domingo, 30 de enero de 2011

Me voy a poner como un vaca…

0

Bueno, de hoy no pasa. Tenía este post guardadito en borradores, en espera de su ocasión… y la ocasión la pintan calva. Acabo de leer una noticia ridícula a más no poder. No tengo ni idea de su veracidad (que siendo prensa rosa podría ser de ninguna a menos ninguna). Pero si ‘eso’ lo ha dicho Penélope Cruz… pobrecita. Y al/la que escribió la noticia, ya le vale. Aquí está la perlita de noticia:

Pe podría negarse a darle el pecho a su bebé para no perder figura

Y aquí, el post.

“Me  voy a poner como una vaca”. Tengo la sensación de que este es un pensamiento que subyace en la cabeza de muchas mujeres cuando están planeando quedarse embarazadas, o descubren, por sorpresa, que ya lo están. La idea de tener un hijo entusiasma a toda mujer que quiere ser madre; pero la época de tiranía de la imagen en la que vivimos propicia que los cambios ‘físicos’ a propósito del embarazo, parto, puerperio y lactancia (no hablaré ya aquí de los emocionales o espirituales) sean poco menos que temidos. Si el ideal de belleza es la delgadez, lo que no es delgado nunca puede ser bello. Razón por la cual muchas mujeres (y muchos hombres) creen que no se puede ser bella estando embarazada, o recién parida, o lactando. Si se creyera generalizadamente que una mujer en estos estadios de su vida es bella, por ejemplo, la moda premamá (y postnatal) no sería un asunto de boutiques carísimas, ni de dos estantes y dos percheros en las cadenas más populares, ni de cuatro marcas que sólo venden por internet camisetas todas iguales de colores diferentes. Y qué podríamos decir de las embarazadas que salen en las fotos de publicidad (que la mayoría de las veces ni siquiera están realmente embarazadas)…

Pero la presión no viene sólo (por si fuera poca) del mundo de la moda y la publicidad. También se nos hace sentir desde el sistema sanitario. Una constante en los embarazos de casi todas mis contemporáneas ha sido el miedo a la bronca de la matrona por el aumento de peso. ‘Uf, ya verás qué cara me pone mi matrona mañana’. ‘Me va a a echar una bronca que verás’. Seguro que a las que me leáis, esto también os suena familiar. Y efectivamente, el aumento de peso descontrolado, que no es bueno en ningún momento de la vida, durante el embarazo tampoco.  Pero se nos dan a conocer desde el principio ‘patrones’ de aumento de peso ‘estándar’, para todas, que son tan nocivos como las ‘dietas estándar’ que se reparten en muchas consultas médicas. Cada mujer es un mundo, y su aumento de peso durante el embarazo va a variar enormemente del de su madre, del de su vecina y del de su prima, y estará predeterminado en gran parte por el peso inicial del que parta, y cómo no, de sus hábitos alimenticios. Pero nadie te dice ‘mientras mantengas una dieta equilibrada, el aumento de peso será el NORMAL PARA TI’. No. Hasta el segundo trimestre, tanto; en el segundo, no más de cuánto; y en el tercero, espanto. ¡Y mucho cuidado de pasarte de lo que te digan! Porque ahí empiezan las profecías apocalípticas en torno a la diabetes gestacional, la macrosomía fetal, la pre-eclampsia, etc, etc, etc.

(Hago un inciso para precisar, con un dato autobiográfico, que parece que engordar es un problema, pero adelgazar –que es lo verdaderamente raro y NO saludable en un embarazo- por el contrario, parece no ser tan ‘grave’. Yo padecí hiperemesis gravídica, perdí 10 kilos antes de la semana 10, momento en el que mi marido se plantó y me llevó a urgencias porque, hasta una semana antes que me vio mi médico de cabecera ‘todo entraba dentro de lo normal’ y ‘hay embarazos más duros que otros’. Resultado de visitar urgencias: ingreso de 4 días, con sueros y medicación para restaurar líquidos e intentar contener los vómitos. NO. Los médicos de cabecera, todos, deberían saber que perder  más del 8-10% del peso es PATOLÓGICO en un embarazo. Pero parece que no todos lo saben).

Lo peor de esta presión sanitaria es que las mismas mujeres, ignorantes como somos de todos los procesos que  sólo nos afectan a nosotras, acabamos, como se diría en inglés ‘comprando toda esta mierda’. Nos lo creemos todo a pies juntillas, nos dejamos atemorizar, e incluso a veces, nos dejamos humillar. Cuando en más de una consulta, un médico o una matrona nos presiona con la ganancia de peso SIN UNA RAZÓN MÉDICA REAL (no tenemos el azúcar alto, no tenemos tensión alta, no hay problemas de tiroides), deberían ser conscientes de que están ejerciendo un bullying maquiavélico y bastante cruel. Con un hombre, eso no ocurre en ninguna consulta médica. Pero claro, aunque no haya peligros médicos objetivos ni para nosotras ni para nuestros hijos, el pavor a los kilos de más sigue estando detrás. Y de nuevo, hacemos gala de ignorancia y de una facilidad pasmosa de eludir la responsabilidad personal. Porque muchas mujeres, inmediatamente después del parto, vuelven a su peso pre-gestacional,  kilo arriba, kilo abajo (y algunas se quedan por debajo, como yo, por la hiperemesis, o quien ha tenido dieta muy estricta por diabetes). Pero lo que la mayoría de las mujeres ignoran es que la lactancia materna, por ejemplo, es un factor importantísimo en la recuperación física para la mujer después del parto. Sí, hagámoslo porque es lo mejor para nuestros hijos: PERO TAMBIÉN PORQUE ES LO MEJOR PARA NOSOTRAS. Hay tres factores claves para la recuperación física tras un parto: la lactancia, la alimentación y el ejercicio físico. Se calcula que el gasto calórico extra por estar lactando puede oscilar en torno a las 500 calorías/día. Es lógico pensar que si una mujer come lo mismo que cuando estaba embarazada, con ese ‘desgaste extra’ de  500 calorías al día tiene que perder peso. PERO, también es cierto que la posibilidad del ejercicio físico regular, que podía venir practicando hasta el último día del embarazo, durante el puerperio, sobre todo el más inmediato, a menudo no es posible. Bien porque aún estemos recuperándonos del parto, o porque, como creo que sucede en la mayoría de los casos NO HAY TIEMPO MATERIAL. Nuestro bebé consume todo el tiempo disponible, y si no hay alguien cercano que nos eche una mano y nos deje ese tiempo para nosotras, hacer ejercicio regularmente no va a ser una opción durante meses (e incluso años). Así que, por mi experiencia, mujer: si quieres recuperarte bien físicamente de tus partos, 1. AMAMANTA; 2. COME COMO DIOS MANDA (que mucha gente cree que como lactar ‘desgasta tanto’, aprovecha para una sobre ingesta calórica que ni la lactancia ni diez maratones pueden con ella); y 3. MANTÉN ALGUNA ACTIVIDAD FÍSICA EN LA MEDIDA DE LO QUE PUEDAS.

No vengamos con milongas de que ‘ay, yo es que he engordado tanto a raíz de mis embarazos’, como si nuestros hijos tuvieran la culpa, es algo que me saca de quicio. La realidad de nuestro cuerpo obedece a lo que hacemos con él. Tampoco es nuestra culpa si aunque lo intentemos con todas nuestras fuerzas, nuestra lactancia no funciona, o si no podemos hacer ejercicio porque no tenemos ayuda y no podemos sacar todo el tiempo que nos gustaría. Pero reconozcamos que, o bien no hacemos todo lo que podemos que está en nuestra mano, y/o que lo que no está en nuestra mano no es culpa nuestra y no tenemos por qué sentirnos mal. El tiempo pasará, las circunstancias mejorarán y aunque más lentamente, podremos volver todo a su ser.

¿Y qué decir de la presión social? empezando por la propia familia, la pareja, el entorno, las amistades que ya han tenido hijos y que sólo saben contar lo ‘horrible’ que es la maternidad a nivel estético: ‘Estos niños me costaron el tipín que tenía’, ‘Mira cómo se me han quedado las tetas’, ‘Qué cantidad de estrías me han salido’, ‘se me pusieron las piernas como las de un elefante’… ‘hay que ver el culo que se te ha quedado desde que nacieron los niños’, ‘sí, es que mi mujer desde que tuvo el niño “ya no es la de antes”’…Que sí, que muy bien, que el embarazo, el parto, el puerperio va a hacer que tu cuerpo cambie (y toda tu vida!), PERO CAMBIA PARA QUE PUEDAS ALOJAR LA VIDA DE TU HIJO!! por Dios, sólo es carne y pellejo, dentro de 40 años vas a ser todo arrugas igualmente.

De las parejas que hacen comentarios despectivos acerca del cuerpo de sus mujeres en la transformación de la maternidad, sólo se puede decir que son unos MISERABLES. Creo que no encuentro otra palabra que lo describa mejor. (Bueno, y si los hacen fuera de ese tiempo, también, qué duda cabe. Si quieres mantener una pareja con un cuerpo 'inalterable’, hay conseguidísimas muñecas hinchables y maniquís de saldo en grandes centros comerciales)

Y es que no hay ni un respiro: ni en el embarazo, ni el día del parto e inmediatamente posteriores, cuando tanta gente mira DESCARADAMENTE TU BARRIGA para ver cómo ha quedado y radiarlo al resto del patio/familia/ camarilla, etc. Apoyados sin duda alguna por esta moda tan estúpida de los medios de comunicación de ‘escudriñar’ a toda famosa recién parida para finalmente concluir con orgullo “A la semana de parir, mírala, cómo si no hubiera tenido un hijo!”, “está estupenda, quién diría que ha pasado por tres embarazos!!”. En realidad, creo que a veces, determinadas personas, sí tienen lo que se merecen. Si entre las mayores preocupaciones de una mujer recién parida está el ‘ponerse los vaqueros de antes de quedarse embarazada’ (topicazo que se oye por todos lados), apaga y vámonos.

Más allá, la presión sigue sin ceder: durante el resto de tu puerperio, siempre habrá quien te recuerde, seguro que amablemente y sólo por tu bien, “¿y no has perdido todavía el peso que ganaste en el embarazo?”. Algo que no hacen preguntando, sino afirmando y con mucha mala leche PORQUE A LA VISTA ESTÁ QUE NO (si es que ese es tu caso). Como si tu casa fuera una cueva paleolítica donde no existen espejos o básculas. Y qué decir de la insistencia en que la lactancia ‘estropea’ tus pechos, las similitudes con un ‘mamma italiana’ (muy despectivo para las italianas, por cierto) por ese pecho que hasta pasado un tiempo, revela esa rotundez y formas propias de su función biológica más importante (para mi, tan bello, tan sugerente, tan sexy y tan lleno de vida…). La inmensa mayoría de las mujeres no sabe que el pecho cuando más se estropea es durante el embarazo, al aumentar de tamaño, estirándose la piel para ello durante nueve meses (quieras tú o no quieras). La lactancia no estropea tu pecho, LO PROTEGE FRENTE AL CÁNCER DE MAMA, al utilizarlo para el propósito para el que está ahí… y así podría seguir hasta el infinito.

Para mi, cómo una mujer vivirá todo este cambio depende, además del conocimiento de todo lo que he dicho antes, principalmente del concepto de su propia imagen que tenía ANTES DEL EMBARAZO. Qué nivel de autoestima tiene, cuánto de su seguridad en si misma está basado en su imagen, qué valor le da a su aspecto físico… muchas mujeres sufren, porque creen que sus cuerpos se DEFORMAN. Y recuerdo que hace poco, hablando con una amiga mía que estaba embarazada, cuando me decía eso, que estaba empezando a ‘deformarse’, le dije: “No, mi niña, no se está deformando: se está TRANSFORMANDO”. Para mi no es un eufemismo, es una manera diferente de ver las cosas. Sobre todo, de ver lo positivo. Sí, tu cuerpo cambia por la maternidad; pero ni lo hace a peor, ni sus efectos son de por vida si tú pones de tu parte por evitarlo. Lo contrario es adoptar una actitud victimista que no te va a llevar a ningún sitio. Bueno sí, a que otras victimistas como tú te den palmaditas en la espalda y digan, sí sí a mi me pasó lo mismo…

Mujeres, abramos nuestras mentes, nuestros corazones, nuestro cuerpos! Cambiemos los paradigmas establecidos! Que nuestras hijas vivan sólo con gozo lo que es gozoso. Dejémonos TRANSFORMAR SIN MIEDO, vivamos la vida, aceptemos nuestros cuerpos, cuidémoslos, amémoslos… y los demás lo harán en la medida que lo hagamos nosotras.

Imagen:

http://img.youtube.com/vi/euCMB_ijpjw/0.jpg

23 comentarios:

  1. Plas plas plas!!!!! ¡¡Aplausos!! ¡Fantástico todo! Sólo una cosilla: YO durante el amamantamiento sí tenía un hambre de lobo, y no es que comiera mucho porque tenía "permiso" sino porque tenía hambre. ¡Pero es que se gastaba todo!

    ResponderEliminar
  2. Más... plas, plas, plas...!!!! Bravo!!!!!

    ResponderEliminar
  3. Hija mía que puedo decir, lo has expresado divinamente, como es habitual.
    Cuánto miedo al aumento de peso, basamos nuestra felicidad y vida en el maldito peso, qué frivolidad!
    Pero comprendo que se quiera mantener la figura, y que se quiera estar bien. Yo me he preocupado de mi figura, pero hay que dar tiempo al tiempo. Yo engordé 18 kilitos del ala en el embarazo, o quizá más. Y es que en la semana 37 dije que ya pa qué me iba a pesar más..... Nunca me restringí, comí sano, comí lo que quise, me di mis caprichos. Pues solo hubiera faltado, encamada y temerosa, privarme yo de la única alegría, ¡la comida!.
    Y chica fue parir, y ala 8 kilitos menos, pero fue empezar a lactar y aquellos kilos volaron como la espuma. Tenía unas anchuras propia de una madre lactante, un pecho hermoso y lleno. Pero a mi aquellas curvas me parecían hermosas, me miraba y me gustaba. Tenía una tripa colgando sí, pero sabía que aquello desaparecería, y así ha sido. Tengo una tripa donde se intuye que ahí hubo algo, pero nada que ver con lo del principio. Y mi cuerpo ha ido volviendo a su ser, respetando después un poco la dieta, aunque no quitándome muchas cosas, y voilá! mi ropa de antes, vuelve a ser mi ropa.
    Con respecto al pecho, ni una estría, nada de estropeado, todo en su sitio. Cuánto mito falso, cánta tontería, cuánto pensar en el propio ombligo. En fin, una pena por aquellas mujeres que no disfrutan en su plenitud la maternidad.

    ResponderEliminar
  4. Es una maravilla de texto, Caro. Muchas gracias.

    Todos los problemas en torno a la imagen, el peso, la reproducción, la autoestima, la fragilidad emocional, la arrogancia del sistema médico... se juntan en el momento más importante de nuestras vidas: el embarazo, el parto y la lactancia.

    ¡¡¡Porque nos estandarizan!!!!

    Lo de sólo subir 9 kilos, como todo, no tiene en cuenta el peso inicial de la mujer.

    Yo, como tenía sobrepeso inicial, solo subí 5 kilos durante el embarazo. Bajé de peso, pero la niña, el líquido, la placenta, todo estaba bien. Al parir, me quedé pesando 6 kilos menos que antes de quedarme embarazada.

    El peso "ideal" hoy en día posiblemente sea bastante inferior a lo favorable para la procreación (siempre se ha dicho que a lo largo de la evolución, las mujeres acumulamos grasa en nuestras caderas como reserva para nutrir a nuestros hijos, si hubiera escasez), de ahí que muchas embarazadas aumenten más que eso. Su metabolismo se lo pide.

    Es frecuente que quienes nos quedamos embarazadas estando algo "gorditas" no subamos sin embargo mucho.

    Por eso, lo importante es respetar a cada mujer, y el exceso de control durante el embarazo muchas veces deja de ser saludable para convertirse en nocivo, tanto para la madre como para la cría.

    Dejo también un fragmento de un poema que casualmente tengo ahora mismo en el blog, que viene muy a cuento:

    Más vida dan las mujeres,
    -sostiene la popular sabiduría-
    más vida pierden.
    Los partos las destiñen.
    Engordan. Se agotan. Envejecen.
    Cuatro hijos tendrían que haber terminado con la sensualidad
    o el deseo.
    Como si cada hijo mágicamente redujera la libido,
    y no fuera la realidad exactamente lo contrario:
    cada hijo dejándonos más cerca de la vida
    más proclives a la ternura,
    la piel más suave y el sexo más acogedor.

    Es la falta de pan, de amor, la que desgasta.

    No el parto.

    Gioconda Belli

    Un abrazo a todas!

    ResponderEliminar
  5. Graxias por escribir este post. De verdad que hacía falta.
    Es que tenemos los valores trastocados. Cuando uno tiene hijos las prioridades de los padres cambian, porque es parte de nuestra sobrevivencia como especie. Primero el bienestar de las crias y después el propio. La obseción con la imagen es dañina para las mujeres, hombres y niños. Como ex-obesa, considero que uno tiene que comer bien y cuidar lo que se come(alimentos completos, no procesados),hacer ejercicio, etc..no porque como nos vemos, sino como Nos Sentimos, porque hay que cuidadarnos, porque nuestros cuerpos somos nosotros, y no hay nadie que pueda verlas por nosotros mejor, que nosotros mismos.
    Én mi primer embarazo, perdí más de 5 kgs en el 1er trimestre y fue una lucha llegar a subir los 8 kgs total al final. Después de un año post-parto y lactando en demanda quedé 3 tallas abajo de antes de quedar embarazada. Para quedar embarazada del segundo, hice un esfuerzo para llegar a mi talla original. Con el 2do embarazo gané un buen peso, sin preocupación ni culpa alguna, mi dieta siempre ha sido saludable desde hace ya más de 15 años. Ni siquiera recuerdo cuanto gané..jaja. Ahora con casi 3 años post-parto del 2do estoy 2 tallas más abajo de mi talla pre'hijos, Tengo un montón de estrias en la panza(2do. embarazo), como dicen son tatuajes que nos recuerdan los hijos que trajimos al mundo. Tengo la panza más fofa, y mis senos no tengo idea como están, lo único que me importa, es que han cobijado a mis hijos por años, les han alimentos. Lo demás son vanalidades de otros que no conosco y que poco me importan. Yo quiero un cuerpo, unos senos que sirvan para alimentar mis hijos, una caderas que me ayuden a parir, unas piernas que me ayuden a bailar y a caminar.
    Uno no es por como se ve, uno es por lo que hace con lo que se tiene.

    ResponderEliminar
  6. Linda poesía de Gioconda Belli, será que la encuentro en su idioma original?!?...

    No sé, a mi esto del miedo de engordar y deshacerse, me parece una locura, nunca me sentí tan bella como durante mi embarazo, y - sobretodo al final - que estaba bien rellenita (subí 16 kg), me sentía tan sexi y sentía miradas y escuchaba palabras bien admiradas y sinceras a mi alrededor... Y ahorita?... seguí las reglitas básicas de este artículo (bueno, hay que decir que tuve la suerte de tener un hijito tranquilo y seis meses de maternidad:-))), pero sobre todo la primera regla(la lactancia!!!) y sin hacer esfuerzo de ningún tipo, a los seis meses del parto estoy más delgada, más tónica, más vital, más linda y sobre todo mucho más feliz que anteeesss:-)

    Yo diría, en cambio: viva el embarazo, el parto y la lactancia, que nos transforman en diosas mamíferas y en mujeres mejores :-)))

    ResponderEliminar
  7. ¡Brillante!
    Gracias por esta joya.

    ResponderEliminar
  8. Casi nada que agregar, has tocado cada uno de los puntos importantes, publicidad, medios, el entorno. Los médicos.Que con esos comentarios, lo único que hacen, en ese momento es correr el centro. Desenfocarnos de lo que realmente importa en tan crucial momento. Cuándo por debilidad dejamos entrar esos comentarios, nos perdemos de sentir y prestara atención a nuestro interior y a lo que nuestro bb quiere comunicar ya desde el útero.
    Buenisimo post!

    ResponderEliminar
  9. Bravo! me ha encantado este post...
    Lo comparto porque desde luego, vale la pena.
    Pilar

    ResponderEliminar
  10. Muchísimas gracias a todas :) me alegro de que os haya gustado.

    Desde luego que no propongo que las mujeres 'pasen de sus cuerpos', muy al contrario. Nunca hay que pasar de nuestro cuerpo, y es nuestra obligación cuidarlo lo mejor posible (mayormente, por nuestro bien xD) toda la vida. Yo prefiero hablar de cuerpo, y no de figura, sin embargo. Igual es porque yo nunca he tenido lo que se conoce como 'buena figura'. Ni he sido delgada, ni esbelta ni estilizada ni nada de eso. PERO siempre he estado sana como una manzana, con analíticas impecables, y siempre dentro de un peso razonable. Y ahora igual, solo que con unos kilos más.

    Cuidar el cuerpo debería ser algo como las ganas de estudiar/formarse: deberíamos hacerlo siempre por nosotros mismos, y por el mero placer de hacerlo. Por vernos bien, y sobre todo, por sentirnos bien.

    Yo lo que quiero es que las mujeres no vivamos esclavas de nuestra imagen, y menos aún durante nuestra maternidad. Si no estando embarazadas ya es difícil estar a la altura de lo que 'el entorno' pide de nosotras, aún más entonces. Veo lógico que una mujer quiera recuperar su cuerpo del 'esfuerzo' de un embarazo y un parto, pero no a los 15 días de parir, ni siquiera al mes o a los dos meses. Que una salga pensando del hospital pensando en su ropa pre-embarazo me da lástima. Pensando en cuándo podrá ponerse a dieta. Echando de menos 'otros tiempos'. Porque me parece que es tener las prioridades trastocadas. Y sí, lo siento, me parece una frivolidad. Todo tiene su tiempo.

    Y con respecto al poder de la lactancia en la recuperación física de la madre, no me cabe ninguna duda, como hace unos momentos le decía a Miriam en su blog (Crianza y Confianza). Yo gané después del parto todo lo que no gané durante el embarazo, y muy especialmente desde que la lactancia mixta pasó a ser lactancia artificial exclusiva a los 4 meses. No me cabe ninguna duda de que si la lactancia materna hubiera seguido adelante, hoy estaría en un escenario muy diferente (y eso sólo hablando del peso, dejando a un lado el resto de beneficios que no se ven). Pero vamos, que al final, como todo, esto es algo multifactorial. La lactancia materna es beneficiosa, pero no es milagrosa! :)

    ResponderEliminar
  11. Hola Caro, justo estaba escribiendo sobre el tema y me encuentro con tu post!! Coincido contigo y de hecho has expresado de manera brillante mucho de lo que yo quería decir. Yo engordé 17 kilos en mi embarazo y no hubo una sola visita al ginecólogo en la que no me sintiera regañada y humillada por la enfermera que me pesaba, como si estuviera haciendo algo mal. Me sentía totalmente infantilizada y claro, en ese momento no tenía las herramientas ni había leído todo lo que he leído hasta ahora. Creo que estas conductas son denunciables pero las mujeres desconocemos por completo nuestros derechos.

    Muchas gracias por decirlo así de claro, lo comparto!

    ResponderEliminar
  12. "Yo engordé 17 kilos en mi embarazo y no hubo una sola visita al ginecólogo en la que no me sintiera regañada y humillada por la enfermera que me pesaba, como si estuviera haciendo algo mal".

    A eso me refiero, Vivian grrrrrrrrr cada mujer que me cuenta que le pasó esto, es que me enciendo. Cómo se puede tener tanta falta de respeto. Incluso muchas veces, viniendo de matron@s, enfermer@s o ginecólog@s claramente obesos, que es que ya es el colmo de la hipocresía y el cinismo.

    Si hasta yo sentí esa presión... que gané 14 kilos, después de haber perdido 10! A mi nunca me dijeron nada con respecto al peso, ni para bien ni para mal. Pero la sentía.

    Me encantaría que estos testimonios sirvieran para que ni una sola mujer más, ni primeriza ni no primeriza, se volviera a dejar humillar. Y contestemos a estas intromisiones. Pero bien, de forma cortante. Que no queden ganitas de volver a repetir.

    ResponderEliminar
  13. Mas razón que una santa tienes wapa.
    Que fácil seía todo, si no nos condicionasen tanto, ni nos dejasemos condicionar...es un trabajo de fondo, pero creo que poco a poco las mujeres se van dejando "engañar" cada vez menos.
    Si te apetece, tienes un premio en mi blog.
    Un abrazo.http://demimaternidadyotrosdemonios.blogspot.com/2011/02/2-premio.html

    ResponderEliminar
  14. Muy bueno el artículo, de verdad. Yo, que engordé 19 kilos en mi embarazo y que no he recuperado aún mi "figurín" (jaja) dos años después, me desespero cada vez que oigo a las embarazadas quejarse de sus gorduras. Una compañera de trabajo me dijo incluso que le daba asco verse en el espejo. Cuando además la moza nunca ha sido ni especialmente delgada ni especialmente guapa, así que no sé cuál es el cambio. Ahora ya es mamá, y ha vuelto a currar sus 8 horas y más, apenas habla de la niña y que yo sepa no le da el pecho. Me parece que todo va en mismo pack: cuando te quieres a ti misma, cuando estás orgullosa de tu cuerpo de mujer (pese lo que pese y mida lo que mida), te ves bella durante el embarazo (y persigues a tu marido para que te haga fotos desnuda). Y cuando por fin eres madre, todo tu mundo se pone patas arriba y descubres el infinito placer de dar el pecho y de llevar a tu bebé siempre pegado a ti. Mientras que si eres una acomplejada que piensa "si fuera hombre podría ascender más rápido", la maternidad no derriba todo tu mundo, y tu nuevo cuerpo te produce rechazo y, aunque quieres a tu bebé, es un amor racional y contenido.
    Vaya cosas que me hacéis pensar...

    ResponderEliminar
  15. Yo fui a un equipo de ginecólogos que no me pesó ni una vez en el embarazo!!!! y fue realmente genial. Y la lactancia materna adelgaza sin duda, yo comí durante la lactancia como nunca en mi vida y 3 meses despues de dar a luz pesaba menos que antes de quedarme embarazada. y el pecho, al año de dar a luz, esta otra vez en su sitio...

    ResponderEliminar
  16. Que verdades mas grandes cuentas!
    En mi caso sufrí mucha presión en el embarazo, engordé unos 20 kilos (dejé de pesarme) y todo el mundo comentaba "que tripón", que "si venían dos", la matrona no me dió excesivamente la tabarra, menos mal. Dí a luz un bebé de 4 kg, de ahí el tripón, sin diabetes gestacional ni nada, genetico todo. Un año después de dar a luz no sé cuantas veces he tenido que oir..."estas otra vez embarazada??".

    Yo me sentía bien, me encantaba mi tripon de embarazada, y me ha encantado dar el pecho, aunque me comiera una vaca por los pies, (que hambre por dios). Pero no podía evitar sentirme mal cada vez que oia el comentario...que mania tiene todo el mundo de opinar...

    ResponderEliminar
  17. Me ha encantado el post. Muchísimas gracias!!!. La idealización que tiene la sociedad de la delgadez es muy peligrosa. Yo engorde 10 kilos en el embarazo, comiendo muy bien pero también teniendo una actividad física diaria (iba a la piscina 2 días a la semana y todos los días salíamos a pasear), cuando nació ni hija me recupere pronto debido a que le daba el pecho, comía bien (en abundancia) y seguí saliendo a pasear a diario. A día de hoy, casi 6 meses después, sigo amamantando a mi hija, sigo comiendo bastante (porque tengo hambre) y sigo saliendo a pasear todos los días; estoy inclusive un poco mas delgada que antes de quedarme embarazada. Un besazo muuuy fuerte

    ResponderEliminar
  18. Me encantan tus palabras, hay muchisima verdad en lo que decis, yo disfrute mi embarazo a full. Me gusto muchisimo estar embarazada, sentir a mi bebe moverse, de hecho acudi a clases de preparto para madres primerizas y ha sido de tremenda ayuda.
    Y te anoto a tus verdades que amamantar ayuda a que el utero vuelva a su tamaño normal 2 veces mas rapido de que si no amamantas.

    Hay un punto que no nos podemos olvidar, es que hay muchas mujeres que con la escusa de estar gestando un bebe, se exeden con la alimentacion y luego de parir mantienen esta "costumbre" lo que yo llamaria que "se agrandaron" el estomago por meterle "comida de mas" durante 9 meses. Y como tu misma dices, le echan la culpa al propio embarazo y cuando no se lo echan al bebe, diciendo "desde que quede embarazada de "Juancito" se me ha estropeado la figura" como si "Juancito" le hubiera obligado a la madre a comer "por dos". Es un tema muy complicado y las que nos informamos debemos darle los mismos conocimientos a nuestras hijas, para que actuen sabiamente y puedan disfrutar uno de los momentos mas hermosos que una mujer puede experimentar, que es el embarazo... como Dios manda.
    Y dejar esas formulas que se hacen llamar "mejor que la leche materna" y que en realidad el cuerpo no asimila las vitaminas y minerales artificiales (cosa de un 50%) como las naturales dadas por la leche materna. Y por ese motivo los bebes alimentados con formula son mas debiles que uno alimentado por pecho.

    Yo aumente 10 kilos, tal vez 11, a lo largo del embarado y mi doctora me ha dicho que debia aumentar un poco mas, por que era lo mas bajo de la tabla. Por que SI hay una tabla que seguir. Al principio gracias a las nauseas y vomitos no he subido correctamente y mi doctora me reprocho, pero dos meses despues entre a la tabla al peso estimado para esa etapa... al dia del parto habia perdido alrededor de 6 kilos, el bebe de 3.800 kgs, y la placenta y el liquido tambien pesa su buena cantidad, se estima que la placenta promedio pesa mas de 2 kgs. y amamante a mi peque apenas nos llevaron a la habitacion. a los meses recupere mi peso inicial y amamante hasta los 2 años (recomendacion del pediatra fue en lo posible un año como ideal, y que podia continuar hasta los dos, lo que opte seguir)Tiempo en que me mantuve a 5kilos menos del inicial. Apenas abandone el amamantamiento (y es que ya ni tenia leche!) recupere mi peso y hasta subi algunos mas.Pero en fin mantengo mi linea de peso por altura. Aqui les dejo al link para el indice de masa corporal.

    http://www.ciberjob.org/dietaysalud/CalculoPesoIdealContenidoDietaSaludLolaSanchezBurson.htm

    Gracias por tu nota. Saludos.

    ResponderEliminar
  19. De nuevo, gracias a todas por vuestras aportaciones :)))

    Cristina, me has puesto los dientes super largos con eso de las fotos desnuda estando embarazada... cuánto me habría gustado. Cuando veo las de otras mujeres, me encantan. Pero yo no habría sido capaz. No me gusta verme en fotos ni vestida, así que aunque habría adorado superar ese complejo, sé que no lo habría hecho. Tienes razón: "cuando te quieres a ti misma, cuando estás orgullosa de tu cuerpo de mujer (pese lo que pese y mida lo que mida)," te ves bella en cualquier situación de tu vida. Yo tengo mucho trabajo por delante todavía.

    Anónima, cuánto me alegro de que contaras con un equipo tan respetuoso :) ojalá cundiera el ejemplo.

    Supermamá, tu testimonio reafirma mi creencia de que hay un gran porcentaje de la gente que tiene el tacto en el culo. Y otro tanto son descaradamente maleducados. Pero te felicito por haber sabido mantener la cabeza alta y disfrutar cada segundo :)

    María!!! el tuyo sí que es un gran ejemplo de 'buenas prácticas' :))))) bien por tí.

    Anónima, también me alegro mucho de que tu experiencia haya sido tan satisfactoria. Yo creo que más que una tabla estricta, es algo como más de sentido común: cómo apuntaba Ileana, se estima que las mujeres que partimos con más peso 'necesitamos' (y nos conviene) ganar menos peso total que las que parten con un peso bajito. Hay un porcentaje de grasas 'para reservas' necesario y unas parten con más y otras con menos. Pero como tú bien dices también, partiendo del ideal de que todas se alimenten adecuadamente. Porque coincido contigo en que mucha gente aprovecha el engorde del embarazo para ponerse 'pufa' a comer. Y sí, el embarazo da hambre, pero nosotros también podemos poner un poco de control de nuestra parte. Y sobre todo, saciar el hambre con cosas que no sean donuts o churros!! xDDD

    Besos a todas, y otra vez muchas gracias!!!!

    ResponderEliminar
  20. Cosas de la vida, he topado con este post en la semana 19 de mi embarazo... semana en que la barriguita empieza a hacerse notar.

    Ahora es pequeñita, pero su simple presencia me habia descolocado un poco. Supongo que ha sido una mezcla de cosas. Por un lado el hecho de hacer "real" un embarazo que hasta ahora no habia hecho consciente (mis primeros 4 meses han sido completamente fantasticos, sin nauseas ni molestias... casi que no terminaba de creer que estuviera realmente embarazada).
    Y por otro lado, esos miedos a la perdida de control sobre tu propio cuerpo, los miedos a que "nada vuelva a ser como antes"...
    Me ha encantado leerte y también el resto de comentarios, saber que no soy la unica que pasa por estas inseguridades y que es parte de esta etapa de la vida.
    un beso a todas!

    ResponderEliminar
  21. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar