martes, 8 de marzo de 2011

Mujer, ¿quién te enseña a ser libre?

Hoy es una fecha que de unos años para acá recuerdo con nostalgia. La memoria me lleva a mis años universitarios, en que disponía de todo el tiempo del mundo, y para el 8 de marzo siempre tenía un montón de actividades en ristre. Charlas, foros, coloquios, manifestaciones, jornadas… era una buena excusa para conocer a muchas mujeres interesantes y aprender de sus experiencias vitales. Independientemente de la edad de todas nosotras, aquellas, participantes.

Recuerdo que fueron años de ‘salida del armario’, de alguna forma. En los primeros, aún recuerdo como algunas amigas se sorprendían de que asistiera a determinadas charlas y actos, como si aquello fuera a acabar con mi ‘reputación’. Oí muchas veces que ser feminista ‘no vende’, que si me manifestaba abiertamente como feminista no conseguiría que ningún hombre se interesara en mi. Los hombres se asustan de las feministas, ¿sabes? Y ya entonces, yo pensaba ‘serán los hombres cobardes, los otros no creo que se asusten. Lo que estarán es encantados de poder estar codo a codo con UN IGUAL’. De cualquier forma, no tenía intención de acabar con un cobarde, ni de callar lo que pensaba para parecer ‘una niña buena’. De las que no saca los pies del tiesto. I’m what I am. Y si no te gusta, mira si hay variedad en el campo: arreando.

Era un gran dilema aquel. Joder, para no espantar a un tío ¿tengo que callarme lo que pienso? no me salían las cuentas. Tenía 20 años y ya entonces ninguna gana de traicionarme a mi misma. ¿Quién me enseñó a ser libre? No lo sé. No recuerdo exactamente dónde oí o quién me dijo desde que era pequeña aquello de MÁS VALE SOLA, QUE MAL ACOMPAÑADA. El caso es que lo interioricé. Y aunque como todo ser humano, aspiraba a ser amada por alguien, y a amar en reciprocidad, siempre pensé que había tratos que, sencillamente, no convenían. ¿De qué servía no estar sola, si el precio a pagar era convertirse en una chacha, o una segunda madre de un inútil? ¿De qué servía ser un florero, algo que lucir con los amigotes? De nada. No servía de nada. Así que eché cuentas: si era una niña buena y me callaba y seguía la corriente, podría intentar atraer a muchos hombres (alguno caería). De los cuales la mayoría nunca me habrían hecho feliz, nunca me habrían respetado, puesto que yo no habría empezado por respetarme a mi misma, al negar lo que soy. Y por otra parte, podía ser como yo quería, y atraer quizá a algún hombre, si existía, que verdaderamente mereciera la pena. Y a día de hoy, sí que me salen las cuentas :)

Hoy es un día de reivindicaciones, y se hacen muchos pedidos a los políticos de turno, claramente justas, en relación a tantos derechos que aún no están equiparados y en pos de una sociedad más justa (para todos). Pero yo quiero romper una lanza por la lucha que no van a hacer los políticos, que es la de EDUCAR DÍA A DÍA. Educar a niñas y niños en verdaderas condiciones de igualdad, respetando sus diferencias. En el día de la Mujer hemos de recordar que tenemos niños y niñas pequeños a los que, CADA DÍA, podemos guiar hacia ese horizonte. Empecemos por hacer dejar de creer a nuestros hijos que ellos son los amos del mundo, que pueden hacer todo lo que deseen, y en cambio hacer creer a nuestras hijas que son princesas y que ellas sólo están aquí para adornar el mundo que ellos creen. Animemos a las niñas a ser fuertes (que no agresivas), a ser decididas, a ser autónomas, a ser seguras de sí mismas. A que sepan que lo que ellas valen no está en su ropa, ni en su maquillaje, ni en su talla. Enseñémosles que no somos chachas de nadie, que ni sus padres ni sus hermanos son más que nosotras, y que en casa ‘penca to’ Dios’, y que así es como debe ser, y que de lo contrario, arde Troya :)))))

Todo esto, todo, la única forma de poder enseñarlo es MEDIANTE EL EJEMPLO. ¿Sociedad en crisis, crisis de valores? ¡Seamos los modelos que nuestros hijos quieran imitar! Desde la sinceridad y la coherencia, mirando primero hacia nuestra propia pareja: ¿es este el modelo que queremos que aprendan nuestros hijos? ¿Estamos contentas con el reparto de poder/obligaciones/responsabilidades dentro de nuestra casa? ¿Reflejamos eso en nuestra actitud?

Fuera de leyes y medidas políticas, los niños, donde primero aprenden (por mucho que nos empeñemos en escolarizarlos desde los 0 años) es EN SU CASA. Las niñas, las mujeres del mañana, el primer lugar donde van a aprender a ser libres, emulando ejemplos, o huyendo de ellos, es EN SU CASA. Si quieres que tu hija sea libre, dale herramientas, sé su primera herramienta.Y si no lo has hecho antes, hazlo por las dos: por tí, y por ella. Cuando pasen 20 años y no hayamos hecho nada, es ridículo ir pidiéndole igualdad de derechos a la sociedad (la sociedad somos todos), o a los políticos (esa parte de la sociedad que vive en su propio mundo). Si cada uno hace su parte en casa, el día de mañana no habrá nada que pedir, porque estará todo hecho.

081108ClubLecturaG

Imagen:

http://www.enciezadigital.com/detallenoticia.asp?Idnoticia=7117