Me pilló con la guardia baja.
No diré que por sorpresa, pues lo llevaba barruntando unos días. Como una nube de tormenta persiguiendo mi cabeza. Como cuando te das cuenta de que por la misma acera viene el matón de tu clase y ya no te da tiempo a cambiarte.
El fantasma de nuestra lactancia perdida... y zas, en toa la boca!
Sospecho que algún relato de experiencias felices de otras mamis e hijos que he leído ultimamente, y sin duda alguna, el empezar a leer 'La revolución de las madres', de Laura Gutman. Tocó las teclas adecuadas, rompió el falso celofán y se salió todo. Ayer me puse a llorar a moco tendido, de repente. No podía parar. Sólo podía pensar en lo que quise darle a mi niño y no hice. No voy a repetir NO PUDE. Acaso no supe, acaso no lo intenté lo suficiente, acaso no tuve ninguna ayuda, acaso estaba tan derrotada que tampoco la busqué. El caso es que no lo hice. Yo quería alimentarle con mi cuerpo, y no sólo darle leche. Y no lo hice.
He descubierto que el fracaso de mi lactancia es 'de libro'. Lo tengo todo subrayado. Por lo tanto no debo ser ni la primera, ni la última, ni un caso raro. Recuerdo que a principio de semana me asaltó el pensamiento de las cosas que NO quería repetir la próxima vez, si la hay. Recuerdo que ya entonces se me humedecieron los ojos. Creo que no encontré eco...
Y leyendo a la Gutman ya no sé si lloro por Mateo, por Caro-mamá... o por Caro-bebé, que apenas tuvo igualmente unas semanas de lactancia materna ... ahora sé que por causas similares a las mías... hay cosas que se descubren tantos años después. A lo mejor lloro también por mi madre... que tuvo cuatro hijos y sólo pudo ofrecer su cuerpo a la última, bendita sea. Y estoy segura de que no fue ninguna casualidad...
Y cada vez tengo más claro que no sé aún muy bien cómo, pero quiero ayudar a otras mujeres a que no pasen por esto. Alguno pensará que estoy loca, que no es para tanto... que si no se está criando hermoso con biberón... pero no están en mi onda. Sé que sólo me comprenderán algunas mujeres, las que creen que somos mamíferos porque alimentamos a nuestras crías con mamas, y eso es por algo. Las que creen que para nada es lo mismo ofrecer tu cuerpo que ofrecer un tarro de plástico con un contenido artificial. La verdad, que me daría igual que no me entendiera nadie: me entiendo yo en mi nuevo saber de madre animala y con eso tengo bastante.
Ahora a ver cómo convenzo a este fantasma de que se vuelva a su armario y no salga más...
Imagen:
Los libros de la Gutman siempre tocan la fibra sensible. Pero yo creo que es mejor que las cosas salgan a que estén guardaditas, como tú dices, "en el celofan". De esta manera se puede analizar y aprender de la experiencia. Lo que no deberías hacer es culpabilizarte, aunque sé que es mucho más fácil decirlo que hacerlo.
ResponderEliminarEl gran problema de la lactancia yo creo que se basa en dos cosas: información y apoyo. Si las mujeres tuviéramos de las dos, todas las lactancias triunfarían. Por desgracia, la información que nos da el entorno suele ser equivocada y apoyo tenemos normalmente menos del que necesitamos. Aunque tengamos personas que nos quieran apoyar, muy a menudo no saben cómo.
Es fácil culpabilizarse a toro pasado, visto con ojos racionales, pensando "si hubiera hecho ésto, o lo otro", pero hay que reconocerse en el papel de puérpera, con las hormonas en torbellino, con todas las dudas, con demasiadas cargas y muy poquito apoyo para entender las circunstancias que nos llevaron a hacer una cosa u otra.
En fin, yo te mando un abrazo y somos muchas las que te entendemos
Gracias Marina :)
ResponderEliminarpor tus palabras, y sin duda, por ese abrazo...
en ese proceso estoy. No quiero culpabilizarme, quiero analizar, saber... lo que sea que en el futuro me haga poder enmendarlo. Creo que tengo el resultado de la 'autopsia', lo malo es que ahora no sé que hacer con ella.
Quizá untarla de mermelada y comérmela.(soy una friki)
Laura Gutman toca todas las teclas adecuadas, como te dice Marina.
ResponderEliminarHay muchas cosas que no sabíamos antes de ser madres, información que la sociedad no pone fácilmente a nuestra disposición. Gracias a Dios, nunca es tarde para emprender el camino de conocimiento y superación personal que nos han traído nuestros hijos.
Pero no hay que sentirse culpable de nada, sino bendecidas por todo lo que gracias a la propia maternidad estamos aprendiendo.
Tú tienes la espinita de la lactancia, yo tengo la de haber puesto a mi hija en la guardería con 7 meses, hoy no lo haría. Pero no hay vuelta atrás. Solo como tú dices, que el futuro nos permita enmendarlo.
Lo que ya pasó, pasó. Solo podemos mejorarlo con más amor, contacto, cuerpo, confianza, afecto, respeto y comunicación cada día con nuestros hijos.
NO dejes que se te escape ningún momento sin decirle a tu hijo tantas veces cuánto lo quieres, sin hablarle a todas horas, sin acariciarlo, cargarlo, abrazarlo, sonreírle, dándote tú misma todo lo que puedas.
Es lo único que puede sanar cualquier otra limitación que tengamos, que las tenemos y las tendremos. Ninguna madre puede darse 100% a su hijo, todas tenemos nuestras limitaciones, psicológicas, físicas, sociales...
Solo podemos luchar por romper esas limitaciones (ignorancia, defectos, falta de disponibilidad, miedos, agujeros emocionales...), y alegrarnos de cada cosa nueva que aprendemos, para ser mejores cada día.
Un abrazo muy fuerte, claro que te comprendemos, y entendemos tu llanto sanador. Besos!!!
Siento que te sientas mal, pero te entiendo .Yo dí lactancia mixta y te entiendo, tengo la espinita clavada de que no supe hacerlo del todo bien. Quizá nos exigimos demasiado. Lo único importante es lo mucho que quieres a tu hijo. Y no digo lo más, sino lo único.
ResponderEliminarDesde luego que eso es lo más importante, Mamareciente... a veces yo también tengo la sensación de que puede ser que nos exijamos demasiado, pero, es que ... alimentar a las crías nunca ha sido parte de ningún afán de perfección para nuestra especie. Es supervivencia. Tendría que salirnos solo. Pero hemos ido poniendo tanto palos (culturales) en el camino que hoy nos parece una odisea y fruto de un esfuerzo.
ResponderEliminar¿Sabes cómo entiendo yo ese exigirse demasiado? en empeñarse muy fuertemente en hacer algo que una sabe que es lo correcto, y el propio estrés que genera ese deseo (y el miedo paralelo a que la cosa no salga), lo paraliza. Cuando uno pone mucho la cabeza en cosas que son sólo del instinto, la jode. ¿No pasa igual en el sexo? Quizá en vez de 'exigirnos' a nosotras mismas que nuestras tetas funcionen, deberíamos confiar en que lo harán. Sencillamente porque están ahí para eso.
Y ese también es mi estilo, Ileana 'lo que ya pasó, pasó'. No me creo una persona que le guste regodearse en las desgracias (ahora, antes sí lo fui), prefiero asumirlas , aprender lo que pueda de ellas y seguir adelante. Por eso acepto esto que me ha pasado y fíjate, me parece,... como el dolor del parto...un dolor 'necesario'. Un dolor que conecta y que te recuerda cosas que no están en nuestra parte consciente. Sonaría masoquista decir que 'me gusta' sentir este dolor... pero la realidad es que me ha hecho sentir viva y consciente. Y como tal, también lo agradezco.
Pues claro que no sirve de nada culpabilizarse. Mi herida abierta sigue siendo mi cesarea y no es por que se vea la cicatriz si no por que hoy comprendo mejor por qué ocurrió. Sea lo que sea, nuestros hij@s nos guian y nos recuerdan que volvimos a nacer con ell@s y que nos sobran las ganas de vivir y de entregar para luego recibir. Según la Rueda de la Vida (Budismo) el aprendizaje es dolor, desde el nacimiento hasta la muerte. Las tranformaciones duelen pues mudar la piel también es parte del aprendizaje. Yo también quiero ayudar a otras mujeres haciendome monitora de lactancia. Tengo muchas ganas de dar una oportunidad a las nuevas generaciones de otra forma de ver la vida y de sentirla. Ánimo Caro. Tú también darás esa oportunidad a otras familias. Besos
ResponderEliminarPues sabes qué te digo? que un beso para esa cicatriz. Es muy gratificante besarlas, para el que es besado y para el que las besa. Ambos sienten la paz de la herida.
ResponderEliminarOjalá algún día aprenda lo suficiente de lactancia como para ser monitora...(aunque asistente de monitora y vocera, a lo mejor puedo!). Veo que tenemos en común el objetivo de cambiar nuestro (pequeño) mundo :) ojalá sea verdad que lo conseguimos. Más besos.
Gracias por tu precioso y mamífero texto. Gracias por tu apertura de alma hacia nosotras, eres valiente... Muchas mamás te entendemos porque hemos pasado por ahí.
ResponderEliminarCuatro hijos he necesitado yo, por decirlo así, para sacarme esa espinita. Mira, como tu madre. ¿Porqué sólo con la cuarta ha habido sufiente cuerpo? Hay muchos factores pero desde luego el apoyo y la compañía con otras madres para mi ha sido fundamental. Sola no lo hubiese consguido.
Y aún así esto no cura lo que no le dí a mis otros hijos porque cada día que los miro veo donde quedaron esas carencias y como hoy también les salen de sus pequeños armarios.
Algunas mamá sufrimos el dolor de la lucidez.
Mi amor para todas y para nuestros hijos.
Cuatro hijos, Dara, qué bendición... :)
ResponderEliminarMi marido intentaba consolarme con esa idea de qué quizá con el siguiente (!! :)) funcionará... pero eso no cambia que Mateo se ha quedado sin ello. Y efectivamente, el tiempo dirá con qué consecuencias.
Como dicen las otras 'insumisas':)))) intento suplirlo dándole el resto de mí, ojalá que sirva.
El dolor de la lucidez...
Un beso, guapa.
Bueno Caro, supongo que has ido leyendo lo escrito esta semana en el blog, y esta entrada tuya viene muy al caso de las "buenas" y "malas" madres. Me parece que eres injusta contigo misma. Algunos libros son muy bonitos y explican cosas preciosas pero me parece un poco insano que acabes sientiéndote "fracasada" por algunos temas. Todos aprendemos de la maternidad con cada hijo, y con el siguiente intentamos hacerlo "mejor" (es una forma de hablar porque hacerlo bien lo haces bien desde el primer minuto, créeme). Hay tanto futuro por delante..."los árboles a veces no dejan ver el bosque"
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Amalia! :) gracias por pasarte.
ResponderEliminarEn realidad,... no sé si no me expresé yo bien, o tú has leido más allá de mis palabras, porque lo cierto es que no me siento "fracasada" en algunos temas... lo único que siento es que la lactancia fracasó (no yo) y ya está. Quería hacerlo porque sentía que era lo mejor, y no pudo ser. He aprendido varias cosas de ello, y a seguir para adelante.
Se me había pasado tu post sobre buenas y malas madres, la verdad... ahora lo he leido.
No sé que te puedo decir... yo no me considero mejor madre por lo que hago. Desde luego peor, tampoco. Considero que para mi y mi familia está bien. He conocido el mundo de la crianza con apego a través sobre todo de otras mamis en la red, y no sé... nunca me he sentido que me hayan 'hecho de menos' por no lactar. Haber 'talibanas de la teta' haylas, pero ya te digo que, personalmente, no me he encontrado con ninguna. Ni me he sentido mal por lo que ellos postulen y yo no hago al pie de la letra. Hago las cosas a mi manera, como a mí y a mi marido nos sale, y otras como las circunstancias nos dejan :)
Precisamente, ayer, que me unía a Leche Mágica, yo les decía que a lo mejor era como la palabra que sobra porque yo ya no doy el pecho, y ELLAS MISMAS fueron las que me dijeron que la asociación va de mucho más que dar la teta y que era muy bienvenida.
Soy consciente de que cada una somos muy libres de escoger el tipo de crianza con sus diferentes opciones, por eso, aunque desde mi postura intente expresar las bondades de las cosas en las que creo, no querría imponérselas a nadie. Por eso, como ayer le decía a Ileana, ante una madre que me sugiere que dormir con los niños es malsano, ni siquiera la contesto. Me limito a sonreir y sigo mi camino.
La moraleja para mí: cada una tiene que hacer lo que le haga feliz a ella y a sus hijos :)
Otro abrazo!
Caro guapa muchos besos, estoy liada últimemente estudiando y hacía unas semanas que no entraba.
ResponderEliminarYo te comprendo perfectísimamente, ya lo sabes. Estuve a puntísimo de perderme la lactancia y prácticamente todo el tiempo he tenido que dar mixta, durante semanas estuve segura de que tendría que abandonar más pronto que tarde (por suerte y contra todo pronóstico sigo con la teta, con 2 bibes al día pero el resto teta y me doy con un canto en los dientes) así que entiendo tu desazón y esa sensación de que tú y Mateo os habéis perdido algo.
Por eso no te digo lo típico de "no pasa nada si con biberón se crían igual", a mi me daba mucha rabia que me lo dijeran porque yo tb sabía que NO es lo mismo.
Mucho ánimo, esa espinita siempre la tendrás ahi pero todos somos un cúmulo de experiencias y nada se vive en vano, estate segura de ello!!
muchos besos
Ana, princesa!
ResponderEliminarYa me imagino que estás liadilla. Te sigo, no creas, sé que andabas con más clases para los siguientes exámenes, verdad? :) ultimamente no participo mucho en el foro, tengo tantas pestañas del mozilla abiertas que no doy a basto... pero como siempre, os intento seguir.
Gracias por la comprensión y sobretodo! por no repetir la 'manida' frase. Y espero que imagines lo feliz que me hace cada mami y cada bebé que conozco que SÍ son y han sido capaces de disfrutar de ello, lo que claro, os incluye a vosotras dos :) y eso a pesar de las dificultades, verdad?
Un beso grande para Clarita y otro para su mamá, suerte con eso que en cuanto te quieras dar cuenta, te lo has quitado de encima ;)
Hola Caro, soy nueva por aquí pero no puedo evitar escribirte porque me siento taaaan identificada con este texto, con tu experiencia....es como si escribieras paso a paso mi historia y cómo me siento.
ResponderEliminarÁnimo!! Besos
Mamá de Olalla (precioso nombre que tenía en lista 'por si era niña!'),
ResponderEliminarBienvenida, y todas las veces que tú quieras :)
Gracias por tus ánimos, y si te sientes identificada con esta historia... mucho ánimo y un beso fuerte para ti también! Te los mereces ;)