Venga esta entrada a raíz de un vídeo con el que me topé recientemente. Estaba viendo uno precioso de un cuento infantil actual bastante conocido, y vi este otro de Nestlé en una esquinita. Y me picó la curiosidad, espoleada por mi prejuicio, he de confesar: ‘me apuesto un millón de dólares a mi misma a que me encuentro un montón de consejos tan gilipollas como los que hay en la página de Dodot’. Y efectivamente, ahora soy millonaria.
El video en cuestión lo podéis ver clicando aquí:http://www.youtube.com/user/NestleTVBebe?v=L5aDlrMSbZY&feature=pyv&ad=7813191417&kw=sue%C3%B1o%20ni%C3%B1os
Me permitió hacer clic inmediatamente al ‘No me gusta’, pero “curiosamente” no han dado paso –después de casi una semana- al comentario que les dejé (para el cual era necesaria ‘aprobación’). Puedo prometer y prometo que no tenía insultos ni improperios. Era una simple opinión EN CONTRA. Pero a Nestlé, al parecer, no le interesa.
María, en Reeducando a Mamá, desmenuza el vídeo pormenorizadamente aquí (os animo a leerlo, especialmente si os da perezona ver el vídeo –que aunque sólo dura 6 minutos, pues cuesta, la verdad-)
Mi primera reacción tras ver el vídeo, fue pensar ‘Pero… y estos de Nestlé, no se dedican a la alimentación infantil? QUÉ C*** SABEN ELLOS DE SUEÑO!?!?’. Y a la vista está que, saber saber, lo que se dice saber, no tienen ni putísima idea. De alimentación, sólo saben ‘de la suya’, porque lo de lactancia materna, lo llevan fatal. Y de humanidad, menos todavía.
Yo dormía a mi hijo al pecho todo el tiempo que pude mientras duró. A veces ‘lo despertaba’ al pecho, porque eran ya las pocas ocasiones en que no lo rechazaba. Cuando ya no hubo más teta, le dormíamos en brazos, y le acostábamos en nuestra cama, y meses después en la sidecar. Hasta el año, se despertaba para hacer hasta 3 y 4 tomas nocturnas (y tomaba biberón y cereales. Que me dieron ganas de hacerle una camiseta que pusiera ‘Sí, yo tomo biberón Y NO DUERMO SEGUIDITO TODA LA NOCHE’ (como creen tant@s ingenu@s). Y así hemos seguido haciendo hasta hace cuatro días, que ya se duerme tumbado con uno de nosotros al lado. En nuestra cama-ampliada. Y lejos de caer en los peligros de los malos hábitos de sueño, los terrores nocturnos, el insomnio infantil y todos esos fantasmas de los que hablan Estivill y Nestlé, mi hijo duerme 10 horas seguidas de noche, y casi dos horas de siesta por las tardes. Desde antes de cumplir los dos años. Sin miedos, sin terrores, sin llamar de noche para pedir ni agua, ni bibe, ni mamá, ni papá. Si se le cae el chupe, lo busca y se lo pone. Si quiere papá o mamá, sólo tiene que estirar la mano y nos toca. A veces nos coge de la oreja del que le pille más cerca esa noche (costumbre suya desde el principio de los tiempos) y se duerme otra vez.
Cuando yo estaba embarazada, ya sabíamos que dormiríamos con nuestro hijo. Al menos en la misma habitación. Entonces no teníamos una idea clara de hasta cuándo, y seguimos sin tenerla. Han pasado 27 meses. Hace unas semanas, viendo el estirón que ha pegado Mateo, me dio por pensar que la sidecar se le va a quedar pequeña en breve, porque tiene 1,20 de largo. Y pensé ¿y entonces qué? ¿Le mandamos a la otra habitación? Una habitación que indistintamente llamamos ‘de Mateo’, o ‘de invitados’, ‘de tus padres’, o ‘de Julia’, cuando estas personas vienen a visitarnos. Porque no está acondicionada para Mateo. Nunca preparamos una habitación para el bebé, porque no la necesitábamos, y seguimos sin necesitarla. Desde allá por los 18 meses, un poco antes de mudarnos aquí, Mateo ya dormía prácticamente toda la noche de un tirón (de 12 a 10, más o menos), excepto algún desvelo ya ocasional, o las pocas veces que ha estado molesto con la garganta o los mocos. Él duerme bien, y nosotros también. Yo quiero creer que a él le gusta, y que duerme muy tranquilo sabiendo que estamos todos juntos. Y nosotros también. Me gusta seguir oyéndole respirar, y me gusta la tranquilidad de tenerlo cerquita las pocas veces que se ha puesto malito. Me gusta despertarme y dejarle allí tranquilo por las mañanas, y me gusta despertarme los domingos más pachorramente y poder darnos mimitos los tres un rato hasta que nos apetezca levantarnos.
Esta es nuestra habitación. Bueno, ahora hemos ‘rediseñado’ y la cuna está al otro lado de la cama, más cómodo y espacioso.
Claro, todo no es perfecto en el mundo del dormir juntos. ¿Lo es en el de las parejas? Pues en el de las familias tampoco. Mateo es ‘expansivo’, y tiene algunos ‘momentos tatami’ durante los que nos comemos alguna patada o codazo xD pero eso y peores cosas hacemos los mayores, como roncar, y no es razón para echar a dormir al otro a otra habitación, verdad? si no, una buena cantidad de parejas dormirían en habitaciones separadas y ahí siguen, aguantando mecha. Que digo yo que será por amor, no??? :) Bueno, para mi lo de roncar sí sería un grave problema, soy absolutamente incapaz de dormirme si oigo roncar, y me pongo histérica. Si mi marido o mi hijo roncaran, optaría por irme yo de la habitación. Mateo y mi marido son lirones que no se despiertan fácilmente. Y si fuera yo la que roncara y les molestara a ellos, igual me iría yo. Bueno, primero intentaría solucionar el problema (roncar), y si no tuviera solución, me iría.
Y no, no creo en el poder del aprendizaje mediante el sufrimiento, y la frustracion y todo ese rollo. Como madre, si mi hijo llora por la noche, y especialmente cuando era más pequeñito, yo no tengo lo que se 'supone que hay que tener' para hacer oídos sordos, y dejarle llorar, lejos de mi. Quizá mi marido sea muy raro, porque él no es mujer, ni madre, y tampoco puede. No me creo a los expertos que dicen que eso es 'por su bien'. No seamos cínicos: eso no es 'por su bien'. Eso es por 'nuestro bien'. Porque nos dejen dormir tranquilos. Para que aprendan A NO NECESITARNOS, y podamos descansar como cuando ellos no estaban. Pero estoy segura de que, cuando llegue su momento, mi hijo se dormirá solo sin ningún tipo de problema. Igual que los niños que han 'sufrido' ese entrenamiento, pero sin haber pasado por esos cuajos, y la pena y la insensatez de no poder contar con sus padres por las noches.
En otro orden de cosas, siento contrariar a aquellos que opinan que esto de dormir con los hijos acaba con ‘la Vida Matrimonial’ :)))))) supongo que eso depende más del tipo de matrimonio del que estemos hablando. De hecho, sin entrar en detalles, mi Vida Matrimonial es mucho mejor ahora que antes de tener a mi hijo. Reducir la Vida Matrimonial a UNA habitación y a UNA cama, y a LA NOCHE para mi es ser muy ‘limitado’ :) y ya poniéndonos más francos, hay que sopesar bien, cuanto tiempo pasamos follando, y cuánto tiempo pasamos durmiendo. Como en nuestro caso (imagino que tristemente para la opinión de algunos), pasamos MUCHO más tiempo durmiendo que follando, lo importante es nuestra casa es DORMIR :) todos, y lo más a gusto posible, adultos y pequeños. Rigiéndonos por la sencilla ley de que, si a los adultos nos da tanto gustito dormir acompañados de las personas a las que queremos, ¿por qué habría esto de ser distinto en los niños?
Y en una nota más seria, recomiendo ya de paso la lectura de ‘La represión del deseo materno’, o ‘El Asalto al Hades’, de Casilda Rodrigáñez, para ahondar en los motivos de separar a los hijos de los padres (y especialmente de la madre) a la hora de dormir ( además de a otras horas). El tema es muy muy serio, y sus implicaciones, profundas. No diré más, porque Casilda Rodrigáñez merece posts enteros, e incluso blogs enteros…
Total, que no sé durante cuánto tiempo más dormiremos con Mateo. El que le apetezca, imagino. De momento, hemos comprado una supletoria de 80, para cuando no quepa en la cuna, y que colocaremos en su lugar. Y dentro de algún tiempo, personalizaremos un poco más esa otra habitación, y empezaremos por dormir alguna siesta allí y tal. Y un día, se querrá dormir solo allí, en SU habitación. Lo mismo que él dejó de dormir en la cama grande para dormir en la sidecar. Lo mismo que ahora cuando salimos a cenar o a dar una vuelta, ve niños y aunque no los conozca de nada, se aleja de nosotros sin miedo alguno para ir a jugar con ellos,.... pues así, cuando esté preparado para dormir solo y le apetezca hacerlo, lo hará. Y no habrá nada que pueda detenerlo :) ni siquiera unos padres que lo echen de menos. Y si llega un hermano, pues haremos campamento en la habi. Ya está todo calculado :) si el nuevo fuera muy lloroncete y no le dejara dormir, pues nos repartiríamos hasta amoldarnos lo mejor posible a la nueva situación. Sin dramas. Y santas pascuas :)
Joer, qué difícil es esto de dormir! jajajjajjajajajaja no sé que haríamos sin los consejos del canal Nestlé TV prrrrrrr (pedorreta, por si no se entiende)