacional.

A 15 de Septiembre de 2009.

Mi cuerpo, mi vida

 Hoy quiero dedicar este post a dos mujeres sabias y valientes, a las que he tenido suerte de 'conocer' y que con sus palabras sencillas me han ayudado estos días más de lo que ellas imaginan. La temática no tiene que ver con ellas, pero quiero expresarles mi agradecimiento. Gracias, Ile, gracias, Mimita.

Cuando comencé la lectura de 'Mujeres que corren con los lobos' imaginaba que no iba a ser un libro más... es unMujer Salvaje ba lectura ardua, en la cual tengo que hacer varias paradas para reflexionar sobre las cosas de las que habla. Marco, subrayo, sopeso, recuerdo, me sorprendo, enlazo, reconozco... y sonrío ante la idea de que el viaje hacia el 'reencuentro' con la Mujer Salvaje es uno sin retorno. No hay billete de vuelta ;)

Muchos de los temas que toca me inspiran a escribir algo más sobre ello, pero hoy me voy a detener en el capítulo 7: "El júbilo del cuerpo: La carne salvaje". ¿Por qué? Yo que sé por qué... porque he vivido media vida esclava de mis complejos, y eso es suficiente. Voy a poner las cartas sobre la mesa.

Vivimos en una época y una sociedad en la que somos esclavos de nuestra imagen exterior (en otras sociedades, en nuestra misma época, esto no pasa; pero ¿en qué sociedades?¿acaso conocemos alguna que no sea la nuestra?). La razón no la sé, sólo propongo mis teorías. La principal es que nuestra imagen exterior es más fácil de modelar para el gusto ajeno-aún requiriendo mucho esfuerzo y a menudo, dinero- que la imagen interior. Es más fácil adelgazar 20 kilos, 'suavizar' el gancho de tu nariz, operar tus tetas, deshacerse de una 'horrible!' celulitis,  hacer brazos en el gimnasio... que ser buena persona. Ser una buena persona es una tarea terriblemente complicada.

'Carolina, es que lo uno no quita lo otro!', dirá alguno... sí, claro, si yo tampoco argumento lo contrario. Cuidar de que nuestro cuerpo sea armonioso es una obligación. Pero mi idea de lo armonioso no debe schwarzeneggercasar mucho con lo que se cree en general. Los kilos que se pierden 'a traición' de nosotros mismos vuelven duplicados tarde o temprano, las 'hermosas' tetas de plástico a los 30 lucen 'bárbaras' (nunca mejor dicho) a los 60, los musculitos que tantas horas de gimnasio nos costaron nos pueden dejar  como al bueno del abuelo Schwarzenegger (Dios, qué grima...)... vamos, que el tiempo, sabiamente, se encarga de hacer los ajustes pertinentes...

Hoy en día (y vuelvo a repetir, en nuestra sociedad) los hombres también han caído víctimas de esta falacia, afortunados ellos en el pasado, que parecían estar libres. Supongo que sencillamente, son un 'nicho comercial' muy abundante que estaba sin explotar. Pero las mujeres somos las que hemos sufrido y sufrimos esta lacra desde hace tiempo. Y otra vez, '¿Por qué?' supongo que porque todos necesitamos sentirnos admirados. Sobre todo, y durante una parte de nuestras vidas, por el sexo opuesto. Al fin y al cabo es lo que nos va a permitir reproducirnos (o otros fines afines...). Y supongo que creemos necesitar tener las cualidades que el otro va a admirar. Casi todas las mujeres creemos que los hombres buscan la belleza en las mujeres. Que estemos buenas. Lo gracioso es que esto, aparte de no ser siempre así, lo que unos y otros entienden por bello no podría ser más diferente.

Nos enseñan desde pequeñas la frivolidad de que, para tener novio, hay que estar guapas. Cuando todas mis amigas empezaban a tener novio(s) allá en el siglo pasado, yo nunca lo tuve. Conclusión: no debía ser muy guapa. Y así lo consideré durante mucho tiempo. Y no sólo lo consideré yo: la sociedad en la que vivía, de una forma u otra (de muchas formas!), me daba la razón. Me sobraban kilos, no era nada fashion vistiendo, era poco femenina (¿¿¿???).... )poco femenina en el sentido de que no me gustaba maquillarme ni pasar el día con el secador en la mano haciéndome peinados nuevos... porque femineidad ya me sobraba entonces). Yo misma me despreciaba, y 'coincidió' que fue una época donde disfruté al máximo de mis amistades masculinas. Allí no tenía que competir con nadie. Prefería pensar que era uno de ellos. Iba como el Patito Feo, dando tumbos, alejándome de mi verdadera especie...

Un día tuve una 'especie de novio' que me dejó por fea. Así me lo dijo. Le avergonzaba que sus amigos le vieran conmigo. Creían que era poca cosa para él. Y entonces se acabó mi ingenuidad (a Dios gracias!!). Me dí cuenta de lo ridículo que es resignarse a que otro te 'quiera' en función de tu imagen exterior. Yo tenía muchísimo que ofrecer, y claramente, no estaba al alcance de cualquier cegato. Confié en mi imagen interior, y comencé a darme cuenta verdaderamente de lo que valía. Y de que sólo lo compartiría con la persona que supiera verlo, si es que semejante persona existía. ¿Qué te parece? La fea se volvió hasta exigente, qué cojones tiene. Encima se pone chula...

Aquellos fueron los años mágicos en que la Loba empezaba ya a susurrarme... me puso a alguna hembra vieja y sabia por el camino, y empezó a llevarme por aquí y por allí... cuando más distraída estaba, me encontré con alguien que supo ver ... y seguía aprendiendo.

Aún así, sigo viviendo en la misma sociedad. Como soy mucho más humana que divina (de la muerte), a menudo tengo sentimientos ambivalentes acerca de mi propio cuerpo. Muchas 'alienadas' consiguen hacerme sentir mal con su propia alienación... todo el día hablando de dietas, de qué comes, de cuántos kilos han perdido, de cuántos ha ganado no se quién (de los propios no se habla jamás!), de qué talla tan grande, buf, qué mal, blablabla ... a veces durante un minuto (o un día, o varios, seré gilipollas) caigo en la trampa. Pero allí, en la oscuridad de la trampa, me toco las tetas, estas tetas grandes y poco elegantes, coño, y se me llenan las manos, y me siento taaaaan bien... tetas que han gozado y hecho gozar, que han alimentado y espero que lo sigan haciendo, que ojalá no enfermen nunca... y me da igual que no sean perfectas. Me apoyo en mis caderas anchas, que tanto han bailado, disfrutado haciendo el amor, sufrido pariendo, gozando albergando vida... y me siento dichosa. La Venus de Willendorf que hay en mí se descojona y con las uñas, arrastrándose, sale de la trampa, y se ríe, bajito, y se compadece, de tanta pobre alienada.

Yo no sabría estar 'a dieta'. No creo en las dietas. Creo en 'la dieta'. Para mí comer sano no es comer sólo lechuga y manzanas. Yo disfruto con la comida, a veces hasta puntos obscenos, soy muy exagerada. Me gusta escogerla, elaborarla y comérmela, y ver cómo los demás disfrutan comiendo también. Lo mismo unas judías verdes con tomate que un tiramisú casero. Creo que mi hijo ha heredado esto de mí, porque el entusiasmo que pone cuando ve acercarse la comida es digno de un top ten del youtube. Por eso me siento muy a disgusto comiendo en un entorno en el que a las mujeres (y a las que están gorditas, más) se les sirve deliberada y cruelmente una ración más pequeña (tú ya tienes bastante, que estás muy gorda). En el que sólo se ofrece repetir a los hombres (o siempre a los hombres primero). En el que parece que la que menos come se va a llevar un premio. Tiranía e hipocresía entre las que deberían ser aliadas. Pero muchas mujeres no saben ser si no es comparándose continuamente con otra a la que puedan hacer de menos para ellas sentirse más...

No hubo un tiempo en mi vida en que lo pasara peor que en mis primeros meses de embarazo, porque lo vomitaba TODO. Hasta el Caribán. El olor de la comida, de los sofritos, los anuncios de comida! todo me daba arcadas. Le cogí hasta miedo a comer, evitaba comer para ver si así vomitaba menos. Pero daba igual. Y aún recuerdo cuando pasó aquella época.... AAAAAAH! :) Y me pude comer un peazo de gofre de esos de la feria, lleno de nata y chocolate, sin devolverlo a la madre Tierra. Diooooooos... y el primer kebab... después de haber vagado mucho más de 40 días por aquel desierto, recuperaba mi apetito y el placerrrrrrr de comer. La gente que no sepa lo que es esto pensará que estoy loca de atar :)

Para acabar con tanto escabroso dato autobiográfico, transcribo dos párrafos del capítulo (por no transcribir el capítulo entero...):

"Los severos comentarios acerca de la aceptabilidad del cuerpo crean una nación de altas muchachas encorvadas, mujeres bajitas sobre zancos, mujeres voluminosas vestidas como de luto, mujeres muy delgadas empeñadas en hincharse como víboras y toda una serie de mujeres disfrazadas. Destruir la cohesión instintiva de una mujer con su cuerpo natural la priva de su confianza, la induce a preguntarse si es o no una buena persona, a basar el valor que ella misma se atribuye no en quién es sino en lo que parece. La obliga a emplear su energía en preocuparse por la cantidad de alimento que ha comido o las lecturas de la báscula y las medidas de la cinta métrica. La obliga a preocuparse y colorea todo lo que hace, planifica y espera. En el mundo instintivo es impensable que una mujer viva preocupada de esta manera por su aspecto".

"Una mujer no puede conseguir que la cultura adquiera más conciencia diciéndole:"Cambia". Pero puede cambiar su propia actitud hacia sí misma y hacer que las proyecciones despectivas le resbalen. Eso se consigue recuperando el propio cuerpo, conservando la alegría del cuerpo natural, rechazando la conocida quimera según la cual la felicidad sólo se otorga a quienes poseen una cierta configuración o edad, actuando con decisión y de inmediato recuperando la vida y viviéndola a tope. Esta dinámica de autoaceptación y autoestima son los medios con los cuales se pueden empezar a cambiar las actitudes de la cultura".

Imágenes:

http://elquecorreconlobos.blogspot.com/2009/04/cantando-sobre-los-huesos.html

http://www.taringa.net/posts/imagenes/858300/El-schwarzenegger-de-hoy.html

domingo, 25 de octubre de 2009

Hoy vamos de copas...

ADVERTENCIA: Escrupulos@s del mundo, abstenerse de seguir leyendo. Luego no digáis que no os lo he advertido.

Hoy os voy a presentar mi último descubrimiento, un invento grandioso que es de principios del siglo pasado: la copa menstrual.

ladycup[1]

(NoOoOoOoO!!!!! Qué asco, por Dios, pero qué gochada es ésta?!?!?!) (Ya lo advertí... que hacéis leyendo aún? XDDD)

Creo que supe de ella por primera vez en algún programa de Documentos TV, pero ni recuerdo el tema ni nada ... me llamó poderosamente la atención, y me sorprendió que con treinta añazos que tenía ya, jamás hubiese oído hablar de semejante artilugio. Y me dije 'ostras, un día tengo que probar eso!'

Habré venido rumiando la idea un par de años o tres. Al principio con las reticencias clásicas a las cosas poco conocidas, que si sería fácil o difícil de poner/llevar...y luego me quedé embarazada :) poco a poco fui leyendo sobre ella en internet, y cada vez me convencía más y más de que era algo que tenía que probar. Hay muchísimas opiniones e información de primera mano de usuarias que están encantadas con sus copas  menstruales.

Se inventaron en la década de los 30, a la par que los tampones desechables. Pero parece ser que ya entonces no tuvieron mucho éxito, porque su manipulación implicaba que las mujeres estuvieran muy 'en contacto' con sus partes íntimas, y ya se sabe lo que era aquello (y lo que AÚN sigue siendo para algunas)(niña, eso no se toca!). Además de las razones comerciales, claro. Quién iba a estar interesado en un producto reutilizable cuando se puede sacar muchísimo más dinero de uno desechable que hay que comprar todos los meses. Al principio eran de látex, con el consiguiente peligro alergénico, pero creo que ahora todas o casi todas las marcas del mercado son de silicona médica (como la de los chupetes, vamos).

Pensaba que sólo había una marca, Mooncup, que es la más conocida, pero hay varias más: Lady Cup, Diva Cup, Lunette... googleando se encuentran fácilmente. Varían poco en su diseño, y milímetros en las medidas. Básicamente, hay dos tallas: pequeña, para mujeres menores de 25/30 años o sin parto vaginal, y la grande, para mujeres mayores de 25/30 años o que hayan pasado ya un parto vaginal. Después de leer muchas opiniones de usuarias, me decidí por una Lady Cup. Me pareció más sencilla y más fácil de limpiar, pero todas tienen sus ventajas y puntos a favor. Excepto en algunas herboristerías y tiendas especializadas, me da la sensación de que no es fácil de encontrar. En internet, sí (claro). En muchas páginas dedicadas a crianza natural y vida más ecológica son fáciles de conseguir. Aparte de en las páginas oficiales de cada copa, también.

Este mes pasado ha sido la primera vez que la he usado, y claro, lo flipé. Tiene su trabajito y requiere su práctica la colocación, como todo al principio, pero una vez le pillas el tranquillo, es la leche. Eso sí que es como no llevar NADA DE NADA.  Si está bien colocada, ni sabes que la tienes puesta. Y de repente ya no hay sangre, ni malos olores, ni nada. De día o de noche. No se escapa nada. Tarda en llenarse aproximadamente unas 12 horas (quizás un poco menos si se tiene un periodo muy, pero muy abundante). Cuando te la quitas, se tira la sangre, limpias bien la copa con agua y otra vez adentro. Cuando acaba la regla, se lava con un jabón lo más delicado posible en cuanto a ph, se esteriliza y se guarda en su bolsita de algodón hasta el mes siguiente.

¡¡¡¡¡¡Dios, qué descanso!!!!!!!

Yo no sé cómo he podido vivir tanto tiempo sin conocer esto... si ya estoy más cerca de la menopausia que otra cosa!!! jajaja aunque bueno, creo que aún tengo tiempo de amortizarla...

Al principio yo la ví un poco... grande XDDDDDD pero luego me dije que aquello tenía mucho de psicológico, porque ... joer... vamos a ser claros... por ahí entran y salen cosas igual de grandes y más!!!

Y la verdad que con ello no es que quisiera olvidarme de que tengo periodo... nunca he tenido esa aversión por la regla, la verdad (bueno, quizá al principio, cuando era muy pequeña). No me disgusta mi sangre, ni sangrar ni lo que tiene que ver con el ciclo. Las molestias asociadas claro que me molestan, aunque afortunadamente siempre he tenido pocas. Pero ha llegado la época de mi vida en que he comprendido su verdadero significado, y ya no echo pestes de esos días. Son parte del milagro y privilegio de poder crear vida.

Lo que sí me molesta de verdad es el hecho de llevar las dichosas compresas y los tampones, que siempre me han dado mucho asquito e incomodidad (tanto o más que sus anuncios televisivos, joder, qué mal me siento cuando los veo...). Así que me voy a guardar algunos ejemplares de cada cosa para 'por si' alguna eventualidad, pero les voy a decir 'hasta nunca más' .

Yo os diría que os animárais, de veras que merece la pena.