La semana pasada, repasando el documental de La 2‘De parto’ en Youtube, me encontré con estos dos vídeos sobre el parto vertical. Son 7 y 10 minutos cada uno, creo, y mi opinión es que merece mucho la pena verlos.
Y ayer me encontré con este artículo de Nueva Prensa de Guayana a través del grupo de Facebook ‘Por un parto respetado’:
"Sí, mi hijo nacerá por parto vertical"
Escrito por Melissa Silva Franco - Enviada especial / Perú
domingo, 30 de mayo de 2010
En los centros de salud de la sierra peruana se ha retomado una práctica milenaria a la hora de traer niños al mundo. Ya no son simples quirófanos sino espacios en los que la mujer toma infusiones, recibe masajes de su partera y da a luz sin desvestirse y en la posición que quiera, abrazada por su marido y rodeada de sus familiares
El personal médico, organizaciones no gubernamentales, promotoras de salud y la misma comunidad han luchado por la adecuación de las salas de parto. Hoy día, ha disminuido el reporte de muertes maternas y se ha consolidado el derecho de la mujer a decidir la manera en que quiere vivir el final de su embarazo
En un lugar llamado Churcampa actualmente se está escribiendo un nuevo capítulo de la historia contemporánea. Las mujeres de esta zona andina del Perú han reconquistado ese derecho que desde hace más de dos siglos les arrancó la medicina moderna: la opción a decidir cómo traer sus niños al mundo.
Hoy día, en esta región ubicada a más de tres mil metros de altura y que según el último censo oficial cuenta con cinco mil habitantes, las embarazadas son las verdaderas protagonista de su proceso de gestación.
“Sí, mi hijito nacerá por parto vertical”, sólo esta frase basta para que los médicos de la zona dejen atrás la fría silla ginecológica, la fuerte luz que tanto intimida en los quirófanos y la mera práctica científica que deshumaniza a tanto partos en el mundo actual.
Y es que el parto vertical es una práctica milenaria que permite a las embarazadas dar a luz de manera natural, sentadas o de cuclillas, con la ayuda de sus esposos, quienes abrazándolas fuerte a la barriga permite ejercer la presión necesaria. En el momento de parto están presentes otros familiares, además de una matrona tradicional y un médico obstetriz y las enfermeras.
Pero lograr alcanzar este derecho a decidir de la embarazada ha costado un trabajo de más de 10 años, por parte de médicos, matronas tradicionales, organizaciones no gubernamentales, quienes luchaban contra una alta cifra de mortalidad perinatal.
La doctora Rosa Paredes, una de las promotoras de esta importante iniciativa, explica que cuando llegó a la zona hace más de una década se encontró con un alto índice de muerte de madres, quienes no acudían a los centros de salud porque temían a las prácticas comunes de los partos por cesárea y de esta manera perdían la vida por algún desgarro, hemorragia, infección que no podían atender, ni frenar las matronas tradicionales.
“Las mujeres de la zona siempre han tenido los partos en sus domicilios, con ayuda de la matrona, porque desconfiaban de los médicos, porque durante los partos no se les respetaban sus costumbres, como lo es parir con su vestimenta puesta, ya que son muy pudorosas, así como también sentadas junto a sus esposos o madres y tomando sus caldos calientes e infusiones”, añade la doctora Paredes.
Ante esta situación surgió la necesidad de frenar el alto índice de mortalidad tanto de las madres como de los niños. Y así fue cómo en la zona se comenzó a intentar trabajar en los centros de salud con un enfoque más cercano a la cultura de las mujeres de la zona, es decir, quitar protagonismo a la ciencia y equiparar con el conocimiento popular que han heredado las matronas por siglos y siglos
Y ha dado resultado. Las estadísticas demuestran que ha disminuido la mortalidad de madres en la zona y cada vez más mujeres asisten a los centros de salud para tener sus partos verticales, con el cuidado no sólo de las matronas, sino también de un personal médico que está presente para cualquier emergencia.
La fórmula
El llegar a esta situación ha costado años de trabajo. Hoy decenas de mujeres deciden tener un parto natural o vertical, confían más en los médicos y la medicina a su vez respeta el valor de los conocimientos de las matronas tradicionales luego de un intenso trabajo por parte de médicos, ong’s, Estado y la comunidad en general.
Actualmente se cuenta con espacios en los centros de salud adaptados para los partos verticales, un trabajo conjunto con las matronas, la inclusión de las costumbres de las mujeres en el proceso de parto y un personal médico sensibilizado con esta práctica milenaria. Además de casas de espera en las que las embarazadas pueden vivir días antes de dar a luz, y así están más cerca del hospital, además de cuidados prenatales, un mayor control durante el embarazo.
Incluso, el centro médico de Churcampa ya es sede de pasantías de muchos médicos recién graduados y de otros interesados en conocer el parto vertical, no sólo de Perú sino también de otros países.
Lourdes Sandoval, coordinadora del proyecto de parto vertical y adecuación intercultural de Calandria, una de las asociaciones peruanas que más ha trabajado en la zona, explica que el camino ha sido largo, pero con muchos logros, entre ellos se encuentra el poder contar con centros de salud que tengan salas de parto adaptadas para que las mujeres de la sierra peruana. Esto ha permitido que los partos verticales puedan institucionalizarse y se rescate como práctica natural y sobre todo se proteja la vida del bebé y de la madre. "Son pequeños hechos que salvan vida", agrega Sandoval.
Esta adecuación consiste en tener salas de parto en los centros médicos lo más parecida posible a los domicilios de las gestantes, para así crear un ambiente más cálido. La doctora Paredes explica que estos cambios en el quirófano consisten en una silla semi circular para que la mujer se siente cómodamente y pueda pujar con mayor naturalidad, además de una soga tejida con lana para que la gestante se apoye y tenga más fuerza a la hora de pujar.
A la hora de complicaciones, al lado de esta sala están los utensilios tradicionales de la medicina para operar a la gestante en caso de que sea necesario.
En estas salas se permite que las mujeres no se quiten su ropa; que en vez de usar sábanas utilicen sus mantitas, la partera puede acompañarlas; el color de la pared del cuarto es oscuro; y se ha capacitado al personal de salud especialmente para que hablen quechua, el idioma de la mayoría de los habitantes de la región.
En estos partos, el médico no mira a la parturienta. El profesional tiene que arrodillarse, y vigilar agachado la salida del bebé para recibirlo. Mientras tanto, la madre puede moverse con mayor facilidad, con el apoyo de algún familiar o matrona que la acompañe.
" El parto vertical es más fisiológico, es decir, más natural porque la mujer puede pujar mejor y como no hay compresión de los vasos sanguíneos, hay menos sufrimiento fetal; es más rápido, hay menos complicaciones; y menos necesidad de estimular el nacimiento" explica la doctora Rosa Angélica.
La Organización Mundial de Salud recomienda una serie de acciones que son las idóneas para las embarazadas al momento del parto, y éstas coinciden en su totalidad con las aplicadas durante el parto vertical.
Entre estas se encuentran: Dejar caminar a la gestante porque favorece el trabajo de parto; no realizar episiotomía (un corte que previene desgarros en la vagina) y hoy está demostrado que es innecesaria y no debería realizarse en más del 20% de las mujeres, pero en países con Venezuela, España y Chile se hace en más del 70% de los partos; no obligar acostarse para parir y hoy se sabe que la posición vertical, que ellas usan tradicionalmente, es más cómoda y favorece el parto natural por factores anatómicos y de gravedad; estar con su familia en el parto y hoy se sabe que el apoyo emocional disminuye las complicaciones.
El Estado peruano desde el pasado agosto 2005 aprobó un decreto a través del Ministerio de Salud en el que se incluye el parto vertical como opción para las gestantes, lo que ha significado la aceptación formal de esta práctica en la zona, como una mayor inversión en las políticas de salud pública.”
(las imágenes están copiadas del propio artículo en internet: http://nuevaprensa.com.ve/content/view/43320/2/)
¿Qué les parece? Ahí tienen, unas cuantas mujeres indígenas, unas indias, unas panchitas (que dirían algunos despectivamente por estos lares)… que son más respetadas allá que nosotras en nuestros hospitales. Qué les parece… ellas se rebelan contra el sistema aún arriesgando sus vidas y las de sus pequeños, porque la asistencia y las condiciones higiénicas en las que viven no se asemejan a las nuestras, pero por nada quieren que les hagan ‘lo que se hace en los hospitales’. Así que en un esfuerzo de TODOS, han conseguido que las instituciones comprendan que hay otras formas de hacer las cosas, basada en la tradición de miles y miles de años, y que no tiene que estar reñida con la última tecnología. Esto lo han comprendido en un hospital de una región rural remota en Perú. Mientras que en la mayoría de grandes hospitales de España seguimos como seguimos.
Qué les parece… no hace falta tanto dinero como una gran voluntad. Y otro tantito de humildad. Y un mucho de ganas de hacer las cosas mejor. Los ‘pobres’ dan lecciones a los ricos que nos dejan tiritando. Y creo que muchos no comprenderán nunca esto, porque la mayoría de nosotros hemos perdido esa conexión con la naturaleza y con nosotros mismos. Lo de los calditos, masajes y otras de sus tradiciones nos parecerán supercherías precolombinas e incluso peligrosas. Nada comparado con la máquina que hace ‘ping’. No me cansaré de decir que somos unos primermundistas bastante ignorantes.
Ok, ahora sí puedo, es que buscaba el enlace a los comentarios desde la página principal del blog, y parece que cuando no hay comentarios no sale, hay que venirse a la página concreta del artículo.
ResponderEliminarIba a decir que lo ideal -y perfectamente posible en el mundo de hoy- es que nos beneficiemos de las mejores cosas de los dos lados. (O sea de los dos supuestos lados: "civilización" y "barbarie"; "ciencia" y "naturaleza").
Hoy podemos, y deberíamos, tanto que las mujeres indígenas puedan beneficiarse de los avances sanitarios, como que nosotras podamos beneficiarnos del respeto a la naturaleza de la fisiología femenina. Perdiendo ambas lo mínimo.
Eso es lo ideal, y acercarse a ello es perfectamente posible.
Gracias!!! Un abrazo!!!
Hola mamá de Mateo!! muchas felicidades por tu blog, es muy chulo! Yo soy la mamá de David y si quieres saber algo de nuestras andanzas, pasate por nuestro blog http://creciendocondavid.blogspot.com/
ResponderEliminarMuchos besos!
Muchas gracias por visitar mi blog y por tus comentarios, Caro!! te he contestado a uno de ellos en mi blog.
ResponderEliminarMuchos besos.