lunes, 25 de abril de 2011

Propaganda misógina

“Misógino:

(Del gr. μισόγυνος).

1. adj. Que odia a las mujeres, manifiesta aversión hacia ellas o rehúye su trato. U. m. c. s. m.”

(Definición tomada de la RAE, ver aquí)

Entiendo por lo que explican las siglas que este adjetivo  se suele aplicar a las personas, fundamentalmente de sexo masculino. Aunque yo cada vez conozco más misóginas, la verdad. Quizá no odian a las mujeres, pero, de alguna manera, ‘odian’ SER mujeres, y todo lo que ello implica. Como a veces, también odiar a las mujeres que no odian ser mujeres, mofándose de ellas y ridiculizándolas. En mi opinión, no son nada más que víctimas de la sociedad patriarcal en la que vivimos.

Cuántas no conoceré, que hasta hace cuatro días YO MISMA también era una de ellas. Especialmente, cada vez que llegaba mi menstruación. ‘Dita, sea! ya está aquí esta mierda otra vez’.

No somos culpables de ello. Nos han enseñado, hemos aprendido a odiarnos como mujeres. Lo raro sería que no lo hiciéramos.

Es algo que ha convenido grandemente al sistema patriarcal desde sus comienzos. La naturaleza, fértil y gestante, de las mujeres pasó de ser sagrada a ser impura. Hubo un tiempo en el que  cabe pensar que la primera menstruación, como todas las demás, era un motivo de alegría, pues mostraban el buen funcionamiento cíclico y saludable de una mujer, y su capacidad de hacer crecer más vida.  Miles de años después, en nuestra sociedad, la menstruación se nos antoja cuando menos un engorro, un trámite mensual sucio, desagradable y doloroso por el que hay que pasar para poder tener hijos algún día. Y eso si es que una quiere tener hijos. Para la que no quiera, aún más drama, porque lo tiene que ‘sufrir’ igual.

Agh, qué rollo ser mujer, tener que pasar por este calvario todos los meses, y encima tener que parir, que a ver cuándo inventan algo para que también puedan parir ellos… ¿no os suena este discurso? ¿No lo habéis pronunciado alguna vez, u oído en otra bocas?

Y qué asco de cuerpo, que siempre está demasiado gordo o demasiado flaco, sus tetas demasiado pequeñas o demasiado grandes, el culo demasiado grande/plano/fofo/caído, que es que mira mis pistoleras, pues anda que mi barriga… en contadísimas ocasiones he escuchado este discurso en boca de un hombre. Ellos NO ODIAN su cuerpo. Nosotras lo hacemos desde pequeñitas. Y este odio es independiente del nivel de belleza que posee quien lo siente: hay mujeres consideradas bellísimas (en nuestro canon estético, en esta sociedad y este tiempo), que siguen odiando su cuerpo. Siempre hay alguna imperfección que pulir, siempre hay algo que controlar.

Hace poco, en una reunión de mujeres, yo dije que la actitud que teníamos frente al embarazo, al parto o a la lactancia, no eran casuales. Para mi, forma parte del mismo todo. En algún momento, las mujeres dejamos de maravillarnos por lo asombroso de nuestro cuerpo femenino, y de su capacidad creadora. Nuestra sociedad, nuestras familias… nos transmiten desde muy jóvenes que ser mujer es una pesada carga, y la absoluta necesidad del dolor que implica: el dolor de la menstruación, el dolor del parto, el dolor de la lactancia… la tradición judeocristiana de ganarse el paraíso mediante el sufrimiento no es fácil de sacudirse de un día para otro.

misoginia

Una de las cosas que recuerdo de la llegada, temprana, de mi primera menstruación, es el sentimiento de miedo, fundamentalmente por sentirme, de repente, responsable del deseo de otros. Me explico: como mi cuerpo ya se preparaba para estar listo para concebir, tenía que empezar a ser ‘cuidadosa’ con respecto a cómo me relacionaba con los hombres.  No era nada que se me dijera específicamente a mi, con palabras. Eran nociones que una atraía de las conversaciones pululantes. Acerca del indomable deseo de los hombres, que si no se sacia en casa busca afuera; de las chicas fáciles que se iban con cualquiera, y luego no eran respetadas por ningún hombre; del merecimiento de un abuso por la forma en la que una mujer va vestida… con la primera menstruación, en algunas familias, en algunas ocasiones, está la alegría por este ‘rito de paso’ hacia la madurez, pero casi siempre empañado por el miedo al sexo, a la deshonra por la libertad sexual de la joven, a los embarazos (deseados o no) antes del matrimonio. Esto ahora puede parecernos desfasado, aunque yo no lo creo, y es más, creo que aún ocurre.  En nuestra generación, y no digamos ya en las que nos anteceden, esto es fácil de constatar. No hace ni 30 años, a muchas jóvenes solteras se las echaba de casa por haberse ‘descarriado’, y eran repudiadas por sus familias. Y la expresión ‘casarse de penalti’ aún suena en muchas conversaciones hoy en día.

Los dolores inherentes a nuestra condición femenina tienen solución, no en todos los casos, pero sí en muchos. Pero preferimos no verlas ¿por qué? Pongo por ejemplo el dolor menstrual, que muchas veces se calma con reposo y un poco de calor. ¿Por qué no podemos permitirnos ese reposo en ese par de días o tres? ¿Por qué nuestro empeño en seguir esos días como si fueran ‘cualquier otro día’? Nos empeñamos en que la menstruación NO ALTERE nuestras vidas lineales, de la misma forma que luego tampoco queremos que lo haga la maternidad. No queremos que nada ni nadie nos obligue a ‘bajar el ritmo’. ¿Qué pretendemos demostrar? ¿A quién? ¿Para qué? Mi opinión es que, en la loca carrera por demostrar que somos tan buenas como un hombre (insistencia por demostrar lo que es obvio), tenemos que comportarnos como ellos. Ellos no tienen ciclos tal como los tenemos nosotras. Ellos no tienen menstruación. Pero nosotras tenemos que comportarnos como ellos. Ser igual de productivas. No demostrar debilidades pusilánimes en unos días del mes. Seguir con nuestra vida como si no pasara nada. Menospreciar nuestra naturaleza, afirmando que esos días ‘somos horrorosas’, ‘no hay quien nos trate’, o que ‘no somos nosotras mismas’.  Renegando en público y en privado de una condición que SUPUESTAMENTE nos coloca en inferioridad de condiciones. ¿De qué condiciones, me pregunto yo?

No, es más ‘cómodo’ enchufarse un par de ibuprofenos y seguir como si no pasara nada. Sé que habrá mujeres que dirán que yo lo veo todo muy fácil, pero que sus dolores son insoportables y que necesitan medicación sí o sí. Y por supuesto que yo no lo niego. Hay mujeres que tienen patologías asociadas a la menstruación, algunas muy graves y que no se solucionan sólo con, por ejempl0, reposo y calor. Pero somos muchísimas las mujeres que no tenemos patología alguna, y sin embargo, también nos duele. Y nadie se pregunta por qué. ¿Por qué duele? ¿Tiene que doler? ¿Le duele a todas las mujeres en el mundo? ¿Es normal que una función fisiológica más del cuerpo sea tan molesta? La digestión, la circulación, la respiración… la producción de esperma! no son dolorosas. ¿Por qué lo es la menstruación? ¿Acaso se trata de otra maldición divina a causa de nuestra pecadora Eva, a partir de la cual Dios decidió que pariríamos con dolor?

Hace tres meses me embarqué en una interesante propuesta de Mónica Felipe Larralde, amiga bloguera y compañera de tribu. Propone, como podéis ver vosotros mismos en ‘Estudio sobre el útero’, que el dolor de la menstruación y del parto, así como la dificultad en sentir placer en las relaciones sexuales, están asociados a la tensión de nuestro útero. La represión consciente e inconsciente con la que hemos crecido hace que nuestros úteros sean ‘rígidos’, y su trabajo, doloroso, por lo tanto. Nos proponía embarcarnos en un estudio acerca de cómo la relajación y la concienciación acerca de la existencia de este órgano tan importante de nuestro cuerpo, único en los cuerpos femeninos, puede ser clave en la desaparición/manejo del dolor y aumento del placer en los procesos en los que está involucrado (menstruación, relaciones sexuales, parto).

Hablo sólo en nombre de mi misma cuando digo que tengo que creer en esto porque lo he vivido en mis propias carnes. Llevo tres menstruaciones INDOLORAS desde que comencé a tomar parte en este estudio. O sea, todas. En el momento que el dolor ha querido ‘achuchar’ un poco, me he concentrado en relajar toda esa zona, y el dolor HA DESAPARECIDO. Yo no paro de decírselo a quien puedo, porque de tan sencillo que es, me parece flipante que no le demos una oportunidad a soluciones sencillas e inocuas como esta. Con respecto a cómo afecta al dolor del parto no puedo decir nada personalmente, pero hay varias embarazadas en el estudio cuyo testimonio espero con curiosidad. El condicionamiento positivo (‘sé que no tiene por qué doler’), la relajación y la concienciación SIRVEN para evitar el dolor, o para disminuirlo. Y con respecto al placer sexual, también puedo concluir con alegría que sí, efectivamente es cierto: aumenta. Bueno, no sé si aumenta, o mejora, o las dos cosas a la vez :)

¿Qué tal si pienso que el parto tampoco me tiene por qué doler, y la misma ‘técnica’ me sirve para capear las contracciones? Eso no quiere decir que no me vaya a doler (no soy adivina, una pena), pero quizá sirva para que me duela infinitamente menos, y no tener que recurrir a la analgesia epidural. Que está bien si es absolutamente necesaria, como el ibuprofeno en la menstruación, pero ¿si no lo es? ¿qué necesidad hay de interferir con más química exógena? Aquí no encontrareis una condena de la anestesia epidural. Yo fui una usuaria, reticente, a la que si bien no le sirvió de mucho, porque sólo conseguí alrededor de entre media hora y una hora de alivio total, recibí un efecto secundario contrario al que yo esperaba, y muy positivo. Yo temía que la anestesia ralentizara el parto (pues es un conocido efecto secundario de la misma), y sin embargo, ese poco alivio que me dio, me sirvió para volver a ‘ponerlo en marcha’, pues llevaba estancado desde que entré por la puerta del hospital (ninguna sorpresa). Sin necesidad de oxitocina externa.  Eso sí, al poco tiempo, sentía absolutamente todo en el lado izquierdo, el derecho se me había dormido por completo. Tanto que no sentía ni la pierna. Me tuvieron que subir a la camilla para trasladarme a paritorio. Y jamás sentí ganas de empujar para que naciera mi hijo. Me dijeron que empujara cuando sintiera el dolor de una contracción, y eso me limité a hacer.

¿Volvería a usar la anestesia epidural en un parto? Pues, si pudiera evitarlo, desde luego que no. Por la misma razón que si puedo evitar chutarme ibuprofenos (o la medicación que sea), no lo hago. Primero prefiero probar todos los medios no agresivos que me proporciona mi cuerpo y mi entorno, y ya después, si no soy capaz, por la razón que sea, pues adelante. No son ganas de hacerse la mártir, ni la valiente, ni la natural, ni nada. Es sencillamente confiar en mi cuerpo y ‘gastar’ todos mis cartuchos antes de recurrir a otra cosa. Son ya demasiadas las mujeres que conozco que han parido sin necesidad de anestesia. No porque no la hubiera disponible, sino por decisión propia. NO son masocas, y NO intentan demostrar nada. Sencillamente han apostado por ‘sus propios recursos’, sabiendo que, al contrario de lo esgrimido por tantísima gente a la hora de referirse al dolor del parto, ‘NO, no es como un dolor de muelas’. Yo tampoco me sacaría una muela sin anestesia. Ni dejaría que me hicieran una cesárea sin anestesia. Pero sí creo que la anestesia no es absolutamente necesaria para parir, en las condiciones adecuadas. Y dicho esto, creo que tan respetable es que una mujer quiera hacer uso de ella como que no quiera hacerlo. A mi lo único que me gustaría es que las mujeres, como en todo, tuviéramos toda la información en la mano, y decidiéramos conscientemente.

Voy concluyendo: la propaganda misógina DUELE. Pensar que ser mujer es una maldición, o una cagada, DUELE. Minusvalorar y despreciar nuestro cuerpo de mujer, DUELE. Yo paso de que me duela nada más :) y me propongo firmemente poner de mi parte para romper esta cadena, empezando por mi misma. ¿Alguien más se apunta?

Imagen:

http://www.decrecimiento.info/2009/03/sobre-la-misoginia.html

29 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu post. Es un tema al que llevo dándole vueltas desde hace un tiempo. Es como si la maternidad hubiese hecho caer una venda de mis ojos y me haya hecho cuestionar tantas ideas, actitudes que tenía totalmente asumidas sin plantearme nada más. Creo que ser madre me está ayudando a encontrarme conmigo misma, a vivir mi feminidad de otro modo y quererme más. Yo tampoco creo que todo lo que tiene que ver con nuestro ciclo sexual sea doloroso y estoy dispuesta a intentarlo. Total no tengo nada que perder y todo por ganar.

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  2. ¡Apuntada! Desde YA.

    Llevo ya un tiempo que he decidido no callarme cuando noto una actitud misógina o ese tonillo paternalista o criticón que escuece, no perdón, jode tanto. Antes me callaba, lo dejaba pasar, total, no me lo dicen a mi, no va conmigo. Pues SÍ va conmigo, leches. Ya no me callo, de buenas, con buen rollito, pero las casco, no me guardo mi opinión dentro, oye, y me quedo de un a gusto. Ya te digo, apuntada quedo para romper lo que haga falta (me has pillado en etapa guerrera, educada, pero guerrera)

    Me enteré del estudio en su momento pero no podía seguirlo en condiciones (soy monofásica y tengo otra cosa muy gorda en el coco que no me deja hueco para nada @_^) pero se me quedó la copla en el coco. Y desde entonces he empezado a ser consciente de mi útero. Antes ya era consciente de él pero sólo en plan observadora, me dolía y me decía que era la ovulación o que quedaba poco para estar “mala” … Ahora he pasado a la acción y me he dado cuenta que esos dolores son debidos a que estoy apretando tooodos los músculos que encuentro a mi paso. Por eso de pasar a la acción descubrí un arma secreta: intento relajarme todo lo que puedo y ¡voilá! deja de dolerme suavemente. Es una gozada ¿verdad?

    No sé qué me mola más, si que me deje de doler o esa sensación de haber entendido y haber aprendido que se me ha quedado. Y esto sin haber parido, que, por lo que leo y veo en muchas de vosotras, te hace adquirir superpoderes, jejeje. Por cierto, también mola mucho la sensación de que somos muchas y no somos un perro verde.

    Últimamente me repito cuando te comento, pero me bullía también este tema en la cabeza y las tripas y lo has expresado con meridiana claridad, maripuri. Ea.

    Besos, muchos y variados. MUA

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  3. Hola! Es la primera vez que te escribo, y quiero decirte que me encanta tu blog.
    Yo había leido en el blog de Monica este tema del estudio del útero y me pareció muy interesante, hubo un dia que hice algunos ejercicios pero después siempre estaba ocupada con otras cosas y me olvidaba de hacerlos. Pero pienso retomar el tema... Desde que soy mamá ( tengo una hija de 2 años y medio de la que estoy enamoradísima) la cabeza me cambió completamente, empecé a conocerme a mi misma, a confiar en mi cuerpo, en definitiva a descubrirme. Una vez leí una frase " Cuando somos madres comenzamos a nacer..." y siento que esa frase me define por completo. Antes no le hubiese dado demasiado importancia a este tema pero desde que soy mamá es como si se hubiese despertado algo en mi interior que desconocía.
    Así que como decis en el final de tu post, yo me apunto!!
    Besos, Lauri

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  4. Hola :) Es la primera vez que comento. Siempre me parecen interesantes tus posts. Esta vez me he decidido a comentar porque yo también estoy embarcada en el proyecto de Mónica, y aunque sólo he tenido una menstruación desde que hemos empezado (mis menstruaciones van como cada dos meses), también fue prácticamente indolora, y desde luego noto la diferencia en muchos otros aspectos, me parece increíble que hasta ahora no haya tenido ninguna conciencia del útero...

    Sobre los partos, en teoría hay mujeres que han parido entre orgasmos, así que supongo que es posible otra forma que la generalizada hoy en día xD

    Un abrazo! :)

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  5. Como siempre, me ha encantado tu entrada.

    Pienso que la mentalización positiva ayuda y mucho, a combatir la enfermedad si existe, a disminuir o quitar el dolor... Aunque tengo dudas de hasta qué punto es eficaz en según qué cosas. Hace tiempo leí Usted puede sanar su vida, de Louise L. Hay, no sé si lo conoces. Ella propone que todas las enfermedades tienen un origen interno psicológico y que combatiendo estos sentimiento se pueden curar cosas como el cáncer. Bueno, a mi esto ya me parece una auténtica pasada pero que una buena mentalización ayuda y mucho, desde luego que sí.

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  6. Hola a mamá contracorriente:
    Una observación con respecto al fin de dolor en la menstruaciones. No se trata de una buena mentalización (no tengo nada en contra de la mentalización, que conste). Pero la técnica que narra Caro se trata de la relajación de un grupo de músculos presentes en el cuerpo humano: el útero (que es eminentemente masa muscular). Nos duele porque físicamente nuestros músculos están tensos y cuando se relajan dejan de dolernos. Igual que pasa con los músculos de la espalda o el cuello, que nos duelen si están contraídos o tensos durante mucho tiempo.
    El origen de las tensiones en el útero puede ser atribuido a la educación, la represión sexual, las posturas socialmente aceptadas, bloqueos emocionales (exactamente igual que nos pasa con los músculos de la espalda o el plexo solar...)
    Un abrazo a todas.

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  7. Hola Mónica, pero, ¿cómo se relajan los músculos del útero? Al leerlo he pensado que se harían con técnicas de relajación, concentración, meditación... porque yo desde luego no soy consciente de tener el útero de ninguna forma, no sé si me explico. Si para relajar el cuello tengo que pensar en relajarlo y mentalizarme, supongo que para el útero igual, ¿es así?.

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  8. Me ha encantado, me ha dado mucho que pensar y estoy totalmente de acuerdo contigo. Gracias.

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  9. Hala, gracias a todas vosotras, chicas!!

    Muy bienvenidas a las que comentais por primera vez, además :)

    Mousikh, es genial, de veras, ver que hay muchas mujeres, unas con la 'excusa' de la maternidad y otras sin ella, que se lanzan a darle la vuelta a esta tortilla :)))) y las que aún no han sido madres, quizá aún de forma más afortunada, porque yo creo que este cambio os ayudará a vivir la experiencia del embarazo y parto de una forma muy diferente. Más positiva y mejor.

    Jejeje tocaya, así que en etapa guerrera eh? a ver si va a ser cosa del nombre! xD Me quedo con esta frase tuya "No sé qué me mola más, si que me deje de doler o esa sensación de haber entendido y haber aprendido que se me ha quedado" Eso mismito lo he pensado yo! :)

    Lauri, a ver si te animas y encuentras el huequito. Yo al principio pensé que no lo lograría porque soy muy desorganizada; al principio lo hacía porque me había comprometido y me sabía mal no cumplir. Pero en cuanto comencé a sentirme 'guay', y encontré mi momento ideal (recién dormido Mateo su siesta), sólo lo he perdonado en fines de semana o días muy chunguis de bajón por lo que fuera.

    Ole, Cristina! eso es: si algunas paren entre orgasmos, y otras sin apenas dolor, no podemos conformarnos con el 'factor suerte' ¿a que no? ;)

    Mama contra Corriente, pero ten en cuenta que, para empezar, la menstruación no es una enfermedad :)))) no se trata de tener una actitud positiva ante algo 'malo', sino de ser consciente de la presencia de un órgano, ser consciente de su función, conectar con él, aprender a relajarlo (no deja de ser un músculo). La relajación se hace mediante una audición que lleva a una relajación muscular guiada, general del cuerpo, y particular hacia el útero. De veras que te animo a probarlo :)

    María, me alegro mucho si te ha dado que pensar. Vosotras también me lo dais a mi con vuestras aportaciones, así que es recíproco :)

    Por cierto, hoy que lo he visto en FB, aprovecho para agregar que después de hacer la relajación muchos días aprovecho para hacer ejercicios de Kegel. Importantísimos!!! unos poquitos, un ratillo na'más, pero unos poquitos todos los días, hacen su efecto poco a poco. Y vaya que si se nota :)

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  10. Ay, Mama contra corriente, se me olvidaba lo que decías de Louise L. Hay: aún no he leído nada de ella, pero he oído hablar por ella justo por el tema que tu dices. Como no soy de ciencias, no tengo todos los datos tampoco, me cuesta creer que todas todas las enfermedades del mundo puedan ser achacables a un factor psicológico o emocional. Pero veo la relación claramente en algunas, en otras tendrían que explicármela. Aunque estoy abierta a creer, porque creo que todo en nuestro cuerpo físico está atravesado por las emociones.

    Acerca del dolor de la menstruación, o del parto, estoy con la teoría del 'condicionamiento negativo': como crecemos absolutamente convencidas de que nos va a doler (es lo que cuentan nuestras madres, nuestras abuelas, nuestras amigas, nuestras vecinas, el cine, la televisión, la literatura...), nos duele. Como creemos que nos va a doler, tenemos todo nuestro cuerpo 'en guardia' para defenderse, agarrotado. El miedo, y el agarrotamiento, tienen gran parte de culpa en el dolor de la menstruación y del parto.

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  11. Creo que no estoy totalmente de acuerdo contigo. A mi madre le dolía mucho la regla y en cambio a mi, salvo momentos muy puntuales, no me duele absolutamente nada. Mi madre tuvo un embarazo estupendo, un parto del que casi ni se enteró, lo mismo mis abuelas, y yo tuve un embarazo de mierda. Así que no sé...

    En cuanto al libro que te digo, yo te lo recomiendo muchísimo aunque no crea en la totalidad de su contenido. Es un libro de esos que yo considero inspirador. Al final del libro pone una lista de enfermedades y cuál es su origen y, bueno, algunas cosas resultan curiosas, pero yo no lo comparto.

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  12. Siempre he creído que todas esas dolencias "propias" de la mujer, son cuestiones meramente sociales, que luego (desde hace generaciones) se tornan psicológicas y entonces vienen a dar al traste con todo. Así que es lindo encontrarte y ver que en otros lares hay quien comparte.

    Yo quiero creer que el maravilloso embarazo que tuve (sin ninguna molestia) se debe a la aceptación de mi condición femenina y de madre. El trabajo de parto comenzó el miércoles, muy temprano, y terminó el jueves también muy temprano, pero el "dolor" comenzó, en realidad, muy cerca del parto... decidí no usar ningún analgésico, ni quise que me hicieran episiotomía. La nena nació en la camilla, y se abrió paso ella sola (con todo y el desgarro que pueden imaginarse). Pero sigo creyendo que no sentí EL dolor.

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  13. Hola, me apunto con gusto desde ya!!!!!

    Muchas felicidades por tú espacio, y la entrada me parece muy acertada, y coincido con mucho de lo que dices, gracias por poner en palabras los pensamientos de muchas!!! Sabes? conocí la maravillosa iniciativa de Monica, pero aún no he realizado los ejercicios, es algo que me debo y quiero hacer, así que debo empezar cuánto antes!!!!
    Besotes!!!

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  14. Pero lo que nos influye con respecto a lo que aprendemos del dolor de la menstruación y el parto no lo tomamos sólo de las experiencias de nuestras madres o abuelas, MamáCC. No es algo que tengamos que 'heredar' o 'repetir', no sé si me explico. La cuestión es que, independientemente de nuestra experiencia individual, todo el mundo asume/asumimos que la menstruación es un proceso molesto, y a veces doloroso, o muy doloroso. Igual que el parto. Puede que a ti no te duela, a mi de hecho tampoco me han dolido demasiado: pero mi 'creencia' es que sí duele. Porque las mujeres con las que he convivido a lo largo de mi vida, no sólo de mi familia, sino amigas, vecinas, conocidas, etc, lo han sentido así. Unas más y otras menos. Unas lo pasaban como yo, y otras se pasaban dos días en cama (faltando a clase o a trabajar), hinchadas a calmantes... y el estereotipo 'cultural' de la menstruación es el de que es algo molesto, que hay que intentar hacer como si no existiera, la mala fama de la mujer menstruante, que es como una hydra, en fin... a todo eso me refiero.

    El condicionamiento cultural del dolor del parto: me es difícil recordar una sóla escena de cine o televisión dónde en un parto no hubiera gritos, sangre, prisas y mucha histeria. Todas esas escenas que hemos visto durante años tienen un peso innegable en nuestra concepción de lo que es un parto. Yo no he visto partos en el cine y la tv como los partos serenos que he visto desde que tengo verdadera inquietud por saber cómo es un parto :)

    No sé si entiende lo que quiero decir o lo estoy liando más.

    Ketzalli, bienvenida, y déjame decirte que es la primera vez que 'leo' tu nombre, y me encanta. A mi también me gusta mucho conocer que hay mujeres con gratísimas experiencias como la tuya, y que además 'dan la clave': "Yo quiero creer que el maravilloso embarazo que tuve (sin ninguna molestia) se debe a la aceptación de mi condición femenina y de madre". Cada día estoy más convencida de que mi horrible experiencia en el embarazo y el fracaso de la lactancia tuvieron mucho que ver con estar al lado opuesto de donde estabas tú. He empezado por 'sanar' mi menstruación, pero aún me queda un largo camino...

    Esther, Martha, gracias!! pues Martha, te digo como a Lauri, busca tu momento y dale un intentón, que no te vas a arrepentir :)

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  15. Creo que sí te he entendido y en parte estoy de acuerdo contigo. En realidad, creo que depende de lo condicionada que una esté por todas las influencias externas, quizá es que yo he ido siempre a mi bola.

    En lo que desde luego no estoy de acuerdo es en la frase de Ketzalli y tampoco con que tu estés de acuerdo. Yo tuve un embarazo malísimo y, en fin, me gustaría que se me explicara desde esa concepción qué es lo que yo no aceptaba de mi condición femenina. Me pasé 10 años de mi vida soñando con ser madre, era lo que más ansiaba en la vida, acogí mi positivo de embarazo con toda la ilusión del mundo, vivía por y para ese bebé que se estaba gestando... y, aún así, fue una auténtica mierda. Así que no, no estoy de acuerdo para nada.

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  16. Mama CC: me alegra también oir lo de que quizás es que siempre has ido a tu bola. Eso te habrá librado de muchos condicionantes, desde luego :)

    Quizá las implicaciones de la frase de Ketzalli no nos afecten a todas, y desde luego, no a todas por igual. No puedo hablar de tu caso, porque no lo 'he vivido'. He vivido el mío. Y cuando digo lo que digo, sólo hablo por mi, de veras. Llevo mucho tiempo indagando, leyendo sobre la hiperemesis, cuestionándome muchísimas cosas, mirándome hacia dentro, haciéndome preguntas muy complicadas, reconociendo cosas muy feas... y es algo que aún no he resuelto del todo y no puedo compartir con los demás hasta que yo no lo haya masticado y aceptado, pero cada vez tengo más sospechas. Al principio también me negaba en redondo a aceptar la explicación de 'es psicológico'. Pero porque lo 'psicológico' sólo venía explicado como 'rechazo del embarazo', o 'rechazo del bebé'. Y como a ti, no me casaba en absoluto, porque era un bebé buscadísimo, deseadísimo ... yo no rechazaba a mi hijo, pero cada vez acepto más la idea de que lo que estaba en conflicto no era mi maternidad, sino mi feminidad, con la que siempre he tenido problemas. Y no es sino ahora, después de ser madre, que comienzo a resolver alguno de ellos poco a poco...

    Ya te digo que es algo de lo que me cuesta hablar en voz alta porque, como lo que estamos hablando a raíz de esta entrada, DUELE. Pero justamente porque DUELE, sé que estoy acercándome a la verdad. O al menos, a parte de ella...

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  17. Estoooo, no he podido evitar “escuchar” vuestra conversación mamacc y Caro y me voy a meter (jejeje, como si fuéramos en el bus).

    Entiendo lo que dices mamácc pero tú misma te das la clave: estuviste soñando con ser madre y después viviendo por y para el embarazo. Es decir, obsesionada con todo éllo. Y te lo digo porque te entiendo perfectamente: desde pequeña he tenido reglas de morirse, largas y dolorosas a rabiar, he tomado anticonceptivos muuuchos años, y cuando decidí (¡ja!) quedarme embarazada, no había manera; llevo 12 años con tratamientos de fertilidad, operaciones varias, dolores diversos, físicos y psíquicos. Todo muy doloroso hasta que he decidido parar, ya no dejo que me duela más, ni lo físico ni lo psíquico; me preocupo, aprendo, actúo, pienso en éllo pero ya no me duele, al menos lo físico. No digo que sea fácil, que no lo es, me lo he currado y mucho, picando de aquí y de allá.

    Seguro que quien entienda de esto se echará las manos a la cabeza porque diré alguna burrada: en algún sitio leí que cuando mentalmente estás jodida tu cuerpo está en un estado químico y físico acorde a éllo. Pero si buscas un estado químico de tranquilidad, tu cerebro también lo estará. Vamos, la eterna pregunta del huevo y la gallina. Al principio no te sale, pero hay un día concreto que sí, que te relajas, sigues intentándolo y cada día funciona mejor. Y ahí estamos. Sigo llorando con cada negativo pero ya no duele. Y no es un contrasentido.

    Creo que es la primera vez que “cuento” todo esto en alto… espero que te haya servido, solete.

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  18. Gracias, Caro, desde luego que a mi sí me sirve... me da alegría que podamos compartir tantas cosas ya no sólo muy importantes sino también muy muy íntimas. Soy consciente de que estas cosas de las que hablamos no se hablan con cualquiera (a veces ni de reconocerse a uno mismo), y son mucho más fáciles de articular cara a cara y en petit comité. Algunas, como bien dices, duelen mucho, en muchos aspectos. Lo único que espero es que si lo hacemos, si lo compartimos aquí, consigamos ver algo más de lo que ya vemos y no nos haga un daño mayor del que ya sentimos.

    Y qué va, no es un contrasentido, efectivamente: se puede llorar por cosas que ya no duelen, o que están dejando de doler. Hay cosas que están muy adentro.

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  19. Es que el dolor es la CONSECUENCIA y no la causa de que odiemos ser mujeres.

    Como odiamos ser mujeres, como odiamos nuestro cuerpo, que es ODIARNOS A NOSOTRAS MISMAS (autoestima por los suelos, en un sistema social construido a la medida de los hombres), por eso nos "duele" la feminidad. Poéticamente, pero también físicamente. Por eso duele la menstruación, y por eso duele el parto, fijate que la Biblia ya lo asoció a la dominación masculina.

    La tensión, la dominación, el miedo, la baja autoestima se somatiza en nuestros cuerpos. POr eso mujeres relajadas, conectadas consigo mismas, y en el ambiente adecuado, pueden conseguir partos orgásmicos o sin apenas dolor.

    La relación entre el cuerpo y la mente, va en un nivel de conciencia que no se le puede explicar a nadie, uno sólo lo ve, cuando le toca, porque precisamente cualquier EXPLICACIÓN (verbal) está en el nivel racional, es como intentar explicarle la tercera dimensión a alguien que solo vive en dos dimensiones.

    Carl Sagan lo demostró con un experimento que siempre pongo de ejemplo porque es genial: Si tú fueras un punto en una hoja de papel, que sólo vives en dos dimensiones (no concibes la altura, solo el ancho y el largo, solo te puedes mover a través del papel), y yo dejo caer una mancha de tinta sobre el papel ¿de dónde creerías que viene la mancha?

    Pues eso mismo pasa con la comprensión de la relación cuerpo/mente. Es una nueva "dimensión" y solo se capta cuando el individuo está preparado, no se puede explicar en libros ni demostrar con los métodos científicos actuales. Aunque es experimental (millones de personas la han experimentado). Eso lo explica muy bien Ken Wilber en Los Tres Ojos del Conocimiento.

    Pero cada vez, hay más puntos para tirar del hilo: la lactancia materna, la maternidad, la femineidad, la salud, la educación... no pueden mejorarse ni entenderse ya si no es tirando del hilo hacia arriba.

    Además del libro de Louise Hay recomiendo la lectura del de Christiane Northrup, que tú también has leído Caro, mucho más extenso y mejor explicado, aunque la base de la que parte Louise Hay es correcta (no sé ya su terapia).

    Besos!!!

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  20. Hola Ileana
    Pues sí, cuesta mucho ponerle palabras a este tipo de cosas y por eso entiendo a mamácc, porque yo estaba en su posición y era reacia a pensar que algunas cosas sólo pueden entenderse desde la propia experiencia y en el momento en que uno está dispuesto a éllo. Cuesta mucho mirarse dentro con total sinceridad; a veces no nos gusta lo que vemos o nos cuesta perdonarnos ciertas actitudes.

    En fin, gracias, me has dado pistas para seguir tirando del hilo: he cotilleado un video de Wilber y ya cotillearé del resto.

    Gracias Caro ^_^
    Besos y achuchones a todas. MUA

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  21. Tengo la impresión de que esta es de la clase de conversación que habría que seguir en persona porque por escrito no nos estamos entendiendo.

    Yo no tengo ningún problema en mirarme por dentro con total sinceridad. De hecho, no es por echarme flores, pero creo que poquitas personas tan sinceras consigo mismas os vais a encontrar por ahí. Y no estoy para nada en contra en seguir haciendo introspección pero, la verdad, no sé qué participación pude haber tenido yo en haber pillado una neumonía o en que surgiera la gripe A y empezaran a morir embarazadas asmáticas.

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  22. Aissssss, pues sí, mierda pa las limitaciones del medio escrito...

    Lo primero, estamos mezclando cosas. Empezamos hablando por lo que implica la mente (las creencias) y las emociones sobre nuestro sistema femenino. Por ahí venía el post. Yo postulaba la idea de que muchos dolores pueden acharcarse al sentimiento de disgusto (o rechazo abierto, u odio) a la propia condición femenina. Yo me he puesto a MI misma como ejemplo, con respecto a MI embarazo y con unas hipótesis que sólo sospecho y no tengo ninguna forma de demostrar. Es sólo una corazonada, algo que intuyo, a raiz de varias cosas que he leído.

    Y de cómo influye la mente y las emociones sobre lo femenino hemos pasado a hablar sobre cómo influyen la mente y las emociones en todo el resto del cuerpo, claro. Y a debatir si estos u aquellos teóricos (Hay, Northrup) pueden tener razón, y las cosas que proponen que no llegamos a ver claras (sobre origen de enfermedad, sobre todo).

    MamaCC, LaCaro entrará y ella te dirá mejor, pero yo no creo que haya querido insinuar que tengas problemas en mirarte por dentro con total sinceridad. Sino que esto es un proceso, muy muy personal, y que cada uno hace cuando le llega su momento, ni antes ni después. Y no es por falta de sinceridad con uno mismo, a veces sí, pero muchas veces es porque aún no hemos asumido un conocimiento que necesitamos para dar ese paso. Por ejemplo, yo antes tampoco veía la relación entre el estado de ánimo y las infecciones. Yo me decía 'qué pasa, que cuando uno está bien no se enferma? si hay virus o bacterias chungas por ahí las cogerás igual'. Pero la teoría dice que cuando el estado anímico es bueno, uno es más fuerte frente a esos ataques de bichitos. No afectan a todo el mundo, y no afectan a todo el mundo por igual. Y manejamos muchas variables: estado general de las defensas y estado anímico concreto. El embarazo es un estado natural en el que la inmunidad está naturalmente más baja, independientemente del estado de ánimo, por ejemplo. Yo, haciendo repaso de los episodios más graves que podía recordar en un período de unos diez años, mis peores infecciones 'coincidieron' con momentos emocionales chunguísimos. Pero ¿ves? yo sólo te puedo hablar de mí, de lo que conozco. No puedo hablar por tí. Yo no puedo aventurar que tú pillaras aquella neumonía en el embarazo porque estuvieras baja de defensas por tu estado de ánimo. Bueno, sí, podría aventurarlo, pero en último caso la única que lo sabes eres tú. Y si es que no, y tu estado emocional era bueno, pues entonces sería una coincidencia, que también las habrá, o consecuencia de inmunidad más flojita que se tiene en el embarazo.

    Sobre el origen del asma, también hay lo suyo... no he leído en profundidad, pero sí algo, e intenté hacer la relación, puesto que yo también fui asmática de pequeña. Seguramente Louise Hay en ese libro dirá algo también, no?

    De que surgiera la gripe A, yo tampoco veo tu participación :) pero el miedo a enfermar no es igual en todo el mundo. Puede que a ti ese miedo te afectara muchísimo, y a otra embarazada le afectara un poco menos, y a otra no le afectara nada. Sé que es difícil de creer que a una persona.

    Y acabo, que me enrollo como las persianas: no es obligatorio que aquí, fisicamente, en mi blog y en este post, hagamos introspección de nada, ni desnudemos nuestra alma. Si alguien lo siente y quiere hacerlo porque cree que compartiéndolo se siente mejor y puede ayudar a alguien, es muy bienevenido. Pero no se trata de que nos juzguemos unas a otras, ni de una competición a ver quien tiene un nivel mayor de consciencia. Confío en que, como quienes nos decimos esto unas a otras, tenemos una buena relación (desgraciadamente, sólo virtual :S) y nos nos presuponemos mala baba, no haya lugar a malos entendidos :)

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  23. Dejé sin terminar esta frase (la multitarea y la falta de sueño, sic)
    "Sé que es difícil de creer que a una persona no le pueda afectar ese miedo, por ejemplo, a una embarazada en tus circunstancias (asma, gripe A). Pero estoy segura de que así es, porque habrá quien sintiera una leve preocupación, porque general nunca tienen miedo de enfermar, y entonces tampoco, y habrá quien no quiera ni salir de casa para evitar cualquier contagio."

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  24. Jolín, pues no quería yo liarla: eso me pasa por no usar el punto y aparte, caray. Eran dos pensamientos no directamente relacionados y desde luego que hablo del proceso por el que yo estoy pasando. Reescribo el párrafo.

    “Pues sí, cuesta mucho ponerle palabras a este tipo de cosas y por eso entiendo a mamácc, porque yo estaba en su posición y (lo que a mi me pasaba es que) era reacia a pensar que algunas cosas sólo pueden entenderse desde la propia experiencia y en el momento en que uno (o sea, yo; sin pretender generalizar) está dispuesto a éllo (o preparada, como dice Caro).

    Cuesta mucho mirarse dentro con total sinceridad (a mi me ha costado muchísimo reconocer ciertos sentimientos que he ido intuyendo y finalmente descubriendo en mi proceso); a veces no nos gusta lo que vemos o nos cuesta perdonarnos ciertas actitudes (a mi me ha costado perdonarme muchas cosas)”.


    Mira que es difícil explicarse por escrito sin usar manos, gestos, expresiones y entonaciones que uno usa cuando habla ¿verdad?: supongo que nos pasa a muchas. Bueno, a Saramago no le pasaba, ni a Cervantes, creo.

    He intentado contar mi proceso, mi experiencia, me ha apetecido porque la conversación me ha dado cancha para éllo pero reconozco que lo he contado un poco atropelladamente porque hacía tiempo que no sacaba este tema “a orear”; por incomprensión del que tenía delante, por no ser el momento o porque no podía yo, pero no es un tema del que hable con facilidad. Ya no solo el tema de las fecundaciones sino el de introspección, que no todo el mundo entiende. Amigas-amiguísimas que te miran como a un bicho raro porque no entienden que le des tantas vueltas, que te hagas en alto ciertas preguntas que solo generan un silencio que no sabes si interpretar como “pero de que está hablando ésta” o como “madre, está volviéndose tarumba”. Al final, dejas de hablar, dices que todo va bien, pero tu sigues ahí, dándole vueltas, intuyendo e investigando… hasta que descubres en la red que muchas estamos en un proceso parecido, unos pasos por delante o por detrás, pero en el mismo camino.

    Y a mi me ha dado una alegría este descubrimiento, porque ya no me siento un bicho raro, ni sola. Y si a veces no se entiende lo que digo, es normal, también me pasa en persona, hablo mucho y muy deprisa, y me atropello e hilo cosas en el coco que no conecto en la conversación. Pero no juzgo (por no hacerlo, ni a mi misma) y no chincho (y si lo hago, se me notará, lo juro)… ¡ah, tampoco pego porque no se pega! @_^

    Besicos y achuchones. MUA

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  25. Me da rabia que este debate se haya producido justo esta semana porque tengo mil cosas a la vez y ahora mismo estoy con los plomos tan fundidos que no puedo seguirlo, me siento agotada!!!.

    Por resumir mucho... a mi la introspección me encanta. Así que genial hacerla aquí. La practico mucho jajaja, la practico tanto que creo que es uno de los grandes motivos por los que me siento tan cansada a veces y duermo tan poco por la noche.

    Ahora bien, me debe quedar mucho camino por recorrer porque yo soy de las que somatiza que da gusto.

    Y con esto no sé si he contestado a mucho o poco de lo que me habéis dicho, pero "no doy pa más".

    Besos.

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  26. A mucho!!! :))) y ahora descansa un montón, que aquí te espero cuando tengas un ratito para divagar de lo que nos apetezca :)))

    Besos a todas, de veras que os agradezco las ganas, el tiempo, vuestros sentimientos... todo.

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  27. Como llego tan tarde al debate...
    Sólo felicitaros esta vez a todas, no sólo a Caro por su magnífico escrito (yo también me apuntaría... pero me queda camino por recorrer... y complejos que pulir). Felicitaros por vuestra valentía, por abrir vuestros corazones y agraderos lo que compartís , que me hace aprender mucho. Besos.

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  28. Gracias por la entrada. Tienes más razón que una santa. Opiniones como la tuya son las que nos ayudan a repensar las cosas. He llegado a tu blog desde el de Alejandra, primero me ha llamado la atención porque mi hijo también se llama Mateo. Pero luego me he enganchado a tus entradas (realmente buenas). Yo soy nueva en esta aventura del blog,pero sin duda me pasaré por aquí muy amenudo.
    Un saludo

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