Voy conduciendo por la A-49. Es un sábado soleadísimo de invierno, por fin. Aún me dura el último resfriado, y un molestillo dolor en la lumbar me jode y me alivia en la misma cantidad, pues ha sido una laaaarga semana esperando esta menstruación. Se me han juntado los mocos con la mega retención de líquidos y la paranoia ante un retraso que tenía de poco peligro a ninguno. Lo que viene siendo ‘una semana xunga’, vamos.
Decido poner algo de música, porque no hay Dios que encuentre la Kiss y que dure en ese trayecto. Y se me ocurre que Victor Manuel, y le digo a mi marido ‘pero las canciones nuevas’ (yo como previendo/intuyendo que el mal pudiera ser menor…).
Al momento, mi cabeza se evade. Hoy todo está bien. El resfriado remite, mi regla ya está aquí, todo está bien. Hace frío, han sido un par de meses jodidos con la mudanza, pero todo va a ir a mejor. Y ah! cuando llegue el verano, y el calor cordobéh azuce, huiremos.
‘Este año nos vamos de vacaciones a Asturias’. Decido y sentencio, todo a la misma vez.
Desde que nació Mateo he querido ir, y no hemos encontrado la ocasión. Echo mucho de menos mi tierra. Y ahora que estoy aún más lejos, me gustaría ir por más días que una visita relámpago. Me imagino en ese apartamento, no sé cuál ni dónde, cerca de la playa, me da igual que llueva, seguramente en agosto incluso será lo que vaya buscando. Si quisiera calor, me quedaría en Córdoba. Ah, también recuerdo una casa rural preciosa, dónde era… y me pongo a soñar.
Los primeros compases empiezan a ponerme en guardia, está a punto de ocurrir.
Empiezo a sentir un nudo en la garganta, y se me empiezan a empañar los ojos. Mierda, no, que voy conduciendo. No puedo evitarlo. De repente, pienso ¿y si para agosto estuviera embarazada otra vez? Ya no habría playa, no habría campo, no habría Asturias, ni nada. Quizá haya que pasar ese mes encerrada en casa, escapando a todos los olores, invirtiendo el tiempo libre de papá en cuidarme, de nuevo. Las lágrimas se escapan sin que pueda hacer nada.
Estoy aterrorizada, y a la vez, me muero de felicidad. Por muy hondo que quiera enterrarlo, mi deseo de ser madre de nuevo está ahí. Pero desde que hablé aquí de la hiperemesis, y he seguido leyendo e investigando, cada vez más he dejado de tener tan claro que quiera embarcarme en esto otra vez. Quiero, pero me da pánico. No tanto ya del sufrimiento físico en sí, que también, pero me da pánico por mi otro hijo, el que está aquí, por la incertidumbre de no saber si estaré en condiciones de cuidarle. Miedo de la soledad, de no saber a quién recurrir por ayuda (que sin duda tendrá que ser pagada). Miedo a que mi hijo me vea ‘así’, a no poder atenderle, a que no entienda qué me pasa, a que no sabe expresarse todavía, qué pensará si no tengo fuerzas para cogerle en brazos, o no puedo bajar al parque con él, cómo nos apañaríamos si tuviese que volver a estar ingresada en el hospital.
Se me siguen cayendo las lágrimas mientras escribo esto, pero sigo, porque lo necesito y porque sé que me va a ayudar (mira, pincha aquí)
Había puesta una ilusión en comenzar esta búsqueda justo estas navidades, por si sonaba la flauta de la super puntería y teníamos bebé de otoño… pero cuanto más se acercaba la fecha de las prácticas de tiro, menos claro lo veía, y más nerviosa me estaba poniendo. No puedo, no quiero, no soy capaz, aún no estoy preparada… como para añadir intriga, este mes llega con su retraso. Cuando se disipan las dudas, oh, qué alivio, menos mal, no estaba lista. Pero… qué pena… qué pena no sentirme lista. Porque mi cabeza insiste en que no, pero mi corazón está llamando a gritos a mi otro hijo, el que quiero que venga. Y, paradójicamente, eso me hace feliz. Me hace sentir VIVA. Siento que mi corazón se rebela, toda la vida haciéndole caso sólo a la cabeza: al menos ahora mi cuerpo le pasa el micrófono para que hable. Luego ya veremos lo que hacemos…
Es horrible vivir con miedo. Y creo que ufanamente pensé que sería capaz de superarlo. Y qué ciegos somos: el otro día leía algo sobre tocofobia, el miedo al embarazo y/o al parto, y pensaba oh, pobres, esto será algo muy común en primerizas, porque a algunas les cuentan tantas historias de terror que al final se creen que verdaderamente es algo digno de la peor película gore. Pero aquí estoy yo, que ya no soy primeriza, y con miedo a algo real, por lo que ya pasé. No es nada que me han contado. Es algo muy infrecuente, pero que sufrí en mis propias carnes. Yo me veía rodeada de tres o cuatro churumbeles, y ahora no estoy segura ni de poder quitarle el título de hijo único a Mateo.
Y yo sé de más que todos los comentarios que puede suscitar esto, son bienintencionados, el más frecuente, el de que todos los embarazos no son iguales. Pero yo no soy así. Las estadísticas no están a mi favor (es sólo un 1% de mujeres que sufre hiperemesis, pero son hasta el 50% y más las que tienen posibilidades de repetir en los siguientes embarazos).Yo no me puedo tirar a la piscina confiando en ‘la buena suerte’. Especialmente, porque no tengo red debajo. Si resulta que me tiro, y ‘la buena suerte’ no está allí, el panorama es desolador.
“No sé muy bien si soy el hilo o la cometa
no sé si soy el corazón o la cabeza
nunca sabré si soy el alma o la materia
Si soy el palo, si soy la vela...
entre los dos nos inventamos lo imperfecto
con la apariencia de hacer siempre lo correcto
qué sabe nadie lo que nos pasa por dentro,
a quién le importa si yo te quiero”
Suena la ‘Canción pequeña’, tan pequeña como tú. Sí, hijo… pensaba yo. Generalmente pasamos por la vida (real y virtual) con una sonrisa en la boca, intentando no airear demasiado nuestras miserias. Casi nadie sabe realmente lo que nos pasa por dentro. Y no sé si al alguien le importa, pero yo ciertamente te quiero.
Le pongo clave de humor, y mientras se evaporan esas lágrimas curativas, le digo a tu padre que todo está bien, que es sólo que escuchar a Victor Manuel ‘en esos días’, para mí, es puro masoquismo menstrual :) para eso está el agua de los limpiaparabrisas, para ver después todo más claro. Ahora voy conduciendo mejor. Hacia dónde? Ya se verá.
Caro cielo, te comprendo perfectamente... En Junio cuando nos tocaba la siguiente tanda de fertilidad (PequeñoJedi se quedó en esa tanda) me sentía como tu.
ResponderEliminarPor un lado queriendo, deseando, anhelando tener ese maravilloso positivo, ese retraso... pero por otro lado con miedo a que fuese otro intento fallido, otra desilusión y otra muesca de dolor en mi corazón.
Ya ves que te comprendo, por eso, te digo que tranquila, que tu cuerpo y tu mente están separadas, pero que lo importante es tu corazón.
Yo hablé con mi marido y con el médico de fertilidad de como me sentía y de que no me veía capaz de otra desilusión tan cercana... pero ellos insistieron y hoy estoy esperando a mi bebé, si no hubiese conseguido esto probablemente me hubiese hundido todavía más pero... sin riesgo no hay compromisos.
Muchos ánimos y... come mucho chocolate (a mi me ayuda).
Ya... te entiendo... pero ya has pensado, ya has analizado casi todo, del derecho y del revés... ahora toca descansar un poco, darte un respiro, no pienses por un rato... déjate llevar y ya volverás a pensar...
ResponderEliminarMUA
Estoy exactamente igual que tu, por otra "enfermedad", pero igual que tu. Me gustaría muchísimo pero me cago viva de pensarlo (perdón por la expresión). Es muy duro... pero estoy segura de que lo conseguiremos!!.
ResponderEliminarAnimo!!
aiiii Caro, yo también ando en esas, no por nada en concreto, me apetece mucho y a la vez me da pena porque no sé que pasará con el que ya está aqui. Me da miedo no poder atenderlo todo lo bien que quiero. ....
ResponderEliminarSé, que en realidad no vale la pena comerse mucho el coco, porque la vida sabe y las cosas se van poniendo en su sitio solas si las dejas...
pero no puedo evitar darle vueltas :)
Un abrazo corazón!!
Seguro que al final todo sale bien :)
Mi querida Caro, por supuesto que comprendo tu miedo. Por miedo, miedo a lo que pueda pasar, miedo a lo que pueda pasarme a mi, miedo a que la salud de un futuro hijo se vea comprometida de un modo grave, o miedo a la soledad que mi hijo pudiera sentir he renunciado a la posibilidad de ser madre de nuevo. Y comprendo tu miedo, tu frustración, tu inquietud. Si aún tienes duda, deberás dejar pasar un poco más de tiempo, tiempo que dará a Mateo algo más de madurez, tiempo para poder sentirte más segura y confiada. El tiempo aquí será tu aliado, porque para embarcarte de nuevo en la aventura de un embarazo, necesitas confianza y seguridad. Si en el momento presente no lo tienes, deberás esperar.
ResponderEliminarYo no te voy a decir que cada embarazo es un mundo,..., es una respuesta fácil y quienes ehemos pasado momentos chungos sabemos de las posibilidades de que las complicaciones vuelvan.
Así que, querida mía, tiempo, vamos a dar tiempo al tiempo para que ganes seguridad.
Miles de besos.
Pienso igual, lo que menos miedo te puede dar es, precisamente: Esperar.¿Has leído la última entrada de "Grupo Maternal?
ResponderEliminarDisfruta de Mateo, de Fran, de vuestra nueva aventura juntos, de los "masoquismos menstruales" y hártate a llorar y a escribir... que estaremos aquí para leerte y enjugar tus lágrimas. Y ojalá podamos estar más cerca cuando te decidas, por si te vienen mal dadas... no toda la ayuda tenga que ser pagada.
¡Guapa! ¡ Qué bien te sienta conducir!!
(xDDD Ale...esto...la foto: es de hace cinco años!jajaja pero es la única que tengo conduciendo)
ResponderEliminarMuchas gracias a todas, amigas :) no penséis que es un tema que me agobia y no me deja disfrutar de lo que tengo en el presente, que va. Me ha agobiado este mes por ese tema, por haberme puesto una fecha-tope y ver que no estaba para lo que hubiera querido. Pero entiendo el por qué, y me doy cancha. Y el consejo de esperar a que el deseo sea mayor que el miedo me parece el mejor de todos.
Socmare,MamáCC veo que el temor siempre acompaña a una madre, por una razón u otra :)
LaCaro: te voy a hacer caso, créeme! :)))))
Uf, Leia, me apunto al chocolate (si es encima de un gofre, tanto mejor!). Qué 'viajecito' has pasado tú también hasta llegar hasta aqui, eh? :)
Besos a todas, me voy a dormir, que estoy rendidita.
Lo importante es que en ese viaje estas muy bien acompañada, tienes a Mateo y a su papa y los tres formáis un gran equipo. Deja pasar un poco de tiempo y ya se vera. Animo, me ha emocionado mucho leerte. Gracias! Un besazo muy fuerte
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